CAMPILLOS. OCHO SEMANAS DE TERROR EN EL VERANO DE 1936. TERCERA PARTE

CALLE CARLOS MARX EN 1932

18 DE AGOSTO

FRANCISCO SAN MARTÍN MORENO, ya era el Secretario del Ayuntamiento de Campillos en 1930, cuando era alcalde Antonio Avilés Fontalba, por tanto con anterioridad a la proclamación de la Segunda República.

Era de Periana, y al poco de ser destinado a Campillos, se casó con Rosario Campos Durán, hermana menor de Mercedes Campos Durán; era por tanto cuñado de Diego Campos Moreno, el jefe de Falange en Campillos, que fue asesinado el 26 de julio, como ya escribí en la primera parte de ésta Crónica.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/05/campillos-ocho-semanas-de-terror-en-el.html

La noche siguiente al 21 de julio, día en que se produjo la quema de la iglesia parroquial de Campillos, y viendo como se estaban produciendo detenciones de las personas de derechas por órdenes del Comité local, Francisco San Martín abandonó el domicilio familiar en la calle San Benito nº 36, y se refugió, junto con su esposa y sus tres hijos de 3, 2 y 1 año, en la casa de Benito Luna Anoría, en Puerta Teba nº 50, en la creencia de que allí se encontrarían al abrigo de la persecución por parte de algunos elementos del Comité.

Su esposa, Rosario Campos Durán, era prima hermana de María Padilla Durán, la esposa de Benito Luna. Eran dos matrimonios que mantenían, además de los lazos familiares, una muy buena amistad.

Cuenta Jesús Luna Padilla, hijo de Benito Luna, que vio como Francisco San Martín, al que le llamaba tío Francisco, a la mañana siguiente de llegar a su casa, sin decir nada a nadie, telefoneó al concejal Cristóbal Barquero Reina, que había sido alcalde de Campillos y en ese momento era miembro del Comité local, informándole del lugar en que se encontraba, “para no comprometer a Don Benito“. Cristóbal Barquero, que era también muy buen amigo de Benito Luna, le aconsejó, con su mejor buena fe, que no se moviese de allí, ya que debido a la gran ascendencia que Benito tenía sobre el socialismo local, podría considerarse en un lugar seguro.

Sin embargo, el 18 de agosto se presentaron en Campillos unos milicianos comunistas de Málaga en busca de Francisco San Martín para matarlo. Según Benito Luna, se trataban de Rafael Sánchez Anguita, y otro apodado “El Químico”, cuyo nombre era Miguel González Mesa.

Benito Luna, declaró en el Procedimiento Sumarísimo de Urgencia nº 7 Bis:

“Pepe el de Rivas”, pudo haber inducido a unos milicianos que dieran muerte a don Francisco San Martin, secretario del Ayuntamiento.

Que debe hacer constar que la muerte del señor San Martin tuvo lugar en la propia casa del dicente, donde aquel se hallaba oculto porque lo perseguían.

Se presentaron unos milicianos de Málaga, entre ellos “El Anguita” y “El Químico” y al requerir al dicente fusil en mano, para que dijere el paradero de San Martín, se presentó este señor sobre el que dispararon aquellos individuos, que pretendían también dar muerte al dicente.

Para mí es una incógnita quien pudiera ser el tal “Pepe el de Rivas”, ya que es un nombre que no vuelve a aparecer en ningún otro documento, de los que he manejado de aquella época. Es más, no he encontrado en el censo de habitantes de Campillos de entonces, ningún varón que tuviera de primer apellido Rivas. Quizás fuera de Peñarrubia, donde el apellido Rivas es más frecuente.

Así contó Jesús Luna Padilla la muerte de su tío Francisco:

Yo tenía ocho años y estaba en el patio, al cuidado de mi sobrino pequeño, cuando pasó corriendo, delante mía, perseguido por los milicianos de la FAI (eran comunistas) que le disparaban, yendo, sin norte, a refugiarse en la cocina, que tenía otra puerta al patio, donde lo asesinaron. Aún tengo en mis ojos los fogonazos de los disparos, y en los oídos el estruendo de las descargas de los fusiles... y creo que siempre los tendré...

Según Benito Luna, fue “El Químico”, quien mató al Secretario del Ayuntamiento.

Miguel González Mesa (a) «El Químico», era militante comunista, de 28 años de edad, soltero, y de profesión carpintero. Cuando se inició el levantamiento militar, se encontraba en la cárcel de Málaga por el asesinato, el 12 de junio de 1936, de Carlos Santiago Robles, de 23 años, un jornalero del muelle, perteneciente al Sindicato de Transportes de la CNT.

Ese día, cuando iba a comenzar el trabajo en los muelles del puerto, se produjo en la acera de la Marina, un choque sangriento entre grupos de marxistas y anarquistas. A consecuencia del tiroteo, intensísimo, resultaron un muerto y un herido, ambos de la CNT.

Los agresores fueron Miguel González Mesa (a) “El Químico”, Rafael Sánchez Anguita, Enrique Hucha Gómez y Francisco Rodríguez Villodres (a) “El Metralla”, pistoleros al servicio de la causa socialista y comunista. El “Anguita” y el “Hucha”, eran miembros de la guardia personal del concejal comunista Andrés Rodríguez, asesinado por militantes anarquistas dos días antes.

