LA OBRA DE JUAN GALLEGOS CUELLAR

 

Juan Gallegos Cuellar

Esta Crónica, debe ser considerada como una continuación de la que publiqué recientemente, “EL GRUPO ESCOLAR «MANZANO JIMÉNEZ»”. En ella enumeraba las obras públicas que emprendió la corporación municipal que presidió Juan Gallegos Cuellar, las cuales dieron un gran impulso al pueblo, dotándolo de unas instalaciones modernas que han perdurado durante muchos decenios.

Recordemos que fueron: la mejora de la captación, y nueva conducción y distribución por el interior del pueblo de las aguas potables; construcción de un Mercado de Abastos; ampliación del antiguo Cementerio; nueva Casa Cuartel de la Guardia civil; nuevo Grupo Escolar; arreglo de muchas calles con nuevas pavimentaciones y mejora de acerados con bordillos de piedra. Más algunas otras de menor entidad, pero no menos importantes, como la llegada del teléfono y el telégrafo, o la puesta en funcionamiento de una Clínica de Urgencias.

Ya en mi anterior Crónica centré el tema en la construcción de Grupo Escolar, ahora quiero describir, más someramente que en la anterior, las otras obras que se realizaron en el pueblo durante esos años de alcaldía de Juan Gallegos Cuellar.

Todas estas obras fueron llevadas a cabo en el transcurso de pocos años. Entre 1924 y 1929, aunque alguna de ellas, como la traída del agua potable y la pavimentación de las calles, que debido a la magnitud de las mismas, se alargaron más allá de esa etapa. Estamos en la época de la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera, que empezó en septiembre de 1923 y finalizó en enero de 1930.

Como dijo Baltasar Peña en su libro "Pequeña Historia de la Villa de Campillos", página 116, sobre Juan Gallegos: Bien ingratamente supieron pagarle los campilleros, asesinándolo en el año 1936. La plaza de la Iglesia, que hoy lleva su nombre, constituirá para el mañana —sí se mantiene y es justo que así se haga —testimonio de gratitud para quien tan celosamente contribuyó a engrandecerla”.

Hoy día, lo que antes era la plaza de la Iglesia, el nombre de Juan Gallegos, lo lleva la calle de la Plaza de Abastos, que más que calle es callejuela. No se cuando se ha hecho el cambio, porque en Google Maps, sigue apareciendo como "Plaza Gallego Cuellar". Personalmente creo que Juan Gallegos Cuellar, para mí de los mejores alcaldes que ha tenido Campillos, se merece algo más que esa pequeña calle.  

LA DICTADURA DEL GENERAL PRIMO DE RIVERA

Para entender bien, por qué se pudo realizar todo esto en tan poco tiempo, hay que conocer como fue la política económica y de obras públicas que emprendió la Dictadura de Primo de Rivera. Para ello, hay que analizarla bajo dos aspectos, el político y social, y el económico.

Desde el punto de vista político y social, se consiguió el fin de la guerra en el norte de África, el restablecimiento del orden público, y la integración en la tarea de gobierno de la Dictadura del partido socialista (Largo Caballero fue miembro del Consejo de Estado). Acompañado todo ello de medidas favorables a los obreros, tales como casas baratas, subsidios, seguros de maternidad y accidentes, jubilación, dotaciones sanitarias y escolares, etc.

A las cuestiones políticas hemos de añadir las de carácter económico, que se vieron beneficiadas por la bonanza de los felices años veinte, aprovechándose de la favorable coyuntura internacional de dicho periodo, durante el cual hubo un notable crecimiento económico.

Los objetivos de la dictadura en esta materia fueron, fundamentalmente, impulsar el desarrollo de la industria nacional a través de la concesión de ayudas, y una muy marcada política proteccionista.

Su política económica se basó en una mayor intervención del Estado, que se tradujo en el fomento de las obras públicas – hidráulicas, carreteras y ferroviarias –, y que culminó con la creación de monopolios de titularidad pública, de entre los que destacaron CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos) y la CTNE (Compañía Telefónica Nacional de España), que han llegado hasta el siglo XXI.

Se creó la primera Confederación Hidrográfica, la del Ebro, para el regadío y la producción de energía eléctrica; se proyectaron embalses y trasvases, como el de las aguas del Ebro y el Tajo, a las huertas del Levante y Andalucía.

Con la aprobación por Real Decreto-Ley de 9 de febrero de 1926 del Circuito Nacional de Firmes Especiales, y con el fin de fomentar el turismo y satisfacer principalmente la circulación del automóvil, se transformó y modernizó la red principal de las carreteras españolas. Se mejoraron las características técnicas de muchas carreteras, que se reformaron con firmes especiales, y además se suprimieron muchos pasos a nivel, se ampliaron las curvas dotándolas de mayor anchura y de peralte, y se mejoraron las travesías, en lo que fue posible. Se mejoraron unos 7.000 kilómetros de carreteras, que fueron señaladas en las guías de 1930 como las mejores de Europa.

También en 1926 se aprobó un ambicioso proyecto de construcciones ferroviarias, el llamado Plan Guadalhorce, por el cual se proyectó la construcción de miles de kilómetros de vías de ferrocarril, algunas de las cuales, como la que debía unir a Jerez de la Frontera con Almargen, de 120 kilómetros de recorrido. Con ésta línea, se pretendía enlazar la línea Sevilla-Cádiz con la Bobadilla-Algeciras, a través de la Sierra de Cádiz. El general Primo de Rivera, había nacido en Jerez de la Frontera, y conocedor de la problemática de su pueblo, quiso impulsar este proyecto encaminado a romper el aislamiento de la comarca y darle salida a sus productos agrícolas y ganaderos.

Las obras en la primera sección, entre Jerez y Arcos de la Frontera, comenzaron en noviembre de 1926. Los trabajos de construcción de las dos siguientes secciones, Arcos de la Frontera-Olvera y Olvera-Almargen, se iniciarían algo más tarde. Los trabajos avanzaron a buen ritmo durante los primeros años, a pesar de la complicada orografía presente en la zona de la Sierra de Cádiz.

