SUCESOS OCURRIDOS EN CAMPILLOS LOS DÍAS 28 Y 29 DE MAYO DE 1936

Lugar de los sucesos

La noche del día 28 de mayo de 1936, se produjo en Campillos una reyerta entre un grupo de personas de derechas y otro de izquierdas, que derivó en una batalla campal que acabó con un muerto y cinco heridos de diversa gravedad. Este hecho trajo graves consecuencias en la convivencia del pueblo, produciéndose la detención y encarcelamiento de muchas personas de derechas, que veían impotentes e incrédulos cómo se les responsabilizaba de unos hechos, en los cuales muchos de ellos no habían participado, ni tenían conocimiento.

El suceso, fue noticia a nivel nacional. El ministerio de Justicia nombró a un juez instructor especial para la investigación de lo ocurrido, el cual, después de personarse en el pueblo y tomar declaración a varios testigos, a los diez días dio por finalizado el sumario 55/1936 que había abierto. No llegó a celebrarse un juicio posterior para determinar las responsabilidades, por el inicio el 18 de julio de la Guerra civil.

Los hechos ocurridos, fueron llevados incluso a un pleno de las Cortes republicanas, donde el diputado malagueño Vicente Sarmiento Ruiz, hizo una serie de interpelaciones al Ministro de Justicia, Manuel Blasco Garzón. También tuvo un desarrollo judicial posterior en octubre de 1936, cuando unos milicianos de Campillos presentaron una denuncia en la Comisaría de Málaga, contra unas personas de Campillos de derechas, que se encontraban en la Prisión Provincial, acusándoles de ser partícipes en los sucesos del 28 de mayo.

Antes de entrar en profundidad, quiero hacer una breve introducción de lo ocurrido ese día, para poner en antecedentes al lector. Para ello, y como hay varias versiones de los hechos, como iremos viendo, me voy a basar en la conclusión que sacó el juez instructor especial, don Atilano Lorente González. Para ello voy a recoger lo que se dice en el principio del sumario, quitando un poco de la jerga legal que utiliza, para hacerlo más comprensible. Al hacer esto, no tergiverso en nada sus palabras, como se podrá comprobar más adelante, donde reproduzco la primera hoja del sumario. En dicho sumario dice:

Que de las actuaciones hasta ahora practicadas se desprenden los hechos concretos siguientes:
A partir de las últimas elecciones generales (febrero de 1936) se ha creado un malestar exacerbado entre afiliados o militantes de partidos políticos de ideología contraria, de tal manera que ha degenerado en un ambiente pasional, produciéndose cuestiones personales aisladas entre elementos jóvenes, y sin duda, por consecuencia de ello, se han estrechado las relaciones entre personas afines, que frecuentemente se agrupan como medio de hacer frente a otros de matiz político contrario en caso de agresión, sin que se deduzca o pueda atribuirse determinadamente cual es el grupo agresor o si lo son ambos a la vez.
En la noche del 28 de Mayo último, con ocasión de haber coincidido con o sin propósito varios individuos encuadrados o simpatizantes con partidos de carácter derechista en las calles contiguas o cercanas a la fábrica de luz eléctrica, donde habita la novia de Sebastián Ordóñez Cano, de un lado, y grupos de individuos pertenecientes a organizaciones de izquierda, de otro, en las inmediaciones de aquella, es lo cierto que, acusada la presencia en dicho lugar de esos grupos dispares, y de una parte los Guardas Jurados de la Comunidad de Labradores y de otra algunos Guardias Municipales, tras algunas discusiones entre estos agentes sin resultado pacífico, tomaron los primeros partido por los de derecha y los segundos por los de izquierda, convertidos así en beligerantes, se apedrearon ambos grupos, llegaron a las manos y en forma confusa y tumultuaria en general, utilizando piedras y armas blancas y de fuego, se produjo una reyerta a consecuencia de la cual resultaron con heridas:

  • José González Escalante (39 años) que resultó muerto por heridas de arma blanca, no estando determinado de una manera precisa quien fuera el agresor.
  • Juan Ordóñez Gil (47 años) herido por una piedra en la cara y por arma de fuego en la pierna, con pronóstico grave.
  • Sebastián Ordóñez Cano (21 años, hijo del anterior) herido por arma blanca y por arma de fuego, con pronóstico grave.
  • Blas González Olmo (26 años) con heridas de arma blanca, con pronóstico grave.
  • Antonio Pérez Codes (39 años) Guardia municipal, con heridas leves de arma blanca.
  • Francisco Florido Rodríguez (43 años) herida de pedrada en la cabeza.

Según el sumario, en la reyerta estuvieron implicadas dieciocho personas, de las cuales once eran de derechas, entre ellas seis Guardas Jurados, y siete de izquierdas, entre ellas dos Guardias Municipales. Los dos heridos por arma de fuego, Juan Ordóñez Gil y su hijo Sebastián, eran del grupo de derechas, el muerto y los otros tres heridos, de izquierdas.

1.- ANTECEDENTES

Para un mejor entendimiento de lo sucedido en esa fecha en Campillos, y antes de relatarlo, debemos hacer una somera descripción del estado social y político por el que atravesaba, tanto el país como Campillos y su comarca.

Para ello partiremos del nombramiento como alcalde del socialista Pedro Velasco Olmo el 17 de abril de 1936, cuarenta días antes de los sucesos que voy a relatar. Describiré los acontecimientos más relevantes que ocurrieron a nivel local en ese intervalo de tiempo, tales como la fundación de un sindicato anarquista, el Sindicato de Campesinos y Oficios varios de Campillos; la detención por orden gubernamental de los miembros de Falange Española del pueblo; la votación para la elección de los Compromisarios que debían elegir al nuevo Presidente de la República; la unificación de las Juventudes Socialistas y Comunistas; y por último la preparación de la gran huelga de campesinos que se produjo a principios del mes de Junio, en casi todos los pueblos de la provincia de Málaga.

1.1.- 17 DE ABRIL DE 1936. PEDRO VELASCO OLMO, ALCALDE DE CAMPILLOS

En Málaga, el 19 de Febrero de 1936 el gobernador civil Valeriano del Castillo, tras la llegada al poder del Frente Popular, ordena la restitución de todos los ayuntamientos de elección popular establecidos en la primavera de 1931. Como resultado de esta orden, en Campillos cesa la Comisión gestora presidida por D. José Galeote Moreno (Acción Popular) y toma posesión del ayuntamiento nuevamente el PSOE, reincorporándose como alcalde D. Francisco Oliva González con los concejales elegidos el 31 de Mayo de 1931, entre ellos Juan y Pedro Velasco Olmo.

Pedro Velasco Olmo, tenía 35 años de edad, estaba soltero, y era militante del PSOE. Vivía en la calle Silla, nº 7. Tenía una taberna (abacería) en la calle Salgueros, nº 18. Por la mañana vendía aguardiente y por la tarde vinos.

Sus padres se llamaban Pedro Velasco Lozano (1855), trabajador del campo, y Catalina Olmo Guerrero (1860), vivían en la calle Molinos, 22. Ambos sabían leer y escribir. Pedro era el menor de seis hermanos (Fernando, Juan, Dolores, Antonio, Catalina y Pedro). Fernando, el mayor, tenía diecisiete años más que Pedro, y era teniente de la Guardia civil. Su hermano Juan, catorce años mayor que Pedro, fue quien lo introdujo en la política y en el socialismo. En 1923, Juan era miembro de la junta directiva de la Sociedad de Obreros Agrícolas de Campillos, y los dos hermanos ya eran concejales electos en el ayuntamiento proclamado el 5 de junio de 1931, cuyo alcalde fue Cristóbal Barquero Reina.

En febrero de 1936, Pedro Velasco, era el presidente de la Agrupación Socialista de Campillos. Acababa de salir de prisión, en la que había estado condenado por un Consejo de guerra a seis meses, por los sucesos ocurridos en Campillos en octubre de 1934. Dichos sucesos son los que a nivel general se desarrollaron en toda España, y en el que los socialistas, intentaron dar un golpe de estado y derrocar al gobierno legítimo de la República, que era de derechas. El consejo de guerra se celebró a finales de noviembre de 1935. Pedro, no llegó a cumplir los seis meses de la sentencia, al salir libre tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, cuando el nuevo Gobierno declaró la amnistía de aquellos sucesos en toda España. Cuando recuperó la libertad, lo hizo con el ánimo de ajustar cuentas pendientes, con los que le habían encarcelado.

El 28 marzo 1936, siendo aún concejal, Pedro Velasco ocupa la vicepresidencia de la Diputación de Málaga, al haber presentado la dimisión Benito Luna Anoría y ser nombrado su sustituto como representante del ayuntamiento de Campillos. Este sería un hecho muy importante en su vida, pues tras el asesinato del presidente de la Diputación, el socialista Antonio Román Reina el 11 de junio de 1936, pasaría a ocupar dicha presidencia de forma interina. Esa interinidad duró ocho meses, hasta la caída de Málaga el 8 de febrero de 1937.

El 17 de abril de 1936 es nombrado, de nuevo, alcalde de Campillos. Era su segundo mandato como alcalde. Anteriormente lo había sido durante veintiún meses, entre el 29 de mayo de 1932 y el 17 de febrero de 1934.

Al caer Málaga, huyó a Almería y de aquí más tarde a Valencia, sorprendiéndole en esa localidad la terminación de la guerra. Fue detenido cuando intentaba embarcar en Alicante para salir de España. Trasladado a Málaga, el teniente de Infantería don Félix J. Chervas Aytes, como juez instructor, abrió la causa 6.113 en el juzgado nº 29 el 5 de julio de 1939, que fue finalizada el 30 de mayo de 1941. Fue condenado en Consejo de Guerra celebrado en Málaga, a la pena de muerte por el delito de rebelión militar, siendo fusilado el 22 de septiembre de 1942 en el cementerio de San Rafael, por fuerzas de la Guardia Civil.

1.2.- 16 DE ABRIL DE 1936, SE CONSTITUYE EL SINDICATO DE CAMPESINOS Y OFICIOS VARIOS DE CAMPILLOS

En marzo de 1936, se empezó a formalizar la creación del Sindicato de Campesinos y Oficios varios de Campillos, de carácter anarquista, adscrito a la Confederación Nacional del Trabajo CNT-AIT. Por esa fecha se había creado una comisión organizadora, la cual mandó al gobernador civil el proyecto de reglamento de funcionamiento del mismo para su aprobación. El documento estaba firmado por José Escribano Haro. El domicilio social del Sindicato era la Plaza de la Libertad nº 56 y 58, piso 2º de Campillos. Tenía “por objeto combatir el privilegio económico capitalista por la aplicación práctica de la lucha de clases y acción directa hasta su liberación total”

Una vez aprobado el reglamento por el gobernador el día 8 de abril, el sindicato se constituyó el 16 de abril, formando la directiva del mismo:

Simón Garceso Guzmán (Secretario general).
Martín Bonilla García (Secretario de actas).
Francisco Ruiz Tejada (Tesorero).
Gregorio González Iglesias (Contador).
Pedro Berdún Trigo (Bibliotecario).
Juan Berdún Trigo (Vocal 1º).
Pedro Llamas Escribano (Vocal 2º).
Juan España Romero (Vocal 3º).
José García Sánchez (Vocal 4º).



Sobre los componentes de este sindicato, he encontrado información sobre algunos de ellos:

  • Simón Garceso Guzmán (Secretario General): Durante la guerra civil, perteneció al batallón de milicias Pablo Iglesias. En el Diario oficial del Ministerio de Defensa del 22/12/1938, es nombrado teniente de infantería en campaña, procedente de Milicias (página 1295). Cuando acabó la guerra, estuvo preso trabajando en las obras del canal de riego del bajo Guadalquivir, conocido por el Canal de los Presos.
  • Juan Berdún Trigo (Vocal 1º), apodado el “Carabina”, fue acusado de intervenir el 15 de agosto de 1936 en el asesinato de 21 personas en las afueras de Campillos, cerca del Puente de Hierro.
  • Pedro Escribano Trigo (Vocal 2º), fue detenido a mediados de julio de 1928, por disparar contra su hermano Diego “en Sierra Yeguas, sitio denominado Puerta del Castillo”, sin llegar a herirle (20/07/1928 El Diario Palentino). Luchó en el bando republicano, perteneciendo a la 9ª Brigada Mixta. Falleció en el frente de Aragón el 28 de marzo de 1938.
  • Juan España Romero (Vocal 3º), acusado de fabricar botellas de líquido inflamable. Participó en el ataque al cuartel de la Guardia civil de El Saucejo.
  • José Escribano Haro (a) "[...]”, fusilado el 20 de mayo de 1943 en el cementerio de San Rafael de Málaga. Fue uno de los más activos milicianos en la represión que hubo en Campillos contra las personas de derechas.

