PERSONAS ASESINADAS POR LAS MILICIAS DEL FRENTE POPULAR, FUERA DE CAMPILLOS.

 

PRISIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA

Hasta ahora he descrito en tres Crónicas consecutivas, los tristes episodios de asesinatos que se desarrollaron en Campillos desde el inicio de la Guerra civil, hasta el 13 de septiembre de 1936, fecha en que las tropas nacionales ocuparon Campillos.

Fueron, como titulo en las Crónicas, ocho semanas de terror, en las que ninguna persona de derechas se podía sentir segura en su casa, ya que en cualquier momento podían venir a por ella. Para estas personas y sus familias, las noches se convirtieron en pesadillas, porque sabían que los buscaban, y andaban deambulando en la oscuridad, cambiando continuamente de escondrijo, para despistar a sus perseguidores.

En ésta Crónica, que la he separado de las otras tres, voy a describir los asesinatos de otras personas de Campillos en los primeros meses de la guerra, pero fuera de la localidad,

La mayoría fueron en Málaga capital, cuando las milicias de izquierdas huyeron del pueblo al entrar las tropas nacionales, y que al llegar, en su huida, a la capital, se encontraron con algunos campilleros a los que les sorprendió el inicio de la guerra en Málaga, y allí permanecieron. No dudaron en continuar, con el beneplácito del Comité de refugiados, con el reguero de sangre y muerte que habían iniciado en Campillos. 

Algunos de los asesinatos se produjeron en las sacas que se realizaron en la Prisión Provincial, como respuesta a los bombardeos que la aviación nacional realizaba sobre Málaga y sus infraestructuras más importantes. 
 
PEÑARRUBIA – 2 DE AGOSTO

El día 2 de agosto, sacaron en Peñarrubia de la casa que en la calle Antequera hacía las funciones de cárcel, a once personas, que con la escusa de que iban a ser trasladadas a Málaga, se las pensaba asesinar.

Cuando las estaban a amarrando, dos de ellos consiguieron escapar. Uno era Miguel Giles Fontalva, que se arrojó por un balcón de la cárcel, y al quedar mal herido en el suelo, en la puerta de la misma lo mataron a tiros. De él ya hablé en la segunda parte de la Crónica: CAMPILLOS. OCHO SEMANAS DE TERROR EN EL VERANO DE 1936.

El otro era José Gómez Fontalva, que escapó por los tejados, pero lo apresaron nuevamente. Se lo trajeron para la cárcel, y cuando lo llevaban por la mitad del camino, le hicieron un disparo en el lado izquierdo del pecho, y, malherido, en el umbral de la casa que servía de prisión, lo remataron de un tiro en la cabeza.

Los nueve restantes, fueron subidos amarrados a un camión descubierto, y acompañados de un coche, marcharon por la carretera que desde Peñarrubia iba a Málaga. Al pasar cerca de Ardales, en el sitio conocido por La Zorrera (huerto de la Zorra), los hicieron bajar del camión, y allí mismo los asesinaron.

Los cadáveres de los nueve, fueron encontrados seis meses más tarde, en febrero de 1937, cuando se produjo el avance de las tropas nacionales para la conquista de Málaga, y se ocupó Ardales.

El nombre de las personas asesinadas ese día era

Antonio Fontalva Ramírez (52 años)
Juan Bautista Márquez Fontalva (37)
Emilio Fontalva Fontalva (43), hermano del siguiente
Rafael Cándido Fontalva Fontalva (37)
Miguel Giles Fontalva (48), hermano del siguiente.
Rafael Giles Fontalva (56), padre de los dos siguientes.
Martín Giles Avilés (26), hermano del siguiente.
Rafael Giles Avilés (24).
José Gómez Fontalva (39), hermano del siguiente.
Antonio Gómez Fontalva (30)
Francisco Campos Giles (27).

† D. Francisco Campos Giles, tenía 27 años. Era natural de Campillos. Sus padres eran Francisco Campos Asiego e Isidora Giles Fontalva. Estaba casado con su prima Encarnación Fontalva Giles, sus madres eran hermanas. Tenía dos hijos, Isidora de cinco años y Francisco de tres. Estaba afiliado a Falange Española. Tenía una tienda de tejidos en Peñarrubia. Su nombre no aparecía en las placas de la Cruz de los Caídos de Campillos.

Fue detenido en su propio domicilio el 21 de julio, por José Muñoz Rivas y otro más. Ese día fueron a registrar su casa, con el pretexto de averiguar si tenía armas, y se lo llevaron preso. En la cárcel, no dejaron que tuviera ningún contacto con su familia.


MÁLAGA – 22 DE AGOSTO

El 19 de julio a mediodía, la familia Hinojosa Lasarte, casi al completo, huyó de "Villa Mar", su casa en el Paseo de Sancha nº 16, por la puerta trasera que daba a la playa, poco antes de que la muchedumbre revolucionaria que se dejó caer por La Caleta se diese a la orgía revolucionaria, al saqueo y al incendio de las viviendas del barrio.

Encontraron refugio en “El Desfile del Amor”, edificio de viviendas de seis plantas situado en el Paseo de Reding (Fernando Camino nº 2). Ese edificio era conocido por ese nombre, en referencia a la gran cantidad de parejas recién casadas que se instalaron en él tras ser construido en 1935. Los Hinojosa, habían desestimado la huida en coche a Gibraltar; tampoco encontraron quien pudiera acogerlos en una sede diplomática.