Pero la caída de la dictadura de Primo de Rivera en enero de 1930 y la llegada de la Segunda República en 1931, alteró la situación. La mala coyuntura económica de la tercera década del siglo XX, supuso que el ritmo de los trabajos decreciese. Para entonces estos se hallaban muy avanzados en las secciones primera y segunda. Aunque las dificultades presupuestarias supusieron que estas apenas avanzasen. A esto se sumó el estallido de la Guerra Civil, que paralizó toda la construcción. Algunas infraestructuras ya construidas, sufrieron daños durante la contienda. El proyecto quedó finalmente abandonado a comienzos de la década de 1960.

La Vía Verde de la Sierra, es lo que hoy ha sobrevivido de aquel faraónico proyecto, con más de 36 kilómetros de desmontes y terraplenes para allanar los desniveles, cinco estaciones, treinta túneles y cuatro de viaductos, algunos con más de dos centenares de metros de longitud. Ha sido reconocida por dos veces como mejor vía verde de Europa. Los accesos principales a esta vía verde son sus extremos en Puerto Serrano y Olvera, que hoy es transitada por caminantes y ciclistas, siendo un foco muy importante de turismo para la zona.

En 1928, se creó el Patronato Nacional de Turismo, con el fin de estimular el turismo interior y atraer el turismo extranjero, inaugurándose los primeros Paradores de Turismo. También se montaron durante la dictadura las grandes Exposiciones de 1929, la Internacional de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla.

El esfuerzo inversor en obras públicas se tuvo que financiar primordialmente a través del endeudamiento del Estado. Este déficit presupuestario se cubrió con emisiones de deuda pública.

Sin embargo, hubo problemas que no se abordaron, como el problema agrario que siguió vigente, las oligarquías políticas no se sanearon y los caciques, aunque en menor medida, continuaron controlando los resortes del poder local.

Desde el ayuntamiento de Campillos se aprovechó este impulso económico a nivel nacional, para sacar al pueblo de su ostracismo y abandono. Al igual que el gobierno, la corporación municipal, no dudó en endeudarse para emprender todas las obras civiles que el pueblo necesitaba.

Hay que recordar que la mayor parte del equipo gobernante en el ayuntamiento de Campillos, estaba afiliado al partido «Unión Patriótica», creado desde el poder por el dictador, y por tanto estaban alineados con las políticas que el gobierno estaba realizando. Como ya dije en la Crónica sobre el Grupo Escolar, «Unión Patriótica» era una fuerza política que se hizo cargo de la administración del Estado llevando a la práctica el lema de “menos política, más administración”.

«Unión Patriótica» había arraigado fuertemente en Campillos, con más de mil afiliados. Su directiva, eran los principales cargos municipales, con Federico Manzano Jiménez como jefe del partido.

MÁLAGA. —Con extraordinaria animación y entusiasmo se ha celebrado en Campillos, en su local social, la elección para el nombramiento de jefe local de la Unión Patriótica y de su Junta asesora.
Han tomado parte en la elección 1.055 afiliados al partido, y hecho el escrutinio han resultado elegidos por unanimidad los señores siguientes:
Jefe local, D. Federico Manzano Jiménez.
Vocales asesores: Don Antonio Palop Casasola, D. Juan Gallegos Cuellar y don Diego Duran Cuellar.
19270907 006 La Nación (Madrid)

Muestra de esta devoción por Primo de Revira, en 1926, a la calle Real le cambiaron el nombre, pasando a llamarse “General Primo de Rivera”. Cinco años más tarde pasó a llamarse “Carlos Marx”, y otros cinco años más tarde “Generalísimo Franco”. Una muestra de lo convulso de aquellos tiempos.

DESCUBRIMIENTO DE UNA LÁPIDA.
De regreso del lugar en que se celebró la Fiesta del Árbol, se procedió al descubrimiento de la lápida puesta en la calle Real, que desde hoy llevará el título honroso del General Primo de Rivera, homenaje que rinde este pueblo al prestigioso caudillo, que salvó a España de la anarquía, de la ruina y del desprestigio.
El señor Manzano Jiménez como presidente de la Unión Patriótica, con cálidas y entusiastas frases, hizo hermoso resumen de la situación lastimosa en que se encontraba España antes del advenimiento del Directorio Militar, y de la labor realizada por él mismo y continuada por el actual Ministerio, debida toda ella, al insigne caudillo a quien se rinde homenaje, por lo que al honrar al hombre, que todo lo expuso en aras de la nación, se honra asimismo el pueblo que de este modo sabe demostrar su gratitud, y que lo menos que podía hacerse para ello, era grabar su nombre en la principal calle de la población, ya que siendo tan modestos nuestros medios económicos no nos permiten elevarle una estatua como fuera nuestro deseo, terminando con entusiastas vivas a España, al General Primo de Rivera y a la Unión Patriótica, contestados por el numeroso auditorio que presenciaba este acto, y a los acordes de la marcha real fue descubierta la lápida.
19260417 01 y 02 La Verdad (Antequera)

El sindicato socialista “1º de Mayo”, fiel colaborador con la dictadura de Primo de Rivera, pidió como contrapartida, que a Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, también se le pusiera una calle.

El Ayuntamiento de Campillos en virtud de la petición hecha por el Centro obrero denominado Primero de Mayo, ha acordado dar el nombre de Pablo Iglesias a una calle de dicha población. El alcalde apoyó la moción.
19260924 015 La Vanguardia

A raíz de este acuerdo, la calle Silla, pasó en 1926 a llamarse “Pablo Iglesias”. Diez años más tarde, volvió a cambiar el nombre, pasando a llamarse “General Mola”. Este es el juego del nombre de las calles y el poder político, que en nombre de cierta “Memoria”, aún continúa.

LA NUEVA CASA CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL

En la Crónica sobre el “Grupo Escolar”, escribí que cuando en el año 1915, las escuelas que estaban en la calle Santa Ana, nº 36, se trasladaron a la calle Real, esa casa de 366,66 m2, de propiedad municipal, fue usada como cuartel de la Guardia civil. También dije, que en el cuartel “había siete u ocho casitas que no tenían puertas, tenían cortinas”. Es fácil imaginar, las pésimas condiciones en que vivían los guardias civiles y sus familias, y el estado ruinoso en que se encontraba el edificio.