El sindicato tenía unos cincuenta afiliados, nada que ver con los 1.130 que había en el sindicato anarquista en Ronda, los 840 de Archidona, los 2.650 que había en Álora o incluso los 180 que había en Bobadilla. Nunca hubo una tradición anarquista en la comarca de Guadalteba, donde siempre predominó el socialismo como movimiento político.

La vida de este sindicato fue muy corta; dos meses después de su constitución, en una sesión celebrada el 11 de junio de 1936, se acordó por unanimidad su disolución.

1.3.- FALANGE ESPAÑOLA EN CAMPILLOS

El mismo día que era nombrado alcalde Pedro Velasco, el 17 de abril, el Gobierno del Frente Popular presidido por Manuel Azaña, acordó la disolución e ilegalización de Falange Española. Esta orden sí que era ilegal, no podía ser dada por el gobierno, sino por los tribunales de justicia.

Al declararla fuera de la ley a Falange, desde la Dirección General de Seguridad, siguiendo órdenes del ministro de Gobernación, se dieron instrucciones a los Gobernadores civiles provinciales, para que se detuviera a todos los directivos locales y provinciales de Falange.

Se produjeron muchísimas detenciones en toda España, no solo de falangistas, sino de personas de derechas o católicas, sin ninguna razón o criterio. Muchas de ellas realizadas por algunos alcaldes de pueblos, que en un exceso de autoridad, dieron orden a policías municipales o incluso a guardias civiles para que detuvieran a sus enemigos políticos, llegando incluso a realizar registros en domicilios particulares y en sedes de partidos o agrupaciones de derechas. Puede verse en los periódicos ABC y La Vanguardia, de los días 18, 19 y 21 de abril de 1936, un muestrario de la gran cantidad de detenciones que se realizaron en toda España.

En el libro de Baltasar Peña Hinojosa “Pequeña Historia de la Villa de Campillos”, en su página 123, dice lo siguiente:

El 23 de abril fueron detenidos por orden gubernativa los elementos directivos de Falange, Don Diego Campos Moreno (†), jefe local, Don José Morgado Olmo, secretario, Don Antonio Campos Giles, Don Antonio Campos García, Don Pedro García Pérez, Don Pedro Cañamero Vargas (†) y Don Cosme Padilla Santa Cruz (†), todos ellos falangistas, los que fueron puestos en libertad el 26 de mayo.

He marcado con (†) a los fallecidos en el trascurso de la represión que hubo en Campillos por las milicias del Frente Popular.

Aunque la fecha de la detención, según Baltasar Peña, fue el 23 de abril, en el periódico Diario de Málaga la refiere al 26 de abril, y no de las seis personas que menciona en el libro, sino de tres (subrayados). Los otros tres fueron detenidos el 29 de mayo por los sucesos ocurridos el día anterior. Quizás Baltasar Peña, acumulara todas las detenciones en un solo hecho.

FASCISTAS DETENIDOS
Ayer en Campillos, fueron detenidos los vecinos del citado pueblo, José Morgado Olmo, de 28 años, Pedro García Pérez, de 24 y Antonio Campos García, de 23, por ser afiliados al partido Falange Española.
Hubo un registro en sus respectivos domicilios, no les fueron encontradas armas, ni documento alguno comprometedor. Los detenidos ingresaron en el arresto municipal, a disposición de las correspondientes autoridades.
19360427 011 Diario de Málaga

En la documentación que he podido manejar, no está confirmada la participación de Falange en los sucesos del 28 de mayo. Sin embargo, hago referencia aquí a lo ocurrido a estos falangistas, porque la liberación de los mismos se realizó, según Baltasar Peña, el 26 de mayo, dos días antes de los sucesos que se están relatando, por lo que pudo influir en las conductas y decisiones que se pudieron tomar desde algunos grupos de izquierdas al ver a los falangistas en la calle.

Según la información de que disponemos, el número de falangistas en Campillos era muy reducido, poco más de una decena. En las elecciones generales de febrero de 1936, a pesar de no presentarse, José Antonio Primo de Rivera recibió siete votos en el pueblo, los cuales, como es natural, no tuvieron validez. Además de los indicados, también eran falangistas, Francisco Padilla Santa Cruz (†), Félix Enríquez Molina (†) y Pedro Padilla Ruiz (†). De los nueve nombres que he dado, seis murieron asesinados en Campillos en los primeros días de la guerra civil.

Siguiendo el relato de Baltasar Peña: La constitución de este grupo de falangistas fue motivada por el asesinato en Madrid, por los socialistas, del joven campillero Juan Cuellar Campos, que a los 18 años de edad, en el mes de junio de 1934, caía en el río Manzanares por defender los ideales de su partido. Cuellar Campos fue el 4° caído de Falange Española. Su tío Don Diego Campos Moreno, en cuya casa se había criado, organiza la falange campillera como Jefe Local de ella, y logró que un grupo de muchachos se le uniera desde el primer momento.

Según la literatura actual, Juan Cuellar fue el octavo caído de Falange, pero de esta historia me ocuparé en un artículo próximo.

1.4.- FUSIÓN JUVENTUDES SOCIALISTAS Y COMUNISTAS

Desde distintos ámbitos de la izquierda, desde hacía un par de años se venía trabajando por la unificación de los movimientos juveniles del PSOE y del PCE. Esta era una idea muy perseguida por el líder socialista Francisco Largo Caballero, que pretendía integrar a las juventudes comunistas dentro de las juventudes socialistas, que contaban con muchos más militantes. En marzo de 1936, delegaciones de ambas organizaciones juveniles celebraron una reunión en la que acordaron las bases para su unificación. Se formaron a partir de las Juventudes Socialistas (FJS) pertenecientes al PSOE, y las Juventudes Comunistas (UJCE) vinculas al PCE. Fueron sus principales valedores Santiago Carrillo por las socialistas y Trifón Medrano por las comunistas.

El acto público de presentación de la unificación, se celebró en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, el domingo 5 de abril de 1936, donde tuvo lugar un «mitin de unificación proletaria». Más de 6.000 jóvenes uniformados desfilaron ordenadamente por el redondel de la plaza. Habían nacido las nuevas "Juventudes Socialistas Unificadas" (JSU), cuyo primer secretario general sería Santiago Carrillo, que tenía 21 años de edad

Las JSU tuvieron un fuerte crecimiento. En vísperas de la guerra civil, la organización declaraba tener nada menos que 140.000 afiliados. El Congreso Nacional de unificación de las Juventudes Socialistas y Comunistas, estaba previsto que se celebrara en agosto de 1936, pero la guerra civil impidió su celebración.

Con las Juventudes Socialistas Unificadas, ocurrió justo lo contrario de lo que pretendía Largo Caballero, ya que un grupo de los dirigentes socialistas de las mismas, con su secretario general a la cabeza, se fueron aproximando a las doctrinas del PCE, hasta el punto que el 6 de noviembre de 1936, Santiago Carrillo, junto con otros miembros de las JSU, ingresaron en el Partido Comunista de España.

Así relata el hecho, Francisco Segura, miembro desde 1935 de las Juventudes Socialistas, en sus memorias (pág. 6 y 7) que se encuentran en el Archivo Histórico Municipal de Campillos.

El día uno de Mayo de 1936, hicimos la unificación con las Juventudes Comunistas. Ese día salimos de mi pueblo para Málaga muy temprano. Desde el mes de Abril de ese mismo año, preparamos éste acontecimiento, pues lo era en aquellos momentos. La gran alegría que teníamos se reflejaba en nuestras caras, pues esperábamos con ansiedad ese día. Íbamos vestidos con camisa roja y corbata del mismo color. Ese día y por la mañana, salimos en los camiones para Málaga. Íbamos cantando la Internacional, contagiados todos por la alegría que llevábamos, que por desgracia no duraría mucho por la guerra. En la plaza de toros vieja de Málaga (Perchel), que ya no existe, nos juntamos todas las Juventudes de la provincia. También nos acompañaban representaciones de los distintos partidos políticos de izquierda, Aquel día fue un día memorable para todos nosotros. Cuando salimos de aquella unión, pasamos a ser Juventudes Socialistas Unificadas. A continuación desfilamos por las calles de la capital. Ésta unión se hizo en toda España.


Aquí Rafael Segura confunde el acto del primero de mayo en Málaga, quizás debido al tiempo transcurrido cuando escribió las memorias. No hubo ese día unificación de las Juventudes Socialistas y Comunistas. Fue la celebración anual de la Fiesta del Trabajo, y así lo recoge la prensa de la época:

Con una animación extraordinaria y un entusiasmo sin precedentes, se celebró el pasado día 1° la Fiesta del Trabajo que fue, pese a quienes no querían reconocerlo, una gran jornada de civilidad y ciudadanía. Con un orden perfecto, sin que ocurriese el más ligero incidente, se celebró un mitin en la Plaza de Toros organizándose después una manifestación imponente que en perfecto orden recorrió las calles céntricas trasladándose al Gobierno Civil donde una comisión hizo entrega al Excelentísimo Sr. Gobernador Civil de las conclusiones acordadas. 
19360505 001 Vida Gráfica

En Málaga capital, el mitin de unificación de ambas juventudes, en una sola organización no se realizó hasta el domingo 17 de mayo:

JUVENTUD SOCIALISTA – JUVENTUD COMUNISTA. COMITÉ LOCAL DE UNIFICACIÓN
Por la presente, se convoca a los militantes de ambas Juventudes, así como a todos los simpatizantes y obreros, en general, a la magna asamblea de Unificación, que se celebrará el próximo domingo día 17, a las 10 de la mañana, en el local que oportunamente, por octavillas, se comunicará.
Por la importancia de las cuestiones a tratar, se ruega la más puntual asistencia.
19360516 010 La Unión Mercantil
          
CONCENTRACIÓN DE JUVENTUDES MARXISTAS 
MÁLAGA, 18.- En el Parque de la Merced se ha verificado una importante concentración de Juventudes marxistas para seguir abundando en la compenetración de que vienen animadas pro unificación de las mismas y del proletariado nacional, sin distinción de matices. Uno de los acuerdos adoptados fue el de excitar a “Claridad”, El Socialista” y “Mundo Obrero” a colaborar en ese anhelo.
19360519 002 El Socialista

Según el periódico malagueño El Popular, en los pueblos de la comarca de Guadalteba, igualmente se celebraron mítines de unificación de las JSU. Adolfo Pacheco de las Juventudes comunistas y Miguel Palomo de las Socialistas, miembros de un Comité Provincial de Unificación, emprendieron una gira por la comarca dando un mitin de unificación el día 25 de mayo en el salón Fontalba de Teba, el 27 de mayo en la Casa del Pueblo de Cañete la Real y el día 28 en Cuevas del Becerro. No consta, por las noticias de la prensa, que en Campillos se celebrara, pero sería lógico que se hubiera celebrado (también en Peñarrubia y Almargen), por la ruta seguida por estas dos personas y por las fechas que quedan en blanco. Si esto fuera así, sería muy importante para el relato que nos ocupa, porque habría ocurrido pocos días antes de los sucesos del 28 de mayo.

En Cuevas del Becerro, “Pacheco, después de traer un saludo de los campesinos rusos, en breves palabras abogó por la completa unión del proletariado. El camarada Palomo, pronunció un fogoroso discurso. En brillantes párrafos se pronunció por la unidad obrera, combatiendo al fascismo. Dirigiéndose al Gobierno, dijo que no obra con la energía precisa en estos casos y que la mayoría de los gobernadores no cumplía con la República.”

TEBA
Unificación de las juventudes socialistas y comunistas
19360531 013 El Popular
CAÑETE LA REAL
Unificación de las juventudes socialistas y comunistas
19360531 012 El Popular
CUEVAS DEL BECERRO
Mitin de unificación
19360607 012 El Popular

En Antequera la asamblea de unificación se celebró el 14 de junio de 1936:

ANTEQUERA
Para mañana domingo, a las nueve de la noche, en la antigua Iglesia de Santa Clara, tendrá lugar la Asamblea de fusión de las Juventudes Socialista y Comunista. En ella quedará patentizada nuestra unión y nuestra fuerza, que en un porvenir no muy lejano dará al traste con este régimen de oprobio y tiranía. La Juventud Unificada llama a sus filas a toda la Juventud laboriosa para luchar unidos contra el fascismo, empeñado en lanzarnos a una guerra fratricida para terminar con la marcha ascendente del proletariado hacia la revolución mundial.
¡Jóvenes Socialistas y Comunistas!
¡Jóvenes trabajadores, todos a esta magna asamblea!
EL COMITÉ LOCAL DE UNIFICACIÓN
19360614 01 La Razón

1.5.- HUELGA GENERAL DEL CAMPO

A causa de las intensas y persistentes lluvias del invierno de 1935 y primavera de 1936, solo se habían podido realizar unas escasas labores en el campo. A finales de marzo, había muchas fincas que estaban sin labrar, por la imposibilidad de hacerlo a causa de los temporales que asolaban la región desde hacía más de tres meses.