Estuvieron allí escondidos cinco días, hasta que el 24 de julio, José María Hinojosa Lasarte, junto a su padre, Salvador Hinojosa Carvajal, y a su hermano Francisco, fueron detenidos por milicianos y por guardias de Asalto, y llevados al Gobierno Civil. En la madrugada siguiente, desde el edificio de La Aduana, los tres son conducidos a la Prisión Provincial.

LA FAMILIA HINOJOSA

La hermana mayor, Isabel, así lo relata: «Después del Alzamiento nos refugiamos en casa de Concha Nagel, la hermana de mi cuñada Blanca. […] Recuerdo que José María trataba de deshacer las iniciales de su nombre, bordadas en la camisa, sin conseguirlo. Allí vinieron a detenerlos unos guardias de Asalto. Traían la orden, y se los llevaron. Seguro que fueron delatados, seguro. José María supo desde el primer momento que iba a morir…»

Hasta el día 10 de agosto todos los presos de la Prisión Provincial, estuvieron completamente incomunicados con el exterior; no se permitía escribir, ni se recibían visitas de los familiares.

Por encargo de José María Hinojosa, un preso común, José María Escobar, llamaba por teléfono a diario a Ana Freüller, la novia de José M. Hinojosa, para que informara a sus hermanas del estado de los tres, “porque era imposible visitar a los presos”.

Los Hinojosa pasaron en la Prisión Provincial su último mes de vida, en medio de un clima de inquietud creciente.

El sábado 22 de agosto, la aviación de los sublevados bombardeó Málaga. A las ocho en punto de la mañana, una patrulla de tres bombarderos Savoia SM-81 despega de Tablada (Sevilla) para bombardear las instalaciones portuarias de la capital. Después de 15 minutos de vuelo, un avión se vuelve debido al mal funcionamiento del motor derecho. Los otros dos bombarderos continúan y llegan a Málaga sobre las 09:15. Mientras que uno de los Savoia bombardea el puerto, el otro localiza los depósitos de petróleo de CAMPSA, y a pesar de la acción de dos baterías antiaérea en los muelles y de un crucero que estaba atracado en el puerto, desde una baja cota, el avión acierta plenamente a los tanques. Hubo una gran explosión, seguida en un corto tiempo de muchas otras menores, luego una enorme columna negra cubrió todo. Desde Antequera, en el camino de regreso, todavía vemos explosiones de fuego. El incendio tardaría en apagarse más de tres días. (Del diario del primer comandante de aviación legionario en la Misión Especial a Marruecos, teniente coronel Ruggero Bonomi)

Dos depósitos fueron totalmente destruidos, uno de gasolina en la factoría de CAMPSA en la barriada de Huelin, y otro de aceite pesado en la fábrica de aceites GEORGIA-OIL, situada en la calle Canales. Cerca de sesenta personas perdieron la vida y fueron muchísimos los heridos.


Así cuenta Gerald Brenan lo que él vio ese día en “Memoria Personal 1920/1975”, página 436.

Poco después del desayuno fui con mi bicicleta a ver los daños. No todos los depósitos de gasolina se habían incendiado. Algunos estaban todavía intactos porque eran subterráneos y cientos de obreros trataban de cubrirlos con arena húmeda corriendo un gran riesgo personal. En calor era terrible; se habían desnudado y trabajaban en calzoncillos. Con el rugir de las llamas trabajaban y las densas nubes de humo, aquella parecía una escenas infernal. Aunque se había salvado algo de la gasolina, todo el aceite pesado estaba perdido y siguió quemándose con una prodigiosa columna de humo por espacio de dos o tres días. Al volver a casa tuve que contemplar una penosa escena. Unas familias de gitanos (yugoslavos) habían estado acampados muy cerca de la carretera general con sus mulas y sus carros. Pocos días antes me había parado para hablar con ellos. Una bomba hizo explosión en el centro del campamento mientras comían. Sus cuerpos destrozados y manchados de sangre y los cadáveres de las mulas yacían entre las ollas ennegrecidas.

En represalia por el bombardeo y las muertes, hacia las once de la mañana, milicianos anarquistas pertenecientes al temido "Comité de Salud Pública", encabezados por Francisco Millán López militante en el Partido Sindicalista y Miguel Ortiz Acevedo secretario general de la FAI, se presentaron en la Prisión Provincial de Málaga, seguidos de una multitud armada y sedienta de venganza, con una lista de presos elaborada en el despacho del Gobernador Civil, José Antonio Fernández-Vega.