En septiembre de 1924, la Guardia civil llegó a amenazar al ayuntamiento con que se marcharía del pueblo sino se le daba un acuartelamiento más digno. Estaba de alcalde, en ese momento, Antonio Palop Casasola.

En el pleno del 27 de septiembre, el ayuntamiento acordó adquirir un edificio de nueva planta. Pero debido a la urgencia con que era necesario el Cuartel, se exceptuarían los trámites que la ley requería, por lo que no se sacaría a subasta. MISCELÁNEA CAMPILLERA (343)

Se realizaron varias gestiones para localizar edificios en alquiler que cumplieran los requisitos necesarios, pero no dieron ningún resultado positivo. Desde el ayuntamiento, tuvieron  conocimiento de que un grupo de propietarios afincados en Campillos, estaban en disposición de construirlo para después arrendarlo. Pero finalmente, los citados propietarios desistieron de su arrendamiento “por no encontrar remuneradora la renta”. Sin embargo, uno de los copropietarios, don Francisco de la Macorra Rodríguez, se hizo cargo de todos los derechos, y se ofreció para la construcción del nuevo Cuartel.

Francisco de la Macorra Rodríguez, vivía en la calle Real, nº 18, tenía 57 años. Estaba casado con María Victoria Souvirón del Río. Había sido Diputado Provincial en Málaga.

Tres meses después, y en vista de que el tiempo transcurría y el problema no se solucionaba, el ayuntamiento recibió de la Jefatura de Línea de la Guardia Civil, escrito anunciando que para el invierno, si no mediaba solución, las fuerzas abandonarían la población.

En vista de ello, el 27 de enero de 1925, siendo ya alcalde Juan Gallegos Cuellar, se celebró una sesión extraordinaria de la Corporación municipal. En ella se acordó que: “Visto que de nuevo el problema estaba latente y que la no solución acarrearía gravísimos problemas y perjuicios a la población, tanto por la indefinición y falta de garantía en el orden y seguridad social y personal, cuanto en el de vigilancia y seguridad de campos y propiedades, la Corporación unánimemente acordó, fuesen cuales fuesen los sacrificios y gravámenes, facultar al Sr, Alcalde Don Juan Gallegos Cuellar la contratación directa con el señor Macorra para comprar el mencionado inmueble que fue acordada en 70.000 pesetas y la condición básica de su pago al contado”. MISCELÁNEA (343)

Para la construcción del Cuartel de la Guardia Civil, se hizo una emisión de obligaciones de empréstito por parte del Ayuntamiento, por un total de 45.000 pesetas, que se dividieron en 180 títulos de 250 pesetas. El 1 de enero de 1926, se resolvió el concurso y se adjudicaron las acciones, en distintas cuantías, a un total de cincuenta y seis vecinos que las adquirieron.

De las 400.000 pesetas que se aprobaron en el presupuesto extraordinario concertado con el Banco de Crédito Local de España, solicitado en la sesión del 30 de junio de 1927, 22.500 pesetas, el 50% del total, se destinó para el pago de las acciones del Cuartel de la Guardia Civil (Ver  Crónica del "Grupo Escolar").

El cuartel que se construyó, era de forma cuadrangular, de una sola planta, ocupaba una superficie de 2.425 m2 (MISCELÁNEA 351), en los que había nueve pabellones, oficina, cuadras para los caballos, huerto con árboles y patio. Según Baltasar Peña, reúne perfectas condiciones y amplitud suficiente para los fines a que se le destina. Tenemos que considerar poco acertados sus planos, ya que más parece una casa de labor que una construcción militar”.

Estaba ubicado en calle Santa María del Reposo. Junto a él estaba el antiguo campo de futbol. Dicha superficie, hoy la ocupan el Hogar del Jubilado, la Biblioteca municipal y el nuevo colegio “Manzano Jiménez”.

Casa Cuartel y Campo de fútbol. Foto tomada desde el edificio San Pedro

A punto de inaugurarse el nuevo Cuartel, en el pleno del 26 de febrero de 1926, se acordó abrir una suscripción popular para la adquisición de una bandera para la nueva Casa cuartel de la Guardia civil, siendo la cuota máxima en dos pesetas por vecino. (MISCELÁNEA 346)

En el pleno del 12 de marzo, se fijó como fecha para la inauguración de la Casa cuartel el 21 de marzo de 1926, coincidiendo con la festividad del patrón de Campillos, San Benito Abad. Se acordó también preparar un plan de festejos para dicho acto, en el curso del cual, se entregaría a la Guardia civil la nueva bandera costeada por el vecindario. El costo del festejo supuso 2.146,35 pesetas. (MISCELÁNEA 347)

En aquellas fechas, Campillos celebraba las Fiestas del Patrón el 21 de marzo. La liturgia de la Iglesia Católica celebra a San Benito Abad en dos ocasiones. El 21 de marzo, es la fecha tradicional para conmemorar el Tránsito de San Benito, o sea, el día de su muerte y entrada al cielo. El día 11 de julio, se celebra la solemnidad que recuerda el traslado de las reliquias de San Benito desde la abadía de Montecasino hasta el monasterio de Fleury, en Francia. Esta última fecha, fue elegida por el Papa Pablo VI para conmemorar a San Benito como Patrón de Europa.

