CAMPILLOS. OCHO SEMANAS DE TERROR EN EL VERANO DE 1936. TERCERA PARTE

CALLE CARLOS MARX EN 1932

18 DE AGOSTO

FRANCISCO SAN MARTÍN MORENO, ya era el Secretario del Ayuntamiento de Campillos en 1930, cuando era alcalde Antonio Avilés Fontalba, por tanto con anterioridad a la proclamación de la Segunda República.

Era de Periana, y al poco de ser destinado a Campillos, se casó con Rosario Campos Durán, hermana menor de Mercedes Campos Durán; era por tanto cuñado de Diego Campos Moreno, el jefe de Falange en Campillos, que fue asesinado el 26 de julio, como ya escribí en la primera parte de ésta Crónica.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/05/campillos-ocho-semanas-de-terror-en-el.html

La noche siguiente al 21 de julio, día en que se produjo la quema de la iglesia parroquial de Campillos, y viendo como se estaban produciendo detenciones de las personas de derechas por órdenes del Comité local, Francisco San Martín abandonó el domicilio familiar en la calle San Benito nº 36, y se refugió, junto con su esposa y sus tres hijos de 3, 2 y 1 año, en la casa de Benito Luna Anoría, en Puerta Teba nº 50, en la creencia de que allí se encontrarían al abrigo de la persecución por parte de algunos elementos del Comité.

Su esposa, Rosario Campos Durán, era prima hermana de María Padilla Durán, la esposa de Benito Luna. Eran dos matrimonios que mantenían, además de los lazos familiares, una muy buena amistad.

Cuenta Jesús Luna Padilla, hijo de Benito Luna, que vio como Francisco San Martín, al que le llamaba tío Francisco, a la mañana siguiente de llegar a su casa, sin decir nada a nadie, telefoneó al concejal Cristóbal Barquero Reina, que había sido alcalde de Campillos y en ese momento era miembro del Comité local, informándole del lugar en que se encontraba, “para no comprometer a Don Benito“. Cristóbal Barquero, que era también muy buen amigo de Benito Luna, le aconsejó, con su mejor buena fe, que no se moviese de allí, ya que debido a la gran ascendencia que Benito tenía sobre el socialismo local, podría considerarse en un lugar seguro.

Sin embargo, el 18 de agosto se presentaron en Campillos unos milicianos comunistas de Málaga en busca de Francisco San Martín para matarlo. Según Benito Luna, se trataban de Rafael Sánchez Anguita, y otro apodado “El Químico”, cuyo nombre era Miguel González Mesa.

Benito Luna, declaró en el Procedimiento Sumarísimo de Urgencia nº 7 Bis:

“Pepe el de Rivas”, pudo haber inducido a unos milicianos que dieran muerte a don Francisco San Martin, secretario del Ayuntamiento.

Que debe hacer constar que la muerte del señor San Martin tuvo lugar en la propia casa del dicente, donde aquel se hallaba oculto porque lo perseguían.

Se presentaron unos milicianos de Málaga, entre ellos “El Anguita” y “El Químico” y al requerir al dicente fusil en mano, para que dijere el paradero de San Martín, se presentó este señor sobre el que dispararon aquellos individuos, que pretendían también dar muerte al dicente.

Para mí es una incógnita quien pudiera ser el tal “Pepe el de Rivas”, ya que es un nombre que no vuelve a aparecer en ningún otro documento, de los que he manejado de aquella época. Es más, no he encontrado en el censo de habitantes de Campillos de entonces, ningún varón que tuviera de primer apellido Rivas. Quizás fuera de Peñarrubia, donde el apellido Rivas es más frecuente.

Así contó Jesús Luna Padilla la muerte de su tío Francisco:

Yo tenía ocho años y estaba en el patio, al cuidado de mi sobrino pequeño, cuando pasó corriendo, delante mía, perseguido por los milicianos de la FAI (eran comunistas) que le disparaban, yendo, sin norte, a refugiarse en la cocina, que tenía otra puerta al patio, donde lo asesinaron. Aún tengo en mis ojos los fogonazos de los disparos, y en los oídos el estruendo de las descargas de los fusiles... y creo que siempre los tendré...

Según Benito Luna, fue “El Químico”, quien mató al Secretario del Ayuntamiento.

Miguel González Mesa (a) «El Químico», era militante comunista, de 28 años de edad, soltero, y de profesión carpintero. Cuando se inició el levantamiento militar, se encontraba en la cárcel de Málaga por el asesinato, el 12 de junio de 1936, de Carlos Santiago Robles, de 23 años, un jornalero del muelle, perteneciente al Sindicato de Transportes de la CNT.

Ese día, cuando iba a comenzar el trabajo en los muelles del puerto, se produjo en la acera de la Marina, un choque sangriento entre grupos de marxistas y anarquistas. A consecuencia del tiroteo, intensísimo, resultaron un muerto y un herido, ambos de la CNT.

Los agresores fueron Miguel González Mesa (a) “El Químico”, Rafael Sánchez Anguita, Enrique Hucha Gómez y Francisco Rodríguez Villodres (a) “El Metralla”, pistoleros al servicio de la causa socialista y comunista. El “Anguita” y el “Hucha”, eran miembros de la guardia personal del concejal comunista Andrés Rodríguez, asesinado por militantes anarquistas dos días antes.

Al mediodía del 19 de julio, un día después del intento fracasado de rebelión militar en Málaga, la inmensa mayoría de los presos comunes que se encontraban en la Prisión Provincial, después de un motín gigantesco consiguen su evasión. Según el diario El Popular, se encontraban en la prisión 300 reclusos. Habían salido 261 y quedaron dentro 45, los cuales, según nos dicen, no quisieron abandonarla.

Entre los evadidos estaban los anteriormente nombrados, que "se lanzaron en busca de armas, a la Casa del Pueblo, a los cuarteles, hasta que las consiguieron, para colocarse con ellas en los primeros puestos de la vanguardia, armas que aun siguen en sus manos".

En octubre de 1936, “El Químico” estaba encuadrado en el Batallón “Metralla”, de cuya primera compañía, era oficial de la primera sección.

EL QUÍMICO

D. Francisco San Martín Moreno de 39 años de edad, natural de Periana (Málaga). Hijo de Emilio San Martín Villa y Francisca Moreno Lago. Era el Secretario del Ayuntamiento de Campillos. Estaba casado con Rosario Campos Duran, y era padre de tres hijos llamados Emilio, Teresa y Rosario de 3, 2 y 1 año de edad respectivamente. Su mujer estaba embarazada de su cuarta hija, Francisca. Vivían en la calle San Benito nº 36. Estaba afiliado a Acción Popular.

Prosigo con el relato de Jesús Luna:

Entretanto, los asesinos de mi tío nos echaron a todos a la calle, y se dedicaron al vandálico saqueo de nuestra casa donde, desde que fue edificada por mi abuelo, Don Rafael Luna Fuentes, existía una habitación, conocida por la “Sala de la Virgen“, destinada a guardar los riquísimos mantos de la Virgen de las Lágrimas, túnicas bordadas en oro y demás objetos de valor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Hicieron una gran fogata en la calle y, por los balcones, fueron arrojándolo todo a las llamas, junto a cuadros y tallas, algunas de gran valor, de nuestros antepasados.

También fue el último día que vi a mi padre, que, valientemente, se enfrentó a ellos y que no se atrevieron a asesinarlo también allí mismo, por temor, sin duda, a la más que posible reacción popular, dado el gran prestigio que tenía... De todas formas, le metieron en un coche y se lo llevaron...

Porque... ¿cómo puedo yo describir, con la ecuanimidad que intento, los minutos –siglos en realidad– de espanto y terror de la viuda de un hombre bueno, recién asesinado, en tan trágicas circunstancias, rodeada de hijos pequeños... y los de otra mujer, también con sus hijos menores, uno de ellos, recién nacido, en sus brazos... a la que, al mismo tiempo y en circunstancias no menos terribles, le acababan de arrebatar su esposo –tan bueno como el que más, que pasó por la vida haciendo sólo el bien a cuantos lo necesitaron–, sin conocer su destino... y todos en medio de la calle, junto a una hoguera cada vez más intensa, viendo caer por lo balcones objetos venerados y entrañables, hasta poder hallar un refugio hospitalario.

Refiriéndose a la detención de su padre por los milicianos de Málaga, concluye Jesús Luna Padilla:

Cristóbal Barquero Reina y algunos de los más destacados socialistas, que habían sido avisados por testigos presenciales, demostrando un gran valor, pues los asesinos eran temibles, cogiendo otro coche, salieron en persecución de ellos y consiguieron darles alcance y trasladarlo a Málaga, donde fue puesto a disposición del Gobernador Civil, quedando allí en situación de libertad vigilada.

Los socialistas de Campillos, que salieron en persecución de “El Químico” y “El Anguita”, consiguieron dar alcance al vehículo que llevaba a Benito Luna a la altura de Álora, y allí pidieron ayuda a una pareja de Guardias de Asalto.

Benito Luna Anoria

Que hallándose el declarante destacado en Álora, fue requerido en unión de otro compañero para impedir que Rafael “El Anguita” y otro sujeto conocido por “El Químico”, realizaran en la persona de Benito Luna el asesinato de que lo querían hacer víctima, a cuyo efecto lo trajeron en el coche que usaban el declarante y su compañero, entregando al protegido en el Gobierno Civil. DECLARACIÓN del Guardia de Asalto, Antonio Cutilla Arques.


En Málaga, Benito Luna estuvo protegido por el Comité de Enlace, instalándose en el Hotel Cataluña, situado en la Plaza del Obispo, donde se alojó durante algún tiempo.

Que temiendo la acción contra el dicente de los elementos que le perseguían, estuvo oculto en dicho sitio hasta mediados del mes de Septiembre, en que reanudó su vida activa, concurriendo a algunos actos celebrados en los pueblos de la provincia censurando siempre la violencia con que actuaban los Comités y los elementos adscritos a los mismos, y dando informes al partido de las atrocidades que se cometían en los pueblos. DECLARACIÓN DE BENITO LUNA

20 Y 21 DE AGOSTO

Por situar cronológicamente los hechos más relevantes ocurridos, recordar que el 20 de agosto, las milicias de Campillos, en unión de otros milicianos de Teba, Cañete y Almargen, marcharon a El Saucejo dispuestos a vencer la resistencia de los guardias civiles que se encontraban acuartelados, como ya conté en la Crónica “EL ATAQUE POR PARTE DE LAS MILICIAS DE CAMPILLOS A LA CASA CUARTEL DE EL SAUCEJO”

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/08/el-ataque-por-parte-de-las-milicias-de.html

El 21 de agosto, el día del ataque a la Casa Cuartel, murieron un total de once personas, un oficial, un sargento, un cabo, seis guardias civiles y un carabinero, y el padre de uno de los guardias. Tres guardias civiles consiguieron escapar, huyendo en dirección a Osuna.

22 DE AGOSTO

Aunque en esta Crónica, solo me estoy centrando en los sucesos ocurridos en Campillos las primeras ocho semanas de la guerra civil, quiero hacer un breve relato del hecho ocurrido en Málaga el día 22 de agosto de 1936, en el que fueron asesinados tres campilleros, Salvador Hinojosa Carvajal y sus dos hijos Francisco y José María Hinojosa Lasarte. En la próxima Crónica me ocuparé de los asesinados por las milicias del Frente Popular, dentro de la provincia de Málaga, pero fuera de Campillos, y entonces desarrollaré con más profundidad estos hechos.