Se están oyendo grandes gritos, que vienen de la calle. Desde una ventana de una brigada del piso superior y subido en una silla, Joaquín Ballesteros, que es tan alto, ve una gran multitud, en forma poco tranquilizadora. ESTÁN ASALTANDO LA CÁRCEL..., dice blanco como la cera. El pánico, cunde como un reguero de pólvora. Vienen con fusiles y armas de todas clases y nosotros estamos aquí como inocentes corderillos. ¡Qué va a ser de nosotros, Dios mío!
[…]
Aparece un individuo alto, que viste un mono kaki verdoso, blasfemando de un modo tremendo. Por si nos quedaba alguna esperanza, nos dice a voces, que viene a matarnos a todos. Le siguen varios individuos con mono azul.
Uno de ellos, bajito y gordo, ha entrado con la pistola en la mano, diciendo que vamos a morir como las chinches.
El tumulto que aquí hay, no se puede describir, no se oye más que la palabra, "calma, calma, compañeros; aquí no manda nadie más que yo", dice el tío fiera que ha entrado el primero.
Un policía que tengo al lado dice: "Ese es Millán (Francisco Millán López), y el bajito, Ortiz Acevedo".
Estamos formados a dos filas dobles, como cuando vienen los oficiales de Prisiones a contarnos.
Por este callejón que queda formado en el medio, los Jefes de la F.A.I. y los que no lo son, nos pasan revista, como grandes generales a su ejército. […]
Millán, y los demás, pasan arriba y hacia abajo preguntando a todos por qué están aquí y diciendo a gritos que vamos pagar las muertes que hemos hecho en la calle.
Todo esto amalgamado con gran cantidad de insultos y blasfemias.
—Como chinches vais a morir—este es el estribillo de todos los que nos hablan.
Después de preguntar y preguntar a diestro y siniestro, dicen: "Ninguno habéis hecho nada; ahora todos sois muy buenos, pero vais a morir como chinches". Esto lo repiten constantemente, por si no nos habíamos enterado.
—A ti te conozco yo—se oye que le están diciendo a alguien—. Tu eres fascista; me ca... en la Virgen, y de Acción Popular; me ca... en Dios. Que os vamos a matar a todos, granujas, fascistaaaaassss.

Francisco Millán López

Estuvieron formados, durante dos horas y media, unos ciento veinte presos políticos, de los que elegían aquellos que debían ser sacados para asesinarlos, primero por la lista que llevaban escrita Millán y Ortiz Acevedo, y después a gusto de algunos milicianos.

Cansado ya de tanto llevarse gente, Millán se retira; pero entran más milicianos que eligen cada uno su víctima, por el gusto de tener a alguien a quien matar. Ya que ni preguntan siquiera quien es el que se llevan. “Vente conmigo”, y con este ligero formulismo, es un hombre que tiene mujer o hijos condenado a morir, sin mas ley ni Código, que el capricho de un desalmado, que a lo mejor ni sabe leer ni escribir.
[…]
Ya están todos los milicianos fuera, son las dos y veinte de la tarde, nos llamaron a formar a las doce en punto. Hemos estado firmes y puestos en fila dos horas y veinte minutos.
Francisco Lluch F. Valls – MI DIARIO ENTRE LOS MÁRTIRES

El populacho aguardaba a las puertas de la cárcel, y en diversos coches transportaban las victimas al cementerio de San Rafael. Las descargas estuvieron sonando varias horas.

Aquella fue la primera “saca” de la Prisión Provincial de Málaga. Cuarenta y seis personas, fueron conducidas entre insultos, golpes y amenazas hasta el Cementerio de San Rafael. Entre ellos iban Salvador Hinojosa Carvajal y sus dos hijos Francisco y José María Hinojosa Lasarte. Fueron fusilados en las tapias del cementerio.

Los cadáveres de los Hinojosa y de sus compañeros de infortunio, fueron sepultados en una fosa común, de la que fueron extraídos lo restos y trasladados a una cripta de la Catedral de Málaga, el 3 de diciembre de 1941.

José María Hinojosa hubiera cumplido 32 años en octubre. Acabaron con su vida tres días después de que abatieran en el barranco de Víznar, en la provincia de Granada, al poeta granadino Federico García Lorca.

† D. Salvador Hinojosa Carvajal, natural de Campillos, de 67 años de edad. Hijo de Francisco Hinojosa Casasola (Campillos) e Isabel Carvajal Vergara (Pedrera). Casado con Asunción Lasarte y Xuarez de Figueroa (Estepa), que había fallecido en 1932. Tuvo cinco hijos: Isabel, Francisco, José María, Pilar y Rosario. Vivía en Villa Mar, en el Paseo de Sancha nº 16 de Málaga. De profesión agricultor (el campo). Estaba afiliado al partido Agrario.
Había sido alcalde de Campillos durante dos periodos, desde 10 de febrero de 1908 hasta el 1 de enero de 1912, y desde el 1 de enero de 1914 al 1 de abril de 1920. En ese intervalo de dos años que no fue alcalde, lo fue Francisco Peña Calvente, el padre de Baltasar Peña Hinojosa. En total, más de diez años como alcalde de Campillos.

† D. Francisco Hinojosa Lasarte, natural de Campillos, de 38 años de edad. Hijo de Salvador Hinojosa Carvajal y Asunción Lasarte Xuarez de Figueroa. Casado con Blanca Nagel Álvarez, tenían una hija Asunción de 13 años. Vivían en Alameda (Málaga), en la calle Estepa nº 2. Era abogado. Estaba afiliado al partido Agrario. Su nombre no aparecía en las placas de la Cruz de los Caídos.

† D. José María Hinojosa Lasarte, natural de Campillos de 31 años de edad. Hijo de Salvador Hinojosa Carvajal y Asunción Lasarte Xuarez de Figueroa. Soltero. Vivía en Villa Mar, en el Paseo de Sancha nº 16 de Málaga. Abogado y poeta. Era el jefe del partido Agrario en Málaga.


De José María Hinojosa Lasarte, tengo pensado escribir una Crónica más adelante.

ALMARGEN – 26 DE AGOSTO

En Almargen, los primeros días de la guerra, se produjeron algunos registros domiciliarios en busca de armas, pero no se llegaron a producir detenciones de personas de derechas.

