EL COMITÉ DEL FRENTE POPULAR DE CAMPILLOS. SEGUNDA PARTE

 



LA COSECHA

La mayoría de los propietarios o arrendadores de las fincas y cortijos, habían perdido el control de las tierras cultivadas. Algunos de ellos no vivían en Campillos, otros habían huido, otros habían sido detenidos, si no asesinados. Las tierras estaban abandonadas, y muchos de los campesinos habían dejado las labores del campo y se encontraban en el pueblo realizando trabajos de milicias.

La cosecha estaba pendiente de segar y si no se recolectaba, la falta de trigo agravaría la situación de escasez de alimentos en el pueblo. No era posible dejar transcurrir más tiempo sin adoptar medidas urgentes que viniesen a evitar la catástrofe que supondría el quedarse el pueblo un día sin pan, mientras en el campo la cosecha se hallaba aún en pie.

Desde el Eco Popular de Málaga, se hacía un llamamiento para que todas las organizaciones colaborasen en el trabajo, en la recolección y en las labores propias del pueblo.

Hay que volver a la normalidad en todos los pueblos de la provincia, porque en la mayoría de ellos no hay lugar a sostener una situación anormal; segundo, porque para abastecer a los combatientes, que en el frente velan por la seguridad de todos, hace falta que se normalicen todos los servicios y que se trabaje como se hizo hasta antes del movimiento. Sería criminal dejar perder la cosecha. La siega y las labores del campo que por incomprensión se han abandonado en diversos pueblos, deben ser reemprendidas inmediatamente y comenzar la preparación de la nueva siembra, y para ello es necesario que los jóvenes comunistas y socialistas, estén en los primeros lugares, comprendiendo que su puesto está en su lugar de trabajo, para garantizar que no falte nada a los combatientes y que no sufra un gran “deprimento” la economía nacional.

19360914 003 Eco Popular

Visto el problema, que lo era a nivel nacional, el ministerio de Agricultura, el 8 de agosto de 1936, (Gaceta de Madrid, 10 de agosto de 1936) publicó un Decreto que permitió a los alcaldes controlar las fincas abandonadas. Dicho decreto convertía a los ayuntamientos en la principal herramienta de gestión de los recursos en beneficio del campesino.

Artículo 1.° Todo cultivador directo, propietario, colono, arrendatario o aparcero que abandone o haya abandonado voluntariamente su explotación rural, dejando en suspenso las labores de recolección y trilla; las preparatorias de la siembra, las atenciones requeridas por el ganado de renta; el entretenimiento de los aparatos elevadores de agua de riego, y en general cualquier trabajo indispensable al sistema de aprovechamiento de la finca cuya explotación venía realizando en el momento presente, se considerará que incurre en responsabilidad y que consiente en que su explotación sea intervenida, a los fines del oportuno y racional rendimiento de la misma.

Artículo 2.° Por las autoridades municipales se procederá a hacerse cargo inmediato de los terrenos rústicos de cultivo, así como de todo el capital de explotación existente en los mismos.

En Campillos la gestión de la explotación de las propiedades "abandonadas", fue realizada por el Comité, donde tenía un gran peso la Sociedad de Obreros de la Tierra “El Primero de Mayo”, en sintonía con el alcalde Pedro Velasco. El sindicato fue el que organizó los turnos de trabajo, las labores a realizar y la distribución de la producción.

Se acuerda por éste Comité que el trabajo se organice como de costumbre.

Que cada encargado lleve una nota del cereal que se saque, y que sean encerrado en las casas de los respectivos propietarios, como se ha hecho siempre.

Los trabajadores que no tengan a donde estar arranchando, podrán ir una vez terminado el trabajo, ir a comer a la ranchería establecida por éste Comité.

Al ir los obreros al trabajo llevarán aceite y vinagre a los tajos.

Que los turnos queden reducidos a tres con ocho horas de servicios, y que cada tres días se cambien.

Los trabajadores trabajarán cinco horas en la campiña, y cuatro horas y media en los cortijos.


El problema era que no había campesinos suficientes para trabajar en el campo, porque casi todos se encontraban de servicio, de día o de noche haciendo guardias. Por lo que el Comité tuvo que realizar recluta de milicianos que fueran a ayudar a los campesinos en la recolección. Para ello redujo el número de guardias que debían realizar en el pueblo:

Piensa este Comité también, de reducir el número de guardias posibles para que el número de trabajadores sea mayor y el sacrificio de los demás sea menor en sus atenciones como todos.

Las penurias económicas del Ayuntamiento, hizo que algunos pagos de jornal no se pudieran realizar, por lo que se produjo un descontento entre los milicianos que acudían a recoger la cosecha, porque veían que a ellos no se les pagaba, mientras que a los que estaban en las barricadas realizando labores de vigilancia, sí recibían su paga:

Éste Comité al adoptar acuerdo, tiene siempre presente los intereses colectivos de los trabajadores y no los particulares de cada uno, y menos en estos momentos de verdadera gravedad para todos.

No hemos pensado jamás que los obreros trabajen por la comida que se les pueda dar como algunos creen, sino de pagarle cuando nos sea posible pero sin abandonar tampoco las necesidades de los que en éstos momentos por imperativo humano y social se encuentran prestando servicios en los parapetos resguardando nuestro pueblo y sus interese más sagrados, que son nuestras vidas, exponiendo para ello las suyas.

No podemos pensar ahora, en que es lo que conviene a cada uno, sino en lo que conviene hacer para salir airoso de la lucha civil entablada contra el fascismo, y cuando hayamos triunfado, entonces será ocasión de pensar más despacio que conviene a cada cual y pedir para que nos lo den, si es que nos lo merecemos, porque a algunos habrá que echarlo para atrás a la hora de tomar y arrollarlo ahora para que den algo aunque sea su esfuerzo personal.

Son innumerables los patronos que tienen cedido sus pegujares para que se disponga de él, y éste Comité no puede abandonar lo que es una obligación de recolectar esa producción pasada ya en demasía, y tiene que proceder a hacerlo inmediatamente como pueda, sin perjuicio de liquidar cuando pueda también. Todo menos quedarse con lo que no es suyo como algunos se creen. Este Comité tiene que tomar medidas severas para los efectos de la recolección, pero jamás podrán ser arbitrarias, y máximo si se tiene en cuenta que el interés colectivo hoy en peligro, está por encima de los individuales por muy grandes que ellos sean.

Lo que no tolerará éste Comité es que por alguien que no piensa más que en ver la manera de salvarse él, aunque lo demás se hunda, pretenda obstaculizar la realización de las faenas del campo, impulsando a las gentes para que no trabajen porque no convengan a sus intereses y no quiera ajustarse a la medidas generales tomadas por éste Comité en lo que a la recolección se refiere.

Así es que todo el que vaya a trabajar con un patrono que no paguen, los encargados harán una relación detallada de los nombres y apellidos de los individuos que hayan trabajado y la presentará a un compañero que se nombrará para que lleve las relaciones patronales y de jornales, para el día de la liquidación.

Los patronos que paguen entregaran como lo hacen sus jornales … para liquidar también cuando se pueda, evitando así que el que no haya trabajado ni prestado servicio, cobre dinero alguno.

CAMPILLOS A 27 DE AGOSTO DE 1936


En vísperas de la entrada de las tropas nacionales en Campillos, que se produjo el 13 de septiembre, la cosecha ya se estaba realizando con toda normalidad.

Se está realizando en los campos de nuestra provincia la recogida y el acarreo de los productos de la temporada. El acopio se desarrolla con perfecta normalidad y los Comités están perfectamente controlando las existencias que se obtienen. Por si esto fuese poco, los campesinos protegidos por elementos armados, se introducen en las zonas rebeldes y se apoderan de importantes partidas de ganado y de cereales, mucha parte de éstos ya recogida y preparada para el transporte por el enemigo.

En estas luchas los facciosos llevan castigos constantes, viéndose obligados a dejar sobre el terreno no solo cosechas enteras sino muertos y heridos.

19360910 003 El Popular

REQUISAS Y VALES

Con la huelga general declarada en todo el término municipal, y los intercambios comerciales entre los pueblos suspendidos o notablemente alterados, había el peligro del desabastecimiento de alimentos a la población.

Con el fin de asegurar que en el pueblo no se pasara hambre, por parte del Comité, se decidió realizar saqueos e incautaciones de alimentos. Para ello se organizaron grupos de milicianos que, provistos de unos recibos expedidos por el propio Comité, se dirigieron a las tiendas de comestibles o panaderías, a los cortijos y fincas, demandando que les facilitaran los alimentos que tuvieran almacenados, a cambio de un papel firmado por el Comité donde se reconocía la deuda.

Se incautaron de gran parte de las existencias de aceite, tocino, queso, bacalao, chacinas, latas de conservas, judías, arroz, garbanzos, habichuelas, patatas, café, azúcar, etc. que tuvieran en sus respectivas tiendas los comerciantes. De los cortijos, se traían las cosechas y la matanza, y los bichos que hubiese, y no sólo lo hacían en los cortijos, sino también con los pequeños propietarios o colonos.

Las requisas se realizaban generalmente a personas de clase media sin dificultades económicas, pero también a otros que no lo eran tanto, como “algunos campesinos que les costaba sacar adelante a su familia y sin ningún criterio llegaba el Comité y se lo llevaban casi todo”. Esto suponía la ruina para muchos pequeños campesinos y comerciantes.

La actitud de algunos de los participantes en las requisas e incautaciones, fue de forma exigente y en algunos casos violentas en cuanto a pretensiones, abusos e insultos.

Acerca de los saqueos y requisas que se efectuaron durante la dominación marxista en Campillos, manifestando su intervención en las mismas, manifiesta: Que dada la gran cantidad de refugiados que vinieron en ese concepto a Campillos, y dados también los extraordinarios momentos por los que atravesaba en aquellas fechas, pues no se contaba con numerario (dinero) alguno en el Ayuntamiento, se vio forzado a ordenar la entrega de cuantas cosas eran de extrema necesidad para la población. PEDRO VELASCO OLMO

Así me contaba Francisco Guerrero Berdún, el tío Frasco, las requisas que realizaron a su familia. Una familia de clase media que vivía de su trabajo diario:

Mi abuelo Salvador Berdún Franco tenía animales, y hacía la matanza dos veces en semana. En la plaza de Abastos teníamos dos puestos, la carnicería (tablajero) y la chacinería, que regentaba mi tío Alfonso Berdún Romero. Mi tío Benito era el que realizaba la matanza (matarife).

En mi casa de la calle Real teníamos un saladero con hojas de tocino, jamones colgados y salchichones, porque el salchichón solo se hacía por encargo; solo lo comían los ricos. En las matanzas solo se hacían morcillas y longanizas.

Decían a mi madre, “Rosario, cúrame tantos jamones y tantos salchichones; guárdame tantas hojas de tocino”.

