LA CONQUISTA DE RONDA

 

El general Varela entrando a pie en Ronda. A su derecha el comandante Redondo y a su izquierda el comandante Corrales

En las dos anteriores Crónicas, hablé de la entrevista que habían mantenido en Sevilla los generales Gonzalo Queipo de Llano y José E. Varela Iglesias, el día 12 de septiembre, y tras la cual el Estado Mayor del “Ejército de Operaciones del Sur”, dictó la correspondiente Orden de Operaciones que tenía por objeto la ocupación de Cañete la Real, Campillos, Peñarrubia, Teba, Cuevas del Becerro y finalmente Ronda.

La ofensiva debía iniciarse, como ya vimos, por tres columnas distintas. Dos de ellas confluirían en la carretera de Campillos a Ronda. La primera que correspondía a la columna del comandante Luis Redondo García, llamada “Columna de El Saucejo”, había partido de Osuna el 4 de septiembre hacía El Saucejo, y una vez sometida esta población, se había ocupado de Los Corrales, Martín de la Jara, Villanueva de San Juan y Algámitas, para continuar después hasta Almargen, pueblo que ocuparía el 13 de septiembre.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2024/10/objetivo-ronda-la-columna-de-el-saucejo.html

Esta columna debía proceder a ocupar el día 14 de septiembre Cañete la Real, para a la mañana siguiente efectuar por un lado un reconocimiento ofensivo por la carretera que unía dicha población con el cruce de la de Ronda, y por otro lado lanzar, al día siguiente, un segundo reconocimiento ofensivo en dirección a Teba con el fin de ayudar a la "Columna de Antequera" a la ocupación de dicho pueblo.

La segunda columna llamada "Columna de Antequera" saldría desde esta ciudad, en poder de los sublevados desde el 12 de agosto, bajo el mando del comandante Rafael Corrales Romero, ocupando Campillos, Peñarrubia y Teba, para unirse posteriormente con la primera columna, en la carretera de Campillos a Ronda, en el cruce de Cañete. Para ello, previamente, la "Columna de El Saucejo", tras la conquista de Cañete la Real, esperaría el paso de la columna de Antequera en la confluencia de ambas carreteras, operando ya a partir de entonces de forma conjunta para ocupar Cuevas del Becerro y Ronda el 16 de septiembre.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2024/11/objetivo-ronda-la-columna-de-antequera.html

Finalmente, la tercera columna, denominada "Columna de Cádiz", avanzaría desde los pueblos gaditanos de Arcos de la Frontera y Ubrique, debiendo ocupar el 14 de septiembre El Gastor y Alcalá del Valle, ubicadas en la sierra gaditana y todavía en manos gubernamentales. Al día siguiente, debía proceder a efectuar un reconocimiento ofensivo sobre Setenil de las Bodegas, y si el jefe de la columna lo consideraba factible con los medios de que disponía, y si la resistencia del adversario no fuese fuerte, la ocuparía, dejándola en tal caso fuertemente guarnecida para evitar que pudiera ser reconquistada por el adversario. Por último, el 16 de septiembre debían ocupar el puerto de Montejaque, en la carretera malagueña de Ronda y ejercer tal presión sobre el enemigo que le obligara a su desplazamiento hacia dicha ciudad. Esta última columna la dirigiría el comandante de Caballería Salvador Arizón Mejías, quien el 18 de julio había encabezado en Jerez de la Frontera la sublevación militar.

Hasta ahora hemos visto como realizaron sus operaciones las dos primeras columnas, y como, según lo previsto, el 16 de septiembre avanzaban conjuntamente hacia Ronda. Veamos ahora, brevemente, qué ocurrió con la “Columna de Cádiz”.

Estaba compuesta por una compañía del Grupo de Fuerzas de Regulares Indígenas nº 4 de Larache; dos compañías de fusiles, así como otra de ametralladoras y una sección de morteros del Regimiento de Infantería de Cádiz nº 33; dos centurias de Falange de Cádiz; un escuadrón del Regimiento de Cazadores de Caballería Taxdirt nº 8 de Sevilla; una batería de 75 y una batería de 105, con los correspondientes servicios.

Según los planes previstos por el Estado Mayor del "Ejército de Operaciones del Sur" pretendían ocupar en días sucesivos varios pueblos de la Sierra Norte gaditana, El Gastor, Alcalá del Valle y Setenil, y avanzar hacia Ronda, que debía ser ocupada el 16 de septiembre. Dichos planes fueron modificados y en su lugar se decidió lanzar una ofensiva sobre Grazalema.