El acto de la inauguración fue recogido en la prensa de Antequera por el semanario La Verdad, el día 27 de marzo de 1926, con dos artículos:

FIESTA PATRIÓTICA EN CAMPILLOS
El acto que el domingo (21) presenciamos en la vecina Villa de Campillos es de los que honran al pueblo en que se realizan, y al Alcalde durante cuyo mando se ejecutan.
Queriendo hacer honor a su pasado, recordando que Campillos siempre fue patriota y religioso, haciendo gala de su reconocida cultura y de su amor a cuanto civilización y progreso significa, ha entregado a la Guardia civil un albergue digno y decoroso para que en él se aloje la fuerza de la benemérita, y para mi bendita Institución, y pensando en idealizar esa donación que quizás a muchos resultara prosaica y material, por no parar mientes en el significado moral que encierra, ha regalado igualmente una Bandera para que, tremolando en la parte más visible del inmueble, diga al caminante que aquél edificio es de España, que los que allí se cobijan son de España y para España, y que cualquier necesitado que a su puerta llame se dará pronta cuenta de que entró en recinto español al oír latir los generosos corazones de los que se hallan diligentes siempre para acudir al socorro del desvalido, al remedio del damnificado, a la salvación del que tiene en peligro su honor o su vida.
Y con el fin de realzar el hecho y revestirlo de toda solemnidad han querido ponerlo bajo el amparo de la Iglesia, siendo bendecidos el Cuartel y la Bandera, al objeto de que uniéndose el ideal de la Patria y el ideal religioso, salga la unión sublime, estrecha y fraternal del pueblo honrado y bueno, representado por su digna Autoridad municipal; y del soldado centinela avanzado del orden, sufrido y abnegado, caracterizado en la figura del prestigioso Jefe de Línea.
La angelical madrina señorita de Palop, el celoso Alcalde señor Gallegos, el ilustrado Teniente Coronel Primer Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil don Isidro Torres Soto (1870), y el digno y activo Teniente Jefe de la Línea don Domingo García Poveda (1894), a cuyos esfuerzos se debe la inauguración que se celebra, son las principales figuras de este retablo honroso y venerado que al revés del de la farsa, es escenario vivo donde la verdad más sana conmueve y emociona, y hace verter lágrimas a los presentes, porque todo es allí realidad; sentidas las patrióticas y elocuentes palabras que se pronuncian; real la emoción que invade a cuantos en el acto intervienen; ciertas y muy ciertas las lágrimas que el ardor patrio arranca del corazón conmovido, y que la emoción hace que indiscretas asomen a los ojos.
Por eso yo, sencillo espectador, desde hoy Campillos amado, te quiero y te venero, porque haciéndote grande has sabido cumplir, y cumplir bien, con un sagrado deber de ciudadanía digno de imitar, y digno de que todos te agradezcan como, humilde y modesto, te sé agradecer yo.
JAVIER ORTIZ TALLO.

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En la precisión de reducir el original dado a cajas, damos preferencia al tratar del importante acto realizado en Campillos, al artículo que recibimos del joven e ilustrado Teniente de la Benemérita, Sr. Ortiz Tallo, con quien son sabidos los vínculos que nos unen; y retiramos la mayor parte del texto que teníamos hecho.
Antequera también quiso asociarse al júbilo de la vecina y querida población, al ver realizado coincidiendo con la fiesta de San Benito, su patrón, el hermoso proyecto, iniciativa del Ayuntamiento actual.
Invitados por el Alcalde de dicho pueblo, marcharon de aquí (Antequera), D. Carlos Moreno F. de Rodas (alcalde de Antequera), D. José Rojas Arreses-Rojas, el Capitán de la Guardia civil de esta ciudad D. José de la Herrans, D. Juan Blázquez Pareja, D. José Rojas Pérez y D. Manuel León Sorzano.
Celebróse solemne función religiosa en la iglesia parroquial, profusamente iluminada, ocupando la cátedra sagrada el elocuente orador R. P. Alberto Coggio. Terminada la misa y bendecida la bandera, la numerosa comitiva trasladóse al nuevo cuartel, amplio y bonito edificio situado a la entrada de la ciudad. En él, con gran holgura y completamente independizadas, hay diez viviendas todas ellas muy higiénicas. La destinada al oficial, en pabellón separado de aquéllas por un hermoso patio, tiene ocho magnificas habitaciones.
En el centro del patio principal habíase colocado una tribuna y en ella artístico altar, ante el cual, la encantadora señorita de Palop Campos hizo entrega de la bandera, al Teniente coronel don Isidro Torres, y dio lectura a bien redactadas cuartillas, recibiendo muchos aplausos.
En tonos de elevado patriotismo y de elogio para la Guardia Civil, pronunciaron discursos elocuentes, los párrocos, señores García y Flores, siendo aplaudidísimos.
El popular alcalde de Campillos don Juan Gallegos leyó unas cuartillas que la falta de espacio, muy a pesar nuestro, nos impide publicar, agradeciendo a los asistentes su presencia. Con gran modestia que avalora su labor, dijo, que declinaba la gloria que en la obra realizada pudiera corresponderle, en sus compañeros de Corporación, y en el Teniente de la Guardia Civil señor García Poveda, que tales méritos atesora, y ha sabido aumentar las simpatías de los campiñenses hacia el benemérito Cuerpo, que a ello se debe, el que pobres y ricos, sin distinción de clases, hayan contribuido con su óvolo, para llevar a cabo la empresa.
Al señor Gallegos, ovaciónesele.
Finalmente, el Teniente coronel señor Torres, que representaba al Director general de la Guardia civil, dio lectura a hermosísimo trabajo, tributándosele al final de cada párrafo merecido homenaje.
Dirigiéndose a los niños de las escuelas que con sus profesores ocuparan sitio preferente, en bellísimas frases explicóles el concepto de Patria, y terminó vitoreando con la muchedumbre, a España, al Rey, y a Campillos. Lástima es, que no podamos insertar el magnífico discurso.
Luego se celebró el esplendido almuerzo con que la Corporación municipal obsequiara a unos setenta comensales.
Muy bien por Campillos, que sabe hacer cosas buenas.