Los milicianos llegaron un día con un camión y se lo llevaron todo. Se llevaron 17 hojas de tocino, 15 o 20 jamones, 15 o 20 pavos, cerdos, gallinas, pollos y de todo. Después teníamos que ir por las chacinas al Ayuntamiento y sacar un vale.

Mi abuelo también tenía una vaqueriza, donde ahora está el bar STOP, con alrededor de una docena vacas de leche.

Los productos incautados eran transportados en carros y borricos a un economato donde eran almacenados. El sitio que eligieron como economato y lugar de reparto, fue donde está ahora el Centro de Educación de Adultos, en la calle Salgueros nº 68.

Según Ildefonso Felguera Herrera, cuando acabó la guerra:

Aquí estuvo instalada una cocina, que cuidaba de dar alimentos a los más necesitados de la época, y muy particularmente a la desnutrida y hambrienta población infantil. […] Una casa de grandes dimensiones, que disponía de un gran patio, incautada al PSOE/UGT, a la que más tarde se le denominó “El Comedor”

DOCUMENTALIA (Pág. 174)

Según declaraciones propias en la causa seguida contra él, Andrés Herrera González dijo que, “fue nombrado Jefe de Economato a los tres días del movimiento. Su cargo era solo para recibir víveres, repartiéndose entre los necesitados y disponer su venta. El cargo se lo dio el alcalde por inspirarle más confianza que otros para llevar la contabilidad”.

A los vecinos que se dedicaban a la venta de leche de vaca y cabra, se les obligaba a facilitar leche a los enfermos pobres, mediante vales, que por prescripción médica, les fuera necesaria.

La leche de las vacas se la llevaban los milicianos para ellos, con un vale que hacían los médicos. Para nosotros solo nos dejaban la que gastábamos. En la puerta de mi casa en la calle Real, pusieron a un miliciano con una escopeta, para que no se vendiera leche a nadie que viniera con dinero. FRANCISCO GUERRERO

Los cabreros del pueblo tenían que ir diariamente a la puerta del economato con sus cabras y, tras ordeñarlas, dejar allí la leche que se requiriera, que luego se repartía. Las cabras que se encontraban en los cortijos, había una persona encargada de ir a recogerla.

JUAN RAMÍREZ RÍOS (a) “El Moreno”. Era el encargado de recoger leche y ordeñar las cabras de los cortijos por orden del Comité.

Pero no todo eran alimentos. Juan Morillo Mendoza, miembro del Comité de Campillos, firmó un documento que interesaba del Comité la incautación del tabaco existente en la sucursal de la Compañía Arrendataria de Tabacos, por haber sido declarada facciosa.

Para los repartos de comestibles y artículos de primera necesidad entre la población, se hicieron vales que había que ir a recogerlos en el Ayuntamiento, donde diariamente se confeccionaba una relación de las familias del pueblo que habían sido socorridas.

Este reparto entre los vecinos era hecho con arreglo a un baremo de distribución según las carencias, necesidades y los componentes de cada familia. El canje de vales por alimentos se hacía en el economato, así como en las tahonas y en las tiendas.

En el economato, estaban los rancheros que guisaban para los más necesitados y para el abundante número de refugiados que habían llegado a Campillos, huidos de los pueblos de Sevilla donde había triunfado el golpe militar. La comida elaborada, también era para los milicianos que estaban de guardia. Esta, una vez preparada, era introducida en un coche que la llevaba por los puestos de vigilancia que indicaba el Comité.

El tío Frasco me contaba:

Había un coche que le llamaban el de los “Huevos”, que era de Juan Campos Moreno, suegro de don Manuel Ruiz el médico, que le habían quitado los asientos y en medio ponían en canastas, la carne frita para repartir entre las guardias que estaban en las barricadas.

El vale en Campillos tenía una función similar a lo que después de la guerra, fue la cartilla de racionamiento. Era un sistema de reparto, principalmente de alimentos, de tal forma que a cada familia, en función del número personas que la componían, se le asignaba una cierta cantidad de alimentos o productos de primera necesidad.

El tío Frasco también me contó cómo se realizaba el reparto de vales en el ayuntamiento

“¿Cuantos sois de familia? – Tantos – Tenéis que ir tal día. Miran la nota y dicen: Os llevasteis tal día tal cosa; os pertenecen dos kilos de arroz, un kilo de azúcar y tantos kilos de carbón”. La carbonería estaba en la Iglesia, en la capilla del Cristo”

Gracias a los vales, en algunas casas, las más pobres, nunca habían comido tan bien como en aquel momento.

REQUISAS DE GANADO

Igualmente se llevaron a cabo requisas de ganado, tales como cerdos, cabras, ovejas, gallinas, conejos, vacas y terneros. Una vez requisado, los alimentaban con el trigo que aún estaba en las eras.

Antonio Muñoz Páez (MOLLINA). En el Cortijo Nuevo, fueron por primera vez unos cinco individuos, entre los que recuerda a Diego Galeote Cañamero (a) “Micaelo”, los cuales se llevaron todas las aves de corral, y que en otra ocasión volvieron con un camión, llevándose existencias en leña.

No solo se iba a los cortijos de la zona bajo dominio del Frente Popular, sino que cuando las reses empezaron a escasear, se organizaron columnas de milicianos que en caballerías se introducían en la zona nacional para la captura de ganado, tal como ocurrió en una que se organizó para ir a La Roda el 26 de agosto de 1936, que finalmente finalizó en fracaso.

Ese día en el “Diario de Operaciones 1936 – 1939” del General Varela, se escribe:

El comandante militar de La Roda, tuvo conocimiento a las 10, de que un grupo de fuerzas de caballería roja, se dedicaba al robo de ganado en las fincas próximas, ordenando la salida de dos secciones de Infantería de las fuerzas allí destacadas y 40 falangistas consiguiendo darles alcance a un kilómetro de Sierra Yeguas, estableciéndose vivo tiroteo y logrando rescatar 40 vacas y 180 cabras, teniendo por nuestra parte un sargento y un falangista heridos, regresando las fuerzas a La Roda sin más novedad.

Que él solamente salió una vez con una columna formada de veinte o treinta milicianos que fueron a Sierra Yeguas a recoger ganado por orden del Comité para abastecer de carnes a la villa de Campillos, sin autorización de los dueños, pero que tampoco llegaron a traérselas a Campillos. FRANCISCO ESCOBAR VALLE

Cuando desde el economato se avisaba, que las existencias de carne se estaban reduciendo, los animales a sacrificar eran conducidos al matadero. Una vez troceada, la carne la llevaban al economato. 

Tal era la abundancia de carne, que el Comité de Campillos no tuvo inconveniente en donar gallinas y pavos al Comité de Administración y Servicios  de la Diputación Provincial de Málaga. Recuerdo que por esas fechas, Pedro Velasco Olmo, el alcalde de Campillos, era presidente de la Diputación.

En el día de la fecha se han recibido en este Comité los siguientes donativos en especie y metálico, con destino a los establecimientos benéficos provinciales y a los refugiados a nuestro cargo:

Comité de Enlace de Campillos, 77 aves de corral y seis pavos.

19360827 003 El Popular

Las actuaciones sobre el ganado, incluso el de labor, fueron arbitrarias, el sacrificio de animales excesivo y el consumo de carne abusivo.

EL PROBLEMA DEL PAN

Como el pueblo necesitaba pan, el Comité de Campillos se incautó del grano de trigo existente en los graneros de las casas de derechas y de los cortijos, y a la fábrica de harina se le ordenó que no dejase un instante de moler para que no faltase el pan.

En las panaderías, se tuvo que amasar y cocer pan gratuitamente para la población. Si era necesario, el Ayuntamiento expedía vales a los panaderos del pueblo para que consiguieran el trigo con que elaborar el pan.

Fue al granero, e hizo entrega de 110 sacos de 90 kilos cada uno. El grano lo cargaron varios obreros en el camión, a los que acompañaban cuatro hombres armados enviados por el Comité. Ésta operación se desarrolló también otros días, siendo pesado en báscula todo el que se entregaba. De la fábrica de harinas se llevaron 20 sacos de harina en un camión, le dieron un recibo. El día siguiente, volvieron nuevamente, entregándoles otros 30 sacos, dándole nuevamente un recibo.

Los panaderos, una vez recogido el trigo a sus propietarios, lo molían por sí mismos si tenían medios propios para ello, o, en otro caso, encomendaban la molturación a la fábrica de harinas; amasaban después el pan en sus tahonas y lo despachaban al público a cambio de los vales correspondientes.

Señor Miguel Ortega

Sírvase usted sin escusa de ninguna clase a proceder a la organización de personal, para que mañana a primeras horas se “morture” la cantidad de trigo necesario para el abastecimiento de la población, en la Fábrica de Harinas que marcha bajo su dirección.

Caso de contravenir las órdenes anteriormente expresadas, incurrirá en las responsabilidades consiguientes.

Campillos a 22 de Julio de 1936

El Alcalde: Firmado Pedro Velasco


Compañero Pedro (Velasco):

Ahí te enviamos la cantidad de 1587 kilos de trigo, extrayéndose de la cantidad de 1950 kilos se restan 363 kilos advirtiéndote que el tanto por ciento que se descuenta es el de 21 por ciento. Nosotros no sabemos mucho de esa cuestión, pero nosotros tenemos entendido que el descuento es del 20 o 21 por ciento. Ustedes pueden certificar.


Encargado de la Fábrica de Harinas de Campillos

AYUNTAMIENTO DE CAMPILLOS

Sírvase entregar al portador del presente oficio treinta sacas de harina de cien kilogramos, que se le ha requisado para asegurar el abastecimiento de la población.

Campillos 24 de Julio de 1936

El Alcalde


EL PROBLEMA DE LA SUBSISTENCIAS

A excepción del pan y la carne, la mayoría de los víveres escasearon. Uno de los alimentos que faltó desde el principio fue el azúcar, lo que obligó al Comité a tomar una decisión:

ACTA DEL COMITÉ

En la villa de Campillos a 25 de Julio del 1936

Reunido en sesión el Comité encargado de la organización y dirección del movimiento, bajo la presidencia del compañero Juan Velasco Olmo, se acuerda lo siguiente:

Se acuerda no dar azúcar por no poder adquirirlo con dinero; pero que por el contrario se abastecerán a aquellos industriales que lo deseen, con la ventaja de hacerlo efectivo en el tiempo que antes se convenga.


En poco tiempo, empezó a faltar por completo todos los productos de la huerta: patatas, cebollas, pimientos, habichuelas, tomates, limones, etc. El sacrificio de las gallinas provocó la escasez de huevos.

También el bacalao salado y seco, alimento que tanta hambre había quitado a las familias pobres, empezó a faltar.

El problema de las patatas fue general en toda la provincia. Así lo denunciaba la prensa de la capital malagueña:

Existen vendedores de patatas que exigen al comprador, para venderles patatas, que adquieran otros artículos en el puesto. Eso es inadmisible y esta Alcaldía no permite ni permitirá, que eso ocurra. Por tanto, se advierte que no vuelvan a repetirse tales casos, y si algún dueño de puesto lo hiciera, que se denuncie inmediatamente al primer agente de la autoridad próximo, para imponerle la sanción necesaria.