Los propietarios se lamentaban de que aunque cesaran las lluvias, el mal estado del terreno hacía que en la mayoría de las fincas no se podría entrar a trabajar hasta pasados quince o veinte días de buen tiempo. La cosecha de cereales estaba en peligro.

Todo ello acarreaba unas grandes pérdidas para los propietarios, y para los obreros agrícolas un gran incremento del paro y del hambre. Los parados acudían al Ayuntamiento pidiendo ayuda económica. Las arcas municipales no daban para más.

Ronda 15, 11m. El recrudecimiento del temporal hace insostenible la angustiosa situación de los obreros.
Los esfuerzos que conjuntamente realizan las autoridades y la clase pudiente resultan ineficaces, y urge que el Estado acuda a remediar la situación, que se agrava por momentos.
19360416 033 ABC

Las Comisiones de policía rural denunciaban los casos de fincas que estén sin labrar. El tema de dar empleo al mayor número posible de jornaleros, se convirtió en el tema prioritario de las actividades de los ayuntamientos, sindicatos y comunidades campesinas.

En Antequera, a finales de mayo, se había declarado la huelga de obreros del campo, que amenazaba con extenderse a otros pueblos de Málaga, como así ocurrió durante los primeros días del mes de junio. Reclamaban unas nuevas Bases de Trabajo de carácter provincial. La huelga provincial, fue la mayor que se había producido hasta entonces.

2.- SUCESOS DEL 28 Y 29 DE MAYO DE 1936

El médico y diputado socialista por Málaga capital, Vicente Sarmiento Ruiz (49 años) en la sesión de las Cortes del martes 23 de junio de 1936, toma la palabra en el pleno para hacer un ruego “a los Sres. Ministros de la Gobernación y de Justicia, porque a ambos compete el asunto que lo motiva. […] Se trata de un caso verdaderamente lamentable, ocurrido en Campillos, de Málaga, el 28 del mes pasado (Mayo)”.

Vicente Sarmiento era presidente de la Federación Provincial Socialista de Málaga, y conocía bien a la Agrupación Socialista de Campillos, una de las más importantes de la provincia. Estuvo en Campillos el 10 de febrero de 1936, participando en el mitin electoral del Frente Popular que se celebró en el Salón Apolo (en la Puerta Teba, frente a la actual Casa de Hermandad de Jesús Nazareno), para las elecciones generales del 16 de febrero, y en el que participaron, entre otros, los socialistas campilleros, Benito Luna Anoría, Cristóbal Barquero Reina y Blas Olmo Escobar. Era un buen conocedor de la realidad del pueblo, de la que dijo en el pleno de las Cortes:

“Para mejor conocimiento de los señores Ministros a quienes me dirijo y de la Cámara entera, quiero exponer unos pequeños antecedentes, que son muy interesantes para poder enjuiciar. A este pueblo se le echó por el Diputado Sr. (Eduardo) O'Shea un borrón, a pesar de ser el único quizá de la provincia en que no ha ocurrido el más pequeño desorden hasta ese momento, debido a que existe una organización obrera perfectamente constituida, con una disciplina y un tacto tan grandes, que no se sale nunca de la legalidad en defensa de sus intereses reivindicativos, a pesar de una serie de hechos que voy a enunciar, aunque sea muy someramente”.
El Ayuntamiento de Campillos estaba elegido por elección popular (12 de abril de 1931), y bástele saber a la Cámara que fue el único de la provincia que resistió los embates de Salazar Alonso. Destituyó este Ministro de la Gobernación (3 de marzo al 4 de octubre de 1934) a todos los de Málaga menos al de Campillos, que, como digo, no resultó afectado por el desmoche de Ayuntamientos que entonces se hizo.

En este pueblo, como en todos, existe una familia cacique de toda la vida (se refiere a los Hinojosa), cuyos miembros están inscritos en distintos partidos políticos y que han monopolizado la actuación pública en el pueblo.

A lo que se refiere el Sr. Sarmiento cuando habla de la actuación del ministro Salazar Alonso, es que cuando llegó al poder la derecha tras las elecciones de noviembre de 1933, mantuvo como alcalde de Campillos al socialista Pedro Velasco Olmo, y que el 17 de febrero de 1934 entregó el cargo a otro socialista, Francisco Oliva González. Ambos eran miembros del Ayuntamiento que había salido en las elecciones municipales de la primavera de 1931, que trajeron la Segunda República. En otros Ayuntamientos, la llegada de la derecha al Gobierno, supuso la destitución de alcaldes y concejales de izquierdas, y el nombramiento de Comisiones Gestoras. En Campillos, fue a raíz de los actos revolucionarios de octubre de 1934, en los que estuvieron implicados los socialistas del pueblo, cuando el 27 de octubre se destituyó a Francisco Oliva y se nombró una Comisión Gestora presidida por Pedro Gallardo Gallardo.

Sigue más adelante el Sr. Sarmiento refiriendo la problemática que había con los Guardas rurales en el pueblo. Este era un cuerpo que venía funcionando desde el verano de 1929, anterior a la Segunda República, cuando en el pleno del Ayuntamiento del 31 de agosto de 1929, se aprobó su implantación.

Por unanimidad se acordó implantar, con carácter de urgencia y fondos municipales, el Servicio de Guardería Rural, dado el alarmante estado de falta de vigilancia en que se encuentran los campos y cultivos, con las consiguientes agresiones a la propiedad. Se dotó de ocho guardas a pie, con sueldo de 120 pesetas mensuales, y un cabo montado con haber de 200 pesetas mensuales, con la obligación de adquirir y sostener por su cuenta el caballo. MISCELÁNEA CAMPILLERA  - Ildefonso Felguera (353)

Estos eran agentes de la autoridad que realizaban vigilancia en el campo. Se le llamaban también Guardas jurados porque accedían al cargo jurando proteger lealmente los intereses puestos bajo su custodia. En el caso de Campillos, durante la Segunda República, los nombraba el Ayuntamiento a través de la Comisión Municipal de Policía Rural, y lo pagaban los propietarios, en este caso el Sindicato Agrícola. A los Guardas les correspondería la función de informar a la Comisión Municipal de las fincas que, a su juicio, debían incluirse en los supuestos del laboreo forzoso (decreto de Laboreo Forzoso de mayo de 1931). Denunciaban a los propietarios y arrendatarios que no habían realizado las labores en el campo que el calendario agrícola requería.

En 1934, don José María Hinojosa Lasarte, como Presidente del Sindicato Agrícola local, solicita de la Corporación municipal, que sean dados de baja en el pago de la Tasa municipal de Guardería Rural, los 128 socios, toda vez que el Sindicato ha nombrado unos Guardas particulares jurados. A los propietarios y arrendatarios les interesaba más tener unos Guardas afines a ellos, que velaran más por la vigilancia de sus terrenos, que por el laboreo forzoso.

La petición le es denegada por el Ayuntamiento de izquierdas, en base a que lo que se pretendía era organizar un servicio de Guardería que sustituyera a la del Ayuntamiento, y que conforme a la legalidad vigente, eso no puede hacerse más que mediante una Comunidad de Labradores, constituida y autorizada legalmente, y nunca por el Sindicato Agrícola que es una Asociación que no encaja en la Ley de Asociaciones Profesionales. La decisión del Ayuntamiento, fue recurrido al Tribunal Económico-Administrativo provincial, que le dio la razón a la Corporación municipal.

La solución que encontró el Sindicato fue convertirse en Comunidad de Labradores, lo cual se realizó el 11 de noviembre de 1934. Una vez constituida, solicitó al Ayuntamiento, que ya era de derechas, el traspaso de los servicios de Guardería. En el recurso que esta tenía interpuesto en el Gobierno Civil, éste se pronunció en sentido favorable. MISCELÁNEA CAMPILLERA – Ildefonso Felguera (PÁG. 356)

Cuando en octubre de 1934, según Sarmiento, “se destituyó al fin al Ayuntamiento de elección popular; se nombró una Gestora y ésta hizo cesar a los guardas, que fueron sustituidos por la Comunidad de Labradores, sin tener para nada en cuenta los derechos del Ayuntamiento”.

Viene bien en relación con esto que estamos relatando, lo que encontramos en la prensa de Málaga, sobre un juicio contra Carmen Valencia Escribano, de 31 años, analfabeta y de profesión sus labores, que vivía en la calle San Benito de Campillos, por unos hechos ocurridos el 21 de febrero de 1936, cinco dias despues de las elecciones que dieron el triunfo al Frente Popular.

Ayer, ante la Sección segunda, constituida en Tribunal de Urgencia, se celebró el juicio oral en Ia causa seguida en el Juzgado de Campillos, por el delito de insultos, contra Carmen Valencia Escribano.
El día 21 de febrero de 1936 y en ocasión en que se encontraban en el ejercicio de sus funciones los guardas jurados de la Comunidad de Labradores de CampilIos, Juan Gallardo Escribano, Diego Escribano, Diego Escribano Bonilla, Juan Sánchez Bermudo y Pedro Linero Berdún, la procesada Carmen Valencia les insultó gravemente, por haber sorprendido a una sobrina de aquélla hurtando aceitunas.
El fiscal calificó el hecho realizado por la procesada como constitutivo de un delito de insultos a agentes de la autoridad y solicitó fuera condenada a dos meses y un día de arresto mayor, accesorias y costas.
El defensor solicitó la libre absolución de su patrocinado.
El Tribunal de Urgencia dictó sentencia imponiendo a la procesada la pena de un mes y un día de arresto mayor, accesorias y costas.
19360419 004 El Popular

Los tres guardas que aparecen subrayados, participarían en los sucesos que ocurrieron  el 28 de mayo, como más adelante veremos.

Como vemos, los guardas jurados que había cuando llegó el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, eran fieles guardianes de las tierras de la Comunidad de Labradores. Con la llegada al Ayuntamiento el 20 de febrero de 1936 de los concejales de elección popular, presididos de nuevo por el socialista Francisco Oliva, se presentó un recurso ante el nuevo Gobierno contra el nombramiento realizado por la Comisión Gestora de Guardas rurales. Dice el 23 de junio en las Cortes el Sr Sarmiento: “…que presentó un recurso ante el Sr. Ministro de Agricultura, el cual, en 24 del pasado mes (Mayo), revocó el acuerdo de la Comunidad de Labradores, y, velando por el fuero municipal, acordó que fuera la Corporación quien hiciese los nombramientos. A los dos o tres días eran despojados de sus cargos los guardas rurales que estaban detentándolos, según el Ministro de Agricultura”. Sobre lo que continuó diciendo Vicente Sarmiento ese día en las Cortes, volveré más adelante.

Así nos encontramos en el pueblo, a finales de Mayo, a un grupo de Guardas rurales de derechas que han sido despedidos de su trabajo. A otro grupo de falangistas que han regresado al pueblo después de estar un mes, injustamente, en la cárcel de Málaga. Y por otro lado una izquierda, eufórica por su victoria electoral, dispuesta a recuperar el territorio perdido durante la anterior legislatura, y sobre todo a ajustar cuentas por las represalias sufridas por los sucesos de octubre de 1934. Como dice el juez especial Atilano Lorente, “…a partir de las últimas elecciones generales se ha creado un malestar entre afiliados o militantes en partidos políticos de contraria ideología, de tal manera exacerbado que, degenerando en un ambiente pasional, se han venido produciendo cuestiones personales aisladas entre elementos jóvenes, y sin duda por consecuencia de ello, estrechándose las relaciones entre afines, frecuentemente se agrupaban como medio de hacer frente a otros de matiz político contrario en caso de agresión”

A este respecto, Baltasar Peña Hinojosa, en su libro “Pequeña historia de la Villa de Campillos” nos dice en las páginas 122 y 123:

El 20 de febrero de 1936 vuelven nuevamente al Ayuntamiento los socialistas con el mismo alcalde del año 31, y ahora con un marcado carácter de revancha y sectarismo. Desde las primeras actuaciones se puede ya profetizar que se aproximan momentos definitivos.
En abril, el alcalde propone y el Ayuntamiento acuerda, que comparezcan ante él los vecinos que tengan que exponer quejas de la Guardia Civil. […] La juventud socialista moviliza sus milicias, arma a su gente y patrulla constantemente para que los obreros de derecha, a los que entonces se les llama «pistoleros», no puedan salir de sus casas. Se apalearon a varias personas de orden; se robaba impunemente cuanto se quería, se amenazaba y se proclamaba constantemente que muy pronto las tierras se repartirían y no habría más mando que el de los comunistas.