Ese sábado 22 de agosto, la aviación de los sublevados bombardeó Málaga. A las ocho en punto de la mañana, una patrulla de tres bombarderos Savoia SM-81 despega de Tablada (Sevilla) para bombardear las instalaciones portuarias de la capital. Después de 15 minutos de vuelo, un avión se vuelve debido al mal funcionamiento del motor derecho. Los otros dos bombarderos continúan y llegan a Málaga sobre las 09:15. Mientras que uno de los Savoia bombardea el puerto, el otro localiza los depósitos de petróleo de CAMPSA, y a pesar de la acción de dos baterías antiaérea en los muelles y de un crucero que estaba atracado en el puerto, desde una baja cota, el avión acierta plenamente a los tanques de petróleo. Hubo una gran explosión, seguida en un corto tiempo de muchas otras menores, luego una enorme columna negra cubrió todo. Desde Antequera, en el camino de regreso, todavía vemos explosiones de fuego. El incendio tardaría en apagarse más de tres días. Hubo treinta muertos y un centenar de heridos. (Del diario del primer comandante de aviación legionario en la Misión Especial a Marruecos, teniente coronel Ruggero Bonomi)

En represalia por el bombardeo y las muertes, hacia las once de la mañana, milicianos anarquistas pertenecientes al temido Comité de Salud Pública, encabezados por Francisco Millán López militante en el Partido Sindicalista y Miguel Ortiz Acevedo en la FAI, se presentaron en la Prisión Provincial de Málaga, seguidos de una multitud armada y sedienta de venganza, con una lista de presos elaborada en el despacho del Gobernador Civil, José Antonio Fernández Vega.

Las doce serían, cuando nos hicieron formar y subir a las brigadas; y allí cada uno sentado en su petate, irá oyendo la lista de los que han de bajar a morir.

Estuvieron formados, durante dos horas y media, unos ciento veinte presos políticos, de los que elegían aquellos que debían ser sacados para asesinarlos, primero por la lista que llevaban escrita Millán y Ortiz Acevedo, y después a gusto de algunos milicianos.

Cansado ya de tanto llevarse gente, Millán se retira; pero entran más milicianos que eligen cada uno su víctima, por el gusto de tener a alguien a quien matar. Ya que ni preguntan siquiera quien es el que se llevan. “Vente conmigo”, y con este ligero formulismo, es un hombre que tiene mujer o hijos condenado a morir, sin mas ley ni Código, que el capricho de un desalmado, que a lo mejor ni sabe leer ni escribir.

Francisco Lluch F. Valls – MI DIARIO ENTRE LOS MÁRTIRES

El populacho aguardaba a las puertas de la cárcel, y en diversos coches transportaban las victimas al cementerio de San Rafael. Las descargas estuvieron sonando varias horas.

Aquella fue la primera “saca” de la Prisión Provincial de Málaga. Cuarenta y seis personas, fueron conducidas entre insultos, golpes y amenazas hasta el cementerio de San Rafael. Entre ellos iban Salvador Hinojosa Carvajal y sus dos hijos Francisco y José María Hinojosa Lasarte. Fueron fusilados en las tapias del cementerio.

Los cadáveres de los Hinojosa y de sus compañeros de infortunio, fueron sepultados en una fosa común, de la que fueron extraídos lo restos y trasladados a una cripta de la Catedral de Málaga, el 3 de diciembre de 1941.

Quizás no tenga ninguna relación, o quizás fuera imitación, pero al día siguiente de la saca de la Prisión Provincial de Málaga, se produjo otra saca en la Cárcel Modelo de Madrid, en la que destacamentos de milicianos, con el pretexto de impedir una evasión de presos, fusilaron allí mismo, en la cárcel,  a una treintena de detenidos políticos, entre los que se encontraban tres ex ministros de la Segunda República (Ramón Álvarez-Valdés, José Martínez de Velasco y Manuel Rico Avello), a Melquíades Álvarez (ex Presidente del Congreso de los Diputados), al doctor Albiñana (jefe del Partido Nacionalista Español), a Julio Ruiz de Alda (fundador de la Falange), a Fernando Primo de Rivera y a dos conocidos generales, Rafael Villegas Montesinos, y Oswaldo F. de la Caridad Capaz.

24 DE AGOSTO

Como ya relaté en la segunda parte de esta Crónica, el 29 de julio un grupo de milicianos, encabezados por José Valencia Valencia, fue a detener a JOSÉ MARÍA CASASOLA CASASOLA, a su domicilio en la calle Guzmanes nº 15, y según declaró posteriormente su madre, Dolores Casasola Fontalva, como estaba enferma de gravedad una hermana, los milicianos desistieron de detenerlo.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/05/campillos-ocho-semanas-de-terror-en-el_14.html

En la noche del 24 de agosto, recurriendo a la argucia de la visita médica a la hermana enferma, volvieron a ir a por él.

Así lo cuenta el médico Jacobo Lanzas Orellana:

La noche que fueron detenidos los señores Casasola, unos milicianos fueron a su domicilio para que atendiera a un enfermo de aquella familia. Por la hora que era y por la catadura de los milicianos, llamó por teléfono al Comité dando cuenta de ello, de donde se le dijo que fuera con ellos con el objeto que se le requería. Le obligaron a llamar a la puerta diciendo que era el médico, y viendo que no la abrían, los milicianos intentaron forzar la puerta a hachazos. Antes de llegar a conseguirlo, la hermana Concepción Casasola abrió la puerta. Atendió al enfermo que era la hermana, recetándole, y no pudiendo hacer otra cosa a su favor. Los milicianos iban solo a detener al administrador de Correos don José María Casasola, pero como éste se resistiera a entregarse, se llevaron también a los otros dos hermanos. Para evitar males mayores y no creyendo fueran asesinarlo sino solo a detenerlo, le indicó el señor Lanzas que no se resistieran y los acompañara. Los milicianos se llevaron a los tres hermanos y fueron asesinados esa misma noche. JACOBO LANZAS ORELLANA

Los tres hermanos que se llevaron fueron José María, Antonio e Ildefonso, aunque según cuenta Baltasar Peña en su libro, se llevaron también a Pedro, pero a los pocos minutos lo dejaron libre. Metieron a los tres en unos automóviles y los llevaron directamente a la carretera de Peñarrubia, donde les asesinaron.

Eran nueve los hermanos Casasola Casasola, cinco varones y cuatro hembras, José María (44 años), Pedro (43), Concepción (41), María Antonia (35), Antonio (33), Rosario (31), Dolores (28), Ildefonso (25) y Francisco (23). Vivían con su madre Dolores Casasola Fontalva (64), salvo el más pequeño que trabajaba en Algeciras, también en Correos. El padre, José María Casasola Durán, ya había fallecido.

D. José María Casasola Casasola. Era natural de Peñarrubia, de 44 años de edad, y de profesión Administrador de Correos. Soltero. Estaba afiliado al partido Acción Popular

D. Antonio Casasola Casasola. Natural de Campillos, de 33 años de edad, y de profesión labrador. Soltero. Estaba afiliado al partido Acción Popular.

D. Ildefonso Casasola Casasola. Natural de Campillos, de 25 años de edad, y de profesión oficial de correos. Soltero. No estaba afiliado a ningún partido político.

28 DE AGOSTO

Desde junio de 1933, fecha en que se retiró del servicio activo, vivía en Campillos el sargento de la Guardia civil retirado, FRANCISCO ESPINAL BERMUDO. Su último destino había sido en la Comandancia de Cádiz.

El día anterior a su muerte, según declaraciones de su esposa, un grupo de forasteros fueron a detenerlo a su domicilio, en la calle San Sebastián nº 19, pero pudo escapar, huyendo por los tejados, y pudiendo esconderse en la vecindad.

En la madrugada del día 28 de agosto, desde donde estaba escondido, intentó salir al campo, siendo descubierto y muerto a tiros de escopeta, en plena calle San Benito.

Francisco Escobar Valle, fue uno de los que tomó parte en la persecución y muerte del sargento retirado de la Guardia Civil don Francisco Espinal Bermudo el 28 de Agosto de 1936, por haber visto al encartado en las esquinas con un fusil, esperando al referido Espinal. Momentos antes de matarlo lo vio por los tejados y calles para su persecución en unión de varios milicianos más. ANDRES REBOLLO Y JUAN ORDOÑEZ



D. Francisco Espinal Bermudo. Natural de Campillos, de 57 años de edad y de profesión sargento retirado de la Guardia Civil. Hijo de Lorenzo Espinal Rebollo y Dolores Bermudo Rebollo. Casado con Teresa Gómez Casasola, siendo padre de cuatro hijos llamados Teresa, Francisco, Juan y Dolores de 30, 29, 27 y 14 años de edad respectivamente. No estaba afiliado a ningún partido político. Vivía en la calle San Sebastián nº 19.

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Ese mismo día, 28 de agosto, Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla”, manifiesta que recibió órdenes del Jefe de los Servicios, Fernando Parejo Romero, para que en unión de otro conocido por “Currito el de Morón” procedieran a la busca y detención del farmacéutico don DIEGO NÚÑEZ NÚÑEZ. Primero fueron a buscarlo a la farmacia del señor Reguera y posteriormente a la fonda.

Los hechos que voy a describir, están extraídos del relato del farmacéutico Francisco Reguera Pérez (27 años, natural de Ubrique), y fueron así:

Sobre las once de la mañana del día de autos, se encontraba Francisco Reguera en su farmacia, en la calle San Benito nº 11, cuando se presentó una pareja armada con fusil, en la que llevaba la voz cantante Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla”. Preguntó a su hermana por el boticario, a lo cual ella contestó que estaba enfermo. Como insistieron, agregó que no se encontraba en la casa, porque había ido a la Clínica que estaba en la calle Santa Ana a fin de que le atendiesen. Dijeron que allí iban a por él, y advirtieron a la hermana, que si les engañaba ella lo pagaría. Francisco Reguera, que se encontraba en el interior de la farmacia, buscó esconderse en distintos sitios: en la alacena, en la carbonera y en otros sitios cuya insuficiencia advertía apenas los había probado.

Pasó un rato y volvieron los mismos dos sujetos diciendo que habían ido a la clínica y que allí no se encontraba el tal Núñez; entonces su hermana advirtió que no era el declarante a quien buscaban, sino al otro farmacéutico del pueblo, llamado Diego Núñez Núñez. Y se apresuró a decirles que se habían equivocado, y que aquella farmacia era la de Reguera, mostrándole para comprobarlo una etiqueta de anuncio de la que echó mano.

Dijeron entonces que se habían equivocado y se marcharon, sin duda para la otra farmacia. Dicha farmacia era la de Juan Ramón Palop Campos, en la calle Real nº 30, (hoy está allí el Hostal San Francisco) donde debía trabajar Diego Núñez Núñez como empleado.

Como quieran que no dieran con él en la farmacia, decidieron efectuar un registro en el domicilio de su cuñada, Dolores Alés Palop en la calle Real, nº 46. Dolores era la viuda del hermano de Diego Núñez, Rafael Núñez Núñez, el maestro de escuela asesinado el 3 de agosto pasado, en “La Alberquilla”, según relaté en la segunda parte de ésta Crónica.

Dieron principio al registro por la planta baja de la casa, y al ir a subir al piso alto, oyeron un ruido producido por el golpe de una escalera, de la cual se había valido Diego Núñez para evadirse por el tejado.

Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla” y “Currito el de Morón”, también saltaron al tejado y le siguieron por el mismo, valiéndose para ello por los rastros de las tejas que iba rompiendo Diego Núñez a su paso.

Diego Núñez en su huida por tejados, patios y calles, llegó a la calle Santa Ana, y saltó al patio del número 26, domicilio de Rosario Rueda Pérez. En la casa estaba Rosario y su hijo Miguel Gallardo Rueda, de 17 años. Diego, tenía amistad y confianza con ellos, y les pidió auxilio. El día 15 de agosto habían asesinado a un hijo de Rosario Rueda, Juan Gallardo Rueda, en el Puente Hierro. A Diego Núñez, lo subieron a la cámara y lo escondieron entre un montón de paja.

Pero como los milicianos que estaban de guardia en la torre de la Iglesia, lo habían visto saltar a dicho patio, dieron aviso a los perseguidores y se presentaron en la casa de Rosario Rueda, Antonio González (a) “Mentirilla” y Diego Galeote Cañamero (a) “Micaelo”, armados con fusiles.

Así lo cuenta en una declaración Miguel Gallardo Rueda:

También llegaron otros desconocidos para el dicente; registraron la casa y le preguntaron por Núñez, contestándoseles que no estaba; pero el “Micaelo” con un machete pinchó la paja, en cuyo momento Núñez le disparó un tiro; en el acto éste y el González Maldonado, que estaban juntos en la cámara, le contestaron cada uno con un disparo de fusil, y bajaron enseguida a pedir refuerzos; éste último acto lo vio el dicente desde una habitación contigua, los tiros los oyó y fueron simultáneos los de fusil, quedando los tres marcados en la cámara; volvió enseguida el “Mentirilla” con milicianos de Morón, y subieron otra vez a la cámara, pero el señor Núñez se había ya ido por la ventana, por lo que le persiguieron por los tejados. MIGUEL GALLARDO RUEDA

Bajando inmediatamente las escaleras saliendo a la calle para pedir refuerzos acudiendo de ocho a diez milicianos de Morón, los cuales trataron de prender fuego al edificio, pero por causas que se ignoran desistieron de hacerlo, subiendo nuevamente a la cámara, donde don Diego había saltado por una ventana, volviendo nuevamente a la calle y continuaron la persecución del mismo por los tejados de las casas inmediatas, hasta que desgraciadamente le dieron muerte. MIGUEL GALLARDO RUEDA



Declaración de Pedro Govantes Cuellar, de 34 años de edad. Vivía en la calle Guzmanes nº 27:

Que sobre la hora de almorzar del día de autos, un hijo del declarante le dijo que por los tejados iba un hombre buscando una casa para meterse; se asomó y vio al González Maldonado con un fusil y al (Antonio Sánchez) “[…]” con una escopeta, que iban separados como un par de metros, el primero por la parte alta y el segundo por la baja del tejado de la calle Santa Ana con dirección al tejado de la Casa Rectoral; al Núñez no lo vio. No hizo el dicente más que salir de su casa para esconderse, cuando tanto por la suya como por otras vecinas se vieron invadidas por los milicianos, y a poco empezaron a sonar los tiros. Nada más vio. PEDRO GOVANTES CUELLAR




Declaración del farmacéutico Francisco Reguera Pérez:

Pasó algún tiempo en silencio y de pronto se empezaron a oír tiros y se produjo una extraordinaria alarma porque la gente corría por las calles, mientras decía que el boticario Núñez iba huyendo por los tejados; se hizo otra pausa de silencio y de pronto se reanudó el tiroteo e irrumpiendo por la puerta de la botica, y hasta el patio, un núcleo grande de personas, que fueron las primeras que entraron, entre las que pudo asegurar que no iba el Antonio González, y pasado un rato, mientras los tiros seguían cuando se dio cuenta de que dicho sujeto estaba en el pasillo de la casa… FRANCISCO REGUERA PÉREZ

Cuando Diego Núñez, desde una chimenea descubierta que daba al patio de la casa de Francisco Reguera, en la calle San Benito nº 11, se tiró al patio, los milicianos que le estaban siguiendo le dispararon causándole la muerte.

Diversos testimonios, coinciden en la presencia del alcalde Pedro Velasco Olmo en el lugar de los hechos, dirigiendo la persecución del farmacéutico.

Cuando se encontraba escondido en el domicilio de su cuñada Dolores Ales Palop (Real, 46), fueron a detenerlo gran cantidad de individuos entre los que se encontraban Pedro Velasco Olmo, alcalde de Campillos, y Antonio González Maldonado, y como tratara de huir por los tejados, fue perseguido y muerto a tiros, cuando estaba refugiado en una chimenea de la casa de D. Francisco Reguera Pérez. DOLORES ALES PALOP

Pedro Velasco Olmo tomó parte directa en el asesinato de don Diego Núñez viéndolo venir del lugar del suceso con otro individuo; lo vio también mi vecina entonces Vicenta Pérez Navarro; dicho asesinato fue estudiado, pues varios días antes me enteré de lo que pensaban, avisándole a dicho señor por conducto de su dependiente Pedro Pérez Gallardo. ANA CASASOLA FUENTES

Que sobre las doce […], la declarante lo vio con la pistola en la mano dando órdenes a las masas de milicianos para que se colocasen estratégicamente con el fin de evitar todo intento de huida del tal Núñez, siendo perseguido por los tejados y finalmente encontrado y asesinado en la casa del farmacéutico llamado don Francisco Reguera, desconociendo quienes fueron los autores materiales del asesinato pero se afirma y ratifica, de que lo vio como anteriormente ha declarado, con una arma corta y en el concepto de Jefe y Director de la multitud de milicianos…… VICENTA PEREZ NAVARRO

D. Diego Núñez Núñez de 30 años de edad y de profesión farmacéutico. Era natural de Periana (Málaga). Hijo de Diego Núñez Barroso y Dolores Núñez Moreno. Estaba soltero. Era hermano del maestro Rafael Núñez Núñez, que había sido asesinado el 3 de Agosto. No estaba afiliado a ningún partido político.

30 DE AGOSTO

Al igual que la primera saca de presos de la Prisión Provincial de Málaga, que se produjo el 22 de agosto, el 30 de agosto a raíz de un nuevo bombardeo de la aviación nacional, por una bomba que cayó en la calle de Cuarteles y produjo muchas víctimas, se produjo una segunda saca, en la que fueron asesinadas cincuenta y tres personas.

Entre ellas había dos campilleros, Jerónimo Mora Delgado y Antonio Gallego Rebollo. Ambos llevaban detenidos en la Prisión Provincial de Málaga tres meses, desde que ocurrieron en Campillos los sucesos del 28 de mayo de 1936.

Ya hablaré con más detenimiento de ellos, cuando, como ya dije con anterioridad, me ocupe en la próxima Crónica de los asesinados por las milicias del Frente Popular, fuera de Campillos.

01 DE SEPTIEMBRE

JUAN GALLARDO ESCRIBANO, fue detenido por los incidentes que hubo en Campillos el 28 de mayo y trasladado a Málaga a la Prisión Provincial. Según declaración de su hermano Gregorio Gallardo, para la Causa General, Juan Gallardo “estaba preso en Málaga cuando estalló el Movimiento, con motivo de la reyerta habida en este pueblo con elementos socialistas, y al motín que hubo en la cárcel de Málaga, se salió de ella, refugiándose en una casa, y llamando a sus familiares los que lo recogieron y trajeron a Peñarrubia, entrando a trabajar en el cortijo Mayorazgo”.

Declaración de FRANCISCO GONZÁLEZ ESCALANTE. Que el día primero de Septiembre de 1936, Cristóbal Barquero Reina, segundo alcalde les dijo al declarante (Francisco González Escalante), a Antonio González Maldonado “El Mentirilla” y Antonio Sánchez “El Bobo”, juntamente con dos milicianos forasteros de la FAI (de Morón), a quién el declarante no conocía, que cogieran un coche para ir a Málaga conducido por Juan Reina García “Reina el Chófer”, pero al llegar al cortijo del Mayorazgo donde estaban empleados Florentino y Juan Gallardo Escribano, el referido Antonio Maldonado ordenó parar el coche diciendo “vamos por Juan Gallardo”, procediendo a la detención de los dos hermanos, pero a Florentino lo dejaron en libertad como a unos cien metros del cortijo, pero a Juan Gallardo lo subieron en el coche llevándolo al cortijo Morales, y allí vio el declarante como Antonio Sánchez y uno de la FAI, dispararon contra Juan Gallardo Escribano matándolo y dejándolo allí, y regresando posteriormente a Campillos.

Juan Gallardo Escribano, había sido guarda jurado rural y era uno de los que había intervenido en la reyerta que se produjo el 28 de mayo de 1936 y en la que murió por heridas de arma blanca, José González Escalante (a) “El Cordero”, hermano de Francisco González Escalante (a) “Picadillo”, uno de los que fueron a buscarlo al cortijo Mayorazgo.

Vemos que en la declaración de Francisco González Escalante, culpa del asesinato a Antonio Sánchez (a) “El Bobo”, y a uno de la FAI. Sin embargo, en la declaración que realiza Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla”, responsabiliza de la muerte a Francisco González (a) “Picadillo”.

… que una vez hecha la detención en la era de la finca, fue metido dentro del coche y conducido al olivar (cortijo) de Morales y sitio conocido por la Solana donde le hizo descender del coche, el apodado “El Picadillo”, hiciéronle avanzar unos veinte pasos, y el referido “Picadillo” le dio un fuerte golpe con los cañones de la escopeta haciendo caer de culo al detenido y en ésta posición le disparó un tiro y al incorporarse y darse a la fuga le hizo otros tres disparos más, y otros tres el miliciano de Morón, y acto seguido de cometer éste asesinato regresaron al pueblo.


Así describe el suceso, Florentino Gallardo Escribano, hermano de la víctima:

Que el día primero de septiembre de 1936, y sobre las ocho horas, se presentaron en el cortijo de Mayorazgo el denunciado (Francisco González Escalante), juntamente con los también milicianos José Moreno Ramírez, Antonio González Maldonado “Mentirilla” y dos forasteros que no conoció, armados con fusil y pistola, intimando al declarante y a su hermano Juan Gallardo para que se entregaran y fueran presos, lo que a tal intimación se entregaron ambos, saliendo a continuación del mencionado cortijo. Que a unos quinientos metros del cortijo, a consecuencia de conocer de vista a uno de los forasteros, soltaron al declarante, diciéndole que si continuaba en unión de su hermano, le matarían a él también. Que sobre las nueve del mismo día y en las proximidades del cortijo de Morales, los mencionados milicianos dieron muerte al hermano del declarante. FLORENTINO GALLARDO ESCRIBANO



D. Juan Gallardo Escribano, era natural de Campillos, de 29 años de edad. Hijo de Antonio Gallardo García y Juana Escribano Real. De profesión trabajador del campo. Era Guarda Jurado del Sindicato Agrícola de Campillos. Estaba casado con Francisca Real Domínguez y era padre de dos hijos llamados Juana y Francisco, de 4 y 2 años de edad respectivamente. Vivía en la Cruz Blanca nº 14. Estaba afiliado al partido Acción Popular. 

Ya hemos visto que había otros dos presos en la Prisión Provincial de Málaga, Jerónimo Mora Delgado y Antonio Gallego Rebollo, que no quisieron o no pudieron escapar el 19 de julio, tras el gran motín que protagonizaron los presos en su interior, y que derivó en que la inmensa mayoría de los mismos salieran a la calle. El continuar en la cárcel, le costó la vida.