El hecho más importante que se produjo en esos primeros días, fue el 26 de julio, cuando las imágenes de la iglesia parroquial de la Concepción, fueron sacadas de la iglesia y transportadas en camiones a las afueras del pueblo, donde fueron quemadas. En la torre de la iglesia las milicias pusieron una bandera roja.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/06/21-de-julio-de-1936-quema-de-las.html

A partir de ese 26 de julio, ya comenzaron las detenciones de personas de derechas, que fueron llevadas al Cuartel de la Guardia civil, que se había habilitado como cárcel. Allí fueron interrogados, diciendo los milicianos, que sabían de un complot fascista que se había organizado en el pueblo, y los amenazaban con armas en la mano, para que delatasen a todos los elementos fascistas del pueblo, y que dijeran donde tenían las armas escondidas.

Algunos de los detenidos fueron liberados, pero otros permanecieron en el Cuartel de la Guardia civil hasta el día 11 de agosto, en que siete presos fueron trasladados a la Prisión Provincial de Málaga, y de ahí, más tarde, al buque prisión “Marqués de Chávarri”

El 20 y 21 de agosto, se produjo el asalto a la Casa Cuartel de la Guardia civil de El Saucejo, en la que participaron también milicianos de Almargen. A partir de esa fecha, se precipitaron los acontecimientos en el pueblo.

El 23 de agosto, detuvieron a los religiosos Francisco Torres Torres de 23 años, y Andrés Pavón Torres de 26 años, y se los llevaron a Ronda. En la noche del 24 de agosto, los dos sacerdotes fueron sacados de la cárcel rondeña, y llevados a un lugar cercano al cementerio, donde fueron asesinados a tiros.

El 26 de agosto, desde primera hora de la mañana, se produjo en Almargen, un aluvión de detenciones de personas de derechas que fueron llevadas al patio o sala de armas del Cuartel de la Guardia civil, donde concentraron a todos los presos.

Esa noche, con los presos en el patio del Cuartel, y 
con todas las puertas que dan al mismo cerradas, desde las ventanas se empezó a disparar contra los presos, que sorprendidos y sin tener un lugar donde refugiarse, cayeron muertos o gravemente heridos en el interior. Fue una auténtica cacería humana.

Declaración de ANTONIO MORENO BARRIENTOS.- En la noche (las doce de la noche del 26) en que fueron asesinados 22 personas dentro de la sala de armas del Cuartel, el declarante que se hallaba provisto de una escopeta de dos cañones, hizo varios disparos por la ventana de dicha sala de armas, más próxima a la puerta principal.
Cuando fueron sacados los cadáveres para quemarlos, intervinieron los convecinos Juan Romero Barrientos y Rafael Castillo Velasco; estos rociaron con gasolina los cadáveres y le prendieron fuego; así mismo hace constar, que como daban señales de vida sus convecinos Miguel González Morgado y Tomás Palop Lavigne, el de la misma vecindad José Ríos Luna y Andrés Sánchez Gómez, le empujaron para el interior del fuego.
Con respecto a haber sido decapitado su convecino don Juan Barquero Morgado, manifiesta que sabe fue cometido este hecho por sus convecinos José Romero Barquero, Mariano Castillo Velasco y José Chito Herrera.


La crueldad fue infinita e inhumana. En el testimonio se habla de decapitaciones y de personas empujadas aún vivas, al fuego.

Pongo la hoja de la declaración de Antonio Moreno Barrientos, para que se vea que no me invento, ni exagero nada. Se puede observar que la firmó poniendo su huella dactilar

Declaración de JUAN CAPITÁN CARABANTES.- Que efectivamente, en la noche en que fueron asesinadas las 22 personas de derechas en la Casa Cuartel, el dicente estuvo haciendo fuego con un revólver y una escopeta por una de las ventanas. […] pues esa noche había cerca de cien personas, todas pegando tiros por las ventanas y puertas que después de muertos todos fueron conducidos en una camioneta y quemados con gasolina en La Rabaneda.


Fueron veintidós los muertos en el patio del Cuartel. Los cadáveres fueron echados en el remolque de un camión, y llevados a las afueras del pueblo donde fueron quemados.



Pero no acabó esa noche la fiesta, porque a la par que cargaban esa noche el camión con los cadáveres, en otro camión subían del mismo cuartel de la Guardia civil a otro diecisiete presos, que serían asesinados en la madrugada del 27 de agosto, en la carretera de Campillos a Peñarrubia, donde semanas más tarde, fueron encontrados sus cadáveres y trasladados al cementerio de Almargen.

En la noche del 26 al 27 de agosto, fueron asesinadas cruelmente, treinta y nueve personas. Entre los muertos, estaba JUAN RAMÓN PALOP CASASOLA (†), de 55 años de edad, y tres de sus hijos Juan Ramón, José María y Tomás Palop Lavigne, de 27, 26 y 18 años de edad, respectivamente.

Juan Ramón Palop Casasola era natural de Campillos. Hijo de Juan Ramón Palop Sanz y de Concepción Casasola Oliva. Eran varios hermanos, que estaban casados con:

Teresa Palop Casasola                         Alfonso Alés Casero
Antonio Palop Casasola                       Mercedes Campos Pérez
Juana María Palop Casasola               Juan Gallegos Cuellar
Concepción Palop Casasola                Juan Campos Pérez
Juan Ramón Palop Casasola               Concepción Lavigne Hinojosa

† D. Juan Ramón Palop Casasola, estaba casado con Concepción Lavigne Hinojosa, de 56 años, natural de Teba. Tenían, al menos, siete hijos: Juan Ramón (†), José María (†), Concepción, Carmen, Tomás (†), Manuel y Eduardo de 27, 26, 24, 21, 18, 16 y 15 años respectivamente. Desde 1918 vivían en Almargen. Su nombre no aparece en las placas de la Cruz de los Caídos.