También fue recogido el acto por la Revista Técnica de la Guardia Civil. Número 195, del mes de mayo de 1926, firmado el artículo por “Un vecino de Teba”

EN CAMPILLOS (MÁLAGA)
Hemos asistido al memorable acto de la entrega de la Casa Cuartel que mediante suscripción popular esta noble villa construyó con destino al puesto de la Guardia civil en la misma establecido.
El nuevo edificio reúne todas las condiciones de capacidad, higiene, comodidad y defensa apetecibles; con sus patios ventilados, sus pabellones independientes y dependencias generales, ofrece agradable albergue donde los guardias civiles podrán reposar de sus fatigas al retorno del penoso servicio de su Instituto. También el Jefe de la línea cuenta con magnifica vivienda en la misma casa.
El pueblo de Campillos no se contentó con satisfacer la necesidad material del alojamiento de la Benemérita; quiso más: quiso avalorar su obra con acto de sublime delicadeza, y éste había de consistir, dado el carácter del edificio y la condición militar de sus moradores, en la donación de una bandera, que es el regalo más puro y el más ansiado por los que un día juraron defenderla hasta perder la vida.
Ese emblema que ondea en el frontispicio de la Casa Cuartel de Campillos, indicará al desvalido al necesitado de amparo y protección de la fuerza, brazo secular de la Justicia, donde están los que día y noche velan por las vidas y haciendas de sus conciudadanos.
La bendición del glorioso símbolo se celebró con todas ceremonias de ritual. Fue su madrina la bella y angelical señorita Catalina Palop Campos, que ungida del más puro fervor patriótico religioso pronunció felices palabras de alabanza a los preclaros españoles que llevaron triunfantes la bandera hispana por todos los ámbitos del viejo y nuevo mundo.
De sus preciosas manos recibió la gloriosa enseña el bizarro teniente coronel D. Isidro Torres, quien con breves pero brillantes frases expresó la gratitud del Cuerpo que representaba, ante el edificante y conmovedor espectáculo que emocionados presenciábamos.
Breve también y muy sentido fue el elocuente discurso que seguidamente oímos del virtuoso párroco Sr. Flores, y no menos persuasiva y honda la patriótica oración del ilustre arcipreste don Ramón García, que nos recordó los hechos más salientes de la historia de España, cuyo último episodio ha sido la proeza de nuestros aviadores militares en su vuelo de uno a otro hemisferio.
El dignísimo alcalde D. Juan Gallegos, dedicó a la Guardia civil frases de elogio y dijo que su labor, evidentemente moralizadora, es el punto de apoyo de la seguridad de las personas, de la paz social y de los derechos ciudadanos.
Y, por último, el ilustrado Jefe de la Comandancia Sr. Torres, cuyas aptitudes literarias son de todos reconocidas y que ostentaba la representación del Excmo. Sr. General Director del Cuerpo, hizo gala de su portentosa cultura cantando las bellezas de Campillos y el romanticismo de sus hidalgos hijos que en un rasgo de patriótica generosidad dotaron al destacamento de esa bandera que ha de ser venerada y defendida hasta el heroísmo por los que en sagrado depósito la reciben.
La fiesta terminó con un espléndido banquete, que sirvió de motivo a nuevas manifestaciones de júbilo patriótico, vitoreándose a España, al Rey, al Instituto y a la honrada y noble villa de Campillos.
Nuestro aplauso más sincero y nuestra cordial felicitación a las autoridades de Campillos, a su simpático y honrado vecindario y a las ilustres personalidades que haciéndose eco del general sentir rivalizaron en elocuencia para expresar el alcance y trascendencia del acto celebrado.
El teniente Sr. García Poveda y el alcalde señor Gallegos, dentro de sus respectivas actuaciones, fueron los paladines de la obra que coronó la buena voluntad y el esfuerzo de todos. Campillos ha dado un alto ejemplo digno de imitar.
Marzo de 1926.
UN VECINO DE TEBA
El párroco D. Ramón García Ruiz, la Srta. Catalina Palop Campos y D. Juan Gallegos Cuellar, en la puerta de la Iglesia tras la bendición de la bandera

En la foto vemos juntos al cura párroco D. Ramón García y al alcalde D. Juan Gallegos. El destino volvería a unirlos en la hora de la muerte, en la madrugada del 3 de agosto de 1936, cuando fueron sacados de la cárcel y asesinados, junto al también sacerdote D. Cecilio Sánchez Molina y al maestro de escuela D. Rafael Núñez Núñez, en las proximidades del cortijo de la Alberquilla. Después de matarlos, quemaron los cadáveres.

De D. Ramón García Ruiz, a pesar de llevar treinta años en Campillos de párroco, se dispone de poca información. Se sabe que nació el 28 de noviembre de 1872, que sus padres se llamaban Antonio y Dolores, y que vivía en la Puerta Teba, con sus sobrinas Concha y Dolores Chías García de 46 y 44 años, respectivamente. Posiblemente fuera de la provincia de Sevilla.


Entrega de la bandera al teniente coronel de la Guardia civil D. Isidro Torres Soto, acompañado del teniente D. Domingo García Poveda


Página de "La Unión Ilustrada" del 2 de abril de 1926

Posteriormente se firmaría un contrato entre la Comandancia de Málaga y el Ayuntamiento, que previamente había sido presentado al ministerio de la Gobernación para su aprobación, por el que la Comandancia pagaría 75 pesetas de renta mensual al ayuntamiento, siendo todos los gastos de reparación, encalo, etc., por cuenta de la Corporación.

MEJORA DE LA RED DE SUMINISTRO DE AGUA POTABLE

Hagamos algo de historia, y veamos qué contaba Baltasar Peña en su libro “Pequeña historia de la villa de Campillos” sobre el suministro de agua potable al pueblo

Población escasísima de aguas potables la de Campillos, se ha surtido siempre de los pozos llamados Algibejo, Romeroso y Cañuelo, todos ellos situados a gran distancia. El abasto de ese artículo de primera necesidad, hecho por aguadores que tenían que usar caballerías para la conducción de los cántaros, resultó siempre costosísimo, puesto que ya en 1779 costaba el cántaro no muy grande tres cuartos o diez maravedís. En el año citado se acordó hacer venir un ingeniero para que reconociera los veneros, y veinte y un año después sabemos que estaban terminadas las fuentes y cañerías.
El depósito antiguo de las aguas y parte de la cañería o acueducto se hicieron el 1813, quedando la obra en suspenso hasta 1819. En esta última fecha se hizo un reparto de 100.000 reales para el acueducto y se vendió una huerta en el Prado para la cañería. Roturas y obstrucciones de la cañería, y la escasez de las aguas filtradas que se recogían en el depósito, hicieron distintas veces estériles los sacrificios que el pueblo se impuso. (Páginas 182 y 184)

Pascual Madoz, en su “Diccionario Geográfico–Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. 1846 1850”, también decía sobre el suministro de agua potable a Campillos.