19360801 001 El Popular

En algunos pueblos, como en La Roda, se llegó a intercambiar alimentos con otros lugares. En este caso carne por pescado con Málaga

Un día se pensó en adquirir pescado, y a Málaga caminaron cuatro novillas, para convertirlas en ocho o diez cajas de pescado. Unos miles de pesetas (del ganado), por cuarenta o cincuenta duros (del pescado). Como la adquisición del ganado se hacía sin dificultad, no importaba la pérdida en el cambio.

19360821 010 ABC

LA CLÍNICA DE URGENCIA

En la parte alta de la calle Santa Ana, en el número 36, ya había con anterioridad a la guerra una Clínica Municipal de Urgencia, donde realizaban su labor sanitaria los médicos, don Jacobo Lanzas Orellana (1901) y don Francisco Mesa Rodríguez (1901). Como subdelegado local de Medicina estaba don Juan Salguero Morales (1880). En el pueblo había también una comadrona que se llamaba doña Francisca Borrego (1893), natural de Lora de Estepa (Sevilla)

La primera ubicación de dicha Clínica estaba en la calle Real nº 79, en una casa que el ayuntamiento alquiló a don Antonio Palop Casasola. Entró en servicio a primeros de 1927, siendo su director el médico don Jacobo Lanzas Orellana. Era natural de Alameda, y llegó a Campillos con 24 años, con la carrera recién terminada.

JACOBO LANZAS ORELLANA

El ex diputado socialista de Campillos Benito Luna, encontró en la Clínica su refugio, durante los primeros días de la guerra civil

Que el 18 de Julio último se encontraba en Campillos, y ante la situación caótica que se produjo en el pueblo, consiguió el dicente ingresar en la Clínica de urgencia, donde desempeñó un puesto meramente administrativo, con el fin de sustraerse en lo posible a la actuación de los elementos dirigentes de la localidad y de la multitud desbordada, pues en realidad no puede afirmarse que los directivos ejercieran de hecho autoridad alguna, evitando también el contacto con elementos forasteros revolucionarios.

BENITO LUNA ANORIA

Un hecho significativo que ocurrió durante las primeras semanas de la guerra, en las que el Comité del Frente Popular estuvo al frente del  pueblo, y en la que los médicos de la Clínica tuvieron que intervenir, fue la herida de bala que sufrió el Jefe de las Milicias del pueblo, Fernando Parejo Romero.

Que a los seis o siete días de iniciado el Movimiento prestó su asistencia facultativa a Fernando Parejo Romero, el cual, según referencias, había sido herido por otro compañero suyo involuntariamente, indicando que la herida que presentaba el mentado sujeto era de poca consideración por tratarse de un sedal y que aproximadamente al término de los quince días fue dado de alta definitivo. JACOBO LANZAS ORELLANA

Que a los pocos días de iniciado Movimiento recibió una herida por arma corta de fuego en sedal, en la región del triangulo de Scarpa derecho, debido a una imprudencia de un compañero suyo, mientras se encontraba prestando servicio de guardia en el Ayuntamiento de Campillos. FRANCISCO MESA RODRIGUEZ

También se puede señalar la cura que se tuvo que realizar la noche del 15 de agosto, al conductor del camión que conducía a más de veinte personas de Campillos a la muerte.

La noche en que fueron asesinadas varias personas, no se encontraba en la Clínica. Fue llamado a ella para que curara a un chofer de una herida en la espalda producida por arma blanca. Le produjo gran extrañeza la explicación que el lesionado le dio de cómo se la había producido. A la mañana siguiente se enteró de que había herido por un muchacho llamado (Pedro) Cañamero cuando lo conducían junto con otras personas de derecha a asesinar. JACOBO LANZAS ORELLANA

La Clínica, era uno de los lugares donde se solía poner una mesa electoral. En las municipales de febrero de 1936, allí votaron los vecinos de las calles Guzmanes y Santa Ana.

Una vez entraron las tropas nacionales en Campillos, para atender a los heridos que venían del frente de Gobantes, la Cruz Roja instaló en la casa de Baltasar Peña Hinojosa, en la calle San Sebastián nº 9, lo que llamaban un Hospital de Sangre. Así lo podemos ver en el libro de Gil Gómez Bajuelo, “Málaga bajo el dominio rojo”, pág. 25.

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En la primera crónica de "El Comité del Frente Popular de Campillos", hablé de los orígenes de dicho Comité, que fueron anteriores a la guerra civil, de cual fue su composición y su organización a partir del inicio de la guerra, de como fue la entrega de armas a las milicias, de la actuación de la Guardia civil del pueblo en esos primeros días, del cuerpo de Carabineros que vinieron a reforzar las milicias locales, y de como se retribuía económicamente a los milicianos por su actividad.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/02/el-comite-del-frente-popular-de.html

La próxima Crónica, será la tercera parte de "El Comité del Frente Popular de Campillos". En ella hablaré de los refugiados que llegaron a Campillos procedentes de los pueblos sevillanos que habían sido ocupados por las tropas rebeldes del general Queipo de Llano. También contaré los sucesos que ocurrieron en esos pueblos que motivaron la huida de estas personas.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/03/el-comite-del-frente-popular-de.html


EL COMITÉ DEL FRENTE POPULAR DE CAMPILLOS. PRIMERA PARTE

 

EMBLEMA DEL FRENTE POPULAR



Desde antes de la revolución o intento de golpe de estado de octubre de 1934, sindicatos y partidos de izquierda estaban organizando unidades paramilitares susceptibles de convertirse en unidades operativas, que permitiesen el desarrollo seguro de sus actividades políticas y sindicales, además de la protección de sus locales o la escolta de los líderes.

La existencia de la Brigada Motorizada de las Juventudes Socialistas, las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC) del PCE, y otras organizaciones de semejante carácter como los Comités de Defensa de la CNT, indicaban claramente la voluntad de la izquierda de organizarse para hacer la revolución y luchar contra el fascismo (la Falange se fundó en octubre de 1933). Algunas de ellas se definían a sí mismas, como organizaciones de carácter deportivo-militar, creadas para la defensa de la República.

Recordemos que fueron las milicias comunistas, las que intervinieron en la muerte en Madrid, el 14 de junio de 1934, del joven campillero Juan Cuellar Campos, afiliado a Falange, en la Casa de Campo de Madrid.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/07/la-tragedia-de-una-familia-de-campillos.html

Por su parte, las milicias socialistas fueron las que intervinieron en el movimiento de octubre de 1934. Estaban preparadas para asaltar los cuarteles y centros militares, y su meta era establecer la dictadura del proletariado. Habían adquirido numerosas armas de todas las clases y gran cantidad de municiones, que ocultaron en varios lugares de Madrid.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/10/octubre-de-1934-parte-primera-la.html

Dos miembros de la Brigada Motorizada participaron en el asesinato del líder de la oposición, José Calvo Sotelo en la madrugada del 13 de julio de 1936.

LA LLEGADA DEL FRENTE POPULAR AL PODER

Las Cortes habían sido disueltas por Decreto de 7 de enero de 1936, firmado por el Presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora. Las elecciones generales fueron convocadas para los domingos 16 de febrero y 1 de marzo de 1936. Para participar en las mismas, los principales partidos de la izquierda, formaron una coalición electoral a la que denominaron “Frente Popular”.

En el diario comunista Mundo Obrero del 15 de febrero, se publicó el programa electoral del partido comunista para el Frente Popular. Entre sus puntos estaban:

14) Desarme y disolución de todas las instituciones monárquicas y fascistas. Clausura de sus centros y clubs de conspiración, y confiscación de sus propiedades y bienes.
15) Depuración del Ejército y de todas las instituciones armadas, de los oficiales monárquicos y fascistas.
16) Creación de una milicia popular armada, formada por obreros y campesinos.

En las elecciones, se produjo prácticamente un empate en votos entre la derecha y la izquierda, pero la ley electoral y una serie de irregularidades otorgaron amplia mayoría parlamentaria a la coalición del Frente Popular. La primera decisión de la nueva mayoría de izquierda fue amnistiar a los rebeldes de octubre de 1934.


José Pla escribiría en una de sus crónicas «En la celebración del triunfo electoral se vieron más banderas rojas que republicanas. Se asistió a una parada militar de las juventudes comunistas y se tuvo la sensación de que el tono del Frente Popular lo daba ya el extremismo social»

Tras las elecciones generales, el Partido Comunista pide que el nuevo Gobierno arme las milicias: «El Gobierno - se afirma en “Mundo Obrero” el 24 de marzo - debe procurar que el pueblo mismo sea quien corte las provocaciones y los crímenes de los reaccionarios y sus aliados. Para ello no hay más que un camino: armar al pueblo».

Se llegó a recomendar que, a falta de armamento tradicional, era necesario que las milicias aprendieran los métodos de autodefensa y ataque que ofrecen instrumentos como martillos, hoces, palos, y cuerdas.

Desde la prensa afín a los partidos del Frente Popular -“El obrero de la tierra”, “Claridad”, “Renovación”, “Juventud Roja”, etc.-, se publicaban artículos «excitando el celo de todas las organizaciones proletarias para que formen a toda prisa las milicias del pueblo, ante la inminencia del ataque de las fuerzas reaccionarias, ha precedido en el campo como chispa en rastrojo reseco».

Felipe Sánchez-Román (1893), catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Madrid, participante en el pacto de San Sebastián que ayudó a la llegada de la Segunda República, diputado en Cortes en la primera legislatura de la República, pensaba sin embargo, que las milicias eran un potencial adversario del Estado.