El 12 de septiembre dicha columna se concentró, junto a una compañía de la Guardia Civil de Jerez de la Frontera mandada por su capitán Federico Montero Lozano, en El Bosque. También se incorporaron a la misma, fuerzas de la columna de Falange de Mora-Figueroa:

El 12 de Septiembre salimos en camiones hacia El Bosque para incorporarnos a una columna mandada por el Comandante don Salvador Arizón que iba a ocupar Grazalema, dejando antes algunas fuerzas como guarnición en Olvera, Torre Alháquime, Algodonales, Ubrique, Benaocaz, Benamahoma y El Bosque.

El pueblo de Grazalema estaba fuertemente defendido, ya que en el mismo se encontraba no sólo las milicias locales sino también un fuerte contingente de refugiados de otros pueblos de la zona, como El Bosque, Zahara o Prado del Rey, así como voluntarios de Montejaque.

Ese día 12, habían estado sobrevolando Grazalema algunos aviones sublevados que arrojaron varias bombas sobre la población.

A últimas horas del día 13 de septiembre, las fuerzas del comandante Arizón entraron en Grazalema por el Puerto del Boyar. Una vanguardia mandada por el capitán de Infantería Ignacio Caballero Muñoz de los Regulares de Larache, consiguió tomar una parte del núcleo urbano. Las fuerzas milicianas parapetadas en los riscos montañosos que rodean la localidad, emprendieron un fuerte contraataque sobre los flancos de la columna, logrando cortar la misma y aislar a la avanzada que quedó incomunicada del resto.

Durante la noche del 13 al 14 de septiembre las fuerzas sublevadas realizaron varios ataques para contactar con las fuerzas del capitán Caballero y ocupar la población, pero fueron rechazados por las fuerzas gubernamentales cuyas posiciones eran más ventajosas. Se tuvo que pedir refuerzos a Cádiz.

A últimas horas del 14 de septiembre fuerzas de Falange al mando de Fernando Zamacola Abrisqueta lograron romper el cerco defensivo y acceder a la población con un convoy de municiones, tomando contacto con la vanguardia que había quedado copada el día 13, la cual se encontraba sin apenas munición. A partir de ese momento las fuerzas milicianas fueron cediendo posiciones.

El día 15 con la ayuda de las fuerzas de Infantería del Regimiento de Cádiz y de Regulares enviadas desde Cádiz, iniciaron una maniobra envolvente atacando por la espalda a las fuerzas defensoras de Grazalema. Los milicianos viendo que podían quedar copados se dieron a la fuga. Muchas familias huyeron de la localidad camino de Ronda, que caería al día siguiente, y de otros pueblos de la serranía rondeña.

El parón de dos días que tuvo esta columna para conquistar Grazalema, le impidió llegar el día 16 a Ronda con las columnas de Antequera y El Saucejo, como estaba previsto. Los sublevados tuvieron treinta bajas, no teniéndose constancia de las de los defensores del pueblo, si bien parece ser que fueron superiores.

Las tropas que salieron de Cádiz tomaron Grazalema; hicieron setenta muertos al enemigo, muchos heridos y les cogieron gran número de municiones.
19360916 001 El Diario de Córdoba

La caída de Grazalema el día 15 de septiembre, hizo que huyeran ese mismo día muchos vecinos de Villaluenga del Rosario en dirección a Ronda, llevándose a los dieciséis vecinos del pueblo que estaban detenidos. Algunos fueron ejecutados en el camino y otros trece, en las inmediaciones de la estación de Ronda. La llegada de los huidos de Grazalema y Villaluenga del Rosario a Ronda, hizo pensar a los defensores, que el ataque de los nacionales venía por esa dirección.

16 DE SEPTIEMBRE

La ciudad de Ronda, se asienta sobre una meseta cortada por un profundo tajo de 120 metros de altura, excavado por el río Guadalevín, al que asoman los edificios de su centro histórico. Esta situación geográfica, confería a la ciudad una fama de inexpugnable.

Además, se había diseñado un sistema defensivo basado en una red de fortificaciones o “blocaos”, situados en sitios estratégicos y dispuestos técnicamente con excelente dirección, con alambradas electrificadas y sin electrificar, trincheras, campos minados y cargas explosivas situadas a lo largo del principal itinerario de entrada a la ciudad. Todo ello, estaba claro, había sido diseñado por algún militar experto en la materia.

En las azoteas de las casas y edificios más estratégicos, se habían apostado las fuerzas de la milicia local, bajo el mando directo del brigada de Carabineros Santiago Trujillo Rodríguez; también se habían colocado artefactos explosivos, que sin embargo, llegado el momento no llegaron a ser activados al huir los encargados de ello.