Al mediodía del 19 de julio, un día después del intento fracasado de rebelión militar en Málaga, la inmensa mayoría de los presos comunes que se encontraban en la Prisión Provincial, después de un motín gigantesco consiguen su evasión. Según el diario El Popular, se encontraban en la prisión 300 reclusos. Habían salido 261 y quedaron dentro 45, los cuales, según nos dicen, no quisieron abandonarla.

Entre los evadidos estaban los anteriormente nombrados, que "se lanzaron en busca de armas, a la Casa del Pueblo, a los cuarteles, hasta que las consiguieron, para colocarse con ellas en los primeros puestos de la vanguardia, armas que aun siguen en sus manos".

En octubre de 1936, “El Químico” estaba encuadrado en el Batallón “Metralla”, de cuya primera compañía, era oficial de la primera sección.

EL QUÍMICO

D. Francisco San Martín Moreno de 39 años de edad, natural de Periana (Málaga). Hijo de Emilio San Martín Villa y Francisca Moreno Lago. Era el Secretario del Ayuntamiento de Campillos. Estaba casado con Rosario Campos Duran, y era padre de tres hijos llamados Emilio, Teresa y Rosario de 3, 2 y 1 año de edad respectivamente. Su mujer estaba embarazada de su cuarta hija, Francisca. Vivían en la calle San Benito nº 36. Estaba afiliado a Acción Popular.

Prosigo con el relato de Jesús Luna:

Entretanto, los asesinos de mi tío nos echaron a todos a la calle, y se dedicaron al vandálico saqueo de nuestra casa donde, desde que fue edificada por mi abuelo, Don Rafael Luna Fuentes, existía una habitación, conocida por la “Sala de la Virgen“, destinada a guardar los riquísimos mantos de la Virgen de las Lágrimas, túnicas bordadas en oro y demás objetos de valor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Hicieron una gran fogata en la calle y, por los balcones, fueron arrojándolo todo a las llamas, junto a cuadros y tallas, algunas de gran valor, de nuestros antepasados.

También fue el último día que vi a mi padre, que, valientemente, se enfrentó a ellos y que no se atrevieron a asesinarlo también allí mismo, por temor, sin duda, a la más que posible reacción popular, dado el gran prestigio que tenía... De todas formas, le metieron en un coche y se lo llevaron...

Porque... ¿cómo puedo yo describir, con la ecuanimidad que intento, los minutos –siglos en realidad– de espanto y terror de la viuda de un hombre bueno, recién asesinado, en tan trágicas circunstancias, rodeada de hijos pequeños... y los de otra mujer, también con sus hijos menores, uno de ellos, recién nacido, en sus brazos... a la que, al mismo tiempo y en circunstancias no menos terribles, le acababan de arrebatar su esposo –tan bueno como el que más, que pasó por la vida haciendo sólo el bien a cuantos lo necesitaron–, sin conocer su destino... y todos en medio de la calle, junto a una hoguera cada vez más intensa, viendo caer por lo balcones objetos venerados y entrañables, hasta poder hallar un refugio hospitalario.

Refiriéndose a la detención de su padre por los milicianos de Málaga, concluye Jesús Luna Padilla:

Cristóbal Barquero Reina y algunos de los más destacados socialistas, que habían sido avisados por testigos presenciales, demostrando un gran valor, pues los asesinos eran temibles, cogiendo otro coche, salieron en persecución de ellos y consiguieron darles alcance y trasladarlo a Málaga, donde fue puesto a disposición del Gobernador Civil, quedando allí en situación de libertad vigilada.

Los socialistas de Campillos, que salieron en persecución de “El Químico” y “El Anguita”, consiguieron dar alcance al vehículo que llevaba a Benito Luna a la altura de Álora, y allí pidieron ayuda a una pareja de Guardias de Asalto.

Benito Luna Anoria

Que hallándose el declarante destacado en Álora, fue requerido en unión de otro compañero para impedir que Rafael “El Anguita” y otro sujeto conocido por “El Químico”, realizaran en la persona de Benito Luna el asesinato de que lo querían hacer víctima, a cuyo efecto lo trajeron en el coche que usaban el declarante y su compañero, entregando al protegido en el Gobierno Civil. DECLARACIÓN del Guardia de Asalto, Antonio Cutilla Arques.


En Málaga, Benito Luna estuvo protegido por el Comité de Enlace, instalándose en el Hotel Cataluña, situado en la Plaza del Obispo, donde se alojó durante algún tiempo.

Que temiendo la acción contra el dicente de los elementos que le perseguían, estuvo oculto en dicho sitio hasta mediados del mes de Septiembre, en que reanudó su vida activa, concurriendo a algunos actos celebrados en los pueblos de la provincia censurando siempre la violencia con que actuaban los Comités y los elementos adscritos a los mismos, y dando informes al partido de las atrocidades que se cometían en los pueblos. DECLARACIÓN DE BENITO LUNA

20 Y 21 DE AGOSTO

Por situar cronológicamente los hechos más relevantes ocurridos, recordar que el 20 de agosto, las milicias de Campillos, en unión de otros milicianos de Teba, Cañete y Almargen, marcharon a El Saucejo dispuestos a vencer la resistencia de los guardias civiles que se encontraban acuartelados, como ya conté en la Crónica “EL ATAQUE POR PARTE DE LAS MILICIAS DE CAMPILLOS A LA CASA CUARTEL DE EL SAUCEJO”

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/08/el-ataque-por-parte-de-las-milicias-de.html

El 21 de agosto, el día del ataque a la Casa Cuartel, murieron un total de once personas, un oficial, un sargento, un cabo, seis guardias civiles y un carabinero, y el padre de uno de los guardias. Tres guardias civiles consiguieron escapar, huyendo en dirección a Osuna.