En la elaboración del pacto-programa que sirvió de manifiesto electoral al Frente Popular hubo un episodio interesante. Redactó aquel documento el señor Sánchez Román; y se abstuvo, este mismo señor de firmar el escrito y aun se separó del bloque, de izquierdas y revolucionarios, porque no fue aceptada una proposición suya. La proposición del señor Sánchez-Román consistía en incluir un apartado en el que se previera la disolución de las milicias.
[…]
El enemigo natural de las milicias, por la constitución y por los fines esenciales de éstas, no es este partido político o aquel, sino el Estado mismo. Darán la impresión de hallarse a bien con el Gobierno, y hasta de defenderlo, si el Gobierno las obedece, las atiende o las da gusto. Se rebelarán contra él, si no las satisface en todas sus pretensiones. De esta manera no le queda al Poder ejecutivo, más recurso que disolverlas y gobernar para todos y según ley, o atenerse a lo que ellas dispongan
[…]
Dan lugar además, infaliblemente, a reacciones similares contrarias. Porque si una parte de los ciudadanos advierten que el Estado se desentiende de la constitución y actividad de esas fuerzas militarizadas, que no pueden por tanto confiar en el Gobierno, propenderán a apercibirse contra el peligro de inseguridad y a defenderse por los mismos medios y procedimientos.
19360221 001 El Debate

Al lado de los institutos armados del Estado no pueden tolerarse organizaciones armadas también de ninguna clase. Llámense como se llamen y propónganse lo que se propongan. Todas esas organizaciones, declaradas ilegales, es urgente proceder a disolverlas.
Nadie pondrá reparos a la doctrina estatal que sustentamos. Jurisconsulto de tanta valía como el Sr. Sánchez Román, fiel a ella, hubo recientemente de rechazar el pacto electoral de Izquierdas, que había negociado, porque en él, con error manifiesto, se pretendía el reconocimiento de las milicias socialistas. Eso era una infracción constitucional y una herejía en Derecho público.
En un Estado libre, con ciudadanos libres, no puede haber milicias de partido. Representaría el absurdo de organizar a sabiendas, armando hoy unas milicias y mañana otras, una guerra civil a cuenta y riesgo de la propia nación. Y si no era esto, que es lo más .seguro, sería otra cosa tan mala o peor. Las milicias civiles, ya se uniformen con camisa negra o con blusa roja, son las avanzadas, las fuerzas de choque al advenimiento de las dictaduras.
Si no se quiere nada de eso, y el país lo rechaza porque quiere vivir en un régimen de igualdad ciudadana, de democracia auténtica y de legalidad constitucional, sin facciones belicosas y sin milicias coactivas, no hay más remedio que llevar a cabo un desarme a fondo. Armamentos no puede haber más que en los depósitos militares y en los parques de la Policía, que están bajo la vigilancia y la salvaguardia del Estado. Los arsenales clandestinos es preciso desalojarlos, y lo recogido debe enviarse a la fundición como inservible chatarra. Las manos no deben empuñar el arma más que en los cuarteles, en cumplimiento de los deberes militares. Las manos son para manejar la pluma en las tareas de la inteligencia o los instrumentos útiles en los empeños de trabajo.
Sobre todo, y sin duda en primer término, hay el deber en todos de influir en la pacificación de los ánimos exaltados, inclinados por el odio a la violencia y a las represalias. El odio ha destruido siempre, pero que no ha edificado nunca nada.
Comencemos, pues, por donde se debe empezar. Que es el desarme de los espíritus.
19360228 001 El Sol

El mismo Largo Caballero, el llamado “Lenin español”, en un manifiesto del partido socialista decía: «Queremos advertir a nuestros compañeros socialistas, comunistas y sindicalistas, la necesidad imprescindible de constituir en todas partes, conjuntamente y a cara descubierta, las milicias del pueblo».

LAS MILICIAS DEL FRENTE POPULAR CELEBRAN LA VICTORIA

El domingo 1 de marzo, se produjo en Madrid una manifestación con motivo de la victoria electoral del Frente Popular, en la que desfilaron uniformadas las milicias socialistas y comunistas, que entregaron al jefe de gobierno, Manuel Azaña, las conclusiones del Frente Popular en la que se pedía entre otros puntos, «la disolución y desarme de todas las bandas fascistas y monárquicas, verdadero peligro para la marcha ascendente de la República democrática». En la presidencia estaban Largo Caballero, Martínez Barrio, Ortega y Gasset, Sánchez de Albornoz, etc.


Las MAOC desfilando en el Paseo de la Castellana de Madrid el 1º de Marzo con el uniforme compuesto por una camisa azul celeste y corbata o pañoleta roja. También desfilaron las Milicias Socialistas de Madrid, que tenían como uniforme, camisa roja y corbata negra. Ambas milicias vestían con pantalón o falda oscura. La bandera que lo encabeza lleva la estrella de tres puntas, símbolo del Frente Popular

Desfilaron grupos de los partidos republicanos: Unión Republicana, Izquierda Republicana, Partido Republicano Federal, las organizaciones sindicales, el partido Socialista, el partido Comunista y organizaciones de la CNT. En la manifestación figuraban escuadras de las Juventudes socialista y comunistas, uniformadas y que marcaban el paso con ritmo militar.

TRAS LAS ELECCIONES DE FEBRERO DE 1936, REPOSICIÓN DE LAS CORPORACIONES MUNICIPALES

El gobierno de Manuel Azaña surgido de las elecciones generales de febrero de 1936, emprendió la reposición de las corporaciones municipales destituidas bajo el bienio derechista, a raíz de los sucesos de octubre de 1934. En este caso, sin embargo, el cambio de estas corporaciones, no llegó de mano del ministro de la Gobernación, Amós Salvador, sino que fueron las manifestaciones encabezadas por dirigentes locales y provinciales del Frente Popular, las que marcharon hacia los consistorios y tomaron posesión de éstos sin la preceptiva disposición gubernativa. Estas acciones, que provocaron un vuelco político mayúsculo en los gobiernos provinciales y locales, serían legalizadas posteriormente por el gobierno de Azaña.

La composición de los nuevos ayuntamientos no fueron un reflejo de los resultados obtenidos en las elecciones de abril de 1931, las únicas elecciones municipales que hubo durante la segunda república, sino del reparto de fuerzas que a nivel local representaba el Frente Popular.

En Campillos, el 20 de febrero de 1936, fue nombrado de nuevo alcalde, el socialista Francisco Oliva González. 

EL COMITÉ LOCAL DEL FRENTE POPULAR

Tras dichas elecciones de febrero de 1936, en los pueblos y ciudades se crearon comisiones o comités locales del Frente Popular, con la finalidad de desarrollar a nivel municipal el programa con el que se habían presendo a dichas elecciones, interactuando como canal de enlace entre los partidos y sindicatos frentepopulistas, y los ayuntamientos que gobernaban.

En Campillos también se formó un Comité del Frente Popular, que muy pocos días después de las elecciones, envió un escrito al semanario “El Obrero de la Tierra”, una publicación de la Federación Española de Trabajadores de la Tierra (FETT), sindicato socialista, en la que proponía la creación de una Milicia Popular Antifascista a nivel nacional.

Dicho documento, fechado el 4 de marzo de 1936, fue publicado en dicho semanario en dos entregas, los días 11 y 18 de abril de 1936. El documento venía firmado por las organizaciones del Frente Popular de Campillos:
  • Por Unión Republicana, el Secretario, D. Morillo; el Presidente, Rafael Gallegos
  • Por la Agrupación Socialista, el Secretario, D. Gómez; el Presidente, Pedro Velasco.
  • Por la Juventud Socialista, el Secretario, J. Gallardo; el Presidente, Blas Olmo.
  • Por la Sociedad de Obreros de la Tierra “El Primero de Mayo”, el Secretario, Pedro Velasco; el Presidente, Blas Olmo.
Así se expresaban en dicho documento:

La derrota sufrida por los elementos reaccionarios en las elecciones gloriosas del 16 de febrero, que de tanto júbilo han llenado a los espíritus populares y antifascistas, cual son los que integran y simpatizan con el Frente Popular, ha sido interpretada como una anulación del fascismo en nuestro país. Tal modo de interpretar ese fenómeno político es absolutamente erróneo. Las clases tradicionalmente poderosas en España y sus representantes en la política, podrán en estos momentos de verdadero estupor para ellas, permanecer silenciosas, pero no inactivas. Sabemos que los que desde los primeros momentos de la República comenzaron a hostilizarla, y después llegaron a penetrar en ella disfrazados de republicanos, para desnaturalizarla en su esencia, buscan el instante a propósito para darle el último zarpazo.
Si el pueblo no está alerta realizarán sus malvados propósitos. Esto lo saben todos los hombres de izquierdas. Los elementos fascistas (aunque no se lo llamen) no lo ocultan. Léanse sus discursos, obsérvense sus actividades y se verá en ellos de un modo contundente que su espíritu—y de ello alardean—es puramente antiliberal y antirrepublicano, y su aspiración, cambiar el sufragio que llaman inorgánico por el corporativo, y aspiran, al fin, a un estado totalitario dirigido verticalmente, es decir, por una dictadura que sin discusión haga y deshaga, no sólo en el orden político, sino en el económico; y como en este orden son los grandes capitalistas los que imperan (terratenientes con un concepto feudal de la propiedad, aparadores en gran escala y financieros), éstos harían la ley en perjuicio de las clases modestas de la sociedad.
Pero no basta ver el peligro: hay que hacerle frente con obras, cual es la que nos proponemos. El Frente Popular es la concreción práctica de que el espíritu público sabía dónde estaba su enemigo: pero ¿y después de las elecciones? Después de ellas no podemos permanecer cruzados de brazos. Al enemigo, y mucho menos si es tan poderoso, no se le vence con la inacción; quien espera el ataque sin prepararse contribuye a la derrota. Es preciso atacar y a eso va dirigido el proyecto que se desarrolla a continuación, y para atacar es indispensable el esfuerzo y la unión de todos los que constituimos el Frente Popular, hoy victorioso. Frente que, sea cualquiera la suerte que corra en cuanto a los problemas de gobierno, hay que sostenerlo, hasta que el fascismo quede aplastado materialmente, que no es, por desgracia, como hasta ahora.
A ello se encamina el presente proyecto de crear una Milicia Popular Antifascista.
INSTRUCCIONES
Artículo 1.° En todas las localidades que haya organizaciones del Frente Popular y acepten nuestra iniciativa, deben constituir una Agrupación Pro Milicia Popular Antifascista , la cual organizará actos de propaganda, publicará manifiestos y utilizará cuantos medios sean necesarios para crear un estado de opinión favorable a esta iniciativa.
Art. 2.º La Agrupación la compondrán:
Los Comités de Frente Popular, donde estén constituidos y, en caso contrario, una Comisión nombrada a este efecto. Además de este Comité o Comisión, los individuos del Frente Popular que desempeñaran el cargo de Apoderados o Interventores en las elecciones del 16 de febrero, presos políticos y sociales que hayan sido amnistiados o hayan cumplido condena, los colonos desahuciados de sus tierras en virtud de la Ley de Arrendamientos, los funcionarios y empleados represaliados por sus ideas y cuantos individuos hayan sido objeto de persecución o malos tratos de una forma notoria, siempre que todos continúen perteneciendo a las organizaciones del Frente Popular.
Art. 3.º Una vez constituida esta Agrupación, elegirá de entre su seno una Directiva de los miembros más capacitados para esta labor de propaganda, tener relaciones con esta Comisión organizadora y crear grupos con los elementos de confianza en las localidades próximas que no haya organizaciones del Frente Popular.
Art. 4.º Si en alguna localidad, algunas organizaciones o elementos del Frente Popular, no están conformes con esta iniciativa, los demás deben constituirla de por si dando cuenta detallada de las razones en que dichos elementos fundamenten su negativa.
Art. 5.º Tan pronto estén constituidas estas Agrupaciones Pro Milicias Populares Antifascistas, comunicarán a esta Comisión organizadora, a la cual cabe el honor y responsabilidad de esta iniciativa, los siguientes datos:
1. Organizaciones del Frente Popular en la localidad.
2. Las que hayan prestado su conformidad y las que no, en este caso, las razones en que fundamenten su negativa.
3. En caso de haber organizaciones o elementos del Frente Popular o simpatizantes de éste que combatan esta idea con éste u otro pretexto, nombres, antecedentes y cuantas razones empleen.
4. Acogida, en general, que haya tenido esta idea.
5. Informes detallados de cuantos incidentes y dificultades se originen sobre el particular.
6. Elementos que componen la Agrupación, cuantos representan a organizaciones, agentes electorales, represaliados, perseguidos y demás elementos a que se refiere el artículo 2 º. Nombres de la Directiva, dirección a que haya de dirigir la correspondencia y cuantos datos sean de interés.
Para evitar recelos, estas Milicias no deben ser obra de ningún partido y mucho menos instrumento de nadie; solamente harán frente al fascismo, que es su misión.
Para formar parte de ellas no será preciso ningún renunciamiento ideológico, lo que hará falta es respeto y tolerancia para todos los que tenemos por enemigo al fascismo.
Cada cual, conservará sus principios fuera de las milicias, dentro una disciplina férrea y permanecer indefectiblemente sometido a nuestra consigna: “Contra el fascismo y sus cómplices”.
[…]
Nosotros, clase media, obreros campesinos, pequeños industriales y demás elementos que formamos parte de todas las organizaciones del Frente Popular en esta localidad, que aun no teniendo grandes conocimientos, tenemos la necesaria experiencia práctica, anunciamos que no hemos de ceder hasta ver realizadas nuestras aspiraciones de crear una milicia, sea cual sean las dificultades que se pongan a nuestro paso. Tal es la fe que tenemos en ello.
Prestaremos gran atención a las cartas que se nos dirijan y la Agrupación, cuando la oportunidad lo aconseje, organizará una Asamblea preparatoria en que dará cuenta de su gestión y se nombrará el organismo que continúe la propaganda y organice un Congreso nacional donde con intervención del Frente Popular o los partidos que lo integran, se dará fin a nuestras aspiraciones de constituir una Milicia Popular Antifascista, que garantice el triunfo del 16 de febrero. Examinad esta idea con el interés que merece, si creéis que se ha omitido algo de interés comunicarlo y lo estudiaremos.
Antes de rechazarlas, pensad las responsabilidades que contraéis. No solamente tenemos fe en esta idea, sino que si por desgracia y a pesar de nuestros esfuerzos, no prospera, tendremos la satisfacción de haber salvado nuestra responsabilidad ante la Historia.
¡Viva la futura Milicia Popular Antifascista! ¡Abajo el fascismo!
Campillos (Málaga), 4 de marzo de 1936.