Por otra parte, se habían formado en el interior del casco urbano tres compañías con las fuerzas de Carabineros y del Ejército allí asentadas, asignándoseles a dos de ellas, las de Carabineros, la defensa de las zonas norte y nordeste de la población ya que las condiciones orográficas de Ronda hacía el resto del perímetro poco más que imposible de penetrar. Por lo general, prestaban servicio en los “blocaos” que estaban en las afueras de Ronda.

La tercera compañía, compuesta por personal del Ejército, prestaba servicio en el puente de “La Ventilla”, situado a unos siete kilómetros de Ronda, en el camino que lleva a Cuevas del Becerro.

En total en la ciudad de Ronda había 239 personas, entre voluntarios, Carabineros, Ejército y milicias, realizando labores de vigilancia y defensa, según recoge el informe realizado el 15 de septiembre por el comandante de Infantería, Francisco Mejide Gurrera, que estaba al mando de las fuerzas defensoras de la ciudad.



El pueblo de Cuevas del Becerro, está a unos veinte kilómetros de Ronda. La madrugada del 16 de septiembre había sido ocupado por las columnas al mando de los comandantes Rafael Corrales y Luis Redondo. Al poco de conquistar Cuevas, las dos columnas, unificadas en una sola, se pusieron en camino hacia la ciudad de Ronda.

El avance hacia la ciudad, fue bastante dificultoso por lo accidentado del terreno, que hacia premiosa la marcha de los flancos, y servicios de vigilancia y de auxilio.

La columna desfilaba por la carretera, ofreciendo un espectáculo fantástico, pues desde las alturas, daba la impresión de un tren cuya cabeza y cuya cola se perdían en la lejanía, pues ocupaba una extensión de cerca de ocho kilómetros de la carretera.
19360918 05 La Unión - M. CERMEÑO

A unos siete kilómetros de la capital rondeña, se encuentra el puente de “La Ventilla”, sobre el arroyo del mismo nombre, que estaba defendido por cuatro fortines de forma circular, que cubrían la entrada y salida del puente, dominando el camino desde unos repechos, con muros de mampostería de cerca de un metro de espesor, con aspilleras, techados y resguardados de la aviación. Abajo, cerca del arroyo, dominando todo el puente, tenían otro fortín más pequeño.



Un tramo amplio de carretera que precedía al puente, lo tenían minado con explosivos perfectamente disimulados. El puente también estaba en disposición de ser volado por medio de un contacto eléctrico, al paso de las fuerzas enemigas.

El aviso al galope de un guardia civil montado a caballo procedente de Ronda, que se pasaba a los sublevados, previno a la vanguardia de la compañía de Infantería de Marina del capitán Antonio Ristori Fernández, de las cargas situadas en el puente y sus accesos. El avance se paralizó momentáneamente mientras se destacó una avanzadilla que procedió a reconocer el terreno.

Al llegar la avanzadilla de los sublevados a unos 500 metros del puente, los defensores volaron con explosivos el tramo previo de carretera, sin que se llegara a causar grandes desperfectos en la misma.

La primera obra defensiva la encontramos antes de llegar al puente de la Ventilla. Un parapeto de piedras precede a un extenso campo minado que seguía hasta el otro lado del puente, donde estaba el contacto para hacerlo funcionar, de perfecta instalación, pues todos los hilos iban bajo tubo de plomo, y en una caja empotrada y aislada en el suelo cuatro baterías completamente nuevas. El único defecto fue que las minas fueron colocadas demasiado a flor de tierra, aunque muy bien disimuladas, y, al explotar sólo lograron levantar el pavimento de la carretera. Porque el campo minado lo hizo explotar el primer enemigo que encontramos en nuestro camino: una mujer
19360919 08 y 09 La Unión

Las avanzadas de la columna encontraron junto al puente a una mujer vestida con traje de hombre: era la conocida en Ronda por la “Portuguesa”; anarquista y revolucionaria. Cuando uno de los carros blindados estaba ya en el trozo de la carretera juntamente con otros camiones, la “Portuguesa” estableció el contacto eléctrico y la carretera estalló; pero con tanta fortuna para nosotros, que casi no nos hizo nada; de volar el puente, no tuvo tiempo.
BERNABÉ COPADO – CON LA COLUMNA REDONDO. Página 106

A la miliciana, de origen portugués, vestida con mono azul, encargada de efectuar la voladura, no le dio tiempo a activar las cargas situadas en el puente, al resultar herida de gravedad de un disparo realizado desde el puente por un tirador selecto, cuando huía ladera arriba con intención de ocultarse en el arbolado. El resto de los defensores de las cuatro fortificaciones, huyeron hacia Ronda.

Puente de la Ventilla

A ésta mujer se le encontró gravemente herida en las inmediaciones del puente. Antes de morir, declaró que era la encargada de poner el contacto para volarlo.