Tomás Palop Lavigne, fue uno de los que empujaron, estando aún vivo, al fuego. 

Según las declaraciones de la madre, Concepción Lavigne Hinojosa:

En los primeros días de Agosto, Isidoro Arjona Orozco, acompañado de otros rojos se personó en su casa armado de fusil para proceder a la detención de sus hijos Juan Ramón y Tomás, conduciéndolos hasta la Casa Cuartel de la Guardia civil, siendo liberados algo después.
La tarde del 26 de agosto, de nuevo Isidoro Arjona Orozco armado de fusil e igualmente acompañado de otros rojos, volvieron a la casa de la declarante y se llevaron a su esposo y a sus tres hijos hasta la Casa Cuartel, donde aquella misma noche fueron asesinados.

En algunas declaraciones de testigos, se afirma que en las muertes de los vecinos de Almargen, al igual que ocurrió en Campillos el 15 de agosto, también participaron milicianos venidos de Ardales. Este hecho se confirma también por declaraciones realizadas por vecinos de ésta última localidad.

Que sabe que salieron milicianos, cuyos jefes eran “Pepe el de Naza” y Antonio el de “Padilla”, a Campillos y Almargen con objeto de asesinar a los presos.

Participó en los hechos de Campillos cuando asesinaron a 15 o 20 personas, y de Almargen.

MÁLAGA – 31 DE AGOSTO

A las once de la noche del 30 de agosto, dos aviones Savoia SM-81 salidos de Sevilla, bombardean Málaga, uno arroja las bombas en la ciudad y en el puerto, y el otro lo realiza sobre el aeródromo de “El Rompedizo”. Hubo una fuerte reacción antiaérea por los buques de la escuadra y las baterías antiaéreas del puerto, mientras que desde el aeropuerto disparó solo una ametralladora, y solamente durante el primer pase del avión.

La acción de los aparatos duró unos doce o quince minutos. A consecuencia de las bombas, que fueron arrojadas en la mediación de la calle Cuarteles, muelle de Heredia y aeródromo, resultaron muertas más de diez personas y hubo abundantes heridos.

La bomba que explosionó en la céntrica calle Cuarteles, destruyó diez o doce casas, produciéndose un enorme socavón y el reventón de la tubería principal de agua que abastecía a Málaga.

En calle Cuarteles, cerca de nuestro edificio, vi lo que había ocurrido. El día anterior, una bomba que, evidentemente, iba dirigida contra la estación de ferrocarril, cayó en mitad de la calle, donde había hecho un gran socavón. Los adoquines se amontonaban en el borde, la tubería principal que suministraba agua a Málaga había reventado y salían chorros de agua del cráter lleno de barro. La explosión había destrozado una docena de casas cercanas. Los balcones, medio torcidos, colgaban de los muros; las fachadas mostraban las marcas y las huellas de la explosión; no quedaba ni un cristal intacto en ninguna de las ventanas y las puertas sacadas de sus goznes estaban tiradas sobre la acera. En ese lugar, habían muerto diez personas. Seguramente estaban sentadas a la entrada de sus casas, charlando, asomadas a los balcones, paseando por la calle o corriendo a buscar refugio, cuando la bomba cayó con su estruendo característico. Había sido una noche de locura y, durante la misma, vimos a gente que se mudaba a las zonas residenciales. Pero ese domingo por la noche, la muchedumbre invadió de nuevo la cárcel y se llevaron a cincuenta y tres prisioneros indefensos al cementerio de San Rafael, donde los fusilaron. Entre este grupo se encontraban seis hermanos de una misma familia (los Briales Franquelo).
Edward Norton – MUERTE EN MÁLAGA. Página 190

Esto provocó una segunda saca de presos en la Prisión Provincial de Málaga. En este caso la saca fue dirigida por Antonio Pérez Gálvez, miembro del Comité de Salud Pública, que llegó a la cárcel con una lista de presos ya elaborada.

Hace constar el detenido que la mayor parte de los asesinatos de personas de derechas llevadas a cabo en esta Capital, es culpable el conocido extremista Antonio Pérez Gálvez, pues dicho individuo encontrándose en la Prisión Provincial de esta ciudad, por atraco a mano armada que se cometió en Periana, antes de la sublevación militar, se fingió persona de derecha dentro de la Prisión y tuvo gran amistad con don (José) Luis Estrada Segalerva que en aquella fecha se encontraba también detenido.
Manifestándole sus deseos de ingresar en Falange y ante esta actitud el Sr. Estrada Segalerva, lo consideró como uno de sus mejores amigos, pernoctando en la misma galería y saliendo en unión de dicho señor a todas las audiencias que le eran concedidas al Sr. Estrada Segalerva, motivo por el cual conoció a todas las amistades de dicho señor y al estallar el Movimiento, como al Pérez Calvez, le constaba a quienes eran las personas de derecha y de orden, unas veces en el Tribunal Popular de que formaba parte, condenaba a éstos a muerte..." (Ramos Hitos pág. 231)

Ese día fueron sacadas y asesinadas cincuenta y tres personas, entre ellos dieciocho religiosos. Entre los cincuenta y tres, estaban dos campilleros, JERÓNIMO MORA MORGADO (†) y ANTONIO GALLEGO REBOLLO (†).