22 DE AGOSTO

Aunque en esta Crónica, solo me estoy centrando en los sucesos ocurridos en Campillos las primeras ocho semanas de la guerra civil, quiero hacer un breve relato del hecho ocurrido en Málaga el día 22 de agosto de 1936, en el que fueron asesinados tres campilleros, Salvador Hinojosa Carvajal y sus dos hijos Francisco y José María Hinojosa Lasarte. En la próxima Crónica me ocuparé de los asesinados por las milicias del Frente Popular, dentro de la provincia de Málaga, pero fuera de Campillos, y entonces desarrollaré con más profundidad estos hechos.

Ese sábado 22 de agosto, la aviación de los sublevados bombardeó Málaga. A las ocho en punto de la mañana, una patrulla de tres bombarderos Savoia SM-81 despega de Tablada (Sevilla) para bombardear las instalaciones portuarias de la capital. Después de 15 minutos de vuelo, un avión se vuelve debido al mal funcionamiento del motor derecho. Los otros dos bombarderos continúan y llegan a Málaga sobre las 09:15. Mientras que uno de los Savoia bombardea el puerto, el otro localiza los depósitos de petróleo de CAMPSA, y a pesar de la acción de dos baterías antiaérea en los muelles y de un crucero que estaba atracado en el puerto, desde una baja cota, el avión acierta plenamente a los tanques de petróleo. Hubo una gran explosión, seguida en un corto tiempo de muchas otras menores, luego una enorme columna negra cubrió todo. Desde Antequera, en el camino de regreso, todavía vemos explosiones de fuego. El incendio tardaría en apagarse más de tres días. Hubo treinta muertos y un centenar de heridos. (Del diario del primer comandante de aviación legionario en la Misión Especial a Marruecos, teniente coronel Ruggero Bonomi)

En represalia por el bombardeo y las muertes, hacia las once de la mañana, milicianos anarquistas pertenecientes al temido Comité de Salud Pública, encabezados por Francisco Millán López militante en el Partido Sindicalista y Miguel Ortiz Acevedo en la FAI, se presentaron en la Prisión Provincial de Málaga, seguidos de una multitud armada y sedienta de venganza, con una lista de presos elaborada en el despacho del Gobernador Civil, José Antonio Fernández Vega.

Las doce serían, cuando nos hicieron formar y subir a las brigadas; y allí cada uno sentado en su petate, irá oyendo la lista de los que han de bajar a morir.

Estuvieron formados, durante dos horas y media, unos ciento veinte presos políticos, de los que elegían aquellos que debían ser sacados para asesinarlos, primero por la lista que llevaban escrita Millán y Ortiz Acevedo, y después a gusto de algunos milicianos.

Cansado ya de tanto llevarse gente, Millán se retira; pero entran más milicianos que eligen cada uno su víctima, por el gusto de tener a alguien a quien matar. Ya que ni preguntan siquiera quien es el que se llevan. “Vente conmigo”, y con este ligero formulismo, es un hombre que tiene mujer o hijos condenado a morir, sin mas ley ni Código, que el capricho de un desalmado, que a lo mejor ni sabe leer ni escribir.

Francisco Lluch F. Valls – MI DIARIO ENTRE LOS MÁRTIRES

El populacho aguardaba a las puertas de la cárcel, y en diversos coches transportaban las victimas al cementerio de San Rafael. Las descargas estuvieron sonando varias horas.

Aquella fue la primera “saca” de la Prisión Provincial de Málaga. Cuarenta y seis personas, fueron conducidas entre insultos, golpes y amenazas hasta el cementerio de San Rafael. Entre ellos iban Salvador Hinojosa Carvajal y sus dos hijos Francisco y José María Hinojosa Lasarte. Fueron fusilados en las tapias del cementerio.

Los cadáveres de los Hinojosa y de sus compañeros de infortunio, fueron sepultados en una fosa común, de la que fueron extraídos lo restos y trasladados a una cripta de la Catedral de Málaga, el 3 de diciembre de 1941.

Quizás no tenga ninguna relación, o quizás fuera imitación, pero al día siguiente de la saca de la Prisión Provincial de Málaga, se produjo otra saca en la Cárcel Modelo de Madrid, en la que destacamentos de milicianos, con el pretexto de impedir una evasión de presos, fusilaron allí mismo, en la cárcel,  a una treintena de detenidos políticos, entre los que se encontraban tres ex ministros de la Segunda República (Ramón Álvarez-Valdés, José Martínez de Velasco y Manuel Rico Avello), a Melquíades Álvarez (ex Presidente del Congreso de los Diputados), al doctor Albiñana (jefe del Partido Nacionalista Español), a Julio Ruiz de Alda (fundador de la Falange), a Fernando Primo de Rivera y a dos conocidos generales, Rafael Villegas Montesinos, y Oswaldo F. de la Caridad Capaz.