La idea que se proponía desde el Comité de Campillos, era constituir en todas las localidades de España que hubiera organizaciones del Frente Popular, una “Agrupación Pro Milicia Popular Antifascista”. Dicha Agrupación se dedicaría exclusivamente a impulsar la idea de crear una única Milicia Antifascista a nivel nacional. Para ello, el mismo Comité de Campillos, se erigía él mismo en Comisión organizadora, a la que todas las localidades que a nivel nacional se unieran a la idea, debían comunicar una serie de datos.

Según “El Obrero de la Tierra” la idea propuesta por el Comité de Campillos era un acierto, pero veían a dicho Comité con poca capacidad para llevarla a cabo, por lo que pedía que 
el proyecto lo tomara  en sus manos, personas de mayor prestigio.

El acierto de los antifascistas de Campillos estriba en dos cosas. Primera: en haber dado entrada en las Milicias proyectadas a todos los elementos del Frente Popular de izquierdas, con lo cual adquieren un auténtico sentido antifascista y se constituyen en el órgano armado de la revolución democrática, etapa que nosotros los socialistas pensamos superar en plazo breve. El segundo acierto de la iniciativa consiste en dar la fórmula para organizar las milicias, tan ansiadas por todos, aunando los esfuerzos dispersos. Pero, aceptada la idea y rendido un tributo de aplauso al Comité de Frente Popular de Campillos, creemos necesario que la tomen en sus manos personas que, por el prestigio de su nombre y por radicar en la capital de la República, se hallan en situación de trocar en realidad tangible, con menor esfuerzo y con mayor rapidez y eficacia, el proyecto magnífico.

El mismo Comité de Campillos, se veía con escasa capacidad para sacar en solitario el proyecto adelante:

Conformes a este criterio, y no teniendo capacidad para articular un asunto de esta envergadura, solamente hemos querido darlo a conocer y a este efecto hemos creado organismos de propaganda, conforme a las instrucciones, que para mayor rapidez y garantías es un procedimiento automático.

Este proyecto, aunque fue muy alabado, no ha quedado constancia que germinara en lugar alguno. Pero su elaboración y presentación, da una idea de la importancia, solidez y actividad que realizaba, previamente al 18 de julio, el Comité del Frente Popular de Campillos.

En dicho Comité había una representación de todos los partidos y sindicatos locales que habían apoyado las listas del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero. Como vemos en las firmas del documento, lo formaban Unión Republicana, el partido de Diego Martínez Barrio, la Agrupación Socialista, la Juventud Socialista y la Sociedad de Obreros de la Tierra “El Primero de Mayo”

SE CONVOCAN NUEVAS ELECCIONES MUNICIPALES

Con el triunfo del Frente Popular, buena parte de los concejales de los partidos republicanos de centro-derecha que habían sido elegidos por sufragio en abril y mayo de 1931, fueron despojados de su mandato, siendo designados en su lugar nuevos concejales a representantes de otras organizaciones que conformaban el Frente Popular, que en muchos casos no se habían presentado a dichas elecciones de 1931. Eso explica la entrada de comunistas y sindicalistas a partir de marzo y abril en los ayuntamientos.

Además, los ayuntamientos elegidos en abril de 1931, se encontraban en una notoria anormalidad debido al incumplimiento de las disposiciones de la ley Municipal de 1877, aún vigente, que obligaba a la renovación por mitad cada dos años de los concejales. Por tanto, según la ley, se debían haber realizado elecciones municipales en 1933 y 1935, cosa que no se hizo, por lo que el Gobierno se veía en la obligación de convocar, de un modo excepcional, unas elecciones con el fin de renovar, en su totalidad, los actuales ayuntamientos y proceder a la constitución de nuevas corporaciones.

Éste hecho hizo, que el gobierno de Azaña planteara la celebración de nuevas elecciones municipales, puesto que la realidad política era bien distinta a la de abril de 1931. Así, el 17 de marzo el Gobierno convocaba, oficialmente, mediante Decreto, elecciones municipales para renovar por completo todos los ayuntamientos españoles.

El decreto indicaba que los comicios municipales se celebrarían la simbólica fecha del 12 de abril de 1936. Sobre la elección de este día para la celebración de los comicios, parece claro que el Gobierno intentaba recordar una fecha gloriosa que supuso el advenimiento de la República, como consecuencia de los resultados de unas elecciones municipales.

En un principio parecía que el Frente Popular repetiría una lista conjunta de las organizaciones que lo conformaban en cada municipio.

Pero el 3 de abril, cuando ya las listas estaban preparadas, y se esperaba a la proclamación de candidatos el domingo 5 de abril, el Gobierno publicaba un decreto con un único artículo:

«Se suspenden las elecciones municipales convocadas por el Decreto de 17 de marzo último, quedando sin efecto todas las operaciones electorales practicadas como consecuencia de dicha convocatoria. Dado en Madrid a tres de abril de 1936. Niceto Alcalá Zamora y Torres. El ministro de la Gobernación Amos Salvador y Carreras».

Según Manuel Azaña, se suspendieron: «Para que no coincidan con otros fenómenos políticos de importancia». El fenómeno político de importancia era la destitución de don Niceto Alcalá Zamora, como presidente de la República por las Cortes del Frente Popular el 7 de Abril de 1936, en un acto de dudosa constitucionalidad.

Con Alcalá Zamora destituido, el presidente de las Cortes, el líder de Unión Republicana Diego Martínez Barrio, quedó como presidente de la República interino. El día 11 de abril, se publicaba la convocatoria a elecciones generales de Compromisarios para la elección de nuevo Presidente. Las mismas se celebrarían el 26 de abril

En Campillos, el 17 de abril de 1936, fue nombrado de nuevo alcalde el socialista Pedro Velasco Olmo, 
detentando las dos tenencias de alcaldía su hermano Juan Velasco Olmo y Cristóbal Barquero Reina, también socialistas. Ese mismo día el Consejo de Ministros acordó la disolución de todas las Ligas fascistas y organizaciones de tipo análogo, siendo declaradas ilegales.

Una de las primeras medidas que tomó Pedro Velasco como alcalde fue pedir «que comparezcan ante él los vecinos que tengan que exponer quejas de la Guardia Civil»
BALTASAR PEÑA en "Pequeña Historia de la Villa de Campillos" (pág. 122)

En un acto celebrado en el cine Montecarlo (Madrid) por los socialistas, el 24 de abril, con motivo de las elecciones de Compromisarios, el diputado socialista, Pascual Tomás, dijo «…que es conveniente que se armen las milicias obreras, las que responderán solemnemente, con toda lealtad, en defensa de la República cuando esta se vea atacada por sus enemigos» (19360425 007 La Libertad). Estas palabras las vuelve a repetir en otro mitin celebrado el día siguiente (19360426 005 La Libertad).

El 26 de abril se celebraron a nivel nacional las elecciones de los Compromisarios que debían elegir el nuevo Presidente de la república. El resultado de dichas elecciones en Campillos fue el siguiente:



El 10 de mayo de 1936, Manuel Azaña sería elegido en el Palacio de Cristal del Retiro madrileño, segundo Presidente de la República.




Antes de entrar en el relato del funcionamiento del Comité del Frente Popular de Campillos, y por llevar un orden cronológico, en el pueblo ocurrieron sucesos muy importantes como los que describí en “SUCESOS OCURRIDOS EN CAMPILLOS LOS DÍAS 28 Y 29 DE MAYO DE 1936”, en los que hubo un asesinato y la detención de cerca de un centenar de personas de derechas.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/06/sucesos-ocurridos-en-campillos-los-dias.html

Otro hecho muy importante, fue la huelga de los campesinos de la comarca de Antequera que comenzó el 21 de mayo, a la cual se unieron posteriormente casi todos los pueblos de la provincia, entre ellos Campillos. El motivo era el no haberse elaborado las nuevas bases por las que han de regirse los trabajos en la temporada de verano. La huelga fue seguida por más de 80.000 obreros, y finalizó el 10 de junio. La forma en que se desarrolló la huelga en Campillos, fue motivo de intervención y debate en el Congreso de los Diputados. Este será el motivo de una futura Crónica que escribiré en este Blog.