4 DE SEPTIEMBRE

Se pone en marcha la primera fase del plan que habían preparado los generales Queipo de Llano y José Enrique Varela, para la ocupación de los pueblos de la comarca de Guadalteba y la ciudad de Ronda.

A la cinco de la madrugada del viernes 4 de septiembre, sale de Osuna una columna al mando del comandante Luis Redondo García, y se pone en camino hacia El Saucejo. La columna estaba formada por unos seiscientos hombres, principalmente miembros del Requeté sevillano, con una compañía de ametralladoras; una batería de artillería de 75 mm; una sección de zapadores; una sección de morteros, un camión blindado, etc.

Encuentran una cierta resistencia en los barrancos Blancos, pero a las 12 horas de ese día, el pueblo es ocupado por la columna, sin dificultad. La mayor parte de la población huye en dirección a Campillos y Almargen.

Se calcula que los vecinos de El Saucejo que huyeron del pueblo ese día, fueron más de 1.200, lo que suponía casi la quinta parte de la población.

El domingo 6 de septiembre, se inició un contraataque por parte de las fuerzas gubernamentales, para recuperar El Saucejo, que contó con el apoyo de aviones de bombardeo procedentes de Málaga.

Pero no quiero adelantarme, porque esto será motivo de otra Crónica que desarrollaré en los meses próximos.

6 DE SEPTIEMBRE

Unos milicianos fueron a detener en sus domicilios respectivos, a los hermanos PEDRO Y FRANCISCO GÓMEZ FONTALVA. Según declaraciones de sus esposas el grupo lo formaban un tal Morgado y otro forastero. Seguidamente fueron llevados al campo, por la carretera de Peñarrubia, donde fueron asesinados. Los cadáveres fueron enterrados y hallados a los quince o veinte días. Estaban casados con dos hermanas, Carmen y Rosalía Recio Becerra.

D. Pedro Gómez Fontalva. Natural de Peñarrubia, de 42 años de edad, y de profesión labrador. Estaba casado con Carmen Recio Becerra, y era padre de dos hijos llamados Juana y Francisco de 4 y 1 año de edad respectivamente. Era vicepresidente del partido Acción Popular. Vivía en la calle Santa Ana nº 13.

D. Francisco Gómez Fontalva. Natural de Peñarrubia, de 41 años de edad y de profesión labrador. Estaba casado con Rosalía Recio Becerra y no tenían hijos. Estaba afiliado al partido Acción Popular. Vivía en la calle Guzmanes nº 22.

El padre de ambos era Francisco Gómez Ramos, que había sido alcalde de Peñarrubia. De él ya hablé en la Crónica sobre el pantano de El Chorro, y la madre era Juana Fontalva Casasola.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/12/la-colocacion-de-la-ultima-piedra-del.html

Francisco Gómez Ramos con el rey Alfonso XIII

Tenían nueve hijos, de los cuales solo sobrevivieron dos a esas primeras semanas de la guerra, Joaquín y Rafael Gómez Fontalva. Los otros siete, fueron asesinados por las milicias de izquierdas de Campillos y Peñarrubia. La madre, Juana Fontalva, que aún vivía, sufrió el tremendo dolor de ver desaparecer, en poco más de un mes, a la mayor parte de sus hijos.

Pedro              42 años, casado, y con dos hijos                  6 de septiembre en Campillos

Francisco        40 años, casado, sin hijos                             6 de septiembre en Campillos

José                39 años, casado, y con cinco hijos               2 de agosto en Peñarrubia

Carmen          34 años, soltera                                             5 de septiembre en la carretera de Carratraca a Álora

Antonio           30 años, casado, y con cuatro hijos              2 de agosto en Peñarrubia

Dolores           24 años, soltera                                             28 de agosto en la carretera de Carratraca a Álora

Leonardo        18 años, soltero                                             28 de agosto en la carretera de Carratraca a Álora


Juana Fontalva Casasola

**********

El 6 de septiembre, a las 13 horas, se presentaron en el domicilio del médico JUAN SALGUERO MORALES, unos milicianos armados, llevándoselo detenido. No se tiene información de donde fue asesinado y por quién.

El 13 de septiembre, al entrar las tropas nacionales en el pueblo, fue descubierto su cadáver insepulto, a las afueras del mismo.

D. Juan Salguero Morales. Había nacido en Cádiz, de 57 años de edad y de profesión médico. Había sido titular de Ardales, hasta que pasó a Campillos en 1914. Estaba casado con Emilia Infantes Pineda, y era padre de dos hijos, María y Juan. Estaba afiliado al partido Acción Popular. Vivía en la calle San Sebastián nº 11.

7 Y 8 DE SEPTIEMBRE

Las tropas del comandante Luis Corrales García, conquistan Los Corrales y Martín de la Jara.

9 DE SEPTIEMBRE

Ese día asesinan a MANUEL FUENTES ESCOBAR, que trabajaba de contable con los Hinojosa.

Así lo cuenta en una declaración que realizó Antonio González (a) “Mentirilla”, en el Procedimiento Sumarísimo 5859 de 1939 de Málaga, seguido contra él.

Dicho señor estaba detenido en el cuartel de la Guardia Civil, el cual estaba habilitado para el cuartel de Milicianos, y que un individuo apodado “El Bigotes” le invitó para que le acompañara en unión del chofer y el vecino de esta localidad apodado “El Pianillo”, hicieron subir al coche al señor Fuentes y lo condujeron por la carretera de Peñarrubia hasta el sitio conocido por “La Solana”, donde le hicieron descender, y en dicho sitio el sujeto llamado Florido (a) “El Pianillo”, le hizo un disparo por la espalda sin que los demás acompañantes, ni el declarante tomaran parte activa en dicho asesinato, habiéndose apoderado el apodado “El Bigotes” de un reloj de oro y Florido (a) “Pianillo” de unas [ilegible], todo propiedad del asesinado, regresando todos al pueblo una vez cometido dicho hecho.

D. Manuel Fuentes Escobar tenía 57 años de edad y de profesión contable. Hijo de José Fuentes y Francisca Escobar. Estaba casado con Concepción Ruiz Velasco de 53 años. No tenían hijos. Vivía en la calle Lavados nº 22. Estaba afiliado al partido Acción Popular. Había sido detenido por los sucesos del 28 de mayo.

11 DE SEPTIEMBRE

ANDRÉS GUERRERO MARTÍN, Fue detenido en el cortijo de “Las Camorrillas”, situado por la carretera de Los Corrales, por varios individuos, entre ellos Juan Escobar, conduciéndolo hasta Campillos, pero no llegaron a entrar en el pueblo. Cogieron la carretera de Peñarrubia, donde fue asesinado en el sitio conocido por el “Capitán”.

D. Andrés Guerrero Martín de 52 años de edad, era propietario, trabajando también de procurador en el Juzgado. Estaba casado con Lucia Llamas Cuellar de 45 años, y era padre de 7 hijos llamados Dolores, Diego, Antonio, Jesús, Juan, Enrique y Ana de 24, 23, 20, 18, 16, 15 y 6 años de edad respectivamente. No estaba afiliado a ningún partido político. Había sido concejal en 1924, en el ayuntamiento que presidió Antonio Palop Casasola, y secretario del Sindicato Agrícola de Campillos (1930). Tenía vivienda en la calle Silla nº 5, pero vivían en Madrid, y había venido a Campillos a cobrar unas rentas.

****************

El viernes 11 de septiembre la columna del comandante Luis Redondo salió de El Saucejo al amanecer con objeto de tomar los pueblos de Villanueva de San Juan y Algámitas, operación que se llevó a cabo fácilmente, pues no encontró resistencia alguna. Con ello se completaba la misión encomendada al comandante Redondo en la sierra sur de Sevilla.

La siguiente fase se iniciaría dos días más tarde, el 13 de septiembre, y sería conjunta con otra columna que saldría de Antequera, y otra de Grazalema, con el objetivo de la ocupación de los pueblos de la comarca de Guadalteba y de la ciudad de Ronda.


CAMPILLOS. OCHO SEMANAS DE TERROR EN EL VERANO DE 1936. SEGUNDA PARTE

 

PLAZA DE LA LIBERTAD, 1932

En la Crónica anterior, hablé sobre los sucesos ocurridos en Campillos durante los primeros diez días de la Guerra civil. Añado el enlace para los que no hayan tenido la ocasión de leerlo.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/05/campillos-ocho-semanas-de-terror-en-el.html

En esta segunda parte, continúo con el relato de los hechos que ocurrieron a partir de la fecha donde terminé en la primera parte, y finalizaré la misma con la descripción de los sucesos que ocurrieron el 15 de agosto de 1936, cuando fueron sacadas de la cárcel de Campillos veintidós personas, y asesinadas veinte ellas por parte de las milicias del Frente Popular.

En una tercera parte, describiré lo ocurrido en los días anteriores a la entrada de las tropas nacionales en Campillos, hecho que se efectuó el 13 de septiembre de 1936.

29 DE JULIO

Continúan las detenciones

Tengo el honor de participar a usted que en el día de hoy, por fuerza cívica de esta localidad compuesta por José Valencia Valencia, han sido ingresados en éste Departamento Municipal:
  • Juan García García
  • Vicente Campos Giles
  • Francisco Padilla Santa Cruz
  • Alfonso Alés Palop
  • Juan Ramón Alés Palop
Quedando a disposición de su respetable Autoridad.
Le saluda
Campillos 29 julio 1936
El encargado del Depósito Municipal:
Francisco González (Escribano)


José Valencia Valencia, era el cabo de los Guardas de Campo, y por orden del Comité, ese día, acompañado de varios individuos que le ayudaban, detienen y conducen a la cárcel, a las siguientes personas:

JUAN GARCÍA GARCÍA (†), en su propio domicilio, calle Vallejos nº 37. Labrador, soltero. Natural de Campillos y de 49 años de edad. Afiliado a Acción Popular.

VICENTE CAMPOS GILES (†), en su propio domicilio, calle San Sebastián nº 21. Empleado de banca, soltero. Natural de Campillos y de 31 años de edad. Afiliado al Partido Agrario. Era hermano de Juan Campos Giles, asesinado tres días antes.

FRANCISCO PADILLA SANTA CRUZ (†). Le apodaban “El Minero”. Era de Tocina (Sevilla) y tenía 30 años. Vivía en la calle Santa Ana nº 21. Pertenecía a Falange.

JUAN RAMÓN ALÉS PALOP (†), en el cortijo del Puerto de su propiedad. Vivía en la calle Real nº 46. Labrador, soltero. Natural de Campillos de 35 años de edad. Estaba afiliado a Acción Popular.

ALFONSO ALÉS PALOP (†)
en el cortijo del Puerto. Vivía en la calle Real nº 94. Labrador, casado. Natural de Campillos de 32 años de edad. Era el secretario de la Junta Directiva de Acción Popular de Campillos.

Ese grupo de milicianos, encabezados por José Valencia Valencia, también fueron a detener a José María Casasola Casasola, y según declaró su madre, Dolores Casasola Fontalva, como estaba enferma de gravedad una hermana de él, desistieron de su detención, manifestando posteriormente el alcalde Pedro Velasco a José María, cuando fue a pedirle explicaciones, que el hecho de ir a detenerlo había sido una equivocación.

Eran ocho los hermanos Casasola Casasola, cuatro varones y cuatro hembras, que vivían con su madre Dolores Casasola Fontalva, en la calle Guzmanes nº 15. El padre, José María Casasola Durán, ya había fallecido. Pero no se libraron los hermanos de la persecución, porque en la madrugada del día 24 de agosto, volvieron a ir por ellos, como ya veremos.