Quiero remarcar lo que dice Baltasar Peña: “…el alcalde propone y el Ayuntamiento acuerda, que comparezcan ante él los vecinos que tengan que exponer quejas de la Guardia Civil”.

En la Causa 6113 del Juzgado nº 29, abierta en julio de 1939 contra Pedro Velasco Olmo, encontramos otro suceso denunciado por el cabo de los Guardias Municipales Matías Delgado Escribano, en el que es agredido Juan Morillo Trigo, uno de los que intervinieron en los posteriores altercados del 28 de mayo:

Sr. Alcalde:
El que suscribe, Matías Delgado Escribano, cabo de la Guardia Municipal, comunica a esa Alcaldía los hechos siguientes:
Que el día de ayer (4 de mayo), y a eso de las 7 de la tarde, me enteré que en el campo habían reñido unos jóvenes, hechas por mí las averiguaciones necesarias, resultó que los jóvenes Juan (Antonio) Gallardo Trigo y Antonio Gamero García, le habían pegado a Juan Morillo Trigo, por lo que procede a la detención de los dos primeros; al ser detenidos a eso de las ocho de la noche me manifestaron lo siguiente:
Que cuando se dirigían por la carretera de Peñarrubia, dando un paseo con el propósito de ver una haza sembrada de habas que tiene el padre del mencionado Gallardo Trigo y antes de llegar a ella, se cruzó en la carretera con Morillo Trigo, que iba con una caballería y que no saben donde se dirigía, y que fueron provocados por Morillo, incluso hasta quererle pegar con una vara a Gallardo Trigo, viéndose obligado a tener que repeler la agresión.
No obstante lo manifestado por ellos, se hallan desde dicha hora a disposición de V. en el Depósito municipal.
Le saluda
Campillos 5 mayo 1936
El cabo: Matías Delgado (firmado)
SUMARIO CONTRA PEDRO VELASCO OLMO

También la prensa de Málaga, recoge el hecho.

CAMPILLOS. DESPUÉS DE UNA DETENCIÓN
La Guardia civil del puesto de Campillos, procedió a la detención de Antonio Gamero García y de Antonio Gallardo Trigo, autores de las lesiones de pronóstico reservado, que sufre el vecino de dicha localidad Juan Morillo Trigo, de 18 años.
Con tal motivo, la Benemérita instruyó el atestado de rigor, que fue remitido al juzgado.
19360507 003 La Unión Mercantil. 
 

 Hay en la prensa otras noticias refiriendo alteraciones de orden público en Campillos:

La Guardia civil del puesto de Campillos, denunció a la autoridad judicial a los jóvenes José Rueda Escribano, Pedro Berdún Trigo (CNT), Antonio Guerrero García, Cristóbal Escobar y a Eduardo Bermudo, porque habían hecho objeto de malos tratos, de obra a Juan Mesa Morgado, de 18 años
19360529 003 La Unión Mercantil
Parece ser que desde hace tiempo, los patronos del campo y los obreros no afiliados a la UGT, venían siendo víctimas de agresiones aisladas durante la noche.
19360606 006 La Cruz

A todo esto hay que añadir el ambiente caldeado que había el campo, que se encontraba en puertas de una huelga general en toda la provincia, tal como indica Baltasar Peña (122).

Después, se declara la huelga general de campesinos y se paraliza toda la vida agrícola, hasta el punto de que los ganados quedan abandonados en el campo o en los cortijos sin nadie que los cuide, teniendo que ir personalmente los propietarios para atenderlos.

2.1.- NOCHE DEL JUEVES 28 DE MAYO DE 1936

En este ambiente nos situamos en la noche del jueves 28 de mayo de 1936. Hay diversas versiones de lo que aquel día ocurrió, dependiendo de quién lo cuente. Voy a describir los sucesos según lo relató Juan Morillo Trigo (1917), testigo y protagonista de los hechos. Era albañil, vivía en la plaza del Cardenal Spínola, 17.

Su declaración se produce el 26 de agosto de 1939, tres años más tarde, en el procedimiento sumarísimo núm. 2062 del 1939, del Juzgado militar nº 27 de Málaga, contra Francisco González Escribano (1898), que era el carcelero de Campillos en 1936, y miembro del partido socialista. Vivía en la calle San Sebastián. Se encontraba detenido en la Prisión Provincial de Málaga.

El jueves 28 de Mayo de 1936, aproximadamente a las nueve de la noche, y en ocasión de ir el declarante (Juan Morillo Trigo) acompañado de su amigo Lucas Mora Morgado (18 años) a ver a otro amigo de ambos llamado Sebastián Ordóñez Cano (21 años), que estaba en la fábrica de luz de Campillos hablando con su novia, hija del vigilante de la fábrica. Llegaron a la citada fábrica, sentándose con Sebastián y con la novia de éste, y estando liando un cigarro un rato; saliendo después a la calle y se dirigieron a sus respectivos domicilios. Los tres fueron sorprendidos por un grupo de elementos de izquierdas y comunistas, que les agredieron a pedradas, teniendo ellos que arrojarles algunas piedras para defenderse, y tuvieron que refugiarse de nuevo en la fábrica de la luz. Momentos antes se había cortado la luz del pueblo, seguramente por avería de la fábrica del Chorro, pues antes se había cortado también, y no se veían las caras.
Cuando llevaban un rato grande en ésta, se presentó el padre de Sebastián, llamado Juan Ordóñez Gil (45 años), que estando en su casa en la calle Lavados, fue avisado de que a su hijo le intentaban agredir unos grupos de personas y salió para ver qué pasaba. Le explicó el motivo por el que no podían salir, diciéndole el padre, vámonos de aquí que conmigo no os pasa nada, saliendo los tres con el padre de Ordóñez, y habiendo andado unos cincuenta metros aproximadamente, y antes de llegar a la esquina de la fábrica (de harinas) oyeron una voz que decía: “Fuego contra esos granujas, que no se escapen”. Oyendo al mismo tiempo varias detonaciones, dos de cuyos disparos le dieron a Sebastián Ordóñez Cano, y otros dos disparos y una puñalada hirieron a Juan Ordóñez Gil, teniéndose que defenderse a pedradas y golpes. Resultando muerto José González Escalante “El Cordero” de filiación comunista y socialista, y heridos tres más llamados Francisco Florido Rodríguez “Carrillo la música” extremista, un tal Blas González Olmo extremista y el guardia municipal Antonio Pérez Codes.
Por pertenecer el declarante a partidos de derechas, lo recluyeron los dirigentes del Partido Socialista, que a la sazón ejercían los cargos del ayuntamiento.

La noticia tal como la da el periódico La Cruz el día 6 de junio de 1936, es muy similar a la que dio Juan Morillo Trigo tres años más tarde y que ya hemos visto:

El joven Sebastián Ordóñez, que no pertenece a los sindicatos socialistas, fue a ver a su novia, hija del vigilante de la fábrica de electricidad, sita en las afueras del pueblo.
Alrededor de las once de la noche, el padre de éste muchacho, Juan Ordóñez, al tener noticia de que iban a agredir a su hijo, fue a buscarlo a la citada fábrica acompañado de un amigo suyo.
Cuando los tres abandonaban dicho edificio, les salió al paso un numeroso grupo de socialistas, que armados de garrotes, les agredieron. Los agredidos se defendieron con armas blancas y entonces parece que tres guardias municipales, también socialistas, acudieron en auxilio de los agresores y dispararon sus pistolas contra el padre e hijo.
En la colisión resultó muerto de varias puñaladas José González Escalante, de la UGT y gravísimamente heridos otros dos socialistas. Sebastián y Juan Ordóñez, resultaron heridos de gravedad por arma de fuego.
19360606 006 La Cruz

También es similar la historia que se cuenta en el periódico La Vanguardia, aunque un poco cambiado, porque los tiros partieron del otro bando, como lo demuestra las heridas de bala que sufrieron Juan Ordóñez Gil y su hijo Sebastián.

En el pueblo de Campillos, cuando un criado de confianza de un elemento de Acción Popular se dirigía a casa de su novia, acompañado de su padre, fueron agredidos ambos por unos treinta sujetos que les salieron al paso, acometiéndoles con navajas. Los agredidos tuvieron que defenderse a tiros. Resultaron ambos con heridas de consideración y muerto uno de los agresores y heridos otros varios.
19360605 027 La Vanguardia

Federico Manzano Sancho, en sus memorias “Nuestro tiempo…”, así relata el suceso:

Con el fin de detener a los del Sindicato Agrícola y partido político de Acción Popular (del que también soy Secretario), para amedrentarnos y probablemente por órdenes recibidas de sus superiores, pues ya se “mascaba” lo que iba a suceder, fraguan en la noche de este día una alteración de orden público (cosa corriente en esta época para echarle la culpa a los de derechas)…. en la calle de S. Benito, trance solitario que conduce a la Fábrica de Harinas, ante la vista expectante de gran número de la juventud socialista escondida detrás de la paredilla que hay junto a la carretera y que han ido para ver el espectáculo que se pueda desarrollar, señal de que estaba preparado. (Página 96)

El fallecido en la reyerta por varias puñaladas, José González Escalante, alias “el Cordero”, tenía 39 años, vivía en la calle Lavados. Era analfabeto. Trabajaba en el campo. Su hermano Francisco, alias “el Picaillo”, de 26 años, se significó por su actitud represiva contra las personas de derechas durante los dos meses de guerra que estuvo Campillos en el lado del Frente Popular. Fue condenado a muerte por los nacionales y ejecutado el 6 de diciembre de 1939.

Así relata el suceso Francisco Segura, miembro desde 1935 de las Juventudes Socialistas, en sus memorias (pág. 6 y 7) que se encuentran en el Archivo Histórico Municipal de Campillos. En ellas confunde a José González “el Cordero” con su hermano Francisco “el Picaillo”.

Tengo que decir unos acontecimientos que ese mismo año y a mediados del mes de Mayo, se tiraron a la calle los fascistas junto con la Guardia Civil. Creo que se adelantaron a la sublevación de Julio. Cogieron a un compañero que iba para su casa y lo mataron. Venía del partido. De mote le llamábamos “el Picaillo” porque la cara la tenía picada de viruela de pequeño. Este compañero iba para su casa. También hirieron a algunos guardias municipales y paisanos que acudieron a ese sitio.
Al día siguiente el Gobernador Civil, mandó una compañía de Guardia de Asalto y de ésta manera se calmó la cosa.

Veamos ahora la versión que da el diputado Vicente Sarmiento en la sesión de Cortes del 23 de junio:

Viene el 28 de Mayo y, entre diez y once de la noche, el alcalde de elección popular, señores de la derecha, no un gestor nombrado por voluntad de un gobernador, sino elegido por la voluntad del pueblo, tiene conocimiento de que en una fábrica de luz eléctrica propiedad del cacique de aquel pueblo, se reunían elementos de las derechas para hacer campaña contra el régimen republicano. Para mejor información de aquellos que no conozcan el pueblo, diré que esa fabrica está situada en las últimas casas, luego viene la carretera que pasa por allí y al otro lado hay un sembrado: pues bien; el alcalde, al enterarse de eso, Sr. Ministro de Justicia y señores del Gobierno, decide ir a sorprender la reunión y entonces se apaga el alumbrado eléctrico del pueblo, apagón que partió de la fábrica, porque a los diez minutos volvió a encenderse, y entonces desde el otro lado de la carretera empiezan a disparar; un guardia municipal llama al alcalde, porque aún no había llegado, y al llegar este no se le hace caso por la Guardia rural, tirando a los trabajadores que acudieron al sentir los disparos, matando a un obrero de una puñalada y resultando cuatro o cinco más heridos, uno de ellos por arma de fuego.