24 DE AGOSTO

Como ya relaté en la segunda parte de esta Crónica, el 29 de julio un grupo de milicianos, encabezados por José Valencia Valencia, fue a detener a JOSÉ MARÍA CASASOLA CASASOLA, a su domicilio en la calle Guzmanes nº 15, y según declaró posteriormente su madre, Dolores Casasola Fontalva, como estaba enferma de gravedad una hermana, los milicianos desistieron de detenerlo.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/05/campillos-ocho-semanas-de-terror-en-el_14.html

En la noche del 24 de agosto, recurriendo a la argucia de la visita médica a la hermana enferma, volvieron a ir a por él.

Así lo cuenta el médico Jacobo Lanzas Orellana:

La noche que fueron detenidos los señores Casasola, unos milicianos fueron a su domicilio para que atendiera a un enfermo de aquella familia. Por la hora que era y por la catadura de los milicianos, llamó por teléfono al Comité dando cuenta de ello, de donde se le dijo que fuera con ellos con el objeto que se le requería. Le obligaron a llamar a la puerta diciendo que era el médico, y viendo que no la abrían, los milicianos intentaron forzar la puerta a hachazos. Antes de llegar a conseguirlo, la hermana Concepción Casasola abrió la puerta. Atendió al enfermo que era la hermana, recetándole, y no pudiendo hacer otra cosa a su favor. Los milicianos iban solo a detener al administrador de Correos don José María Casasola, pero como éste se resistiera a entregarse, se llevaron también a los otros dos hermanos. Para evitar males mayores y no creyendo fueran asesinarlo sino solo a detenerlo, le indicó el señor Lanzas que no se resistieran y los acompañara. Los milicianos se llevaron a los tres hermanos y fueron asesinados esa misma noche. JACOBO LANZAS ORELLANA

Los tres hermanos que se llevaron fueron José María, Antonio e Ildefonso, aunque según cuenta Baltasar Peña en su libro, se llevaron también a Pedro, pero a los pocos minutos lo dejaron libre. Metieron a los tres en unos automóviles y los llevaron directamente a la carretera de Peñarrubia, donde les asesinaron.

Eran nueve los hermanos Casasola Casasola, cinco varones y cuatro hembras, José María (44 años), Pedro (43), Concepción (41), María Antonia (35), Antonio (33), Rosario (31), Dolores (28), Ildefonso (25) y Francisco (23). Vivían con su madre Dolores Casasola Fontalva (64), salvo el más pequeño que trabajaba en Algeciras, también en Correos. El padre, José María Casasola Durán, ya había fallecido.

D. José María Casasola Casasola. Era natural de Peñarrubia, de 44 años de edad, y de profesión Administrador de Correos. Soltero. Estaba afiliado al partido Acción Popular

D. Antonio Casasola Casasola. Natural de Campillos, de 33 años de edad, y de profesión labrador. Soltero. Estaba afiliado al partido Acción Popular.

D. Ildefonso Casasola Casasola. Natural de Campillos, de 25 años de edad, y de profesión oficial de correos. Soltero. No estaba afiliado a ningún partido político.

28 DE AGOSTO

Desde junio de 1933, fecha en que se retiró del servicio activo, vivía en Campillos el sargento de la Guardia civil retirado, FRANCISCO ESPINAL BERMUDO. Su último destino había sido en la Comandancia de Cádiz.

El día anterior a su muerte, según declaraciones de su esposa, un grupo de forasteros fueron a detenerlo a su domicilio, en la calle San Sebastián nº 19, pero pudo escapar, huyendo por los tejados, y pudiendo esconderse en la vecindad.

En la madrugada del día 28 de agosto, desde donde estaba escondido, intentó salir al campo, siendo descubierto y muerto a tiros de escopeta, en plena calle San Benito.

Francisco Escobar Valle, fue uno de los que tomó parte en la persecución y muerte del sargento retirado de la Guardia Civil don Francisco Espinal Bermudo el 28 de Agosto de 1936, por haber visto al encartado en las esquinas con un fusil, esperando al referido Espinal. Momentos antes de matarlo lo vio por los tejados y calles para su persecución en unión de varios milicianos más. ANDRES REBOLLO Y JUAN ORDOÑEZ



D. Francisco Espinal Bermudo. Natural de Campillos, de 57 años de edad y de profesión sargento retirado de la Guardia Civil. Hijo de Lorenzo Espinal Rebollo y Dolores Bermudo Rebollo. Casado con Teresa Gómez Casasola, siendo padre de cuatro hijos llamados Teresa, Francisco, Juan y Dolores de 30, 29, 27 y 14 años de edad respectivamente. No estaba afiliado a ningún partido político. Vivía en la calle San Sebastián nº 19.

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Ese mismo día, 28 de agosto, Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla”, manifiesta que recibió órdenes del Jefe de los Servicios, Fernando Parejo Romero, para que en unión de otro conocido por “Currito el de Morón” procedieran a la busca y detención del farmacéutico don DIEGO NÚÑEZ NÚÑEZ. Primero fueron a buscarlo a la farmacia del señor Reguera y posteriormente a la fonda.

Los hechos que voy a describir, están extraídos del relato del farmacéutico Francisco Reguera Pérez (27 años, natural de Ubrique), y fueron así:

Sobre las once de la mañana del día de autos, se encontraba Francisco Reguera en su farmacia, en la calle San Benito nº 11, cuando se presentó una pareja armada con fusil, en la que llevaba la voz cantante Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla”. Preguntó a su hermana por el boticario, a lo cual ella contestó que estaba enfermo. Como insistieron, agregó que no se encontraba en la casa, porque había ido a la Clínica que estaba en la calle Santa Ana a fin de que le atendiesen. Dijeron que allí iban a por él, y advirtieron a la hermana, que si les engañaba ella lo pagaría. Francisco Reguera, que se encontraba en el interior de la farmacia, buscó esconderse en distintos sitios: en la alacena, en la carbonera y en otros sitios cuya insuficiencia advertía apenas los había probado.