EL COMITÉ DEL FRENTE POPULAR DE CAMPILLOS A PARTIR DEL 18 DE JULIO

Como hemos visto, con anterioridad al 18 de julio, ya existían las milicias del Frente Popular, realizando funciones de seguridad y vigilancia de los partidos afines, y los comités apoyando a las corporaciones municipales del mismo signo.
Cuanto se produjo el golpe de estado por los militares, dichos comités y milicias eran unas organizaciones con un modo de funcionamiento bien engrasado, que solo tuvieron que modificar sus objetivos inmediatos. 

Desde ese momento, pasaron a ser órganos de gestión revolucionaria que, en el ámbito local y provincial, asumieron el poder en sustitución de los ayuntamientos y de otros organismos de la administración, apropiándose en muchos casos de los bienes y dirección de fábricas, talleres y empresas que antes dirigían sus dueños, directores o gerentes. En este sentido, los comités sustituyeron y, en otras coexistieron con las instituciones republicanas, al menos hasta los últimos meses del verano de 1936.

El 18 de julio era sábado, y en la comarca de Campillos la mayoría de la población estaba ocupada en las tareas del campo, ajena a los sucesos que estaban ocurriendo en las ciudades.

A través de las emisoras de radio de Málaga 
(EAJ 9, Radio Málaga),  Sevilla (EAJ 5, Unión Radio), Ceuta, Tetuán o Madrid, se recibían noticias confusas y contradictorias de lo que estaba ocurriendo en todo el país. Unas apuntaban a un éxito del pronunciamiento militar y otras aseguraban el aplastamiento del mismo.

En las calles, el desconcierto, las radios  a todo volumen incitando a la lucha desde el Gobierno de Madrid, mientras por otro lado las charlas de Queipo de Llano desde Sevilla proclaman su triunfo. Un maremágnum que no sabe uno a qué carta quedar.
DIARIO DE FEDERICO MANZANO SANCHO (Pág. 100)

Debido a la agitación que produjo los rumores de la sublevación militar y las noticias confusas transmitidas por la radio, la primera reacción de algunos dirigentes locales de los partidos del Frente Popular fue viajar a Málaga para entrevistarse con los líderes provinciales, conocer la situación en la capital de primera mano, y recibir instrucciones de los mismos para afrontar la nueva situación.

"...con el solo objeto de enterarse por algún medio del estado de la rebelión en que se había colocado el Ejército en su mayoría frente a la República Española cuyas noticias extraoficiales corrían de boca en boca y no era posible comprobar por falta de comunicaciones, puesto que el correo no circulaba y la prensa no se recibía”.

En Campillos, el mismo 18 de julio es detenido por una pareja de la Guardia Civil, Juan Gallardo Rueda de 34 años, en el domicilio de sus suegros, en la Puerta Teba, donde vivía. D
e estado civil, viudo de Leonor Peral.

Fue conducido a la cárcel, en la que permaneció hasta la madrugada del 15 de Agosto, en que fue sacado con otros presos y asesinado. Era el primer detenido de una serie larga de detenciones que ya iremos viendo en próximas Crónicas. 

Juan Gallardo, ya estuvo en prisión, junto con muchas personas más de derechas, por los sucesos ocurridos la noche del 28 de mayo en Campillos. La causas de que fuera el primer detenido, quizás obedeciera a que desde las izquierdas, sospecharan de él como autor de la muerte de José González Escalante (a) Cordero, esa noche del 28. Era albañil y estaba afiliado a Acción Popular, el partido de Gil Robles.

Como vemos, fue la guardia civil la que detuvo a Juan Gallardo. El papel de la Guardia civil de Campillos, al mando de la cual estaba el brigada Justo Olivares y el teniente Miguel Tormo Lobera como jefe de Línea, fue de lealtad al gobierno de Madrid. En esos momentos se mantuvieron a las órdenes del gobernador civil de Málaga, José Antonio Fernández Vega y del alcalde Pedro Velasco Olmo. Según Baltasar Peña: «La Guardia Civil quedó acuartelada, impasible ante los acontecimientos, por orden de los superiores».

Cuando amaneció el domingo 19 de julio, parecía claro que los militares rebeldes se habían impuesto en las capitales de Sevilla, Cádiz y Córdoba, mientras que habían fracasado en la capital malagueña.

En todas las zonas bajo control gubernamental, los partidos y los sindicatos, una vez reprimida la rebelión, se pusieron a la tarea de organizar, mediante voluntarios, unas milicias armadas, con las que trataron de suplir las carencias del debilitado aparato estatal y el vacío causado por la quiebra de las estructuras militares.

En Ronda, la noche del 18 al 19 de julio de 1936, el teniente coronel de la Caja de Recluta, Tomás Oliver Martínez, intentó declarar el Estado de Guerra y hacerse cargo del mando de la población. Dicha sublevación militar fue abortada por la acción de la alcaldía, de la militancia sindical y obrera, junto a la actitud del cuerpo de Carabineros.

Cuando en Campillos se tuvo noticias de este hecho, la mañana del 19 marcharon hacia Ronda un grupo de milicianos con el propósito de defender al gobierno del Frente Popular. Allí se produjo una gran concentración de campesinos de toda la comarca. Así lo testimonia José Moreno Ramírez en la Causa 6089 de 1939, seguida contra él y contra Juan Morillo Mendoza.

El día 19 empezaron a adoptarse las primeras medidas de resistencia contra el levantamiento militar. Al conocer la noticia de la sublevación, los sindicatos obreros CNT y UGT, declararon la huelga general en toda España. Era una forma de protestar contra el golpe. Nadie en el pueblo salió a trabajar.

En camiones, algunos de ellos requisados, sindicalistas y milicianos, recorrieron toda la comarca con objeto de avisar de que había estallado la guerra a los campesinos dispersos por el campo y que estaban ocupados en las tareas del mismo: «En guerra no se trabaja, se hace huelga general», era uno de sus gritos.

Iban con banderas, con letreros revolucionarios, armados con escopetas y fusiles, y vestidos con mono azul y pañuelo rojo al cuello. A algunos campesinos reticentes los amenazaban de muerte si no obedecían. Los obreros que estaban en el campo y en los cortijos empezaron a regresar al pueblo.

La Comisión Gestora municipal de Campillos, presidida desde el 17 de abril de 1936 por el socialista Pedro Velasco Olmo, dejó de ser el órgano de gobierno real de Campillos y en su lugar el Comité del Frente Popular, asumió todas las competencias en materia de orden público, defensa, abastecimiento y de la economía local en general. Estableció su sede en el mismo edificio del Ayuntamiento, en la calle Real.

Con motivo de haberse constituido el comité del Frente Popular para la defensa de los intereses de la población y colaborar al auxilio inmediato de las milicias y otros asuntos relacionados con el estado de la guerra, la Comisión Gestora se inhibió de su actuación dejando obrar a la referida entidad para no entorpecer la marcha rápida en la resolución de los problemas urgentes que con tal motivos se plantean.

Dicha Comisión Gestora, siguió ejerciendo el poder político municipal con plena autoridad, pero solo en los asuntos puramente administrativos. En realidad era poco lo que le restaba hacer, porque el golpe militar provocó una situación de completa anormalidad, y la actividad administrativa ordinaria del Ayuntamiento quedó prácticamente paralizada desde aquella fecha.

Indica que a los tres o cuatro días, no recordando si fue su hermano Juan Velasco Olmo o un tal Francisco Oliva, le manifestaron que lo habían incluido en el Comité del pueblo que se formó prescindiendo del Ayuntamiento a base de miembros sacados de las Juventudes Socialistas, de la Agrupación y de la Sociedad de Agricultores; niega haber sido el Presidente de ese organismo, pues a su entender no fue nombrado presidente alguno. PEDRO VELASCO OLMO

Al iniciarse el 18 de Julio de 1936 el Alzamiento nacional, se instituyó en Campillos un Comité del cual fueron miembros la totalidad de sus concejales, pues con anterioridad a aquella fecha existía en Campillos un ayuntamiento de significación socialista, agregándose aparte de los concejales al Comité, unos cuantos miembros entresacados de las Juventudes Socialistas, siendo el presidente de dicho organismo unas veces el procesado Pedro Velasco y otras veces su hermano Juan Velasco, pero añade que siempre que se encontraba presente Pedro Velasco, la presidencia la ocupaba él, supuesto que al propio tiempo detentaba el cargo de Alcalde Presidente del Ayuntamiento. JUAN MORILLO MENDOZA

Dicho individuo (Pedro Velasco) como Presidente del Comité de Guerra y acompañado con sus convecinos como miembros del mencionado Comité llamados Juan Velasco Olmo, Diego Gómez, Francisco Oliva González, Antonio Albarrán, Marcos Ramírez y como secretario un tal Juan Durán, ordenaron los saqueos y registros verificados en Campillos durante la dominación marxista. JUAN MORILLO MENDOZA

No existe un listado único de las personas que fueron miembros del Comité del Frente Popular de Campillos En la declaración que realiza Benito Luna Anoría en el Procedimiento Sumarísimo de Urgencia nº 7 bis, dice que:

«El Ayuntamiento quedó desposeído de todas sus atribuciones, siendo sustituido por un Comité integrado por Pedro y Juan Velasco Olmo, el segundo destituido poco después, Antonio Albarrán Bermudo, José Mesa Llamas, José Sánchez Bacas, Cristóbal Barquero Reina, Cristóbal Romero Olmo y varios más cuyos nombres no recuerda, siendo auxiliado dicho Comité por Juan Durán Molina, abogado muerto en la toma de Campillos».

En otro apartado de la declaración de Benito Luna, se refiere también a Diego Gómez González, como miembro de dicho Comité.


En la Causa 6113 seguida contra Pedro Velasco Olmo, aparece este documento con la lista de miembros del Comité, con la retribución económica que recibían por pertenecer al mismo.



Con las referencias que aparecen en las declaraciones de Benito Luna (BLA) y en este documento de la Causa seguida contra Pedro Velasco (PVO), he confeccionado la lista de miembros del Comité, en la cual, es posible que haya alguna ausencia.