Según la Causa General, el día 29 de julio fueron saqueados y robados los domicilios de Juan Gallegos Cuellar en la calle Real nº 26, Ana Padilla Sánchez en la calle Lavados nº 73, Pedro y Juan Casasola Lasarte en la calle Lavados nº 29, José María Hinojosa Carvajal en la calle Real nº 9, María Josefa Hinojosa Carvajal en la calle San Sebastián nº 9 y Salvador Hinojosa Carvajal en la calle Santa Ana nº 4.

Pasada la guerra, Isabel Hinojosa Lacarcel, hija de José María Hinojosa Carvajal, denunció al alcalde Pedro Velasco Olmo “por orden suya se perpetró el robo de las alhajas y dinero que poseía en su domicilio, encomendando a un cerrajero de ésta localidad llamado Leal, que violentase el armario en donde tenían ocultos los anteriores objetos”.

31 DE JULIO

Ese día, se produjo la detención de otra persona en Campillos, aunque esa persona era natural de Peñarrubia.

En la calle Real nº 111, domicilio del médico Jacobo Lanzas Orellana, estaba residiendo MIGUEL GILES FONTALVA (†), un tío de su esposa Joaquina Fontalva Giles. Tenía 48 años, estaba soltero y estaba afiliado al Partido Agrario.

Ese día fueron a Campillos a buscarlo, los hermanos Pedro y Juan Rivas Trujillo de Peñarrubia, llevándoselo detenido. Al llegar a Peñarrubia, lo encerraron en una casa de la calle Antequera, que la habían habilitado como cárcel.

El día 2 de agosto, cuando lo iban a maniatar para llevárselo al campo para asesinarlo, junto con otros vecinos más, Miguel Giles se arrojó por el balcón de dicha casa, y al quedar mal herido en el suelo, en la misma puerta de la cárcel lo mataron a tiros.


De los sucesos ocurridos en Peñarrubia durante esas primeras ocho semanas de la Guerra civil, ya me ocuparé en una futura Crónica.

31 DE JULIO Y 1 DE AGOSTO

Llegan a Campillos refugiados procedentes de La Puebla de Cazalla (Sevilla). Algunos de ellos continuaron hacia Málaga, pero otros permanecieron en Campillos, donde se les dio acogida. En el siguiente enlace, desarrollé esa Crónica:

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/03/el-comite-del-frente-popular-de.html

1 DE AGOSTO

Detienen, y es conducida a la cárcel municipal, a CARMEN CASASOLA LASARTE 
(†). Estaba, en ese momento, en el domicilio de Ana Casasola Fuentes, en calle Santa Ana nº 5. Tenía 47 años. Cuando la detuvieron se encontraba en compañía de su esposo Antonio España Parrado.

Ana Casasola Fuentes era la esposa de José Jordán, que se encontraba detenido en la cárcel desde el día 23 de julio. Aunque los hermanos Casasola le llamaban prima, Ana era en realidad prima hermana de su padre, José María Casasola Carvajal. Ella solo tenía 36 años, y era más joven que los hermanos Casasola.

3 DE AGOSTO

Detienen y es conducida a la cárcel municipal, a MARÍA JOSEFA CASASOLA LASARTE 
(†), soltera de 43 años, también en el domicilio de Ana Casasola Fuentes.

Ambas detenciones fueron realizadas por el cabo de los municipales Matías Delgado Escribano, junto con tres mujeres, conocidas por la “Caimana”, la “Palilla” y la mujer del “Brigido”.

Carmen y María Josefa, eran hermanas de Juan y Pedro Casasola, que habían sido asesinados el 26 de julio anterior. En el momento de ser detenidas, posiblemente ellas ignoraran la muerte de sus hermanos, ya que las noticias que tenían era que desde el cuartel de la Guardia civil se los habían llevado a Málaga para interrogarlos.

Ninguna de las dos eran militantes de partidos políticos, pero sí estaban muy involucradas en las asociaciones religiosas de mujeres, que en aquella época existían en Campillos.

En octubre de 1931, cuando en las Cortes Constituyentes, se estaba discutiendo el carácter religioso de la nueva Constitución republicana, un grupo de mujeres de Campillos, mandaron a diversas personalidades el siguiente telegrama:

Dirigido al presidente del Consejo de Ministros, al presidente de las Cortes Constituyentes y a los diputados señores Guerra del Río, Saborit, Companys, Baeza Medina y Martínez de Velasco, se ha transmitido el siguiente telegrama:
Asociaciones religiosas Campillos (Málaga), integradas más de 300 mujeres católicas, piden no se aprueben artículos Constitución atentatorios derechos Iglesia, familia cristiana y Órdenes religiosas. Especialmente lo relativo a enseñanza y expulsión Compañía de Jesús.- Catalina Aurioles (Casasola).- Presidenta Conferencias S. Vicente, Dolores Moreno (Cuellar).- Presidenta María Sagrarios, Carmen Casasola (Lasarte).- Presidenta Hijas de María, Carmen Herrera.- Secretaria Catecismo, Ana Jordán (Villavicencio).”
ABC 19311013 016 y 028
El Siglo Futuro 19311030 004
La Época 19311013 004

También podemos ver que en el pleno del Ayuntamiento del 21 de octubre de 1933, el concejal Cristóbal Barquero Reina, pidió que se actuara contra las hermanas Casasola:

El Sr. Cristóbal Barquero dice al Ayuntamiento que las Sras. Casasola que viven en la calle de Fermín Galán (Lavados), con el engaño de darles un caramelo, hacen “resar” a los niños y pide que se evite, contestando el Sr. Benito Luna que ello es misión exclusiva de los padres de los niños.

Detienen ese mismo día 3 de agosto, a PEDRO CAMPOS PÉREZ 
(†en su domicilio de la calle San Sebastián nº 23, por el cabo de los municipales Matías Delgado Escribano, siendo conducido a la cárcel. Tenía 49 años de edad y de profesión era labrador

En la madrugada de ese mismo 3 de agosto, sacan de la cárcel a Juan Gallegos Cuellar, alcalde de Campillos durante la Dictadura de Primo de Rivera, a Rafael Núñez Núñez, maestro nacional, a don Ramón García Ruiz, cura párroco y a don Cecilio Sánchez Molina, presbítero.

Con el pretexto de que necesitan tomarles declaración en Antequera, se dirigen por la carretera de Campillos a Antequera, hasta llegar a los terrenos del cortijo de "La Alberquilla", en donde se paran y los hacen descender del coche, acribillándolos a tiros en la cuneta. Los cadáveres quedaron insepultos, siendo quemados con gasolina a los tres días, y los restos dispersados por el campo.

Que con relación a los asesinatos de don Juan Gallegos Cuellar, don Rafael Núñez Núñez, don Ramón García Ruiz y don Cecilio Sánchez Molina, capitaneada por un tal “Babita” vecino de dicha villa y empleado ferroviario, acompañándole también un tal Diego Morgado Berdún (Bermudo) (a) [...], a los cuales los fusilaron en terrenos de la finca La Alberquilla, termino municipal de Antequera. 
ANTONIO GONZÁLEZ MALDONADO

Según testimonios de los familiares de las víctimas, realizados para la Causa General, en las muertes intervinieron José Escribano Haro (a) “[...]” (CNT), Benito Sánchez Trigo (a) el “Bobo” y Antonio González Maldonado (a) el “Mentirilla”.

† D. Ramón García Ruiz, había nacido el 28 de noviembre de 1872. Hijo de Antonio y Dolores. Ordenado sacerdote el 3 de abril 1897. Fue cura ecónomo de Cañete la Real, párroco de Campillos, y desde el 5 de febrero de 1907, arcipreste. Vivía en la Puerta Teba, nº 60. En compañía de don Ramón García, vivían dos sobrinas suyas, Concepción y Dolores Chías García de 46 y 44 años de edad. La primera de las cuales murió de tuberculosis, y la segunda se fue a vivir a Gilena (Sevilla) cuando las tropas nacionales ocuparon Campillos.


† D. Cecilio Sánchez Molina, de 57 años de edad, coadjutor de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. del Reposo. Había nacido en Campillos el 3 de febrero de 1880. Hijo de Manuel Sánchez Tornería y Rafaela Molina Vera. Ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 1897. Fue cura ecónomo de Cañete la Real, y finalmente cura regente y coadjutor de Campillos. Vivía en la calle Guzmanes nº 33, con sus hermanas Carmen, de 58 años, y Rafaela Sánchez Molina de 49.



† D. Juan Gallegos Cuellar de 55 años de edad y de profesión labrador. Hijo de Juan Gallegos Palacios y Dolores Cuellar Luna. Estaba casado con Juana María Palop Casasola (58 años), sin descendencia. Era militante del partido Acción Popular. Vivía en calle Real, nº 26. Había sido alcalde de Campillos desde 1924 a 1930.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/08/la-obra-de-juan-gallegos-cuellar.html


† D. Rafael Núñez Núñez de 40 años de edad y de profesión Maestro de escuela. Era natural de Periana (Málaga). Hijo de Diego Núñez Barroso y Dolores Núñez Moreno. Estaba casado con Dolores Alés Palop, por tanto, concuñado de Federico Manzano Sancho, que estaba casado con Trinidad Alés Palop. En el momento de su muerte era padre de dos hijos, llamados Rafael y Alfonso, de seis y dos años de edad respectivamente. A los tres meses de su asesinato nació su tercer hijo llamado Juan Ramón. Era hermano del farmacéutico Diego Núñez Núñez, soltero, de 30 años de edad, que sería asesinado también en Campillos, el día 28 de agosto de 1936. Vivía en la calle Real nº 46. Era militante del partido Acción Popular.


Cuando las tropas nacionales toman Campillos, a mediados de septiembre, Federico Manzano Sancho regresa de Granada a Campillos, y cuenta en su diario, refiriéndose a Juan Gallegos:

Cuando regreso a Campillos, recojo sus calcinados restos mezclados con tierra y algunos pedazos de huesos. Entre ellos encuentro la alianza de oro de tío Juan que le doy a tía Juana. Posteriormente ésta le erigió una Cruz en el sitio de su muerte, que aún existe, y un Panteón en el Cementerio. En éste se enterró ella después, y ruego a mis sucesores lo respeten y cuiden.


Ya vimos anteriormente, que en la Causa General se decía que el día 29 de julio, se producía el saqueo del domicilio de Juan Gallegos Cuellar en la calle Real nº 26. Sin embargo, Federico Manzano Sancho, en su diario, la fecha del asalto la fija en el 4 de agosto:

Desde que prendieron a tío Juan Gallegos, tía Juana (Palop Casasola) se ha ido a vivir a casa de su hermano Antonio Palop (calle Real nº 30) y hoy, después de haber matado y quemado a aquél, ocupan su casa y la convierten en cuartel de Milicianos. La llenan de pintadas, la saquean de ropa, despensa y todo lo transportable, destrozan todos sus papeles y documentos, entre ellos, las letras que respondían del Abono y créditos recibidos del Sindicato por los labradores, y libros de los mismos.

8 DE AGOSTO

El 8 de agosto llegan unas personas al domicilio de don JOSÉ SÁNCHEZ MOLINA (†), en la calle San Sebastián nº 8, preguntando por él. Ante el temor de que descarguen sus odios con sus familiares se presenta a ellos, y es inmediatamente, detenido. BALTASAR PEÑA HINOJOSA

Según declaraciones de Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla”, en el Procedimiento Sumarísimo de Urgencia número 5859 general y 78 de 1940, del Juzgado Militar de Instrucción nº 44 de Málaga, seguido contra él.