Para el surtido del vecindario hay agua suficiente y bien distribuida. En el centro de la plaza de la Constitución, se eleva una fuente de piedra blanca que da cuatro caños de agua regular, vacían en un vaso circular de 5 varas de diámetro y descuella en medio una columna cuadrada y labrada al capricho, sostenedora de una taza también circular en su remate; alrededor de dicha fuente hay 12 marmolillos de igual piedra, con cadenas gruesas de hierro, que van del vértice de unos a otros, quedando cuatro entradas para el uso público. En la misma plaza y muy cerca del rincón del Este, un pilar que recibe el derrame de la fuente principal.
En la de la Cruz Blanca, otro pilar con un solo caño y su vaso correspondiente, y otro pequeña con vaso de piedra y un solo caño al extremo de la calle del Médico (Medio).
El agua de estos se toma de un manantial en la Cañada de las Encinas, distante 1/4 de legua entre Norte y Oeste, desde cuyo sitio viene en cañería, ramificándose después a los referidos puntos.
Y por último, además de los pozos que hay en casi todas las casas, con agua dulce y salobre, que sirve para el aseo y servicio de las mismas y para las bestias y ganados, se encuentran otros (manantiales) a las inmediaciones de la población y a distancia de 1/2 cuarto de legua en dirección al Norte, uno muy grande llamado El Aljibejo, con agua delgada y abundante, que suele usarse cuando escasean las fuentes y pilares mencionados.

La legua era una antigua unidad de longitud que expresaba la distancia que una persona podía andar durante una hora. Por tanto 1/4 de legua se anda en 1/4 de hora.


A finales de 1908, se planteó que debido a la poca y mala agua potable de que se provee y distribuye a la población, se recomendaba un esfuerzo económico al ayuntamiento, para traerla de los ricos manantiales de Almargen (MISCELÁNEA - 339). 

Este proyecto no se llevó a cabo hasta los años sesenta del siglo pasado, siendo alcalde D. Manuel Recio Campos, realizándose la acometida del agua de los manantiales de Majavea en Almargen, distante más de 20 kilómetros de Campillos, con una conducción de fibrocemento de 250 mm.

Federico Manzano Sancho, que era concejal en el ayuntamiento que presidía Juan Gallegos Cuellar, cuenta en su Diario que “El 30 de junio de 1927 aprobamos un presupuesto extraordinario de 400.000 pesetas que fue cubierto con un empréstito del Banco de Crédito Local, de las que 171.980,92 pesetas eran para captación de más agua en los nacimientos, arreglo de los que había, tubería de hierro para la conducción del líquido al pueblo, red de distribución interior también de hierro, con suministro a casas particulares e instalación de varias fuentes públicas”. (Página 53)

El 5 de marzo de 1928, en el pleno municipal se examinaron los proyectos de la nueva conducción y mejora de captación de agua potable, el de la construcción de un nuevo Mercado y el de ampliación del Cementerio.

En el Anexo de la Gaceta de Madrid, número 336 del 1 de diciembre de 1928, sale a pública subasta la contrata para la ejecución de las tres obras. El expediente del Cementerio importa 51.799,35, el del Mercado 68.097,79 y el de Agua 171.980,92 pesetas.

ANEXO DE LA GACETA DEL 1 DE DICIEMBRE DE 1928
AYUNTAMIENTO CONSTITUCIONAL DE CAMPILLOS
Se anuncia subasta para contratar la ejecución de las obras siguientes:
Las de mejora de captación y nueva conducción, y distribución interior de las aguas potables por tuberías de hierro, bajo el tipo de 171.980,92 pesetas.
Obras de nueva construcción de un Mercado, en 68.097,79 pesetas.
Obras de ampliación del Cementerio, en 51.799, 35 pesetas.
Podrá optarse a las tres obras en conjunto, o bien a cualquiera de ellas; pero en igualdad de proposiciones será preferida la que asuma la ejecución de todas. […]

Baltasar Peña dice en su libro, en la página 77 

La traída de aguas fue la única obra, que por dificultades con el contratista, tardó varios años en ponerse en servicio. La antigua conducción de atanores de barro resultaba insuficiente para las necesidades de un pueblo que crecía año tras año. Constantemente se interrumpía el suministro, hasta el punto de que en muchas temporadas tenían los vecinos que desplazarse hasta Los Arcos, en la carretera del Saucejo, ya que de allí no pasaba el agua.
Las alcubillas derruidas y abiertas eran utilizadas no solamente para recoger agua introduciendo toda clase de vasijas, sino incluso para menesteres de aseo y aun para otros que no tenemos por qué detallar. Los casos de fiebres paratíficas eran frecuentísimos. Hemos oído comentar que al verificar un análisis de estas aguas un laboratorio madrileño se consideró obligado a telegrafiar al Ayuntamiento por su impotabilidad y contaminación.
La antigua conducción de barro fue sustituida por otra de hierro: se ampliaron y sanearon las captaciones del Manantial de la Cañada de la Encinas, único del que dispone la villa; se construyó un amplio depósito de reserva con altura suficiente a fin de dar presión; se suprimieron los antiguos arcos que atravesaban el Arroyo del Rincón, entubándola por el nuevo puente de la carretera; se mejoraron las fuentes públicas y se comenzó la red de distribución interior.
 
Esta obra, fue proyectada por el ayudante de Obras Públicas, Don José Gallardo Pérez, que renunció a sus honorarios, en recuerdo de su padre Don Francisco Gallardo, hijo de Campillos, que con su trabajo y tesón logró labrarse una desahogada posición económica. El Ayuntamiento correspondió a este desinterés otorgando a Don José Gallardo el título de hijo adoptivo de la villa.
Federico Manzano Sancho, en su Diario dejó escrito: “Tengo que hacer constar (aparte de la persecuciones y atropellos que nos hicieron), la honradez de los socialistas en la administración municipal emprendida anteriormente, continuando la urbanización, el alcantarillado de la calle Salgueros y acerado de algunas calles”.

AMPLIACIÓN DEL CEMENTERIO

Otra de las obras que acometió el ayuntamiento presidido por Juan Gallegos Cuellar, fue la ampliación del Cementerio. Para ello, en el presupuesto extraordinario solicitado en la sesión del 30 de junio de 1927, concertado con el Banco de Crédito Local de España, por un importe de 400.000 pesetas, para el cementerio se presupuestó 56.825,39 pesetas.