El informe que manda el día siguiente (29 de mayo), el teniente de la Guardia civil Miguel Tormo Lobera, jefe de la Línea de Campillos, al jefe de la Comandancia de Málaga, teniente coronel Aquilino Porras, dice lo siguiente:

A las 23,30 del día de ayer tuvo conocimiento el Oficial que suscribe de que en las proximidades de la fábrica de luz y en la calle de S. Benito había un choque entre individuos de distinta ideología política y existían varios heridos; personado en el lugar del suceso se pudo observar que en medio del arroyo había un hombre tendido al parecer cadáver llegando inmediatamente el Sr. Juez de Instrucción, que efectuó las diligencias del levantamiento del citado individuo que ya era cadáver.
De las gestiones practicadas se vino en conocimiento de que el número de heridos se elevaba a seis, siendo estos: J. G. E. (José González Escalante, socialista), herido de arma blanca, cadáver; B. G. O. (Blas González Olmo, socialista), con la misma arma que el anterior, grave; F. F. R. (Francisco Florido Rodríguez, socialista), de una pedrada, menos grave; Guardia Municipal A. P. C. (Antonio Pérez Codes) de arma blanca, leve; J. O. G. (Juan Ordóñez Gil, Acción Popular) y S. O. C. (Sebastián Ordóñez Cano, Acción Popular), con arma de fuego, graves.
Acto seguido se practicó por el que suscribe a requerimiento del Sr. Alcalde (Pedro Velasco Olmo) y en su presencia, un registro en la fábrica de la luz y otro en una fábrica de harinas próxima, por sospecharse que de uno de estos dos edificios podían haber salido los promotores del disturbio, dando corno resultado el hallazgo en la primera de la citada fábrica (luz), y en la vivienda del encargado, A. G. R. (no he podido identificar estas siglas) de un puñal de acero de 19 cm. de longitud y 2,50 cm. por su parte más ancha, con funda de cuero y cachas de madera basta pintada, siendo negativo el resultado del registro en la segunda fábrica (harinas).
Verificada una búsqueda minuciosa en el lugar donde se desarrolló el suceso y en las proximidades, dio corno resultado el hallazgo de un revólver Smith sin número, niquelado y con cachas de hueso, cargado y con un cartucho disparado; un estilete de 18 centímetros y 1/2 de longitud y con cachas de madera muy basta; dos navajas de 10 y 11,50 centímetros de hoja con cachas de hueso; cinco vainas de pistola de 9 mm, cañón corto, una de 7,65 y dos balas de calibre 9 mm corto, deformadas y una honda que fue hallada debajo del cuerpo del cadáver, tinta en sangre.
Por orden del Sr. Alcalde se procedió a la detención de varios individuos llegando a la presente el número de detenciones a 60, habiéndose intervenido al detenido Antonio Guzmán Granado un cuchillo con vaina de cuero, de 18,50 centímetros de extensión.
Lo que tengo el honor de participar a la respetada autoridad de V.S. para su superior conocimiento, significándole que a la vez doy cuenta al Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia e Ilmo. Fiscal de la Audiencia.
Viva V.S. muchos años. Campillos 29 de Mayo de 1936. El Teniente.

Como vemos en el informe de la Guardia civil, el alcalde Pedro Velasco Olmo, ordena la detención de una serie de personas de derechas, en ese momento se habla de sesenta, a lo cual el teniente de la Guardia civil obedece sin haber un mandamiento judicial ni causa que lo justifique. La inmensa mayoría, son personas sin ninguna relación con los hechos ocurridos en la noche anterior, pero el alcalde socialista, en un acto de odio político, quiso quitar de en medio a todos las personas de significación derechista a los que se les llamaba fascistas. Para ello se amparaba en la situación de Estado de Alarma en que vivía el país desde que fue declarado el 17 de febrero de 1936.

Durante los Estados de Alarma, los artículos 40 a 43 de la Ley de Orden Público vigente en aquel momento, permitían a la autoridad civil, incluyendo a los alcaldes, ordenar detenciones preventivas a personas que considerasen «peligrosas» o contra las que existieran «sospechas de participación en actos contra el orden público», así como decretar registros sin tener un mandamiento judicial. Pero como establecía el artículo 8, los alcaldes, antes de actuar, debían solicitar instrucciones al gobernador civil o, si la situación del orden público imposibilitara esta gestión, habían de dar cuenta al gobernador «lo más rápidamente posible de sus actos».

El alcalde de Campillos, informó inmediatamente de lo sucedido en el pueblo al Gobernador civil de Málaga, que en aquel momento era de forma interina el alcalde de Málaga, señor Eugenio Entrambasaguas (mientras desempeñaba el cargo de Gobernador civil, le sustituyo como alcalde el concejal socialista José Molina Moreno). El Gobernador titular era Enrique Balmaseda Vélez de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña. Estaba ausente de Málaga y ya no volvería más. Le sustituyó el 3 de junio José Antonio Fernández Vega, también de Izquierda Republicana.

EL GOBERNADOR CIVIL DE LA PROVINCIA MARCHA A MADRID CON PERMISO OFICIAL Y QUEDA AL FRENTE DEL GOBIERNO ACCIDENTALMENTE EL ALCALDE DE LA CIUDAD
19360523 009 El Popular
19360523 001 Diario de Málaga
El señor Entrambasaguas, al conversar hoy a mediodía con los informadores comenzó diciéndoles que había enviado a Campillos un Delegado gubernativo, el cual instruirá el oportuno expediente con motivo de los incidentes recientemente ocurridos en dicho pueblo.
Dicho Delegado ha sido acompañado por el diputado señor (Vicente) Sarmiento, y los señores (José) Muñoz Infantes y (Miguel) Retamero (concejales).
El señor Sarmiento, que ha regresado ya – siguió diciendo – ha tenido la atención de venir a saludarme y a ofrecérseme para cuanto sea necesario.
El señor Muñoz Infantes es también directivo de la Federación Provincial de Trabajadores del campo.
19360529 012 Diario de Málaga
19360530 002 El Popular

El mandar un Delegado gubernativo por parte del Gobernador Civil, era un hecho normal cuando en los pueblos de la provincia se desarrollaban hechos que alteraban el orden público, como huelgas o desórdenes de este tipo, y que necesitaran de una autoridad superior a la del alcalde del pueblo.

Como podemos comprobar por la prensa, el diputado socialista Sr. Vicente Sarmiento, estuvo en Campillos el 29 de mayo, día siguiente de ocurridos los acontecimientos. Veamos como lo contó en el Congreso de los Diputados el 23 de junio:

En estas circunstancias, tengo que pacer constar ante la Cámara que al llegar yo a aquel pueblo al día siguiente por la mañana, porque esto lo he vivido yo, me pongo al habla con el Ministerio de Justicia y hablo con el señor subsecretario, pidiéndole el nombramiento de un juez especial, que fue rápidamente designado, por la Audiencia Territorial de Granada, cumpliendo órdenes del Ministerio de Justicia, puesto que esto lo pedía yo a las dos de la tarde y a las doce de la noche ya estaba el juez en el pueblo.

El juez especial era don Atilano Lorente González (53 años), magistrado de la Audiencia Provincial de Málaga. A primeros de septiembre de 1936, fue nombrado presidente del Tribunal Popular de Málaga, que había de juzgar los delitos de sedición y rebelión de las derechas contra el régimen republicano. Cuando llegó a Campillos abrió el sumario nº 55 de 1936. Después veremos la actuación de Atilano Lorente.

LABOR DE UN JUEZ ESPECIAL
El señor Entrambasaguas cuando recibió hoy a mediodía a los periodistas empezó diciéndoles que había marchado a Campillos, don Atilano Lorente, juez especial que instruirá expediente por los sucesos recientemente ocurridos.
[…] El informe que he recibido del delegado gubernativo que fue al citado pueblo es muy corto y no se puede formar un juicio acerca de lo sucedido.
19360530 012 Diario de Málaga
19360531 002 El Popular
Estando en la cárcel de Campillos, Juan Morillo Trigo, participante directo en los sucesos, y del que ya hemos visto su declaración, es agredido físicamente por el carcelero Francisco González Escribano, para que confiese quien ha matado al “Cordero

Que estando en la celda nº 3, sobre las tres de la mañana del día 29 del mismo mes de Mayo, se presentó en el calabozo donde se encontraba recluido el denunciante, el mencionado Francisco González Escribano (39 años) que desempeñaba el cargo de carcelero en aquel entonces, el cual con pistola en la mano izquierda y un vergajo en la derecha, le preguntó que quien había matado a “El Cordero” y le contestó que él no lo sabía y entonces con la fusta le golpeó hasta dejarle sin sentido. Volvió al día siguiente a la misma hora, volviéndole nuevamente a preguntar que quien había matado a “El Cordero” y al contestarle que no lo sabía, me volvió a maltratar hasta dejarme sin sentido. Al día siguiente me abrió la puerta de la celda, teniéndome que sacar los demás individuos de derecha que habían en la cárcel al patio de la misma, echándome agua para que recobrara el conocimiento y la vista, que había perdido a consecuencia de los golpes.

Esta acusación contra el carcelero, fue ratificada por otras personas que estaban en la cárcel: Juan Gallardo Gallardo, Benito Ramírez Guzmán, Antonio Guzmán Granados y Francisco Domínguez Castillo.

El día 29 de mayo, los tres heridos más graves, Juan Ordóñez Gil, su hijo Sebastián Ordóñez Cano y Blas González Olmo, fueron trasladados en ambulancia al Hospital Civil de Málaga.

Juan Ordóñez Gil, hace unas declaraciones el 11 de febrero de 1938, en el procedimiento sumarísimo de urgencia nº 101 del Juzgado Militar nº 8:

Al día siguiente fueron trasladados los heridos a Málaga en una ambulancia sanitaria. Cuando ésta esperaba en la puerta de Juan Ordóñez para recogerlo, Carmen Valle Rodríguez y un grupo de mujeres, se aglomeraron junto a ella en actitud hostil, lo que dio lugar a que el conductor de la misma requiriera el auxilio de las fuerzas de la Guardia Civil. Estando éstas protegiendo la ambulancia y mientras Juan Ordóñez subía a ella, Carmen Valle insultó a las fuerzas y excitaba a los hombres que habían acudido diciéndoles cobardes, y otras expresiones groseras, y excitándoles a que no consintieran se fuera a Málaga, que debían dejarlo allí, matándolo.

Carmen Valle Rodríguez, apodada la “Pregonera”, tenía 39 años, vivía en la Puerta Teba. Casada y con siete hijos. Era lavandera.

El día 30 de mayo, el teniente de la Guardia civil Miguel Tormo, vuelve a mandar otro informe al Jefe de la Comandancia de Málaga:

Se han practicado registros por la fuerza del Puesto de esta Cabecera en las fábricas de harina y de la luz según ya di cuenta en mi citado escrito, y se ha completado el registro en la fábrica de harinas en la que faltaba por mirar los cajones de las mesas de escritorio que había en el despacho que no se pudo hacer en el día de ayer por encontrarse cerradas y no hallarse a los propietarios de dichas mesas; encontrándose en el cajón de la izquierda de una de ellas, un revólver Smith, cargado con cinco cartuchos, niquelado, cachas de pasta negra, sin número ni marca.
Se ha verificado también registro en los domicilios de Don Rafael Núñez Núñez (Maestro nacional de 40 años. Vivía en calle Real) y Doña Catalina Naranjo Hidalgo, (32 años. Vivía en la calle Alta) encontrando en el primero, un puñal con empuñadura de hierro, 47 cartuchos de pistola, calibre 9 mm., cañón corto, no habiéndose registrado una caja de caudales que en la casa existe por no tener en aquel momento las llaves de la misma, la señora del dueño (Dolores Alés Palop) que fue la que presenció el registro; siendo negativo el resultado obtenido en el segundo edificio.
En la presente se continúan cumplimentando las órdenes de los Sres. Delegado Gubernativo y Juez Especial. Por el momento la situación del pueblo parece normalizada, sin que se pueda asegurar que continúe esta tranquilidad dada la excitación de ánimo que existe entre los vecinos.
Lo que tengo el honor de participar a la respetada autoridad de V.S. para su superior conocimiento, significándole que a la vez doy cuenta al Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia.
Viva V.S. muchos años. Campillos 30 de Mayo de 1936. El Teniente.

En un anexo de dicho informe, da la relación de los detenidos en el pueblo, que en ese momento ya ascienden a setenta y siete personas.

En virtud de órdenes del Sr. Delegado Gubernativo de esta población y del Sr. Alcalde de la misma, se ha procedido a la detención de los individuos relacionados adjunto, como presuntos complicados en los sucesos ocurridos en la noche del 28 al 29 de los corrientes.
Relación que se cita.


En el listado aparece un tal Francisco Manzano Sánchez, que quizás se trate de Federico Manzano Sancho, del que se tiene certeza que fue detenido y no aparece en el mismo.

Las siglas AP se refieren al partido Acción Popular de José María Gil-Robles. 

De la arbitrariedad de las detenciones que se realizaron, da una idea el hecho de que de las setenta y siete personas que fueron mandadas detener por el Alcalde y el Delegado gubernativo, solo seis fueron imputadas por el juez especial Atilano Lorente (marcadas con un subrayado en el listado). Los setenta y uno restantes, el juez no vio causa alguna para procesarlos, a pesar de lo cual muchos permanecieron meses en la cárcel sin motivo alguno, y alguno de ellos encontraron la muerte, como es el caso de Antonio Gallego Rebollo que fue asesinado en la saca que se hizo el 30 de agosto en la Prisión Provincial de Málaga.