Que sabe también, que a don José Sánchez Molina le detuvieron dos individuos de Antequera, desconocidos para él y un tal José Albarrán Bermudo, los cuales le conducían en el coche de un tal Reina (Juan Reina García) que se unió a ellos juntamente con Diego Morgado, y que el declarante se subió a uno de los estribos del coche hasta el kilómetro dos de la carretera de Almargen, donde hicieron descender al señor Sánchez Molina, metiéndole en un olivar existente en la margen derecha de dicha carretera, y allí fue asesinado por Diego Morgado……..declarante y una vez cometido el hecho de referencia regresaron al pueblo.


El lugar donde lo asesinaron es conocido por la “haza de Don Manuel”

Federico Manzano Sancho, dice sobre él en su diario:

Matan y entierran en la carretera de Almargen a mi íntimo y extraordinario amigo D. José Sánchez Molina. Si hubiera vivido ¡Qué gran labor social hubiera hecho y qué gran ejemplo nos habría dado por lo sociólogo que era, y que ya había empezado parcelando sus tierras a medias con los obreros! ¡Cuántas veces y con qué satisfacción me decía: “Ya se gana Valencia 4.000 pts.”, “Salguero ya va por las 3.000”, y así toda una preocupación constante por el bienestar de sus servidores!
Aunque leí un escrito en que un obrero se dirigía al Comité pidiendo su muerte, para mí, que fue instigado por otro señor que me reservo, con ánimo de quedarse con sus negocios de abono, banca y estación de Servicio de gasolina.

† D. José Sánchez Molina 41 años de edad. Sus padres eran Rafael Sánchez González y Dolores Molina Clavijo. Estaba casado con Dolores Aurioles Casasola, y era padre de cuatro hijos llamados Rafael, Dolores, Catalina y Pilar de 7, 5, 3 y 1 año de edad respectivamente. Era militante del partido Acción Popular. Vivía en la calle San Sebastián nº 8. Era banquero, tenía unas tierras, y era también el propietario del surtidor de gasolina del pueblo.

Banca José Sánchez Molina

La noche del 8 de agosto, sobre las diez de la noche, detienen en su domicilio en la calle Santa Ana nº 32, a FRANCISCO AVILÉS CASASOLA (†), que era el Secretario del Juzgado de Campillos. Según declaración de su esposa, Leonor Herrera García, en la Causa General, fueron varios individuos, entre los que se encontraban “El Casero Pilatos”, “El Antequerano” y el chófer Juan Tenorio Morillo. Le dijeron que era para ir a la cárcel, y al ver Francisco Avilés que lo llevaban en dirección a la Puerta Teba, que no era el camino de la cárcel, se negó a seguir andando.

Consciente de lo que le esperaba, se aferró a los hierros de la reja de una ventana, rogando a voces que no se lo llevaran. Le dieron varias puñaladas, algunas de ellas en las manos para que se soltara de las ventanas a las que se agarraba para no ir. Finalmente, fue asesinado en las proximidades del puente que cruza el arroyo Rincón por el camino a la Estación, conocido antiguamente por el puente de Tablas.

Declaración de Antonio González Maldonado (a) el “Mentirilla”:

Con relación a las circunstancias que concurrieron en el asesinato de don Francisco Avilés Casasola, manifiesta que hallándose de guardia el declarante en servicio de patrullas en unión del individuo llamado Diego Morgado Bermudo y en circunstancias de que regresaban de entrevistarse con un guardia del Cementerio, al llegar a la altura de la calle Molinos oyeron voces en demanda de auxilio, dirigiéndose acto seguido a la Puerta Teba donde preguntaron a la Guardia, que dice no recuerda quienes la componían, que quien había salido por allí chillando y les contestaron que Francisco Avilés, por cuya causa aceleraron el paso, oyendo momentos después una detonación de disparo de arma de fuego, y en esos momentos se les acercó un individuo conocido por el Antequerano, y le solicitó a Diego Morgado una pistola para rematarlo, avanzando hasta el lugar donde se hallaba el señor Avilés, el cual yacía en tierra al parecer cadáver, y el citado Morgado que le acompañaba le hizo un disparo con un rifle y el apodado “Antequerano” le registró la ropa sacándole una cartera que contenía documentos y dineros, un llavero con su cadena y la petaca; que de la cartera se hizo cargo el citado Morgado, y el llavero y petaca fue tirado al suelo por el susodicho Morgado, que el declarante recogió del suelo la petaca e hizo entrega de ella a Eduardo Romero Barquero, vecino de ésta localidad y cuñado por afinidad del asesinado, y éste a su vez se la entregó a la familia.


Eduardo Romero Barquero, de 41 años, era cuñado de Francisco Avilés Casasola. Sus esposas eran hermanas. Estaba casado con Dolores Herrera García, y vivía en Puerta Teba nº 59. Eduardo declara en el sumario:

En la mañana del 8 de Agosto de 1936, es cierto que Antonio González Maldonado, se presentó en mi casa entregándome la petaca de mi cuñado Francisco Avilés Casasola y diciéndome que la noche anterior lo habían matado, asegurándole que lo habían hecho dos forasteros que tenían los monos azules.
Con anterioridad también es cierto que el González Maldonado, me había encargado previniera a mi cuñado Avilés Casasola que no saliera de su casa, ni de día ni de noche, porque había oído rumores acerca de quererlo matar, y así le di el encargo a mi cuñado, si bien no le dije que lo iban a matar porque era muy duro, pero si el que no saliera de casa.


† D. Francisco Avilés Casasola 44 años de edad y profesión Secretario del Juzgado Municipal. Era hijo de Benito Avilés Durán y Carmen Casasola Anoría. Estaba casado con Leonor Herrera García (33 años) y era padre de cinco hijas llamadas Carmen, Dolores, Francisca, Mercedes y Pilar de 10, 6, 4, 3 años y 9 meses respectivamente. No estaba afiliado a partido político alguno. Vivía en la calle Santa Ana nº 32.



12 DE AGOSTO

El día 5 de agosto tubo lugar el paso del Estrecho por un pequeño convoy, que luego sería llamado por los nacionales el “Convoy de la Victoria”, que burló la vigilancia de la flota republicana, y llevó desde Ceuta a Algeciras a 1.600 hombres, 6 cañones de campaña, 100 toneladas de munición y dos ambulancias.

Hasta ese día, los pilotos nacionales habían llevado en vuelo desde África a la península tres de las seis banderas del Tercio, y tres de los quince tabores de Regulares, a los que debían agregarse los dos tabores pasados en barco en la noche del 18 al 19 de julio.

En 17 jornadas, del 19 de julio al 4 de agosto, fueron ocho los batallones trasladados a la Península, más de un tercio de los existentes en África. Quedaban otros trece batallones que transportar. Con las tropas que llegaron el día 5 de agosto en el convoy, ascendían a diez los batallones africanos en suelo andaluz.

Aludiendo a las tropas transportadas, Queipo de Llano desde Sevilla, dijo en su charla radiofónica de la noche del mismo día 5, que «son ya cerca de seis mil las fuerzas de choque con que contamos en España».

Con esta fuerza militar en el sur de la península, Queipo de Llano se encontró con la capacidad de emprender acciones militares de más envergadura, y se puso como objetivo conectar mediante un corredor las capitales de Córdoba con Granada. Esta última, se encontraba en poder de los sublevados desde el 20 de julio, pero aislada. Para ello, se le confirió al general José Enrique Varela Iglesias, el mando de todas las tropas del ejército nacional que iban a operar en esa comarca.

La capital granadina, estaba rodeada por otras provincias donde el golpe había fracasado, aunque nunca se vio sometida a una presión agobiante, ya que conservaba una amplia zona de influencia y seguridad, que llegaba a los quince o veinte kilómetros en las direcciones oeste, norte y este, y más de cuarenta hacia el sur.

En esas primeras semanas de la guerra, hasta la caída de Antequera el 12 de agosto, predominaba la euforia en el bando gubernamental y se consideraba que la caída de Granada era inminente y fácil, dado el "cerco de hierro" impuesto a la guarnición insurrecta, con escasa tropa y sin posibilidades de enlazar con Sevilla. Durante ese tiempo, Granada estuvo siendo sometida a un intenso y cómodo bombardeo por parte de la aviación republicana.

12 DE AGOSTO. LA TOMA DE ANTEQUERA POR LOS NACIONALES

La misión de la columna que formó el general Varela, era la ocupación de Antequera, objetivo fundamental para establecer las comunicaciones con Granada y posteriormente ocupar Málaga.

Las fuerzas que constituían la columna que debía ocupar Antequera, se concentraron en Puente Genil, Estepa, La Roda y Casariche. La misma estaba compuesta por:
  • Un Tabor de Regulares de Ceuta, en La Roda;
  • Un Tabor de Regulares de Melilla, en Estepa;
  • Una compañía de Marinería, en Estepa;
  • Una compañía de Sanidad Militar, en Lora de Estepa;
  • Una compañía de Zapadores de cuatro secciones, en Casariche;
  • Una compañía de Tercio, en Casariche;
  • La 2ª Compañía del Regimiento de Infantería Granada nº 6, en Puente Genil;
Además de tres baterías de artillería, cinco autos blindados, dos secciones de obuses, un escuadrón y una sección de ametralladoras, tres estaciones ópticas y una de radio, etc.

Todas estas fuerzas estaban concentradas en sus puntos correspondientes a primera hora de la tarde del día 11 de agosto. El jefe de la misma era el coronel Eduardo Sáenz de Buruaga.

Coronel Sáenz de Buruaga, en el centro

La columna emprendió la marcha a las tres de la madrugada del día 12. A las 3,45 salió de Estepa el general Varela con su ayudante y escolta para dirigir la operación.

El movimiento se ejecutó siguiendo, las fuerzas de vanguardia, el itinerario de la carretera que va de La Roda a Fuente de Piedra. Una vez ocupado este pueblo, continuó la vanguardia y se ocupó también Humilladero, ambos pueblos sin resistencia alguna. En Mollina hubo alguna lucha, pero la fuerza enemiga era casi nula, por lo que se venció fácilmente.

Después de dejar perfectamente guarnecidos dichos pueblos y nombradas Comisiones gestoras, se preparó el avance sobre Antequera, efectuándose un ataque fijo en el Norte, y otro envolvente por el Oeste y el Sur.

El asalto se dio después de una intensa preparación artillera y con la actuación de la aviación nacional. Ese día, volando en un Nieuport, se le ordenó al aviador Joaquín García-Morato proteger a la columna del general Varela que avanzaba sobre Antequera. Tres Vickers Vildebeest republicanos, protegidos por un caza, se dirigieron a bombardear a estas tropas. García-Morato impidió el bombardeo, derribando uno de los Vickers que cayó en la zona de Cártama.

La novedad de este combate es que fue el primero en el que se enfrentaron aviones de ambos bandos con una nueva decoración para evitar errores: Cruz de San Andrés en el timón de los nacionales, que no se confundía con la bandera tricolor de los aviones gubernamentales.

Todos los objetivos de esta operación se alcanzaron con escasa resistencia por parte del enemigo, y al anochecer del día 12 de agosto, quedaron las distintas fuerzas que componían la columna, a las puertas de Antequera.