En España, hasta 1787 los enterramientos se realizaban en el interior y en los atrios de las Iglesias parroquiales, situadas dentro del núcleo urbano. La falta de higiene y salubridad características de dichos enterramientos, provocaban la aparición de enfermedades epidémicas que se propagaban rápidamente entre la población, debido a la cercanía de las viviendas con las Iglesias. El hedor era insoportable, debido a lo cual, muchos vecinos dejaban de ir a misa.

El 3 de abril de 1787, Carlos III, publicó una Real Cédula en la que decía que los cementerios debían de construirse fuera de las poblaciones, en sitios ventilados y distantes de las casas de los vecinos. El problema era que había que construir estos cementerios, y había escasez de fondos en las arcas municipales.

La Real Cédula no llegó a cumplirse en la mayoría de los lugares. La costumbre y la tradición eran más fuertes que la ley, que luchaba contra una práctica tan peligrosa para la higiene y la sanidad pública. El 26 de abril de 1804, una circular de Carlos IV hubo de recordarla y exigir su aplicación.

Siguiendo esas directrices, el antiguo cementerio de Campillos se terminó de construir en su actual ubicación, al pie del Calvario, en 1806.


Según se puede leer en el Diccionario de Pascual Madoz, antes mencionado, a mediados del siglo XIX, el cementerio de Campillos, tiene 280 varas cuadradas (unos 196 m2), y se encontraba al Oeste de la población. Era un tamaño a todas luces insuficiente para una población en crecimiento.

En diciembre 1908 el vecino D. Juan Moreno Padilla, hace un generoso ofrecimiento,  cediendo gratuitamente todo el terreno necesario, en el lugar denominado de las eras de San Benito para cementerio, reservándose una parcela para la inhumación de su familia (MISCELÁNEA - 339)

Pero no fue hasta la llegada a la alcaldía de Juan Gallegos Cuellar, cuando se decidió acometer la problemática del cementerio. En la sesión municipal del 13 de febrero de 1925, se facultó a la primera autoridad para que gestionara la construcción de un nuevo Cementerio.

Hubieron de pasar dos años, para que el ayuntamiento en la sesión del 30 de junio de 1927, aprobara el presupuesto extraordinario concertado con el Banco de Crédito Local de España, por un importe de 400.000 pesetas, de las que para la construcción de un nuevo cementerio, se asignaron 56.825,39 pesetas. Finalmente la fórmula que se eligió fue la de ampliación del cementerio existente, en vez de construir uno nuevo.

En el Anexo de la Gaceta de Madrid número 336 del 1 de diciembre de 1928, salen a pública subasta para contratar la ejecución de las tres obras El expediente del cementerio importa 51.799,35, el del Mercado 68.097,79 y el de Agua 171.980,92 pesetas.

Tras la subasta, la obra de ampliación del Cementerio fue adjudicada el 7 de enero de 1929 a D. José Morillo Aguilar (Guzmanes, 13), en 41.399 pesetas.

Para la ampliación del Cementerio, se acordó con los propietarios D. Antonio Llamas Avilés y D. Francisco Padilla Sánchez, que el ayuntamiento abonaría el importe de las tierras que haya de menester para la ampliación, a razón de 1.000 pesetas fanega.

El cementerio se amplió y se dotó de sala de autopsia, capilla y demás servicios sanitarios. Posteriormente, los Ayuntamientos han ido ampliando el número de nichos y muchos particulares han construido decorosos panteones. (BPH – 117)

CONSTRUCCIÓN DE LA PLAZA DE ABASTOS

Rincón de la plaza del Cardenal Spínola, donde diariamente, al aire libre, se instalaba el Mercado.

Desde un principio, la Corporación municipal pensó en ubicar la nueva Plaza de Abastos, en el solar número 2 de la calle San Sebastián, propiedad de la familia Aurioles Casasola. Para ello en junio de 1927 fueron a visitar en Casarabonela a D. Manuel Aurioles Casasola, para negociar la venta.

Como ya he contado, en la sesión del 30 de junio de 1927, se aprobó el presupuesto extraordinario concertado con el Banco de Crédito Local de España, por un importe de 400.000 pesetas, de las que para la construcción de la Plaza de Abastos, se asignaron 68.097,79 pesetas.

En el Anexo de la Gaceta de Madrid núm. 336 del 1 de diciembre de 1928, salen a pública subasta para contratar la ejecución de las tres obras El expediente del cementerio importa 51.799,35, el del Mercado 68.097,79 y el de Agua 171.980,92 pesetas.

Tras la subasta, la obra de construcción del Mercado fue adjudicada el 7 de enero de 1929, al igual que la ampliación del Cementerio también a D. José Morillo Aguilar, en 54.378 pesetas.

Poco más de un mes más tarde, el 18 de febrero el pleno municipal, acordó adquirir en 12.000 pesetas la casa número 2 de la calle San Sebastián a las hermanas Aurioles Casasola para la construcción del Mercado.

El Director técnico fue el arquitecto madrileño Don José Joaquín González Edo, el mismo que el del Grupo Escolar.

Como la superficie del nuevo Mercado se quedaba algo escasa, el 23 de septiembre de ese mismo año, se acordó, previa conformidad con los interesados, tomar 72 m2 del patio de la casa número 1 de la calle Santa Ana, propiedad de doña María Josefa Aurioles Casasola, y 30 m2 del de Doña Ana Casasola Fuentes (Santa Ana 5), a razón de 15 pesetas m2.

Baltasar Peña dice en su libro (Página 117): “La Plaza de Abastos, a la que tal vez puede achacársele un estilo y una situación impropia, constituye, sin embargo, en el terreno higiénico y funcional un edificio que llena todas las necesidades del vecindario.
Posteriormente fueron trasladadas allí las pescaderías, dotándoselas de nuevas instalaciones de agua y de tablas y puestos alicatados”.

17 DE AGOSTO DE 1924. INAUGURACIÓN DEL CAMPO DE FÚTBOL

Aunque este hecho ocurrió cuatro meses antes de la llegada de Juan Gallegos Cuellar a la alcaldía, me ha parecido oportuno traerlo a la Crónica por lo significativo del acto.