† D. Jerónimo Mora Morgado de 23 años de edad. Natural de Campillos. Sus padres eran Lucas Mora Avilés y María Morgado Morillo que había sido asesinada en Campillos el 15 de Agosto en el Puente Hierro, junto a veintiuna personas más. Estaba soltero, y era jornalero de profesión. Fue detenido el mismo día que su madre, por la reyerta que hubo en Campillos el 28 de mayo, y trasladado a Málaga, donde permaneció en la cárcel hasta que fue ejecutado en la saca del 31 de agosto. Estaba afiliado a Acción Popular. Vivía en la calle Alta nº 80.

† D. Antonio Gallego Rebollo de 48 años de edad. Natural de Campillos. Hijo de Antonio Gallego Cuellar y Juana Rebollo Bonilla. Estaba casado con Ana Bonilla Parejo, y era padre de tres hijos llamados Antonio, Juana y Cristóbal de 21, 18 y 14 años de edad respectivamente. Estaba afiliado a Acción Popular. Fue detenido por la reyerta que hubo en Campillos el 28 de mayo, y trasladado a Málaga, donde permaneció en la cárcel hasta que fue ejecutado en la saca del 31 de agosto. Era de profesión empleado.

MÁLAGA – 20 DE SEPTIEMBRE

El domingo 20 de septiembre, a las diez menos cuarto de la mañana, aparecieron procedentes de Granada, dos patrullas de dos Savoia SM-81 cada una. Inmediatamente que fueron divisados por los buques de la Escuadra y baterías antiaéreas, empezaron a disparar contra los mismos. En el puerto, las bombas destruyeron las instalaciones de un muelle, y se alcanzaron algunos vapores que estaban atracados. El aeródromo de “El Rompedizo”, también fue alcanzado.

También arrojaron varias bombas entre la población. Una de las bombas cayó sobre una casa de la calle Cristo de la Epidemia, causándole daños, pero sin que hubiera víctimas. Otro de los proyectiles, el más cruento, cayó en el callejón de las Flores, situado en las inmediaciones de La Caleta, destrozando varios inmuebles y sepultando entre sus escombros a cinco personas: tres niños y dos adultos, que fallecieron.

En represalia, unas 47 víctimas de la cárcel, perecieron en ese día. Entre ellos el campillero PEDRO LINERO BERDÚN (†), el coronel de la Guardia Civil de Málaga, Fulgencio Gómez Carrión, y José Estrada y Estrada, abogado cordobés y ministro de Justicia y de Fomento en el gobierno de Dámaso Berenguer. Este último, estaba muy vinculado al pueblo de Alhaurín el Grande. De ese pueblo murieron en esa saca quince personas. También murieron veinte militares de la Marina (19 jefes y oficiales, y un auxiliar segundo de oficinas). Estaban a la espera de juicio. El día anterior habían sido sacados del barco prisión J.J. Sister y llevados a la Prisión Provincial

† D. Pedro Linero Berdún de 52 años de edad. Natural de Campillos. Hijo de José Linero Fontalva y de Isabel Berdún Gallardo. Estaba casado con Dolores Mendoza Baca, y era padre de siete hijos llamados Isabel, José, Alfonso, Ana, Dolores, Pedro e Isidro de 29, 27, 24, 20, 18, 16 y 14 años de edad respectivamente. Estaba afiliado a Acción Popular. Fue detenido por la reyerta que hubo en Campillos el 28 de mayo, y trasladado a Málaga, donde permaneció en la cárcel hasta que fue ejecutado en la saca del 20 de septiembre. Era Guarda Jurado del Sindicato Agrícola, y trabajador del campo. Vivía en la calle Salgueros nº 3.

Según declaró su hijo José Linero Mendoza, el 20 de agosto, Antonio González Maldonado (a) “Mentirilla”, en compañía de José Valencia, Diego Morgado y un miliciano de Morón de la Frontera, fueron a Cañete la Real en busca de su padre, pensando que podía estar escondido en casa de su hermano Isidro Linero Berdún, que vivía en ese pueblo. Los que lo buscaban, sabían que en mayo marchó detenido a la prisión de Málaga, pero pensaban que había salido de la misma y que posiblemente lo ocultara el hermano en Cañete. Al comprobar que no estaba en allí, marcharon a Málaga donde supieron que aún permanecía en la cárcel.

MÁLAGA – 26 DE SEPTIEMBRE

MIGUEL MANZANO JIMÉNEZ, maestro nacional, era el Director interino de la Graduada de niños de Campillos. El inicio de la guerra civil le sorprende en Málaga. Según dice su hijo Federico Manzano Sancho, “aunque él suele ir al café “Pay-Pay” en la calle 14 de Abril nº 1 (Marqués de Larios), nadie se mete con él”.

Pero la llegada de una cantidad importante de refugiados de Campillos y su comarca, tras la caída de estos pueblos, a mediados de septiembre, en poder de los nacionales, va a cambiar la vida de algunas personas, que hasta esa fecha habían pasado desapercibidos en la capital.

El 19 de septiembre, según declaraciones de Teresa Sancho, la esposa de Miguel Manzano, lo detienen al ser reconocido por una mujer de Campillos:

Estando desayunando en la calle Santa María de Málaga, una mujer de Campillos, conocida por la del “Brígido”, lo vio y le preguntó que como estaba vivo todavía. Esperándolo en la calle, lo siguió y en cuanto encontró a un miliciano, le dijo la mujer que lo detuvieran, siendo conducido a la Comisaría de Vigilancia, en donde lo ficharon y le pusieron un brazalete rojo como maestro, y con la obligación de presentarse todos los días en esa comisaría.