COMITÉ DE CAMPILLOS

Pedro Velasco Olmo

PVO

BLA

Alcalde en 1932 y 1936

José Sánchez Bacas

PVO

BLA

Concejal 1931

Antonio Albarrán Bermudo

PVO

BLA

Concejal 1931

Cristóbal Romero Olmo

PVO

BLA

Concejal 1931

José Mesa Llamas

PVO

BLA

 

Diego Gómez González

PVO

BLA

Concejal 1931

Juan Gallardo Hidalgo

PVO

 

Juventud Socialista

Francisco Oliva González

PVO

 

Alcalde en 1934 y 1936

Juan Mendoza Mora

PVO

 

Presidente sociedad “1º de Mayo”

Diego Maldonado Escribano

PVO

 

 

Juan Velasco Olmo

 

BLA

Concejal 1931

Cristóbal Barquero Reina

 

BLA

Alcalde 1931

Marcos Ramírez Pérez

 

 

Concejal 1931. Citado por Juan Morillo Mendoza

Juan Durán Molina

 

BLA

Asesor. Fue alcalde en 1935

José Moreno Ramírez

 

 

Funcionario. Mecanógrafo y asesor

Juan Morillo Mendoza

 

 

Funcionario. Secretario y vocal

Andrés Herrera González

 

 

Funcionario. Jefe del Economato

Fernando Parejo Romero

 

 

Jefe de Milicias



A diferencia de otros pueblos o ciudades más grandes, donde la organización de los comités fue más compleja, con un comité principal que solía llamarse Comité Central o de Enlace, y con diversos subcomités que dependían del anterior y que tenían responsabilidades en áreas de Defensa, de Guerra, de Abastos, de Sanidad o Salud Pública, etc., en Campillos se organizó un Comité único, y se encargó a distintas personas la responsabilidad en esas diversas áreas. Por ejemplo, para la ordenación y organización de las milicias se nombra a Fernando Parejo Romero y como Jefe de Economato era nombrado Andrés Herrera González. Estos cargos eran de enlace con el Comité.

ACTA
Reunido el Comité encargado de la orientación del movimiento, bajo la presidencia del compañero Pedro Velasco Olmo, se tomaron los siguientes acuerdos:
Que para la ordenación y organización de las milicias se nombra a Fernando Parejo Romero, entendiéndose que éste cargo es de enlace con el Comité.


LA ENTREGA DE ARMAS A LAS MILICIAS

Una de sus primeras decisiones que tomó el Comité, fue la de requisar las armas de fuego que hubiera en el pueblo y repartirlas entre los elementos del Frente Popular. La amenaza golpista no solo procedía del exterior, del ejército, sino que podía venir del mismo Campillos. Algunas personas tenían licencia para tener armas de fuego para defensa personal y escopetas de caza y, sabiendo que podían unirse a los rebeldes si encontraban la oportunidad, era arriesgado permitir que siguiesen armados.

Se practicaron numerosos registros domiciliarios en su busca, la mayoría de las veces con resultados negativos y en algunos casos con incidentes, ante la resistencia a los registros que presentaron varios propietarios. Las escopetas y pistolas que se incautaron fueron depositadas en el Ayuntamiento.

DON ANDRES HERRERA GALEOTE
AYUNTAMIENTO DE CAMPILLOS
Sírvase requisar las armas, municiones y demás pertrechos que tengan los individuos que al dorso se reseñan, ostentando el cargo de agente de mi Autoridad que a estos efectos le confiero por necesidades de orden público.
Campillos 20 de Julio de 1936
El Alcalde: Firmado Pedro Velasco
Sello del Ayuntamiento de Campillos




El escaso armamento que se requisó estaba formado por escopetas de caza y algunos rifles y pistolas, muchas inservibles y otras tantas obsoletas. Y si escaso era el armamento, más aún lo era la munición. Con esas pocas armas requisadas se formaron patrullas y se organizó la vigilancia de las entradas al pueblo.

«Aquella misma noche los socialistas se hicieron dueños de las calles; estableciendo vigilancia en los alrededores del cuartel, Ayuntamiento, plaza y entradas de las carreteras, mientras en el Centro Obrero se mantenían atentos a la radio y proporcionaban armas a sus adeptos». BALTASAR PEÑA (pág. 124)

A nivel nacional, los líderes de los partidos del Frente Popular y de las organizaciones obreras habían estado exigiendo al Gobierno que «armase al pueblo», y a ello se negaron tanto el presidente de la República, Manuel Azaña, como el presidente del Gobierno Casares Quiroga, por considerar este acto el equivalente a entregar el poder a los revolucionarios. Casares Quiroga, llegó a amenazar con fusilar a todo aquel que entregara armas al pueblo. Finalmente dimitió la noche del 18 de julio.

Con la dimisión de Casares Quiroga, y tras un efímero gabinete centrista liderado por Diego Martínez Barrio, la mañana del 19 de julio José Giral fue nombrado presidente del Consejo de Ministros por Manuel Azaña.

Apenas José Giral es nombrado presidente, ante las grandes presiones que estaba recibiendo, autorizó la tarde del día 20 de julio, la entrega de armas a las milicias de todos los partidos, sindicatos y organizaciones obreras. Era de esperar que una vez las milicias consiguieran las armas, la situación escaparía del control de las autoridades gubernativas, como así fue.

En Campillos, el 21 de julio los milicianos, sacaron de la Iglesia Parroquial, todas las imágenes y ornamentos sagrados que había en su interior, formando una hoguera en la puerta de la Iglesia, quemando además de las imágenes, altares, órgano, coro, archivo parroquial, libros, ornamentos, cómodas, reliquias y huesos de San Quirino y San Plácido que se conservaban en el altar del Sagrario, como antiguos patronos de Campillos.

Así lo cuenta Baltasar Peña Hinojosa en “Pequeña Historia de la Villa de Campillos” (pág. 188):

«El 21 de julio fue saqueada la iglesia y quemados en su puerta las imágenes, altares y objetos de culto y cuanto pudieron encontrar combustible aquellos desalmados, creyendo tal vez que haciendo desaparecer los símbolos, iban a borrar de nuestras conciencias la fe que nos legaron nuestros mayores».

Las tres ermitas que existían: la de Belén, la de San Sebastián y la San Benito, fueron saqueadas y quemadas todas las imágenes y retablos existentes en ellas. También la capilla del convento de la Purificación en la calle Lavados.

Además fueron saqueados los locales del Sindicato Agrícola en la plaza de la Libertad, actual plaza de España, y del partido Acción Popular en la Puerta Teba, incendiando todo el mobiliario y efectos que contenían. Fue también saqueado el domicilio, en la Puerta Teba, de Francisco Hinojosa Lacárcel, jefe de las Juventudes de Acción Popular de Málaga, y quemado parte del mobiliario.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/06/21-de-julio-de-1936-quema-de-las.html

Una de las primeras medidas que tomó como ministro de la Gobernación el general Sebastián Pozas, fue ordenar a los gobernadores civiles provinciales, que fuera entregado a los alcaldes el armamento de los particulares que estaba depositado en los cuarteles de la Guardia civil, para que estos lo distribuyeran entre la milicia civil, para que así pudieran defender a la República. Dichas armas eran las entregadas para chatarra por los juzgados, o por haber sido requisadas por infracción a la Ley de caza.

Siguiendo estas instrucciones, el gobernador civil de Málaga, José Antonio Fernández Vega, envió telegramas en los que ordena la entrega de las armas depositadas en los cuarteles de la Guardia civil a los alcaldes. En el libro “GUERRA CIVIL EN MÁLAGA. 1936-1937” de Juan A. Ramos Hitos, en la página 611, podemos ver el telegrama enviado al comandante de la guardia civil de Ronda.

"SD DE MALAGA 859 50 22 14H30. -GOBERNADOR CIVIL A COMANDANTE DE PUESTO GUARDIA CIVIL RONDA.-DE ACUERDO CON EL PRIMER JEFE COMANDANCIA GUARDIA CIVIL QUE POR LOS COMANDANTES DE PUESTOS DE LA MISMA SEAN ENTREGADAS A LOS ALCALDES LAS ARMAS QUE TIENEN EN DEPOSITO EN LOS CUARTELES PERTENECIENTES A PARTICULARES.-Telégrafos, 22 JUL 1936.

«A la mañana siguiente irrumpieron en el cuartel, apoderándose de cuantas armas allí había depositadas». BALTASAR PEÑA HINOJOSA (pág. 124)

Esta medida contribuyó a que la rebelión militar fracasara en numerosos pueblos y ciudades, si bien provocó un gravísimo problema de orden público a las autoridades republicanas. Miles de fusiles y pistolas quedaron en manos de quienes decían luchar por los destinos del pueblo, por el triunfo de la revolución. Este hecho contribuyó a la liquidación de la República parlamentaria y el comienzo de un nuevo, y al principio muy confuso, régimen revolucionario.

En pocas horas, patrullas de paisanos armados con fusiles y pistolas recorren las calles, como una policía del pueblo. Comienza la incautación de automóviles, que son pintados con siglas y consignas. Se realizan registros en las casas de quien se decía que era de derechas.

No sólo se requisaron los coches y las armas, sino también otros muchos elementos que se consideraron necesarios para la defensa de la población, como prismáticos, aparatos de radio, bicicletas, sacos terreros, alambradas, máquinas de escribir, etc. En la central telefónica, se instaló un aparato de radio requisado, con una guardia permanente y desde donde se informaba al Comité con prontitud de cualquier noticia.

Los servicios de armas empezaron siendo voluntarios, pero luego se hicieron obligatorios, y todos los militantes del partido socialista y sindicato fueron llamados para hacerlos.

BANDO DEL AYUNTAMIENTO DE CAMPILLOS
De orden del señor Alcalde se hace saber:
Que con el fin de regular los servicios que prestan los voluntarios campesinos, que para formar las listas definitivas, éstos deberán presentarse de 3 a 4 de tarde a inscribirse en la Secretaría del Ayuntamiento.
Igualmente se hace saber que todas las armas que en la actualidad se hallan en poder de personas del voluntariado campesino, que éstas no son de nadie en éstos momentos, ni nadie tiene derecho sobre ellas más que la Alcaldía, debiendo venir a la misma oficina a declarar las armas que poseen y la carga para su uso, con la advertencia de que el que no lo haga así, será considerado colaborador con los fascistas y en concepto de tal encarcelado por su resistencia.
Lo que se hace saber para conocimiento de los interesados.
Campillos 22 de Julio de 1936
El Alcalde Acctal.: Firmado Pedro Velasco


Los campesinos se hicieron milicianos, cambiaron el azadón por la escopeta y durante las semanas siguientes muchos hombres participaron, unos con entusiasmo y otros obligados por las circunstancias, en las patrullas y servicios de vigilancia. Algunos milicianos ni siquiera empuñaban un arma de fuego: palos, picas, hachas y toda clase de cuchillos, constituyeron en muchas ocasiones los únicos medios de defensa.

Sírvase entregar al portador de la presente orden veinte listones de madera de pino, pues así lo tengo acordado por necesidades de orden público.
Campillos 22 de Julio de 1936
El Alcalde.

El 23 de julio, el gobernador civil de Málaga, dio la orden de que todos los puestos de la Guardia civil de la provincia, debían abandonar los pueblo y concentrarse en la capital malagueña.