Por la Verónica, entraron las primeras vanguardias del general Varela en Antequera a eso de las diez de la noche. Media hora más tarde entraba el general con su cuartel general y escolta, pernoctando esa noche en Antequera.

Según parece en esa vanguardia, como buenos conocedores de la ciudad, iba el teniente legionario de Campillos, Juan Salguero Infantes, y también el antequerano Francisco Blázquez Bores, que era capitán médico.

Teniente Legionario Juan Salguero Infantes. Había conseguido el empleo de teniente en la Academia de Infantería del Alcázar de Toledo, en julio de 1935. Pertenecía al Tercio 2º de la Legión en Ceuta (Duque de Alba). Murió en el frente de Madrid en la Ciudad Universitaria, el 26 de noviembre de 1936. Sus padres eran Juan Salguero Morales (56 años) y Emilia Infantes Pineda (50 años) Vivían en la calle San Sebastián nº 11.

La conquista de Antequera hizo temer a los mandos del Frente Popular, que la columna se dirigiese hacia la capital malagueña, distante sólo unos cincuenta kilómetros. Sin embargo, de momento el objetivo principal de los generales Queipo de Llano y José Enrique Varela, solo era el levantamiento del cerco de Granada, hecho que se produjo el 18 de agosto, una estrategia determinante para la futura conquista de Málaga, al contribuir al aislamiento de la capital malagueña, quedando embolsada y sólo conectada con la zona gubernamental por la carretera de la costa en dirección a Motril y Almería.

Así se conquistó Antequera el día 12 de agosto, Archidona el 15 y finalmente Loja el 18, desde donde enlazaron con otras fuerzas salidas de Granada. Esta unión se produjo en la “Venta del Pulgar”, a 10 kilómetros de Loja.

Una vez las tropas del general Varela, entraron en Granada, Federico Manzano escribe en su diario:

Algunos días después llega a Granada el teniente legionario Juanito Salguero, gran amigo y pariente, y almorzamos con él, mi tío Federico (Manzano Jiménez) y yo, en un Restaurant y nos dice que han tomado Bobadilla, y que por el cortijo de la Alberquilla han matado y quemado a algunos de Campillos, y que el Capitán no le quiso dar permiso para ir a ocupar este pueblo y salvar a su padre.

13 DE AGOSTO

Al amanecer del día 13, entraron el resto de las tropas en Antequera. Durante el día se dedicó el general Varela a la organización de la defensa interior y exterior del pueblo, y al nombramiento de la Comisión gestora y demás autoridades civiles y militares.

Ese día, de las 12 a las 12,15, varios aviones procedentes de Málaga bombardearon Antequera, cayendo una bomba en el patio del cuartel de la Guardia Civil, produciendo una auténtica masacre, 24 muertos y 44 heridos, la mayoría era personal civil.

Durante los días posteriores a la conquista de Antequera, los primeros bombardeos por los aviones del Frente Popular fueron muy precisos. Posteriormente se supo que un Carabinero, que no había sido detenido, desde la terraza de su casa comunicaba a sus correligionarios en la Sierra del Torcal, la localización de los objetivos mediante un heliógrafo. En los bombardeos buscaban a Varela y su cuartel general.

14 DE AGOSTO

A las 10,45 horas de la mañana, salió de Antequera una columna al mando del coronel Sáenz de Buruaga con objeto de tomar Bobadilla, pueblo y estación, no encontrando resistencia alguna. La población huyó en dos trenes en dirección a Málaga.

Se dejó en Bobadilla estación una guarnición compuesta de una compañía de fusiles y dos ametralladoras de Caballería. Por la compañía de Ingenieros se procedió a la voladura de las vías férreas de Málaga y Ronda.

En Campillos, al tener noticias de la ocupación de Bobadilla por las tropas nacionales, y según palabras del alcalde Pedro Velasco Olmo, “que dado el natural pánico existente en Campillos, se quedó dicha población casi deshabitada”. Parte de la población huyó en dirección a Ardales.

Al tener noticias en Ardales del avance de las tropas nacionales a Bobadilla, y que quizás siguieran hacia Campillos, decidieron acudir a ayudar al pueblo vecino.

Declaraciones de José Martín Villalba (a) el “Alpargatero”, vecino de Ardales, en el Procedimiento Sumarísimo nº 2815 de 1939 de Málaga, abierto contra él:

…dispuso el Jefe las Milicias, llamado “Pepe el de Naza” que había que ir a Campillos, como así lo efectuaron y la misma noche que llegaron al pueblo, el Comité de Campillos, dijeron a la milicias de Ardales, que sacaran a los presos para matarlos, y “Pepe el de Naza”, jefe de estas, cogió a seis milicianos y a dos sargentos, y se los llevaron para cumplimentar la orden, que fue en el mismo paso a nivel de Campillos. Los dos sargentos que hicieron estas muertes fueron (José) Salardón (Duarte) y “Barlito”; y los milicianos Manuel Florido Báez (a) “Peliche”, Manuel Sánchez (a) “Tejeringuero”; “El Churrasco”, el hijo de “Charcón” (fallecido); Manuel el de la “Rebuja” (fallecido) y el “Canastero” (fallecido). A los dos días de haber sido asesinados los presos de Campillos, se vinieron para Ardales.


En otra parte de la declaración dice:

Que es cierto que estuvo en Campillos con otros cincuenta milicianos mandado por “Pepe el de Naza” y otros, y que Salardón, “Barlito” y otros seis o siete sacaron los presos para asesinarlos.
Que los milicianos de Ardales estaban alojados en dos grupos, uno en la casa de Hinojosa, que fueron los que fueron a matar a los presos, y otro donde está el Juzgado Militar, entre los que se encontraba el declarante.

Cerca de la media noche del día 14 de agosto, unos camiones y varios coches, paran en la puerta del Ayuntamiento. De ellos se bajan unos quince milicianos que forman un semicírculo alrededor de la puerta de la cárcel.

Juan Durán Molina (25 años), abogado y miembro del Comité de Campillos, y antiguo alcalde del pueblo, al ver la situación, fue al despacho del alcalde, Pedro Velasco Olmo, “manifestándole que en la cárcel había unos milicianos que se decía eran de Ardales los cuales pretendían llevarse a todos los detenidos de derechas que allí se encontraban, saliendo el indagado (Pedro Velasco) juntamente con el tal Juan Durán, y al tratar de oponerse a tal hecho, fueron desarmados y obligados nuevamente a penetrar en el Ayuntamiento, recordando que también, que un tal (José) Mesa Llamas, miembro del Comité, le manifestó, a los pocos momentos, que también le habían desarmado”. PEDRO VELASCO OLMO

Aquí tenemos una contradicción. El ardaleño José Martín Villalba dice que: “el Comité de Campillos, dijeron a la milicias de Ardales, que sacaran a los presos para matarlos”, mientras que Pedro Velasco, presidente del Comité de Campillos, dice que “al tratar de oponerse a tal hecho, fueron desarmados”. Pienso que no es posible que unos forasteros tomen la decisión de matar a más de veinte vecinos de Campillos, sin el consentimiento explicito del Comité local, que tiene a sus órdenes un grupo mucho más numeroso de milicianos para oponerse a ese hecho. No es creíble la historia de que fueron desarmados, y ajenos a esas muertes.

Según declaración de Francisco Llamas Padilla, uno de los presos que se encontraba en el interior de la cárcel, y fue uno de los que sacaron, dentro de la prisión solo entraron los milicianos de Ardales, “quedándose los de Campillos fuera, seguramente con la intención de no ser reconocidos”.

Aquí vemos que las milicias de Campillos, colaboraron en los acontecimientos.

A día de hoy, no tenemos información para saber si las milicias iban preparadas con un listado de las personas que había que sacar de la cárcel para ser asesinadas, o si fue una elección aleatoria de presos. Lo que sí parece ser, es que no vaciaron totalmente la cárcel. Según Baltasar Peña, dice en su libro: “Los pocos detenidos que quedan en la prisión están inmovilizados por el terror”.

15 DE AGOSTO

En las primeras horas de la noche del 15 de agosto, veintidós personas entre ellas tres señoras, son sacadas amarradas de la cárcel, y subidas al remolque del camión que está en la puerta del ayuntamiento. El camión era de esos que son descubiertos y con barandillas. Les dijeron que iban a Málaga.

Al camión le siguieron varios coches, en los que iban también algunos presos, y los milicianos que iban a realizar las ejecuciones. Algunos de estos milicianos iban subidos en el estribo de los vehículos.

Según declaraciones de Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla”, además de él y Juan Berdún Trigo (a) “Carabina” (CNT), en los coches iban también milicianos de Campillos:

“Que las mismas las llevaron a cabo por las fuerzas de Milicias del pueblo, que […] iban conducidos por fuerzas de las Milicias del pueblo de Ardales cuyo jefe era un tal Florido, y que a éstos les acompañaban Pedro Avilés Valcárcel, chófer de Obras Públicas y un tal Manuel Florido, vecino de Campillos y carnicero de oficio, que estos dos individuos iban para indicarles el sitio de las ejecuciones"

Enfilan los camiones hacia la carretera de Málaga por "El Arquillo", y pasado el paso nivel del ferrocarril, a la altura del Puente Hierro (puente del tren Campillos-Bobadilla, sobre el arroyo Rincón), sucede algo que nadie esperaba: uno de los detenidos, Pedro Cañamero Vargas, que era zapatero, mientras estuvo en la cárcel, había machacado una cuchara y realizado una chaveta, que la ocultó entre las mangas. Con ella, cortó las cuerdas que le amarraban, se deshizo de sus ligaduras, y pudo cortar también las cuerdas que ataban a los más cercanos a él.

Cuando estuvo liberado, pegó un puñetazo al cristal de la ventanilla trasera de la cabina del camión, y le asestó una puñalada al chófer que lo conducía, en la espalda, produciéndole una herida en el hombro. El chófer al sentirse herido, detuvo bruscamente el camión.

En el jaleo que se formó se pudieron escapar dos personas, Tomás Palop Campos y Francisco Padilla Santa Cruz (a) “El Minero”, que saltaron del camión y emprendieron la huida, amparados por la oscuridad de la noche. Los milicianos dispararon contra ellos, pero no pudieron detener a los fugitivos.

Francisco Padilla fue herido por los disparos en una pierna, y con ella arrastrando, se alejó del lugar, ocultándose entre los trigales. Posteriormente buscó refugio en la casilla del guardagujas que había en “Los Prados” en la carretera de Málaga.

Las personas que habían permanecido maniatadas en el camión, comenzaron a ser empujadas para que bajasen del mismo, rodeados de milicianos con los fusiles preparados, y sin otra luz que las de los faros de los automóviles. Un coche enfocó en dirección al camión para iluminar la zona.

El primero que bajó fue Benito Avilés Casasola, seguido de María Casasola Lasarte y de Francisco Llamas Padilla, que pidió a Juan Berdún Trigo (a) “Carabina” que no le matasen, sin que éste le diese respuesta. A los tres los colocaron delante de los faros de un coche.

En aquel momento los milicianos empezaron a disparar contra los tres, pero ocurrió que Francisco Llamas, en el momento de iniciarse los disparos consiguió escabullirse y darse a la fuga, sin ser alcanzado por los disparos que le hacían.

Al sentir el tiroteo, la guardia existente en la Estación, que estaba compuesta por Carabineros, comenzó a hacer fuego en dirección al Puente Hierro, donde se hallaba el camión con los detenidos que estaban asesinando. Dos milicianos fueron mandados a avisar a los Carabineros para que no disparasen contra ellos.