La noticia la vi en la prensa de Antequera, y habla de un partido de fútbol que se iba a celebrarse entre los equipos de Ronda y Antequera, para inaugurar un campo de fútbol en Campillos. Se ve que en Campillos no había un equipo que practicara éste deporte o quizás sus practicantes eran muy noveles, y tuvieron que recurrir a dos equipos vecinos para inaugurar el campo. De todas formas, hay que decir que la Liga española de fútbol no empezó hasta cuatro años más tarde, en la temporada 28/29, y que Campillos fue un poco pionero en éste deporte.

Ignoro cual sería la ubicación del campo de fútbol. Quizás fuera la misma que tuvo el que en los años cuarenta del siglo pasado, se denominó “San Fernando”, enfrente del Grupo Escolar y al lado del Cuartel de la Guardia civil.

PARTIDOS DE FÚTBOL
Nuevamente resurge e! simpático deporte en nuestra ciudad, donde apenas ha sido mantenido por unos pequeños equipos, que, faltos de campo donde entrenarse, no han logrado despertar la afición al modo que en otros pueblos y capitales, y al no recibir facilidades y estímulos decaen en su entusiasmo, hasta que quedan casi extinguidas las sociedades que los componen.
El «Antequera F. C.», que con tan buenos elementos cuenta, tiene sus intermitencias de actividad y pasividad, y ahora de nuevo se está entrenando ante la perspectiva de dos partidos que por su importancia requieren que el equipo que represente a Antequera ponga en buen lugar el nombre de ésta en lo que al moderno pugilato se refiere.
Serán estos partidos, uno, el próximo domingo 17, en Campillos, donde se celebrará la inauguración de un campo de deportes por los equipos de «Ronda F. C.» y «Antequera F. C»; y el otro, en nuestra ciudad, el día 20, con motivo de la feria, jugándose una copa, regalo de la Casa Berdún, entre el mismo equipo local y el «Osuna C. D.»
19240803 EL SOL DE ANTEQUERA

PARTIDO DE FÚTBOL EN CAMPILLOS

Para la inauguración de un campo de deportes en el vecino pueblo de Campillos, organizan los aficionados al Fútbol para el día 17 del actual, un partido, en el que han de contender el «Ronda F. C.» y el «Antequera F. C.»
El primero de éstos es muy fuerte, debido a su mucho entrenamiento, como lo ha demostrado venciéndonos dos veces. Ahora bien; el «Antequera», —que aunque lleva más de un año sin jugar, y va a la lucha después de ligero entrenamiento,— tiene buenos jugadores y no debe mostrarse apático frente al enemigo, sino luchar con el mismo entusiasmo que hoy tiene.
19240809 LA VERDAD

TELÉFONO

El teléfono se inauguró en Campillos el 3 de diciembre de 1925

Málaga 3, 8 noche. Se ha inaugurado hoy, con asistencia de las autoridades locales y provinciales, el nuevo centro telefónico de Campillos.
Después de la bendición del cuadro, se dirigieron expresivos telefonemas de salutación al presidente del Consejo, obispo, etc.
19251204 026 ABC


 

Foto de "La Unión Ilustrada" del 20 de diciembre de 1925

El sacerdote que realiza la bendición es D. Cecilio Sánchez Molina. Había nacido en Campillos. Tenía 56 años. Vivía en la calle Guzmanes con sus hermanas Carmen y Rafaela de 58 y 49 años, respectivamente.

https://verdadhistoricacampillos.blogspot.com/2022/05/declaraciones-de-testigos-fc_21.html

El 11 de julio de 1927, se acordó instalar los teléfonos número 1, 2 10 y 14, con cargo a la Corporación en el Ayuntamiento, Juzgado, Escuela Pública y Cuartel de la Guardia Civil.

TELÉGRAFO

Ya en junio de 1916, siendo alcalde D. Salvador Hinojosa Carvajal, la Corporación se dirigió al Director General de Correos y Telégrafos, solicitando la implantación de una estación telegráfica en Campillos, corriendo el ayuntamiento con los gastos, incluyendo la vivienda para el Jefe. (MISCELÁNEA - 341)

Pero no sería hasta septiembre de 1926, cuando se alquiló en 720 pesetas anuales (60 mensuales) a Doña Carmen Hinojosa Carvajal la casa número 6 de la calle Santa Ana, con destino a la Oficina de Telégrafos, y para vivienda del Oficial encargado.

Dos años más tarde, en junio de 1928, se trasladó la instalación de Telégrafos a la calle Guzmanes, número 19, casa propiedad de D. Manuel Enríquez Pangusión. El alquiler fue por tres años, y por las mismas 720 pesetas, estando incluida la vivienda para el Jefe.

CLÍNICA DE URGENCIA

En octubre de 1926, se alquiló a D. Antonio Palop Casasola una vivienda en la calle Real, número 79, para la instalación en ella de una clínica médica municipal. El precio del alquiler era de 40 pesetas mensuales. Se le denominó Clínica de Urgencia, y estaba provista de todos los utensilios propios de una instalación de este tipo, camas, material quirúrgico, etc. A la Diputación de Málaga, se le solicitó que concediera una subvención de 6.000 pesetas, que al parecer se le daba a todas las clínicas de este tipo.

Dos meses más tarde se nombró director de la Clínica al médico D. Jacobo Lanzas Orellana. La Clínica entró en servicio a primeros de 1927.

De D. Jacobo Lanzas tendré ocasión de escribir en futuras Crónicas, pues fue un testigo en primera línea de los sucesos que ocurrieron en Campillos durante la Guerra civil. De él ya hablé en la Crónica sobre el ataque al Cuartel de la guardia civil de El Saucejo, cuando citaba a Fernando Parejo.

A modo de introducción, solo diré que D. Jacobo Lanzas Orellana, había nacido en 1901 en Alameda. Como era previsible, en aquella época militaba en “Unión Patriótica”. Casó en 1931 con Dña. Joaquina Fontalba Giles, de Peñarrubia. Tuvo un hijo D. Virgilio Lanzas Fontalba, con quien he mantenido una larga correspondencia.


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