Se ruega a todas las fuerzas del Frente Popular faciliten el paso a éste camión, pues se traslada a Carratraca a recoger las fuerzas de la Guardia Civil de aquel puesto con el fin de trasladarlos a Málaga con las familias por orden del señor Gobernador Civil.
Campillos a 23 de Julio 1936
El Alcalde

Se ruega a todas las fuerzas del Frente Popular faciliten el paso a éste camión, pues se dirige a Ardales a recoger la fuerza de la Guardia Civil de aquel puesto con el fin de trasladarse a Málaga con las familias por Orden del Señor Gobernador Civil.
Campillos a 23 de Julio 1936
El Alcalde


El médico de Campillos, don Jacobo Lanzas Orellana, declaró en el Procedimiento Sumarísimo de Urgencia nº 103 del Juzgado Militar nº 8 de Málaga abierto contra él:

Que al notar más adelante el cariz que tomaban los acontecimientos y que se llevaban a la Guardia Civil para concentrar sus fuerzas en Málaga, también habló con el Teniente don Miguel Tormo Lobera, queriendo convencerlo de que no cumpliera la orden que le habían dado, proponiéndole armar a las derechas, y desarmar a los marxistas, que los ochenta guardias civiles con las personas de derechas podían hacerse los dueños de Campillos, negándose también y sosteniendo ambos un altercado que duró unas horas. Le propuso también que en lugar de dirigirse a Málaga, dirigirse camino de Sevilla por la proximidad de El Saucejo y Osuna. Para darle más fuerza a sus gestiones le invitó a oír las radios nacionales, y como no accediera a ello, fue él a escucharlas a casa del recaudador de Contribuciones señor (José) Martos (Portero) (36 años, vivía en calle Guzmanes) (era la única radio clandestina que había escapado a la vigilancia de los rojos), con la oportunidad de que el Generalísimo Franco daba una charla dedicada a la fuerza de la Guardia Civil desde Radio Tetuán, charla que se la comentó al señor Tormo, sin resultado.

La existencia de ochenta guardias civiles en Campillos, era debido a que al iniciarse el alzamiento militar, todos los guardias civiles de los puestos próximos, se concentraron en la cabecera de línea, que era Campillos.

LOS PUESTOS DE VIGILANCIA DE LAS MILICIAS

Otra de las primeras mediadas tomadas fue establecer puntos de guardia y vigilancia en distintos lugares señalados por el Comité (Ayuntamiento, Estación, torre de la Iglesia, etc.). Se colocaron algunas alambradas y rudimentarias barricadas de sacos terreros en las calles que daban a las salidas del pueblo.

Par realizar estos servicios de vigilancia y control, se organizaron turnos de mañana, tarde y noche. Las armas se devolvían cada vez que cambiaba el turno de guardia. Se entregaba poca munición. El escaso armamento que había se depositó en el Ayuntamiento. Era el punto de donde salían y donde se relevaban las patrullas.

Que a los pocos días del Glorioso Movimiento Nacional, al traer el armamento de Málaga, fue nombrado miliciano al servicio del Comité, entregándosele dicho armamento en la puerta del Ayuntamiento, haciendo guardias en las afueras del pueblo con la consigna de avisar si venían Fuerzas Nacionales.
FRANCISCO ESCOBAR VALLE

Prestó uno o dos días el servicio de vigía en la torre de la Iglesia, con la misión de hacer frente a los aparatos de aviación Nacional, por ser buen tirador.
PEDRO BERDÚN BERMUDO.

Cuando estalló el Movimiento se hizo miliciano para el servicio del pueblo con una escopeta de dos cañones y ocho o diez cartuchos que le daban cada vez que entraba de servicio. Estaba de guardia en un melonar donde le habían puesto, porque si no los milicianos se llevaban todos los melones.
ANTONIO GONZALEZ MALDONADO

Los que estaban apostados en los accesos del casco urbano controlaban las entradas y salidas del mismo, vigilando la llegada de vehículos o forasteros. Todo el que quisiera salir del pueblo, tenía que hacerlo con un salvoconducto del Comité, un documento sellado y firmado por alguna organización que formaba dicho Comité. Con esto, también se trataba de impedir la huida de los más destacados elementos derechistas.

Autorizo al chofer de la camioneta matrícula MA-4653 (FORD propiedad de José Sánchez Molina), Juan Tenorio Morillo para ir a Puente Genil por la familia de un compañero de ésta localidad que por desgracia le ha pillado en ese pueblo durante la intentona criminal fascista.
Ruégole a todos los Guardias del Frente Popular de Izquierda, tengan la fiel confianza de éste Comité, que los autoriza para poder transitar de Campillos a Puente Genil, y de Puente Genil a Campillos.
Campillos 25 de Julio de 1936
Por el Comité: Firmado José Sánchez (Bacas)
Sellos: EL 1º DE MAYO. Sociedad de Trabajadores de la Tierra. CAMPILLOS (Málaga) y el de AYUNTAMIENTO DE CAMPILLOS




Se ruega a las fuerzas del FRENTE POPULAR no molesten a los compañeros que van en éste coche de matrícula MA-3386 (WILLYS propiedad de Juan Gallegos Cuellar), que se dirigen a Málaga conduciendo un enfermo y que es conducido por Juan Tenorio Morillo.
Campillos 26 de Julio de 1936
Por el Comité: Firmado Francisco Oliva (González)
Sellos: EL 1º DE MAYO. Sociedad de Trabajadores de la Tierra. CAMPILLOS (Málaga)

También se organizaron patrullas de vigilancia en el campo, para lo cual, se requisaron caballerías para que las montaran los hombres a quienes se encomendó que patrullaran por los cortijos, fincas y terrenos en los alrededores del pueblo.

EL CUERPO DE CARABINEROS EN CAMPILLOS

No fueron solo las milicias del Frente Popular las que realizaron la vigilancia defensiva de Campillos. Cuando las tropas del general Varela entraron en Ronda, después de ocupar Campillos, encontraron abundante documentación perteneciente al cuartel general del comandante de Infantería Francisco Mejide Gurrea, jefe militar de las fuerzas defensoras de Ronda, que no pudo ser destruida antes de su huida.

Según un detallado informe, elaborado el día 15 de septiembre de 1936 por dicho comandante Mejide, dirigido al coronel inspector de los sectores gubernamentales de Málaga destacados en Álora, se ha podido saber que el total de efectivos con que contaban en la zona de Ronda era de 885 hombres, de los que 232 pertenecían a Carabineros, 94 al Ejército y el resto a voluntarios y milicias del Frente Popular.



En concreto en Campillos había de la 1ª Compañía, 56 en Carabineros, y de la 2ª Compañía había 45. También se contabilizaban a 47 milicianos.

El cuartel general de los Carabineros estuvo en la ermita de San Benito



LAS FUERZAS DESTACADAS EN CAMPILLOS
Hemos recibido una cariñosa misiva de los heroicos Carabineros de servicio en Campillos, en la que nos ruegan aclaremos que las fuerzas que guarnecen el pueblo de referencia son: Una compañía del citado Cuerpo, cuyo heroísmo y lealtad al régimen legalmente constituido patentizan a diario, y milicianos.
El comunicado termina con Vivas al Frente Popular, pueblo de Málaga, fuerzas leales y milicianos.
19360905 003 Julio

EL JORNAL DE LOS MILICIANOS

Una de las cosas que más me ha llamado la atención en la documentación que he manejado sobre las milicias de Campillos, porque no la he visto en ninguna de la abundante documentación que he consultado, es la referente a la retribución económica de las mismas.

Para cada guardia que realizara un miliciano, se estipuló que sería retribuido con 3,50 pesetas de jornal. Esto valía para cualquier otra persona que sin hacer guardias, se dedicara a cualquier otro trabajo de apoyo a las labores del Comité. Por ejemplo, trabajos de herrador, ocupaciones administrativas de apoyo en el ayuntamiento, trabajos en el campo, etc.

Personal que prestaron servicios en las oficinas del Ayuntamiento durante los días 28 al 4 de Septiembre 1936
José Moreno Ramírez 8 días
Felipe Govantes Betes 8 días
He recibido la cantidad de 56 pesetas del pagador de las Guardias
Firmado: J. Moreno

 


Vale por 8 jornales correspondiendo desde el día 28 al 4 de los corrientes como herrador a cargo de Antonio Gambero León.
Campillos 9 de Septiembre 1936
He recibido del pagador de ésta oficina la cantidad de 28 pesetas.
Firmado: Antonio Gambero
Sellos: EL 1º DE MAYO. Sociedad de Trabajadores de la Tierra. CAMPILLOS (Málaga) y el de AYUNTAMIENTO DE CAMPILLOS


Pero no solo fue necesario realizar guardias de vigilancia por parte de las milicias, también fue necesario que muchas personas acudieran a los campos, que muchos propietarios o arrendadores habían abandonado, para recoger la cosecha y que esta no se perdiera. Muchos de los propietarios no vivían en Campillos, otros habían huido, otros habían sido detenidos, si no asesinados.

El problema era que no había campesinos suficientes para trabajar en el campo porque casi todos se encontraban de servicio, de día o de noche haciendo guardias, por lo que el Comité tuvo que realizar listados de milicianos que fueron a ayudar a los campesinos en la recolección. Para ello redujo el número de guardias:

Piensa este Comité también, de reducir el número de guardias posibles para que el número de trabajadores sea mayor y el sacrificio de los demás sea menor en sus atenciones como todos.

Las penurias económicas del Ayuntamiento, hizo que algunos pagos del jornal no se pudieran realizar, por lo que se produjo un gran descontento entre los milicianos que acudían a recoger la cosecha, porque veían que no se les pagaba. El Comité tuvo que sacar una nota para calmar los ánimos:

No hemos pensado jamás que los obreros trabajen por la comida que se les pueda dar como algunos creen, sino de pagarle cuando nos sea posible pero sin abandonar tampoco las necesidades de los que en éstos momentos por imperativo humano y social, se encuentran prestando servicios en los parapetos resguardando nuestro pueblo y sus interese más sagrados, que son nuestras vidas, exponiendo para ello las suyas.

Ya vimos anteriormente que los miembros del Comité cobraban cuatro pesetas diarias, algo más que los milicianos

Pedro Velasco, además de su paga miembro del Comité, también cobraba como alcalde de Campillos. Aquí podemos ver un justificante de cobro de una semana de noviembre de 1933.

He recibido del compañero tesorero la cantidad de 36,75 pesetas, importe de mi sueldo de la semana comprendida desde el 5 al 11 del corriente (5,25 pesetas día).
Campillos 13 de Noviembre 1933
Recibí: Pedro Velasco
El Sello: EL 1º DE MAYO. Sociedad de Obreros Agrícolas. CAMPILLOS (Málaga)



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La próxima Crónica, será la segunda parte de "El Comité del Frente Popular de Campillos". En ella hablaré de como se organizó la vida en el pueblo durante las ocho primeras semanas de la guerra civil, de la cosecha en el campo, de las requisas de alimentos, de los vales para alimentar a las familias, del economato, de la clínica de urgencia, de los refugiados que llegaron, etc.

No hablaré en dicha Crónica de las detenciones de las personas de derechas que hubo en esas semanas, ni de los asesinatos que se produjeron. Estos sucesos los desarrollaré más adelante, porque merecen un análisis sereno, profundo y reposado.  

LA CONQUISTA DE RONDA

  El general Varela entrando a pie en Ronda. A su derecha el comandante Redondo y a su izquierda el comandante Corrales En las dos anteriore...