Pasado ese momento, las restantes personas que permanecían en el camión son empujados fuera del mismo, “y entre un estruendo de tiros caen revueltos y agonizantes”. Esa noche fueron asesinados diecinueve personas inocentes, por las milicias del Frente Popular de Ardales y Campillos. Sería la una o las dos de la madrugada del día 15 de agosto.

Los milicianos de Campillos que intervinieron en las ejecuciones, según declaración de Carmen Garrido, esposa de Antonio Campos Pérez, y de Carmen Becerra, esposa de Félix Enríquez Molina, “en la muerte intervinieron uno conocido por “el Brígido”, José Morgado Bermudo, otro conocido por “el Teoro” y Antonio González Maldonado (Mentirilla)”


A la mañana siguiente fueron a quemar los cadáveres. Cuando entraron los nacionales en Campillos, solo encontraron restos calcinados.

Esa mañana, el grupo de caballería de las milicias de Campillos, al mando de José Valencia Valencia, cabo de los Guardas de Campo, que habían salido al campo en busca de los tres fugitivos, encuentran herido a Francisco Padilla Santa Cruz, y en el mismo sitio que lo encuentran, “La Carguilla”, lo rematan.

“Que sabe que estas fuerzas la componían un individuo conocido por Benito Sánchez Trigo, dos sobrinos de Benito Sánchez, y Melero “El Gitano”, y varios más que no recuerda”.

Parece ser, que un porquero que estaba en el campo con los cochinos, vio a Francisco Padilla, y dio el chivatazo al Comité. Fueron a por él y lo mataron.

El nombre de las veinte personas asesinadas era:

† D. Juan Ramón Alés Palop 35 años de edad y de profesión labrador (propietario). Estaba soltero. Era hermano de Alfonso. Era militante del partido Acción Popular. Natural de Campillos, hijo de Alfonso Alés Casero y Teresa Alés Casasola. Vivía en la calle Real nº 46.

† D. Alfonso Alés Palop 32 años de edad y de profesión labrador (propietario). Estaba casado con Mercedes Palop Campos y era padre de dos hijos llamados Teresa y Alfonso de 4 y 2 años de edad respectivamente. Natural de Campillos, hijo de Alfonso Alés Casero y Teresa Alés Casasola, y hermano de Juan Ramón. Era el secretario local del partido Acción Popular. Vivía en la calle Real nº 94.

† D. Benito Avilés Casasola 49 años de edad y de profesión labrador. Estaba casado con María Orellana Martínez, y era padre de tres hijas llamadas Luisa, Francisca y Carmen de 10, 9 y 7 años de edad respectivamente. Era militante de Acción Popular. Natural de Campillos, hijo de Francisco Avilés Durán y Luisa Casasola Durán, y primo de Francisco Avilés Casasola, asesinado una semana antes, el 8 de agosto en el Puente de Tablas.

† D. Antonio Campos Pérez 51 años de edad y de profesión labrador. Natural de Campillos, hijo de Pedro Campos Asiego y Catalina Pérez Kerle. Estaba casado con Carmen Garrido Burón, natural de Écija; y era padre de dos hijas llamadas Catalina y Concepción de 11 y 9 años de edad respectivamente. Era hermano de Pedro. Era militante del partido Agrario. Vivía en la calle Real nº 59.

† D. Pedro Campos Pérez 49 años de edad. Natural de Campillos, hijo de Pedro Campos Asiego y Catalina Pérez Kerle. Se encontraba viudo de Dolores Campos Fontalva, y era padre de tres hijos llamados Catalina, Pedro y Carmen de 19, 18 y 17 años de edad respectivamente. Era hermano de Antonio Campos. No estaba afiliado a ningún partido político. Vivía en la calle San Sebastián nº 23. Era Fiscal en el Juzgado Municipal.

† D. Pedro Campos Campos 18 años de edad. Estudiante. Soltero. Hijo del anterior. Era militante del partido Acción Popular. No dispongo de información de cuando y como fue detenido.

† D. Vicente Campos Giles 31 años de edad y de profesión empleado de banca. Natural de Campillos, hijo de Francisco Campos Asiego e Isidora Giles Fontalva. Estaba soltero. Era militante del partido Agrario. Era hermano de Juan Campos Giles, asesinado tres semanas antes, el 26 de julio. También era hermano de Francisco Campos Giles, que había sido asesinado el 2 de agosto en Peñarrubia.

† Doña Carmen Casasola Lasarte 47 años de edad y de profesión sus labores. Estaba casada con Antonio España Parrado, natural de Casariche. No tenía hijos. No estaba afiliada a ningún partido político. Vivía en la calle Lavados nº 29. Era de Pedrera (Sevilla) e hija de José María Casasola Carvajal y Josefa Lasarte Carvajal.

† Doña María Josefa Casasola Lasarte 43 años de edad y de profesión sus labores. Soltera. No estaba afiliada a ningún partido político. Vivía en la calle Lavados nº 29. Era también de Pedrera (Sevilla). H
ermana de Carmen, y ambas hermanas de Juan y Pedro Casasola Lasarte, asesinados el día 26 de julio.  

† D. Pedro Cañamero Vargas 21 años de edad y de profesión jornalero y zapatero. Natural de Campillos e hijo de José Cañamero Mora y Josefa Vargas López. Estaba soltero, y era militante de Falange. Vivía en Puerta Teba nº 46. Su hermano Francisco, que era Guarda Jurado del Sindicato Agrícola, había participado en los incidentes del 28 mayo.

† D. Félix Enríquez Molina 26 años de edad y de profesión labrador (industrial). Natural de Campillos. Hijo de Félix Enríquez Pangusion y Salud Molina Clavijo. Estaba casado con Carmen Becerra Garrido. Sin hijos. 
Primo de José Sánchez Molina, asesinado el 8 de agosto, una semana antes. Vivía en calle Guzmanes nº 8. Era militante de Falange y estaba afiliado al partido Acción Popular. 

† D. Juan Gallardo Rueda 34 años de edad y de profesión albañil. Natural de Campillos. Hijo de Miguel Gallardo y de Rosario Rueda. Estaba viudo de Leonor Peral Molina, y era padre de tres hijos llamados Miguel, Rosario y Leonor de 5, 3 y 2 años de edad respectivamente. Era militante del partido Acción Popular. Vivía en el domicilio de sus suegros, Diego Peral Campos y Ana Molina Gallardo, en la Puerta Teba nº 58. Leonor Peral Molina, posiblemente falleciera en el parto de la hija más pequeña.

† D. Juan García García 49 años de edad y de profesión labrador. Natural de Campillos. Hijo de Miguel García Padilla y Ana García Campos. Estaba soltero. Era militante del partido Agrario. Vivía en la calle Vallejos nº 31.

† D. José Jordán y Fernández de Villavicencio 37 años de edad y de profesión labrador (propietario). Natural de Teba. Hijo de José Jordán Varea y de Emilia Fernández de Villavicencio y Asiego. Estaba casado con Ana Casasola Fuentes, y era padre de siete hijos llamados Emilia, José, Rafael, Josefa, Ana, Asunción y Luisa de 11, 10, 8, 7, 6, 5 y 2 años de edad respectivamente. Era militante del partido Acción Popular. Vivía en la calle Santa Ana nº 5.


† D. Antonio Mesa Rebollo 62 años de edad y de profesión labrador. Natural de Campillos. Hijo de Benito Mesa Berdún y Catalina Rebollo Jiménez. Estaba casado con Rosario Rueda Casasola y era padre de una muchacha llamada Catalina, de 32 años de edad. Era militante del partido Acción Popular. Vivía en la calle San Sebastián nº 39.

† Doña María Morgado Morillo 50 años de edad y de profesión sus labores. Natural de Campillos, hija de Jerónimo Morgado Rebollo e Isabel Morillo Sánchez. Estaba casada con Lucas Mora Avilés y era madre de dos hijos llamados Jerónimo y Lucas de 23 y 18 años de edad respectivamente. Estaba detenida desde el 29 de mayo de 1936, por los sucesos que ocurrieron en Campillos el día anterior. Vivía en calle Alta nº 80. Su hijo Jerónimo murió el 30 de agosto en Málaga.

† D. Alonso Padilla Pérez 49 años de edad y de profesión labrador (propietario). Natural de Campillos, hijo de Ildefonso Padilla Espinosa y Francisca Pérez Valencia. Estaba casado con Encarnación García García y era padre de cuatro hijos llamados Alonso, Francisca, Miguel y Ana de 19, 17, 15 y 11 años de edad respectivamente. No estaba afiliado a partido político alguno. Vivía en la calle San Benito nº 21.

† D. Pedro Padilla Ruiz 27 años de edad y de profesión albañil. Natural de Campillos, hijo de Francisco Padilla Holgado y Dolores Ruiz. Estaba casado con Ana Palacios Mora y era padre de una niña llamada Dolores de tres meses de edad. Era militante de Falange y estaba afiliado a Acción Popular. Vivía en la calle Santa Ana nº 41.

† D. Francisco Padilla Santa Cruz 30 años de edad y de profesión labrador. Natural de Tocina (Sevilla), hijo de Cosme Padilla Valencia y de María Josefa Santa Cruz Muñoz. Estaba soltero. Militante de Falange. Vivía en la calle Santa Ana nº 21. El padre, Cosme Padilla Valencia (64 años), era militante de Acción Popular, siendo también detenido por los sucesos del 28 de mayo en Campillos. Eran varios hermanos: Francisco, Pedro, Florentina, María, Antonio y Cosme.

† D. Cosme Padilla Santa Cruz 21 años de edad y de profesión labrador. Natural de Tocina (Sevilla), hijo de Cosme Padilla Valencia y de María Josefa Santa Cruz. Estaba soltero. 
Vivía en la calle Santa Ana nº 21. Era hermano de Francisco, y militante de Falange.

La noche en que fueron asesinadas varias personas, no se encontraba en la Clínica. Fue llamado a ella para que curara a un chófer de una herida en la espalda producida por arma blanca. Le produjo gran extrañeza la explicación que el lesionado le dio de cómo se la había producido. A la mañana siguiente se enteró de que había sido herido por un muchacho llamado Cañamero, cuando lo conducían junto con otras personas de derecha a asesinar. 
JACOBO LANZAS ORELLANA

Según me contó Francisco Guerrero Berdún, el hermano de mi suegro Salvador, con quien mantuve largas charlas sobre los hechos ocurridos en aquella época, él pudo hablar con Francisco Llamas Padilla, uno de los fugados la noche del 15 de agosto, y le contó que junto con Tomás Palop Campos, se fueron al cortijo Nuevo (cerca de donde está ahora el circuito de motos) y allí durmieron esa noche. A la noche siguiente se fueron a Sierra Yeguas, a casa de unas amistades del padre de Tomás Palop. Se ocultaron en el interior de un “tinaó” enterrado en el suelo y encima le pusieron una tapadera grande de madera, a la que le pusieron unas macetas encima. Los “tinaó” eran unos graneros que se hacían en el suelo; eran como despensas donde se conservaban también las patatas, los tocinos. Parece ser que, después de unos días, aquí se separaron los dos, alcanzando ambos las líneas nacionales, Tomás en Fuente Piedra y Francisco en Martín de la Jara.

LA CONQUISTA DE RONDA

  El general Varela entrando a pie en Ronda. A su derecha el comandante Redondo y a su izquierda el comandante Corrales En las dos anteriore...