Pasó un rato y volvieron los mismos dos sujetos diciendo que habían ido a la clínica y que allí no se encontraba el tal Núñez; entonces su hermana advirtió que no era el declarante a quien buscaban, sino al otro farmacéutico del pueblo, llamado Diego Núñez Núñez. Y se apresuró a decirles que se habían equivocado, y que aquella farmacia era la de Reguera, mostrándole para comprobarlo una etiqueta de anuncio de la que echó mano.

Dijeron entonces que se habían equivocado y se marcharon, sin duda para la otra farmacia. Dicha farmacia era la de Juan Ramón Palop Campos, en la calle Real nº 30, (hoy está allí el Hostal San Francisco) donde debía trabajar Diego Núñez Núñez como empleado.

Como quieran que no dieran con él en la farmacia, decidieron efectuar un registro en el domicilio de su cuñada, Dolores Alés Palop en la calle Real, nº 46. Dolores era la viuda del hermano de Diego Núñez, Rafael Núñez Núñez, el maestro de escuela asesinado el 3 de agosto pasado, en “La Alberquilla”, según relaté en la segunda parte de ésta Crónica.

Dieron principio al registro por la planta baja de la casa, y al ir a subir al piso alto, oyeron un ruido producido por el golpe de una escalera, de la cual se había valido Diego Núñez para evadirse por el tejado.

Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla” y “Currito el de Morón”, también saltaron al tejado y le siguieron por el mismo, valiéndose para ello por los rastros de las tejas que iba rompiendo Diego Núñez a su paso.

Diego Núñez en su huida por tejados, patios y calles, llegó a la calle Santa Ana, y saltó al patio del número 26, domicilio de Rosario Rueda Pérez. En la casa estaba Rosario y su hijo Miguel Gallardo Rueda, de 17 años. Diego, tenía amistad y confianza con ellos, y les pidió auxilio. El día 15 de agosto habían asesinado a un hijo de Rosario Rueda, Juan Gallardo Rueda, en el Puente Hierro. A Diego Núñez, lo subieron a la cámara y lo escondieron entre un montón de paja.

Pero como los milicianos que estaban de guardia en la torre de la Iglesia, lo habían visto saltar a dicho patio, dieron aviso a los perseguidores y se presentaron en la casa de Rosario Rueda, Antonio González (a) “Mentirilla” y Diego Galeote Cañamero (a) “Micaelo”, armados con fusiles.

Así lo cuenta en una declaración Miguel Gallardo Rueda:

También llegaron otros desconocidos para el dicente; registraron la casa y le preguntaron por Núñez, contestándoseles que no estaba; pero el “Micaelo” con un machete pinchó la paja, en cuyo momento Núñez le disparó un tiro; en el acto éste y el González Maldonado, que estaban juntos en la cámara, le contestaron cada uno con un disparo de fusil, y bajaron enseguida a pedir refuerzos; éste último acto lo vio el dicente desde una habitación contigua, los tiros los oyó y fueron simultáneos los de fusil, quedando los tres marcados en la cámara; volvió enseguida el “Mentirilla” con milicianos de Morón, y subieron otra vez a la cámara, pero el señor Núñez se había ya ido por la ventana, por lo que le persiguieron por los tejados. MIGUEL GALLARDO RUEDA

Bajando inmediatamente las escaleras saliendo a la calle para pedir refuerzos acudiendo de ocho a diez milicianos de Morón, los cuales trataron de prender fuego al edificio, pero por causas que se ignoran desistieron de hacerlo, subiendo nuevamente a la cámara, donde don Diego había saltado por una ventana, volviendo nuevamente a la calle y continuaron la persecución del mismo por los tejados de las casas inmediatas, hasta que desgraciadamente le dieron muerte. MIGUEL GALLARDO RUEDA



Declaración de Pedro Govantes Cuellar, de 34 años de edad. Vivía en la calle Guzmanes nº 27:

Que sobre la hora de almorzar del día de autos, un hijo del declarante le dijo que por los tejados iba un hombre buscando una casa para meterse; se asomó y vio al González Maldonado con un fusil y al (Antonio Sánchez) “[…]” con una escopeta, que iban separados como un par de metros, el primero por la parte alta y el segundo por la baja del tejado de la calle Santa Ana con dirección al tejado de la Casa Rectoral; al Núñez no lo vio. No hizo el dicente más que salir de su casa para esconderse, cuando tanto por la suya como por otras vecinas se vieron invadidas por los milicianos, y a poco empezaron a sonar los tiros. Nada más vio. PEDRO GOVANTES CUELLAR




Declaración del farmacéutico Francisco Reguera Pérez:

Pasó algún tiempo en silencio y de pronto se empezaron a oír tiros y se produjo una extraordinaria alarma porque la gente corría por las calles, mientras decía que el boticario Núñez iba huyendo por los tejados; se hizo otra pausa de silencio y de pronto se reanudó el tiroteo e irrumpiendo por la puerta de la botica, y hasta el patio, un núcleo grande de personas, que fueron las primeras que entraron, entre las que pudo asegurar que no iba el Antonio González, y pasado un rato, mientras los tiros seguían cuando se dio cuenta de que dicho sujeto estaba en el pasillo de la casa… FRANCISCO REGUERA PÉREZ

Cuando Diego Núñez, desde una chimenea descubierta que daba al patio de la casa de Francisco Reguera, en la calle San Benito nº 11, se tiró al patio, los milicianos que le estaban siguiendo le dispararon causándole la muerte.