Los detenidos fueron algunos más. En el listado no aparecen Juan Ordóñez Gil,  Sebastián Ordóñez Cano, Juan Morillo Trigo, Antonio Gallardo Molina y Juan Sánchez Bermudo, que son imputados por el juez Atilano Lorente. Tampoco aparecen Antonio Campos Giles, Diego Correro Moreno y Benito Ramírez Gómez, que fueron detenidos a raíz de esos incidentes, y cuando entraron las tropas nacionales en Málaga, en febrero de 1937, aún seguían en prisión  Ninguno de los tres estaba en el sumario que había instruido el juez especial. Su detención se realizaría días después de mandar el listado el teniente de la Guardia civil.

Como vemos en el listado, detuvieron a seis hermanos Cañamero Vargas: Francisco (Guarda Jurado - 36), Carmen, Ana (28), Josefa (26), José (24) y Pedro (Falange - 21). Eran hijos de José Cañamero Mora y Josefa Vargas López. También detuvieron a siete mujeres.

Una de las detenidas, María Morgado Morillo (50 años), madre de Jerónimo y Lucas Mora Morgado, permaneció en la cárcel de Campillos hasta la madrugada del 15 de Agosto de 1936, en que la sacaron de la misma y fue asesinada junto con veinte personas más. Estaba casada con Lucas Mora Avilés de 54 años. Vivía en la calle Alta.

Según testimonio del médico de Campillos, Jacobo Lanzas Orellana, algunos pudieron escapar de ser detenidos, como es el caso del que fue alcalde desde 1924 a 1930, D. Juan Gallegos Cuellar

En Mayo de 1936, con motivo de los sucesos revolucionarios de ésta localidad y que dio lugar a una encarnizada persecución a lo elementos de orden, prestó toda la ayuda que le fue posible a don Juan Gallegos Cuellar, consiguiendo salvarle de ser encarcelado, facilitándole el irse a Granada a un Sanatorio, lo que le costó algún disgusto porque la gente comenzó a comentar que le había puesto inyecciones de agua destilada en las piernas para que se le hincharan con objeto de simular la enfermedad.

No se realizó ninguna detención de personas de izquierdas, aunque las autoridades sabían muy bien quienes eran los que habían participado en la reyerta. Todos los detenidos, eran personas de derechas, la mayoría militantes del partido Acción Popular de Gil Robles, otros no estaban afiliados a partido alguno y una minoría pertenecían a Falange Española. Tanto el Delegado del gobierno, como el alcalde socialista Pedro Velasco Olmo, de esta forma justificaban la violencia de la izquierda, y no tenían ningún empacho en detener a todas las personas de derechas que pudieron, sin importarle ni el sexo ni la edad.

Detuvieron también en Málaga al poeta José María Hinojosa Lasarte, que era a su vez uno de los dirigentes provinciales del Partido Agrario:

El 28 mayo la familia Hinojosa se hospedaba en el “Rock Hotel” de Gibraltar, cuando llegó en el crucero HMS Capetown, el emperador de Etiopía, Haile Selassie, en su huida de Addis Abeba, ocupada por las tropas italianas. Fueron numerosos los españoles de las poblaciones cercanas a Gibraltar que se desplazaron con el fin de estar presentes a la llegada del “rey de reyes”. Al volver de este viaje, la policía detiene a José María Hinojosa.

El jefe del partido agrario, don José María Hinojosa, continúa detenido, pero no en la cárcel, sino en la Comisaría. El señor Hinojosa, que se hallaba ausente de Campillos, no ha tenido participación en los sucesos. Así, pues, su detención acaso obedece al deseo de evitarle una agresión.
19360531 026 La Vanguardia

El domingo 31 de mayo se celebraba en Málaga una importante asamblea de la Federación Provincial de sindicatos y sociedades agrarias de la provincia de Málaga, a la que asistieron representantes de casi todos los pueblos. El secretario de dicha Federación era José María Hinojosa, que al no poder asistir por estar detenido, mandó una carta, que decía:

Comisaría de Vigilancia, 31-5-36
Queridos compañeros:
Hoy no puedo estar entre vosotros por impedírmelo la detención de que soy objeto.
Solo quiero deciros que la mayor satisfacción para mí es saber la unión y el entusiasmo de los agricultores para defender nuestra causa.
Que los atropellos, que las coacciones no sirven más que para darnos más aliento y tesón, pues en las persecuciones es donde deben conocerse los hombres, sobre todo cuando se lucha por evitar la destrucción de España.
¡Todos unidos por la Agricultura y por España!
Os saluda, José María Hinojosa.
19360602 002 La Unión Mercantil

También detuvieron a su primo Francisco Hinojosa Lacárcel, presidente provincial de las Juventudes del partido Acción Popular.

Momentos después, cuando salía de Teléfonos el presidente de las Juventudes de Acción Popular, don Francisco Hinojosa, fue detenido por orden del alcalde. Hoy continuaba en la cárcel.
19360605 027 La Vanguardia

El día 30 de mayo, la masificación de presos en la cárcel de Campillos, llevó al Gobernador civil a ordenar que una treintena de detenidos fueran trasladados a la Prisión Provincial de Málaga.

Conducidos por guardias de Asalto, han sido traídos a Málaga e ingresados en la cárcel unos treinta detenidos en Campillos con motivo de los sucesos registrados allí anteayer. En dicho pueblo se halla en funciones de juez especial el magistrado don Atilano Lorente, nombrado para instruir este sumario.
19360531 026 La Vanguardia

Baltasar Peña, en su libro “Pequeña historia de la Villa de Campillos” nos dice en la página 123:

La noche del 28 de mayo, al pasar algunos labradores de derecha por la calle de Enmedio, hacia la fábrica de electricidad, fueron sorprendidos y apaleados brutalmente por un grupo de socialistas, aun cuando supieron defenderse, ya que resultaron varios heridos y un muerto de los atacantes.
Aprovechando lo ocurrido, el Gobernador envió una sección de guardias de Asalto que procedieron a la detención de gran número de personas de orden, trasladando algunos a la Prisión Provincial, en donde les sorprendió el «Movimiento Nacional».

Federico Manzano Sancho, uno de los detenidos, describe así en sus memorias (pág. 96) su traslado a Málaga:

Bien está que detuvieron a éste, ya que al herido se lo llevaron a una clínica de Málaga (se refiere a Ordóñez, padre), pero la falta de garantías de este periodo, el odio, el rencor, la arbitrariedad que imperaba fue bastante para que empezaran a detener por la madrugada a casi todos del Sindicato (Agrícola) y Acción Popular.

A mí, que no salí aquella noche, ni sabía nada, me despiertan con aldabonazos a las cinco de la mañana y me llevan conducido a la cárcel entre un carabinero y un guardia municipal (que dicho sea de paso, lo tenían puesto siempre en mi esquina para que vigilara mis actos y que como lo perdoné, lo tuve después varios años de porquero).

En la cárcel me encuentro con más de 70 amigos y me entero de lo ocurrido, todos igual que yo, sin haber intervenido en nada y ni “arte ni parte”.

El populacho goza de lo lindo viéndonos en la cárcel, tirándoles las comidas que nos llevaban, por lo que estuvimos a dieta ese día.

Por la tarde, conducidos por guardias de asalto que llegan de Málaga, nos trasladan a unos diez en una furgoneta, que le decían “La Fiambrera”, a la cárcel malagueña, donde con un fuerte dolor de cabeza puedo tomar café y unos chorizos que los guardias nos han permitido comprar en Cártama, gracias al conocimiento de Curro Espinosa (uno de los detenidos), empleado de la fábrica de electricidad, con otro guardia que se presentó.

El viaje no ha podido ser más malo, pues aparte de los baches de la carretera y dureza de los muelles de La Fiambrera, don Benito Avilés (Casasola) se marea y empieza unas “arcadas” que a todos nos levanta el estómago.

En la cárcel malagueña, gracias a Dios, yo me encuentro bien en el departamento de políticos donde nos han metido. Hay buenas habitaciones enlosadas de blanco y negro, con un lavabo y agua corriente en cada uno, más un retrete y un cuarto de baño colectivo, que utilizo con agua caliente que pido y me sirven. Aunque la cama es un saco de lona con crin vegetal en el suelo, yo no lo noto y duermo como un “lirón”; la comida no me desagrada, aunque algunos protestan; y sobre todo hay un gran salón y corredor con una puerta que nos abren a las dos de la tarde para salir a una magnífica y especiosa terraza desde la que se ve la entrada, la carretera, el puerto y algo de Málaga. Yo, francamente, ni me abatí, ni lo pasé mal, extrañándose los amigos de que siempre estuviera contento y alegre.

Mi padre fue algunos días a verme en el locutorio. Me lleva la ropa limpia y me da noticias de la familia.

En la Causa 6.113 del Juzgado nº 29, abierta contra Pedro Velasco Olmo, se encuentra una carta mandada el 5 de junio de 1936, por María Josefa Casasola Lasarte a sus hermanos Juan y Pedro Casasola, que se encontraban detenidos en la cárcel de Campillos. En ella les cuenta las vicisitudes que pasaron las tres hermanas (Carmen, María Josefa y Dolores) y la madre de los mismos, María Josefa Lasarte Carvajal (73 años), desde que fueron detenidos el día 29 de mayo: registros en su casa de la calle Lavados, en la fábrica y el molino en busca de armas.

En este punto del relato, retomemos ahora la actuación que realizó el juez especial Atilano Lorente González. Como ya he dicho, en Campillos abrió el sumario nº 55 de 1936.

En la noche del 28 de Mayo último, con ocasión de haber coincidido con o sin propósito varios individuos encuadrados o simpatizantes con partidos de carácter derechista en la fábrica de luz, de un lado, y grupos de individuos pertenecientes a organizaciones de izquierda, de otro, en las inmediaciones de aquella, es lo cierto que, acusada la presencia en dicho lugar de esos grupos dispares, y de una parte los Guardas Jurados de la Comunidad de Labradores y de otra algunos Guardias Municipales, tras algunas discusiones entre estos agentes sin resultado pacífico, tomaron los primeros partido por los de derecha y los segundos por los de izquierda, convertidos así en beligerantes, se apedrearon ambos grupos, llegaron a las manos y en forma confusa y tumultuaria en general, utilizando piedras y armas blancas y de fuego, se produjo una reyerta a consecuencia de la cual resultaron con heridas.

El sumario se extiende en Resultandos, Considerandos, etc., pero para hacerlo más comprensible, intentaré resumirlo de una forma breve.

El juez especial Atilano Lorente González, encontró demostrada la presencia en el lugar donde se desarrollaron los hechos, con participación en los mismos de dieciocho personas. Una de ellas, José González Escalante, falleció de resultas de las heridas por arma blanca que recibió. No encontró determinado de una manera precisa quién fue su agresor. Sobre las otras diecisiete dictó orden de prisión incondicional y su procesamiento.

  1. Juan Ordóñez Gil, como agresor a persona indeterminada y como utilizador de arma de fuego, para cuyo uso carece de licencia.
  2. Sebastián Ordóñez Cano, por partícipe en la riña en que degeneró el encuentro de los grupos contendientes, posible autor de la herida inferida al Antonio Pérez Codes, y como utilizador de arma de fuego, para cuyo uso carece de licencia.
  3. Juan Morillo Trigo, como contendiente, y poseedor de un cuchillo que ocultó después y fue intervenido en el registro practicado en la casa de Antonio Gallego Rebollo.
  4. Lucas Mora Morgado, como contendiente.
  5. Jerónimo Mora Morgado, como contendiente.
  6. Pedro Linero Berdún (Guarda Jurado)
  7. Francisco Cañamero Vargas (Guarda Jurado),
  8. Juan Gallardo Escribano (Guarda Jurado),
  9. Pedro Palacios Delgado (Guarda Jurado),
  10. Antonio Gallardo Molina (Guarda Jurado)
  11. Juan Sánchez Bermudo (Guarda Jurado)

A los seis Guardas Jurados de la Comunidad de Labradores, se les acusa como actuantes y posibles cooperadores de la fracción de derechas en las discusiones y amenazas preliminares de los hechos y la confusa lucha posterior.

Los cinco subrayados no están en la lista de los 77 detenidos, por lo que pensamos que la lista está incompleta. Según el Sumario del juez, los dos primeros estaban en el hospital de Málaga y los otros tres se encontraban en la prisión de Campillos.