De la mujer del “Brígido”, ya tuvimos conocimiento cuando a primeros de agosto, junto con el cabo de los municipales Matías Delgado Escribano, y otras dos mujeres, detienen a las hermanas Carmen y María Josefa Casasola Lasarte, en la casa de Ana Casasola Fuentes.

En el periódico El Popular del día siguiente, en la página 2, Miguel Manzano Jiménez aparece dentro del listado que publicaba el Gobierno Civil, de los detenidos el día anterior, diciendo que estaban a disposición del Comité de Investigación y Vigilancia.

Quedó en libertad de nuevo, pero una semana más tarde, el 26 de septiembre, según declara su esposa Teresa Sancho para la Causa General, es de nuevo detenido por milicianos de Campillos, que ya no se entretuvieron en llevarlo a la Comisaría, sino que directamente fueron a matarlo.

El 26 de Septiembre, estando en el café de la Marina, fue detenido por unos cuantos individuos de Campillos, que lo condujeron a un sitio que se desconoce y lo asesinaron.

Teresa Sancho no da nombres de los que le detuvieron. Pero hay testimonios de personas de Campillos que vieron como ese día se lo llevaban para asesinarlo. Así lo testimonia Salvador Izquierdo Mora, un adolescente que había sido su alumno:

Observó que Juan Morillo Mendoza en unión de otros sujetos que no conocía, llevaban detenido a Don Miguel Manzano Jiménez, que fue su profesor de las escuelas graduadas de Campillos, y que fue asesinado en dicha capital por los elementos extremistas.

También lo testimonia Florentino Gallardo Escribano, en la Causa 6089 de 1939 de Málaga, que se seguía contra Juan Morillo Mendoza y José Moreno Ramírez:

Al atardecer de un día del mes de Septiembre de 1936, vio acercarse por los alrededores de la cárcel de la Trinidad un grupo de individuos de Campillos, eran éstos Juan Morillo Mendoza “Cabecilla Larga”, José Moreno Ramírez “Pedro Aceite” y Marcos Ruiz [...] los que llevaban detenido al también vecino de Campillos Miguel Manzano Jiménez.

Juan Morillo Mendoza, declaró en la misma Causa

Vio a D. Miguel Manzano Jiménez en la calle Larios y juntamente con el vecino de Campillos llamado Alonso Mora [...], procedieron a la detención del mismo, y lo condujeron a las afueras de la capital. Él se quedó frente al domicilio del diputado a Cortes por el Frente Popular, Vicente Sarmiento, continuando (Alonso Mora) [...], con otros milicianos de Málaga con dirección a la salida de Málaga, con dirección a la finca denominada “La Corta”, propiedad que fue de un médico. Posteriormente volvieron los mencionados con un paraguas de D. Miguel, manifestando que lo habían matado de varios tiros.

† D. Miguel Manzano Jiménez de 61 años de edad. Natural de Cádiar (Granada). Hijo de Federico Manzano Mendoza y de Teresa Jiménez Lara. Casado con Teresa Sancho González, de Granada, era padre de dos hijos llamados Federico y Remedios de 40 y 35 años de edad, respectivamente. De profesión Maestro Nacional. No estaba afiliado a ningún partido político. Vivía en la calle Santa Ana nº 6. Era hermano de Federico Manzano Jiménez, persona que da nombre al Grupo Escolar de Campillos, y padre de Federico Manzano Sancho, a cuyo diario “NUESTRO TIEMPO…” me he referido en varias ocasiones.

MÁLAGA – 27 DE SEPTIEMBRE

El 26 de septiembre, detienen en Málaga a FERNANDO RUEDA PÉREZ (†) en la calle Pulidero nº 18, donde se encontraba, accidentalmente, con sus hijas. Lo detuvieron Francisco Delgado Escribano y el "[...]" (José Escribano Haro), que lo llevaron al Comité de refugiados de Campillos, y al día siguiente fue llevado al cementerio por las mismas personas que lo detuvieron, y lo asesinaron.

† D. Fernando Rueda Pérez, de 56 años de edad. Natural de Campillos. Hijo de Fernando Rueda Guerrero y Dolores Pérez Bonillla. Viudo de Aurora Pérez Escobar. Era padre de cinco hijos llamados Dolores, Fernando, Carmen, Josefa y Rosario de 30, 28, 26, 21 y 15 años de edad respectivamente. De profesión era talador. Afiliado al Partido Agrario. Vivía en la calle Guzmanes nº 35.
  • Francisco Delgado Escribano, fue fusilado el 2 de marzo de 1937
  • José Escribano Haro, fue fusilado el 20 de mayo de 1943
El 13 de septiembre de 1936, con la caída de Campillos en poder de los nacionales, se produjo la huida de muchos campilleros en dirección a Ardales, y después a Málaga. Una vez en la capital, y para ayudar a las personas que habían llegado, se constituyó un Comité de refugiados, que se encargó de encontrarles alojamiento, alimentación, organizar las milicias propias, relacionarse con los demás Comités y autoridades provinciales, etc.

Declaración de JOSÉ MORENO RAMÍREZ: La misión de dicho comité era el repartir entre los refugiados la cuota que como tal era suministrada a los refugiados diariamente; dar informes para la concesión de licencia de armas a los militantes de los partidos afectos al Frente Popular; así como la concesión de salvoconductos y otros documentos tales como cartillas para socorro de refugiados; avales al personal del pueblo que perteneciese a los mencionados partidos y que lo necesitara.