Diversos testimonios, coinciden en la presencia del alcalde Pedro Velasco Olmo en el lugar de los hechos, dirigiendo la persecución del farmacéutico.

Cuando se encontraba escondido en el domicilio de su cuñada Dolores Ales Palop (Real, 46), fueron a detenerlo gran cantidad de individuos entre los que se encontraban Pedro Velasco Olmo, alcalde de Campillos, y Antonio González Maldonado, y como tratara de huir por los tejados, fue perseguido y muerto a tiros, cuando estaba refugiado en una chimenea de la casa de D. Francisco Reguera Pérez. DOLORES ALES PALOP

Pedro Velasco Olmo tomó parte directa en el asesinato de don Diego Núñez viéndolo venir del lugar del suceso con otro individuo; lo vio también mi vecina entonces Vicenta Pérez Navarro; dicho asesinato fue estudiado, pues varios días antes me enteré de lo que pensaban, avisándole a dicho señor por conducto de su dependiente Pedro Pérez Gallardo. ANA CASASOLA FUENTES

Que sobre las doce […], la declarante lo vio con la pistola en la mano dando órdenes a las masas de milicianos para que se colocasen estratégicamente con el fin de evitar todo intento de huida del tal Núñez, siendo perseguido por los tejados y finalmente encontrado y asesinado en la casa del farmacéutico llamado don Francisco Reguera, desconociendo quienes fueron los autores materiales del asesinato pero se afirma y ratifica, de que lo vio como anteriormente ha declarado, con una arma corta y en el concepto de Jefe y Director de la multitud de milicianos…… VICENTA PEREZ NAVARRO

D. Diego Núñez Núñez de 30 años de edad y de profesión farmacéutico. Era natural de Periana (Málaga). Hijo de Diego Núñez Barroso y Dolores Núñez Moreno. Estaba soltero. Era hermano del maestro Rafael Núñez Núñez, que había sido asesinado el 3 de Agosto. No estaba afiliado a ningún partido político.

30 DE AGOSTO

Al igual que la primera saca de presos de la Prisión Provincial de Málaga, que se produjo el 22 de agosto, el 30 de agosto a raíz de un nuevo bombardeo de la aviación nacional, por una bomba que cayó en la calle de Cuarteles y produjo muchas víctimas, se produjo una segunda saca, en la que fueron asesinadas cincuenta y tres personas.

Entre ellas había dos campilleros, Jerónimo Mora Delgado y Antonio Gallego Rebollo. Ambos llevaban detenidos en la Prisión Provincial de Málaga tres meses, desde que ocurrieron en Campillos los sucesos del 28 de mayo de 1936.

Ya hablaré con más detenimiento de ellos, cuando, como ya dije con anterioridad, me ocupe en la próxima Crónica de los asesinados por las milicias del Frente Popular, fuera de Campillos.

01 DE SEPTIEMBRE

JUAN GALLARDO ESCRIBANO, fue detenido por los incidentes que hubo en Campillos el 28 de mayo y trasladado a Málaga a la Prisión Provincial. Según declaración de su hermano Gregorio Gallardo, para la Causa General, Juan Gallardo “estaba preso en Málaga cuando estalló el Movimiento, con motivo de la reyerta habida en este pueblo con elementos socialistas, y al motín que hubo en la cárcel de Málaga, se salió de ella, refugiándose en una casa, y llamando a sus familiares los que lo recogieron y trajeron a Peñarrubia, entrando a trabajar en el cortijo Mayorazgo”.

Declaración de FRANCISCO GONZÁLEZ ESCALANTE. Que el día primero de Septiembre de 1936, Cristóbal Barquero Reina, segundo alcalde les dijo al declarante (Francisco González Escalante), a Antonio González Maldonado “El Mentirilla” y Antonio Sánchez “El Bobo”, juntamente con dos milicianos forasteros de la FAI (de Morón), a quién el declarante no conocía, que cogieran un coche para ir a Málaga conducido por Juan Reina García “Reina el Chófer”, pero al llegar al cortijo del Mayorazgo donde estaban empleados Florentino y Juan Gallardo Escribano, el referido Antonio Maldonado ordenó parar el coche diciendo “vamos por Juan Gallardo”, procediendo a la detención de los dos hermanos, pero a Florentino lo dejaron en libertad como a unos cien metros del cortijo, pero a Juan Gallardo lo subieron en el coche llevándolo al cortijo Morales, y allí vio el declarante como Antonio Sánchez y uno de la FAI, dispararon contra Juan Gallardo Escribano matándolo y dejándolo allí, y regresando posteriormente a Campillos.

Juan Gallardo Escribano, había sido guarda jurado rural y era uno de los que había intervenido en la reyerta que se produjo el 28 de mayo de 1936 y en la que murió por heridas de arma blanca, José González Escalante (a) “El Cordero”, hermano de Francisco González Escalante (a) “Picadillo”, uno de los que fueron a buscarlo al cortijo Mayorazgo.