  1. Antonio Pérez Codes (Guardia Municipal), con heridas leves de arma blanca (posible autor Sebastián Ordóñez). Confiesa haber disparado contra Juan y Sebastián Ordóñez con arma de fuego, careciendo también de licencia.
  2. Juan Escobar Gómez (Guardia Municipal), que utilizó arma de fuego contra Lucas y Jerónimo Mora Morgado.
  3. Francisco Florido Rodríguez, como contendiente, acusada su intervención, no solo por su evidente presencia en el lugar de los acontecimientos, sino porque a consecuencia de los mismos resultaron heridos en la refriega.
  4. Blas González Olmo, como contendiente, acusada su intervención, no solo por su evidente presencia en el lugar de los acontecimientos, sino porque a consecuencia de los mismos resultaron heridos en la refriega.
  5. José Pineda Escribano, por las reiteradas imputaciones que se le hacen de haber estado presente e intentado agredir al Guarda Jurado Juan Gallardo.
  6. Juan Escribano Olmo, que confiesa su presencia y haber respondido con piedras a una agresión de la misma forma.

De los diecisiete acusados por el juez especial:

  • Juan Ordóñez Gil, Sebastián Ordóñez Cano y Blas González Olmo, debido a la gravedad de sus heridas, el 29 de mayo, habían sido trasladados en ambulancia al Hospital Civil de Málaga. El juez especial encargaba en el Auto al juez de instrucción de Málaga su custodia, y su ingreso en la Cárcel Provincial de Málaga en cuanto recibieran el alta médica hospitalaria.
  • Juan Morillo Trigo y cuatro Guardas Jurados, Juan Gallardo Escribano, Pedro Palacios Delgado, Antonio Gallardo Molina y Juan Sánchez Bermudo, ya se encontraban presos en Campillos cuando el juez decidió procesarlos.
  • Lucas Mora Morgado, Jerónimo Mora Morgado, y dos Guardas Jurados, Pedro Linero Berdún y Francisco Cañamero Vargas, que habían sido trasladados a Málaga en la “Fiambrera”, el día 29 de mayo y se encontraban en la Prisión Provincial, el juez especial ordenaba que permanecieran en la misma a su disposición. Francisco Cañamero, en algún momento debió salir de la cárcel, ya que no se encontraba en la misma en octubre de 1936.
  • En cuanto a la de Antonio Pérez Codes y Francisco Florido Rodríguez, reitérense al señor Delegado Gubernativo las órdenes de detención de los mismos que se le tienen comunicadas, haciéndolas extensivas a la Guardia Civil e interéseles igualmente la busca y prisión a disposición de éste dicho Juzgado de Juan Escobar García, José Pineda Escribano y Juan Escribano Olmo. Y fórmese el oportuno ramo separado con testimonio de este particular.

Los procesados debían presentar una fianza de cinco mil pesetas cada uno, para asegurar las responsabilidades pecuniarias que puedan declararse procedentes, y si no lo verifican pasadas veinticuatro horas, se les embargaría bienes bastantes de su propiedad suficientes para cubrirlas.

Podemos ver por el Auto del juez, que firma el día 7 de junio de 1936, que diez días después de los sucesos, aún no se había detenido a ningún militante de izquierda, a pesar de las reiteradas “órdenes de detención de los mismos que se le tienen comunicadas” al Delegado Gubernativo. El sectarismo de las autoridades que representan al gobierno de la Segunda República, en este caso, son bochornosas, y de alguna manera hace entender a los que han sido represaliados sin ninguna causa, que esta república no es la suya. Finalmente, ante las órdenes del juez, al menos que sepamos, el guardia municipal Antonio Pérez Codes, fue detenido.

El día 17 de junio llegan más detenidos a Málaga desde Campillos.

Málaga, 17
También han llegado varios detenidos del pueblo de Campillos.
19360618 025 La Vanguardia

Vuelvo a la sesión de las Cortes del 23 de junio, y a la interpelación que hace el diputado Vicente Sarmiento al ministro de Justicia Manuel Blasco Garzón, de Unión Republicana. En ella se queja de la actuación del juez especial que había sido enviado a Campillos, solicitado por él, especialmente por la detención del guardia municipal:

Pero lo lamentable del caso, Sres. Ministros, es que uno de ellos, guardia municipal (Antonio Pérez Codes); está detenido y procesado, porque al no hacer caso de su autoridad tuvo necesidad de repeler la agresión con la pistola que llevaba, aunque no hirió a nadie, y este es el ruego que hago al Sr. Ministro. […] Pero tengo que decir que, a pesar de que este señor juez especial llegó al pueblo y empezó a actuar, hay un sinnúmero de protestas contra su actuación, las cuales he trasladado al Ministerio de Justicia en telegrama que tendrá en su poder el Sr. Ministro o el Sr. Subsecretario, por la sencilla razón de que ha calificado estos hechos – y yo no me meto en el terreno de la juridicidad ni en el de los Tribunales – de riña tumultuaria, cuando, en verdad, ha habido una reunión y se ha hecho una serie de cacheos dentro de la misma fábrica de luz eléctrica, que dieron por resultado el hallazgo de gran cantidad de armas, cuya relación tengo sobre el pupitre y puedo presentar al Sr. Ministro de justicia. El juez especial, por las noticias que tengo, sigue actuando.
No quiero cansar más la atención de la Cámara; pero si digo al Sr. Ministro de la Gobernación que ese guardia municipal está procesado porque no tenía licencia para usar armas. Yo no sé el criterio del Sr. Ministro de la Gobernación a este respecto; pero le digo que los enemigos del régimen, las derechas de casi todos los pueblos, que son en su mayoría enemigos del régimen, están armados grandemente, tienen toda clase de armas para luchar contra los que defendemos la República, y es indispensable que los representantes de la autoridad municipal tengan también su licencia de armas para poder defenderse.
Y al Sr. Ministro de Justicia le ruego que excite el celo del señor juez especial y le manifieste que vea la manera de imprimir al asunto la mayor rapidez, estimulándole al cumplimiento de su misión.
Perdónenme los Sres. Ministros lo que les haya podido molestar; pero lo he hecho creyendo cumplir con mi deber como representante en Cortes de la provincia de Málaga.
El Sr. Ministro de JUSTICIA: Pido la palabra.
El Sr. VICEPRESIDENTE (Jiménez de Asúa): La tiene S. S.
El Sr. Ministro de JUSTICIA (Manuel Blasco Garzón): Comprenderá el Sr. Sarmiento que la parte del ruego que a mí se dirige, como titular de la cartera de Justicia, será cumplida exclusivamente en los términos en que yo, con arreglo a la legislación vigente, puedo desenvolverme, sin invadir funciones de carácter judicial, a las que debo el natural y lógico respeto.
El Sr. Sarmiento ha reconocido que tan pronto formuló su deseo motivado de que se designase un juez especial que entendiera en estos sucesos, el Ministerio se puso en comunicación con el señor presidente de la Audiencia Territorial correspondiente, rogándole que proveyese a tal necesidad, y por mi parte, por tanto, estaba cumplido con el deber de atender a la reclamación que se me hacía, siquiera deba reconocer que estas peticiones constantes de jueces especiales llevan al grave inconveniente de que en la actualidad no tenga funcionarios de la carrera judicial disponibles para tal misión, porque carezco de los necesarios para el desenvolvimiento de las funciones ordinarias de la Justicia. Tan es así, que la mayor parte de los individuos pertenecientes al Cuerpo de Aspirantes, que acaban de terminar sus oposiciones, encontraran brevemente colocación, sin que tengan que pasar por aquel aprendizaje de experiencia imprescindible para el desempeño del cargo.
Por lo demás, la excitación que el Sr. Sarmiento me formula para que yo obre cerca del juez, en el sentido de que de celeridad al procedimiento, lamento no poder cumplirla por ese medio y en esa forma; lo único que puedo hacer es dirigirme al señor fiscal, como representante por delegación de la Fiscalía General, encareciéndole que vigile el sumario, que procure que se cumplan todos los trámites legales y que con la celeridad posible se llegue a una decisión que permita el restablecimiento de la Justicia.
En estos términos, tenga la seguridad el señor Sarmiento de que será complacido, como serán complacidos así todos los Diputados, que para mí no son ni más ni menos modestos, sino que son Diputados de la Nación, que tienen el derecho de exigirme a mí el cumplimiento de mis deberes.

Del sumario abierto por el juez Atilano Lorente, no hubo nada más. A los cuarenta días de firmar el Auto de procesamiento de las diecisiete personas imputadas, se produjo el levantamiento militar y todas las actuaciones judiciales quedaron paralizadas.

En el instante que se iniciaba la Guerra Civil, se encontraban aún en la Cárcel Provincial de Málaga, a la espera de juicio, los vecinos de Campillos: Jerónimo Mora Morgado, Juan Ordóñez Gil, Sebastián Ordóñez Cano, Lucas Mora Morgado y Pedro Linero Berdún.

Jerónimo Mora, junto con Antonio Gallego Rebollo, que no estaba acusado por el juez Lorente, fueron asesinados en la saca que realizaron las milicias malagueñas de izquierdas, el 30 de Agosto de 1936, junto con cincuenta y una personas más. A Pedro Linero lo ejecutaron en la saca del 20 de Septiembre de 1936 junto a otras cuarenta y seis personas.

Además, estaban desde finales de mayo, Antonio Campos Giles, Diego Correro Moreno y Benito Ramírez Gómez. Ninguno de los tres estaba en el sumario que había instruido el juez Atilano Llorente.

  • Antonio Campos Giles (26 años). Fue detenido al día siguiente de los sucesos del 28 de mayo.
  • Diego Correro Moreno (69 años). Dos días después fue detenido, al hacerse un registro en su casa y encontrársele una pistola sin licencia.
  • Benito Ramírez Gómez (26 años). Fue detenido aquella madrugada. Había pertenecido al partido de Acción Popular.

3.- DENUNCIA DEL COMITÉ DE REFUGIADOS DE CAMPILLOS

El 13 de septiembre, con la caída de Campillos en poder de los nacionales, se produjo una huida de muchas familias en dirección a Ardales, y después a Málaga. Donde se constituyó un comité de refugiados. Dicho comité, pronto fue conocedor de la presencia de seis campilleros en la Cárcel Provincial.

  • Juan Ordóñez Gil
  • Sebastián Ordóñez Cano
  • Antonio Campos Giles
  • Lucas Mora Morgado
  • Diego Correro Romero
  • Benito Ramírez Gómez

El 22 de octubre, a las 12:30 de la mañana, tres milicianos del Batallón Pablo Iglesias, se presentaron en la Comisaría de Policía para denunciar a los vecinos de Campillos que estaban en la Prisión Provincial. Dos de los milicianos eran Cristóbal Escobar Valle (24 años, soltero) y el cabo Antonio González Ramírez (30 años, viudo), ambos de Campillos, y manifiestan que conocen a los seis detenidos, que todos ellos son fascistas y elementos peligrosos para el régimen. El tercer denunciante es el cabo Francisco Florido Rodríguez de (43 años, casado), natural de Osuna, pero residente en Campillos desde hacía unos pocos años. Era uno de los heridos entre las personas de izquierdas que participaron en la riña del 28 de mayo, y uno de los que había mandado detener el Juez Atilano Lorente:

Los comparecientes les denuncian porque les consta de una manera cierta, que todos ellos son fascistas; hecho demostrado por la actuación de los referidos detenidos en el pueblo de Campillos, de los que los denunciantes son testigos presenciales, y a su debido tiempo darán las pruebas necesarias.
Que de momento no tiene más que decir y hallando conforme la presente, firma con el Agente de Guardia, a excepción de Cristóbal Escobar que manifiesta no saber firmar.
DILIGENCIA: Se extiende para hacer constar, que desde ésta Comisaria de Investigación y Vigilancia, se ha comprobado, telefónicamente, que los denunciados se hallan en la actualidad en la prisión de ésta capital, detenidos en virtud de sumario 55 de Campillos, por riña tumultuaria y cuyo sumario instruye el Juez Especial de Ronda, sito en Santo Domingo (Málaga), de que certifico.

La denuncia apareció al día siguiente en la prensa:

LA DENUNCIA DE UNOS MILICIANOS
En la Comisaría se presentaron los milicianos del Batallón Pablo Iglesias afectos a la cuarta compañía Francisco Florido Rodríguez, Antonio Sánchez Romero y Cristóbal Escobar Valle, y denunciaron que en la Prisión provincial se encuentran detenidos, por riña tumultuaria, los vecinos de Campillos Juan Ordóñez Gil, Sebastián Ordóñez Cano, Antonio Campos Giles, Lucas Mora Morgado, Diego Correro Romero y Benito Ramírez Gómez, todos los cuales son fascistas por comprobación de los denunciantes.
19361023 003 El Popular

El día 26 de octubre, el juez instructor del Juzgado Especial nº 3, Francisco Javier Ciezar Guerrero, comienza la instrucción del sumario 32 de 1936 por delito de Sedición.

sumario nº 32 de 1936
SOBRE SEDICION
Tengo el honor de participar a V.I. que con ésta fecha comienzo a instruir sumario con el número del margen, sobre sedición, indicándose como autores a los vecinos de Campillos:
Juan Ordóñez Gil
Sebastián Ordóñez Cano
Antonio Campos Giles
Lucas Mora Morgado
Diego Correro Romero
Benito Ramírez Gómez
Los que se encuentran detenidos.
Málaga 26 de Octubre de 1936
Firmado: Francisco Javier Ciezar.