El Comité de Campillos, estaba localizado en el Convento de las Esclavas, en la calle Liborio García nº 7. Miembros del Comité de Campillos, eran entre otros:

Francisco Oliva González (Fusilado 24/02/1937)
Diego Gómez González
Juan Gallardo Hidalgo
José Moreno Ramírez
Juan Morillo Mendoza
Pedro Moreno Ramírez (Fusilado 21/02/1937)
Francisco Maldonado Escribano


El socialista Francisco Oliva, había sido alcalde de Campillos en 1934 y 1936, y desde el 18 de julio, miembro del Comité del Frente Popular que se formó en Campillos, al igual que Diego Gómez, que había sido concejal en 1931, Juan Gallardo, que era miembro de las Juventudes Socialistas, y de José Moreno y Juan Morillo, que eran funcionarios municipales.

MÁLAGA – 29 DE SEPTIEMBRE

Según declaraciones de su esposa Carmen Chinchurreta Sánchez para la Causa General, FRANCISCO ESPINOSA MORALES (†), se encontraba escondido en una fonda de Málaga, y un tal José Mesa (Llamas) de Campillos, que era personaje destacado del Comité de refugiados de Campillos le dijo que fuera a la casa de una hermana de José Mesa, y que allí le daría un salvoconducto para que pudiera transitar por Málaga. El día 29 de septiembre, fue a por el salvoconducto y le estaba esperando una patrulla de la FAI, en la que había algunos individuos de Campillos. Le detuvieron y lo llevaron al Comité de refugiados, y de allí al camino de Antequera donde fue asesinado.

† D. Francisco Espinosa Morales de 46 años de edad. Natural de Teba. Era hijo de Cayetano Espinosa Verdugo y Carmen Morales Guerrero. Estaba casado con Carmen Chinchurreta Sánchez, de Ardales, y era padre de siete hijos llamados Carmen, Pedro, Cayetano, María, Francisco, Benito y Rafael de 20, 18, 16, 14, 12, 10 y 7 años de edad respectivamente. De profesión empleado. Estaba afiliado a Acción Popular. Vivía en calle San Sebastián, nº 24

Su hijo Cayetano Espinosa Chinchurreta murió el 18 de mayo de 1938, con solo dieciocho años de edad, combatiendo en la guerra con las tropas nacionales en el frente de Valsequillo (Córdoba). Era sargento de infantería.

Cayetano Espinosa Chinchurreta

Francisco, era hermano de Cayetano Espinosa Morales, de 47 años, cura párroco de Cañete la Real que fue asesinado en Málaga el 13 de octubre de 1936

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De la muerte de 
DIEGO MORENO LAYNA (†), se sabe poco. Solo que fue detenido por José Moreno Ramírez, que era miembro del Comité de refugiados, junto con dos más, cuando Diego Moreno estaba en el Hospital de Málaga. Su esposa declaró que ignoraba lo que pudiera ocurrirle desde ese momento hasta su muerte. Que así mismo ignoraba donde fue asesinado y si su cadáver fue encontrado.

† D. Diego Moreno Layna de 42 años de edad. Natural de Campillos. Hijo de Diego Moreno Cuellar y Teresa Layna Avilés. Casado con Carmen Padilla Pérez, era padre de cinco hijos llamados Juan, Alfonso, Diego, José María y Jesús de 9, 8, 6, 3 y 1 años de edad respectivamente. Estaba afiliado a Acción Popular. Había sido alcalde de Campillos desde el 4 de noviembre de 1930, hasta las elecciones municipales que se celebraron el 12 de abril de 1931, que trajeron la Segunda República a España. De profesión era labrador, y vivía en la calle Lavados nº 23.

Diego Moreno Layna era primo de Diego Campos Moreno asesinado el 26 de julio, y cuñado de Alonso Padilla Pérez, asesinado el 15 de agosto de 1936. Era también sobrino de Juan Moreno Cuellar, que había sido alcalde de Campillos desde el 2 de octubre de 1923 al 8 de marzo de 1924.

MÁLAGA – 30 DE SEPTIEMBRE

De EDUARDO MARTÍN TORRES (†), solo se sabe que murió en Málaga el día 30 de septiembre. Su esposa Ana Llamas, declaró que fue detenido en Málaga ese día, por un individuo de Campillos, que ignora cómo se llamaba. Fue conducido al local donde actuaba el Comité de Campillos, y seguidamente llevado al sitio donde fue asesinado, ignorando que personas cometieron el hecho

† D. Eduardo Martín Torres de 35 años de edad. Natural de Campillos. Hijo de José Martín Castro y Eduarda Torres Díaz. Casado con Ana Llamas Cuellar, y era padre de seis hijos llamados José, Eduarda, Antonio, Ana, Eduardo y María Josefa de 9, 8, 6, 4, 3 y 1 año de edad respectivamente. De profesión panadero; su padre tenía una tahona. Vivía en la calle Guzmanes nº 20.

Era cuñado de Andrés Guerrero Martín, asesinado el 11 de septiembre de 1936.

ÁLORA – 1 DE NOVIEMBRE DE 1936

PEDRO PALACIOS DELGADO, era panadero y estaba trabajando en Álora. Cuando iba a trabajar al horno, fue detenido en la misma plaza, por dos individuos de la FAI. Se lo llevaron a las afueras del pueblo y lo asesinaron.

† D. Pedro Palacios Delgado de 34 años de edad. Natural de Campillos. Hijo de Andrés Palacios Peral y Dolores Delgado Quero. Soltero y de profesión panadero. Estaba afiliado a Acción Popular. Vivía en la Puerta Teba nº 11.

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