Vemos que en la declaración de Francisco González Escalante, culpa del asesinato a Antonio Sánchez (a) “El Bobo”, y a uno de la FAI. Sin embargo, en la declaración que realiza Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla”, responsabiliza de la muerte a Francisco González (a) “Picadillo”.

… que una vez hecha la detención en la era de la finca, fue metido dentro del coche y conducido al olivar (cortijo) de Morales y sitio conocido por la Solana donde le hizo descender del coche, el apodado “El Picadillo”, hiciéronle avanzar unos veinte pasos, y el referido “Picadillo” le dio un fuerte golpe con los cañones de la escopeta haciendo caer de culo al detenido y en ésta posición le disparó un tiro y al incorporarse y darse a la fuga le hizo otros tres disparos más, y otros tres el miliciano de Morón, y acto seguido de cometer éste asesinato regresaron al pueblo.


Así describe el suceso, Florentino Gallardo Escribano, hermano de la víctima:

Que el día primero de septiembre de 1936, y sobre las ocho horas, se presentaron en el cortijo de Mayorazgo el denunciado (Francisco González Escalante), juntamente con los también milicianos José Moreno Ramírez, Antonio González Maldonado “Mentirilla” y dos forasteros que no conoció, armados con fusil y pistola, intimando al declarante y a su hermano Juan Gallardo para que se entregaran y fueran presos, lo que a tal intimación se entregaron ambos, saliendo a continuación del mencionado cortijo. Que a unos quinientos metros del cortijo, a consecuencia de conocer de vista a uno de los forasteros, soltaron al declarante, diciéndole que si continuaba en unión de su hermano, le matarían a él también. Que sobre las nueve del mismo día y en las proximidades del cortijo de Morales, los mencionados milicianos dieron muerte al hermano del declarante. FLORENTINO GALLARDO ESCRIBANO



D. Juan Gallardo Escribano, era natural de Campillos, de 29 años de edad. Hijo de Antonio Gallardo García y Juana Escribano Real. De profesión trabajador del campo. Era Guarda Jurado del Sindicato Agrícola de Campillos. Estaba casado con Francisca Real Domínguez y era padre de dos hijos llamados Juana y Francisco, de 4 y 2 años de edad respectivamente. Vivía en la Cruz Blanca nº 14. Estaba afiliado al partido Acción Popular. 

Ya hemos visto que había otros dos presos en la Prisión Provincial de Málaga, Jerónimo Mora Delgado y Antonio Gallego Rebollo, que no quisieron o no pudieron escapar el 19 de julio, tras el gran motín que protagonizaron los presos en su interior, y que derivó en que la inmensa mayoría de los mismos salieran a la calle. El continuar en la cárcel, le costó la vida.

4 DE SEPTIEMBRE

Se pone en marcha la primera fase del plan que habían preparado los generales Queipo de Llano y José Enrique Varela, para la ocupación de los pueblos de la comarca de Guadalteba y la ciudad de Ronda.

A la cinco de la madrugada del viernes 4 de septiembre, sale de Osuna una columna al mando del comandante Luis Redondo García, y se pone en camino hacia El Saucejo. La columna estaba formada por unos seiscientos hombres, principalmente miembros del Requeté sevillano, con una compañía de ametralladoras; una batería de artillería de 75 mm; una sección de zapadores; una sección de morteros, un camión blindado, etc.

Encuentran una cierta resistencia en los barrancos Blancos, pero a las 12 horas de ese día, el pueblo es ocupado por la columna, sin dificultad. La mayor parte de la población huye en dirección a Campillos y Almargen.

Se calcula que los vecinos de El Saucejo que huyeron del pueblo ese día, fueron más de 1.200, lo que suponía casi la quinta parte de la población.

El domingo 6 de septiembre, se inició un contraataque por parte de las fuerzas gubernamentales, para recuperar El Saucejo, que contó con el apoyo de aviones de bombardeo procedentes de Málaga.

Pero no quiero adelantarme, porque esto será motivo de otra Crónica que desarrollaré en los meses próximos.

6 DE SEPTIEMBRE

Unos milicianos fueron a detener en sus domicilios respectivos, a los hermanos PEDRO Y FRANCISCO GÓMEZ FONTALVA. Según declaraciones de sus esposas el grupo lo formaban un tal Morgado y otro forastero. Seguidamente fueron llevados al campo, por la carretera de Peñarrubia, donde fueron asesinados. Los cadáveres fueron enterrados y hallados a los quince o veinte días. Estaban casados con dos hermanas, Carmen y Rosalía Recio Becerra.

D. Pedro Gómez Fontalva. Natural de Peñarrubia, de 42 años de edad, y de profesión labrador. Estaba casado con Carmen Recio Becerra, y era padre de dos hijos llamados Juana y Francisco de 4 y 1 año de edad respectivamente. Era vicepresidente del partido Acción Popular. Vivía en la calle Santa Ana nº 13.

D. Francisco Gómez Fontalva. Natural de Peñarrubia, de 41 años de edad y de profesión labrador. Estaba casado con Rosalía Recio Becerra y no tenían hijos. Estaba afiliado al partido Acción Popular. Vivía en la calle Guzmanes nº 22.