Una semana más tarde, el viernes 30 de octubre, fueron llamados los tres denunciantes a prestar declaración ante el juez instructor, siendo secretario Matías Merino Padilla. Los tres se ratificaron en lo que habían dicho en Comisaría, y que de todo ello podía dar pruebas  el Comité del pueblo de Campillos, que actualmente se encuentra refugiado en la calle Liborio García, Federación de Dependientes.

En su declaración, Francisco Florido, como partícipe en la reyerta, da ante el juez su propia versión de lo que ocurrió:

Pertenecen todos al partido Acción Popular y el día que tuvieron lugar los hechos, o sea 28 de Mayo del corriente año, por la noche, los individuos capitaneaban a un grupo numeroso de vecinos del pueblo, todos pertenecientes al mismo partido con el propósito de apoderarse del Ayuntamiento, asesinando a los obreros, y en una palabra promover una sublevación contra el Gobierno, que al darse cuenta de ello los elementos de izquierda, les salieron al paso para impedirlo, en cuyo recorrido fue cortado el fluido eléctrico del pueblo, el que quedó en completa oscuridad y los detenidos con sus acompañantes comenzaron a disparar y a dar golpes de cuchillo con los obreros, lo que dio por resultado la muerte de un compañero del dicente y tres heridos; que en aquellos momentos el declarante vio a Juan Ordóñez, que era el jefe del movimiento, que era llamado por un guardia municipal y al advertirle de la llamada, Juan Ordóñez, sacó una navaja de grandes dimensiones e intentó asestar un golpe al declarante el cual fue esquivado, y entonces el hijo Sebastián Ordóñez, con un cuchillo o navaja le dio un golpe en la cabeza, produciéndole una herida de la que fue curado en una clínica, siendo después trasladado al Hospital Civil de ésta ciudad: que por los hechos expuestos considera el declarante que los detenidos eran los dirigentes del complot que habían organizado las derechas para implantar en el pueblo un régimen de terror, todos los cuales son además elementos peligrosísimos para el régimen, pudiéndose comprobar sus afirmaciones con vecinos del pueblo de Campillos y con el Comité del mismo.

De esta declaración, podemos decir que al menos el hecho de que trasladaran a Francisco Florido por un golpe en la cabeza al Hospital Civil de Málaga, no es cierta. Solo fueron trasladados, como hemos visto, los tres que estaban heridos graves.

El martes 3 de noviembre, el juez llama a declarar a los seis denunciados que se encontraban en la cárcel. Tres de ellos, como partícipes de los sucesos, declararon:

JUAN ORDÓÑEZ GIL. La noche de los hechos se encontraba en su casa, cuando fue avisado de que a su hijo Sebastián Ordóñez Cano le intentaban agredir unos grupos de personas y salió en defensa de su dicho hijo, encontrándose con unos grupos que discutían acaloradamente, en cuyo momento recibió una pedrada en la cara y a continuación una herida por arma de fuego en la pierna, perdiendo el conocimiento e ignorando lo que después ocurriera; que desde luego cree que la riña y la aglomeración de gente aquella noche no tenía carácter político, ni menos que se intentara apoderarse del Ayuntamiento y cree que la riña tuvo lugar seguramente por sentimientos que con su hijo tuvieran algunos vecinos (del) pueblo; que aquella misma noche fue detenido, encontrándose desde entonces privado de libertad; que no es cierto (que) agrediera a nadie con un arma blanca, puesto que aquella noche no llevaba armas de ninguna clase y por último no conoce a ningún individuo del pueblo que se llame Francisco Florido Rodríguez.

SEBASTIÁN ORDÓÑEZ CANO. La noche que tuvieron lugar los hechos, salió de casa de su novia acompañado por unos amigos y en aquel momento fueron agredidos por un grupo de vecinos del mismo pueblo, teniendo ellos que arrojarles algunas piedras para defenderse, refugiándose en la central eléctrica del pueblo; que momentos antes se había cortado la luz del pueblo, seguramente por avería de la fábrica del Chorro, pues antes se había cortado también y en aquella confusión sonaron unos disparos hiriendo al declarante y a su padre que había acudido en su defensa; que no es cierto que el dicente agrediera a nadie pues no llevaba armas de ninguna clase; que esa misma noche fue detenido e ingresado primeramente en el Hospital y luego en la cárcel de Málaga desde entonces se encuentra.

LUCAS MORA MORGADO. Aquella noche, al salir de ver a su novia en unión de su amigo Sebastián Ordóñez Cano, fueron agredidos a pedradas por un grupo de desconocidos, teniendo que refugiarse en la Central de la luz eléctrica del pueblo, llegando en aquel momento el padre de su amigo y saliendo juntos, en cuyo momento se oyeron disparos, saliendo corriendo el dicente e ignorando lo que después ocurriera; que cree que tanto su amigo Sebastián Ordóñez como su padre no llevan armas de ninguna clase; que aquella misma noche fue detenido desde cuya fecha aún continúa en prisión.

Los otros tres eran totalmente ignorantes de los hechos ocurridos y desconocían los motivos por los que llevaban detenidos más de cinco meses en la prisión de Málaga.

ANTONIO CAMPOS GILES. No sabe nada de los hechos por los que se le pregunta por no haberlos presenciado. Al día siguiente fue detenido, ignorando los motivos y desde aquella fecha se encuentra privado de libertad; que la noche que tuvieron lugar los sucesos, se encontraba en su casa de la que no salió para nada.

DIEGO CORRERO ROMERO. Nada puede manifestar por no haber presenciado los hechos, pues cuando tuvieron lugar se encontraba en su casa y dos días después fue detenido al hacerse un registro en su casa y encontrársele una pistola sin licencia desde cuyo día se encuentra privado de libertad.

BENITO RAMÍREZ GÓMEZ. Cuando ocurrieron los hechos se hallaba en el Teatro y aquella madrugada fue detenido por orden gubernativa y el día siguiente en un registro en su casa le fue encontrado un (rifle) para cuyo uso carecía de la licencia, encontrándose desde (entonces) privado de libertad.

Un día después de haber tomado declaración a los seis denunciados, el cuatro de noviembre, el juez instructor del Juzgado Especial nº 3, Francisco Javier Ciezar Guerrero, da orden para que comparezca ante este juzgado el Comité Permanente de Enlace de Campillos. A la par solicita al Juzgado de Santo Domingo, que se aporte el testimonio del Auto del sumario nº 55 de 1936 de Campillos, que había instruido el juez especial Atilano Lorente. Se daba la circunstancia que Atilano Lorente era en ese momento, el presidente del Tribunal Especial Popular, que debía juzgar los delitos de sedición, y al que el juez instructor Francisco Javier Ciezar debía remitir el sumario, una vez que estuviera finalizado.

El 7 de noviembre, ante el juez Ciezar y el secretario Matías Merino, comparecen los miembros del Comité del pueblo de Campillos

  • Francisco Oliva González             † 24/02/1937 o 25/09/1937 Campillos
  • Juan Gallardo Hidalgo                   Exiliado en México
  • Francisco Maldonado Escribano
  • Pedro Moreno Ramírez                 † 21/02/1937 Campillos

Domiciliados accidentalmente en el antiguo Convento de las Esclavas. C/. Liborio García, 7. Dicen que conocen a los detenidos y les constan que los mismos pertenecen al partido Acción Popular y son elementos peligrosísimos para el régimen; que los sucesos que tuvieron lugar en Campillos la noche del 28 de Mayo último, no tuvo el carácter de riña tumultuaria como se quiso encausar el sumario, sino por el contrario, fue una verdadera sublevación de los elementos de derecha del pueblo, capitaneados por los detenidos y actuando como jefe de ellos Juan Ordóñez Gil, que además era el presidente de la Sociedad que los obreros de derecha tenían formada; que tenían propósito de apoderarse del Ayuntamiento, y al salirles al paso la fuerza pública y los elementos de izquierda, comenzaron a agredirlos con armas blancas y de fuego, habiendo resultado muerto José González Escalante y varios heridos, todos elementos de izquierda, resultando también herido un Guardia Municipal, y gracias a la intervención de los declarantes y demás elementos obreros pudo sofocarse el movimiento; que por todo lo expuesto, consideran a los detenidos como verdaderos elementos fascistas y desafectos al régimen.

Ese mismo día 7 de noviembre, se le envía al juez Ciezar el sumario nº 55 de 1936, aclarando que en el mismo no aparecen como procesados Antonio Campos Giles, Diego Correo Moreno y Benito Ramírez Gómez. El contenido de este sumario ya lo vimos en páginas anteriores.

El 16 de noviembre, el juez instructor, declara concluso el sumario, y se lo envía al Tribunal Popular Especial de Málaga que preside Atilano Lorente González.

El Fiscal del Tribunal, Francisco Pastor, visto el sumario, con fecha 30 de noviembre, dictamina que no ha lugar al delito de sedición, y que los hechos no son competencia del Tribunal Popular, el cual debe inhibirse en favor del Jurado de Urgencia.

Dicho Tribunal Popular, presidido por Atilano Lorente, y en el que actúan como vocales Francisco Bermúdez del Río y Felipe Varea Viniegra, acuerda, de conformidad con lo dictaminado por el Fiscal, la inhibición de las actuaciones a favor del Jurado de Urgencia de Málaga, al cual se le debe remitir el sumario.

El 11 de octubre de 1936, se instauraron los Jurados de Urgencia, como complemento de los Tribunales Especiales Populares, para entender de aquellos hechos de hostilidad o desafección al régimen que no fueran constitutivos de los delitos previstos y sancionados en el Código penal común y en las leyes penales especiales. Es decir juzgaban hechos sin relevancia penal. Por ejemplo, difundir falsos rumores o noticias que tiendan a producir un estado de opinión o alarma adverso a la República; observar una conducta que sin ser constitutiva de delito demuestre que la persona es notoriamente desafecta al régimen; cualquier otro hecho que por sus circunstancias y consecuencias deba estimarse como nocivo a los intereses del Gobierno, el Pueblo o la República.

El Jurado de Urgencia de Málaga se constituyó el 20 de noviembre de 1936 y estaba presidido por el campillero Benito Luna Anoría. No consta en ningún sitio que dicho sumario llegara a ser visto por dicho Jurado de Urgencia.

Hasta aquí lo que he podido documentar y averiguar sobre lo sucedido el 28 de mayo. A partir de ahora entro en el terreno de la suposición.

Benito Luna, como presidente del Jurado de Urgencia, cuando se encontró con la denuncia presentada por los milicianos de Campillos, no necesitó leerse el sumario abierto por el juez Francisco J. Ciezar, porque él sabía muy bien lo que había ocurrido en su pueblo, ya que en aquellas fechas vivía en Campillos, al margen de toda actividad política, dedicado a su trabajo de interventor interino de fondos municipales en el ayuntamiento, desempeñando también la asesoría jurídica de los ayuntamientos de Archidona y Ronda. El sumario que le llegaba del Tribunal Popular, casi con toda seguridad, quedó guardado y olvidado en un cajón, o debajo del monto de sumarios que le llegaban constantemente, y de los cuales no tenía capacidad de atender. Tampoco el presidente del Tribunal Popular, Atilano Lorente, que instruyó el sumario en Campillos, se mostró muy preocupado de que la denuncia se paralizara en el Tribunal de Urgencia. Por otra parte los denunciantes, visto el poco éxito de su denuncia, y ante la autoridad moral que para ellos era la persona de Benito Luna, padre del socialismo en Campillos, se quedaron bloqueados y no siguieron adelante. Para los detenidos, vista la situación de las calles de Málaga, era preferible acogerse a la seguridad de la prisión, que verse libres en la calle, bajo la amenaza del capricho de cualquier grupo de milicias que quisieran darle el paseíllo.

Nunca se supo quién mató a José González Escalante alias “el Cordero”


Comentarios

  1. Rafael Jordán1/7/22 12:34 p. m.

    Enhorabuena por este riguroso y exhaustivo trabajo de investigación que arroja luz sobre unas de las páginas más oscuras de la historia local.

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  2. Diego Guerrero22/7/22 10:48 a. m.

    Enhorabuena por la dedicación y esmero que dedicas, a este trabajo de recopilación e investigación que nos clarifica y analiza pasajes de la historia de nuestro pueblo y comarca.

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  3. Muy buen trabajo. Gracias

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