El padre de ambos era Francisco Gómez Ramos, que había sido alcalde de Peñarrubia. De él ya hablé en la Crónica sobre el pantano de El Chorro, y la madre era Juana Fontalva Casasola.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/12/la-colocacion-de-la-ultima-piedra-del.html

Francisco Gómez Ramos con el rey Alfonso XIII

Tenían nueve hijos, de los cuales solo sobrevivieron dos a esas primeras semanas de la guerra, Joaquín y Rafael Gómez Fontalva. Los otros siete, fueron asesinados por las milicias de izquierdas de Campillos y Peñarrubia. La madre, Juana Fontalva, que aún vivía, sufrió el tremendo dolor de ver desaparecer, en poco más de un mes, a la mayor parte de sus hijos.

Pedro              42 años, casado, y con dos hijos                  6 de septiembre en Campillos

Francisco        40 años, casado, sin hijos                             6 de septiembre en Campillos

José                39 años, casado, y con cinco hijos               2 de agosto en Peñarrubia

Carmen          34 años, soltera                                             5 de septiembre en la carretera de Carratraca a Álora

Antonio           30 años, casado, y con cuatro hijos              2 de agosto en Peñarrubia

Dolores           24 años, soltera                                             28 de agosto en la carretera de Carratraca a Álora

Leonardo        18 años, soltero                                             28 de agosto en la carretera de Carratraca a Álora


Juana Fontalva Casasola

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El 6 de septiembre, a las 13 horas, se presentaron en el domicilio del médico JUAN SALGUERO MORALES, unos milicianos armados, llevándoselo detenido. No se tiene información de donde fue asesinado y por quién.

El 13 de septiembre, al entrar las tropas nacionales en el pueblo, fue descubierto su cadáver insepulto, a las afueras del mismo.

D. Juan Salguero Morales. Había nacido en Cádiz, de 57 años de edad y de profesión médico. Había sido titular de Ardales, hasta que pasó a Campillos en 1914. Estaba casado con Emilia Infantes Pineda, y era padre de dos hijos, María y Juan. Estaba afiliado al partido Acción Popular. Vivía en la calle San Sebastián nº 11.

7 Y 8 DE SEPTIEMBRE

Las tropas del comandante Luis Corrales García, conquistan Los Corrales y Martín de la Jara.

9 DE SEPTIEMBRE

Ese día asesinan a MANUEL FUENTES ESCOBAR, que trabajaba de contable con los Hinojosa.

Así lo cuenta en una declaración que realizó Antonio González (a) “Mentirilla”, en el Procedimiento Sumarísimo 5859 de 1939 de Málaga, seguido contra él.

Dicho señor estaba detenido en el cuartel de la Guardia Civil, el cual estaba habilitado para el cuartel de Milicianos, y que un individuo apodado “El Bigotes” le invitó para que le acompañara en unión del chofer y el vecino de esta localidad apodado “El Pianillo”, hicieron subir al coche al señor Fuentes y lo condujeron por la carretera de Peñarrubia hasta el sitio conocido por “La Solana”, donde le hicieron descender, y en dicho sitio el sujeto llamado Florido (a) “El Pianillo”, le hizo un disparo por la espalda sin que los demás acompañantes, ni el declarante tomaran parte activa en dicho asesinato, habiéndose apoderado el apodado “El Bigotes” de un reloj de oro y Florido (a) “Pianillo” de unas [ilegible], todo propiedad del asesinado, regresando todos al pueblo una vez cometido dicho hecho.

D. Manuel Fuentes Escobar tenía 57 años de edad y de profesión contable. Hijo de José Fuentes y Francisca Escobar. Estaba casado con Concepción Ruiz Velasco de 53 años. No tenían hijos. Vivía en la calle Lavados nº 22. Estaba afiliado al partido Acción Popular. Había sido detenido por los sucesos del 28 de mayo.

11 DE SEPTIEMBRE

ANDRÉS GUERRERO MARTÍN, Fue detenido en el cortijo de “Las Camorrillas”, situado por la carretera de Los Corrales, por varios individuos, entre ellos Juan Escobar, conduciéndolo hasta Campillos, pero no llegaron a entrar en el pueblo. Cogieron la carretera de Peñarrubia, donde fue asesinado en el sitio conocido por el “Capitán”.

D. Andrés Guerrero Martín de 52 años de edad, era propietario, trabajando también de procurador en el Juzgado. Estaba casado con Lucia Llamas Cuellar de 45 años, y era padre de 7 hijos llamados Dolores, Diego, Antonio, Jesús, Juan, Enrique y Ana de 24, 23, 20, 18, 16, 15 y 6 años de edad respectivamente. No estaba afiliado a ningún partido político. Había sido concejal en 1924, en el ayuntamiento que presidió Antonio Palop Casasola, y secretario del Sindicato Agrícola de Campillos (1930). Tenía vivienda en la calle Silla nº 5, pero vivían en Madrid, y había venido a Campillos a cobrar unas rentas.

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El viernes 11 de septiembre la columna del comandante Luis Redondo salió de El Saucejo al amanecer con objeto de tomar los pueblos de Villanueva de San Juan y Algámitas, operación que se llevó a cabo fácilmente, pues no encontró resistencia alguna. Con ello se completaba la misión encomendada al comandante Redondo en la sierra sur de Sevilla.

La siguiente fase se iniciaría dos días más tarde, el 13 de septiembre, y sería conjunta con otra columna que saldría de Antequera, y otra de Grazalema, con el objetivo de la ocupación de los pueblos de la comarca de Guadalteba y de la ciudad de Ronda.


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