Herida de muerte, hizo público arrepentimiento de todos sus pecados, y a petición propia fue confortada hasta el momento de espirar con los auxilios espirituales de uno de los sacerdotes que acompañan la columna. Dios la haya perdonado.
19360919 08 y 09 La Unión

Lo declara todo y dice que quiere confesar con un sacerdote, porque está arrepentida. Así lo hace. Y después de confesar, reza varias jaculatorias con gran fervor y besa el Crucifijo y las manos del sacerdote. Este se emociona, ante la religiosidad ejemplar de la infeliz mujer.
GIL GÓMEZ BAJUELO – MÁLAGA BAJO EL DOMINIO ROJO. Página 34

El jesuita Bernabé Copado, que iba de capellán en la columna requeté del comandante Redondo, fue el que le hizo la confesión:

La cogieron y allí mismo se la fusiló, después de prepararla y de hacer una larga confesión: había tenido buenos principios y tenía conocimiento de la religión.
COPADO - 106.

En las primeras fortificaciones, fueron encontradas varias cajas de municiones de fusil y de bombas. Debajo del puente, junto al arroyo, y también en un chozo construido con palos y ramas sobre la cuneta, habían quedado abandonados platos con restos de comida, mantas y colchones.

Después de limpiar la carretera de minas, y arrancar los gruesos cables, la columna continuó la marcha hacia Ronda. 

ANTONIA SALGADO “LA PORTUGUESA”

El nombre de “La Portuguesa” era Antonia Salgado. Es probable que su llegada a España, se debiese a motivos políticos, huyendo de la dictadura de Salazar, o bien, a la tradicional emigración por motivos económicos que padeció Portugal durante décadas.

A finales de 1933, tenemos información sobre ella en la prensa de Sevilla, cuando intenta arrojarse desde lo alto de la Giralda de Sevilla, y después al río Guadalquivir

SEVILLA 22. —Ayer mañana, acompañada de un guía, subió a la Giralda Antonia Salgado, de treinta y tres años, natural de Lisboa, institutriz.
Cuando se hallaba en el penúltimo piso se subió al pretil de uno de los balcones del campanario e intentó arrojarse a la calle.
El guía, Narciso Barroso, comenzó a dar gritos, y acudió el campanero, y entro los dos lograron sujetar a la desesperada institutriz.
Conducida a la Comisaría, manifestó que había intentado suicidarse por estar cansada de la vida y porque no encontraba trabajo.
Por la tarde intentó de nuevo poner fin a su vida y se arrojó al Guadalquivir.
Fue auxiliada por un transeúnte, que logró ponerla a salvo.
19331122 002 El Heraldo de Madrid

Dos años más tarde se encuentra en Utrera. Parece ser que llegó al pueblo en el año 1935 para trabajar en la construcción del pantano de “Torre del Águila”, al igual que hicieron otros compatriotas suyos.

Al conocerse en Utrera el golpe militar, las fuerzas políticas que componían el Frente Popular, junto al sindicato anarquista CNT, decidieron constituir un Comité de Defensa con la labor primordial de hacerse cargo de la organización y defensa en el pueblo a favor de la República. En dicho Comité, Antonia Salgado fue la representante del Partido Comunista.

Con la llegada de las tropas sublevadas a Utrera el 26 de julio, Antonia huye en dirección a Morón, donde se incorpora a la lucha en los alrededores, hasta que perdida toda posibilidad de recuperar la localidad huye hacia Ronda, donde llegó a primeros de agosto con un nutrido grupo de refugiados procedentes de la Sierra Sur sevillana. Su popularidad era grande y se ganó el apodo de la “Libertaria”.

Una vez dada esta información sobre Antonia Salgado, volvemos al relato.

El avance rápido de la columna desde el puente a la ciudad, fue una sorpresa para los defensores. Esperaban que las tropas nacionales entrarían por Grazalema, y que no intentarían entrar en la ciudad ese día por la carretera de Cuevas, ya que pensaban que en caso de que vencieran la resistencia que encontrarían en la carretera, emplearían mucho tiempo en reparar el puente para poder pasar; pero la resistencia en el mismo fue nula, y el puente no había sufrido el más mínimo desperfecto.

Tan confiados estaban, que en el camino nos encontramos con tres desdichados, que venían en un auto a traer comida a los que estaban en los blocaos: la sorpresa de los infelices no es para (ser) descrita: allí quedaron en la carretera sus cadáveres.
COPADO – 109

La vanguardia ve venir a un automóvil en dirección contraria. Unos cuantos regulares se apostan a los lados de la carretera, y, al pasar, le dan el alto. El conductor, al darse cuenta de la situación, intenta dar la vuelta al coche y escapar, pero no lo consigue. Su acompañante, que luce los galones de cabo sobre el "mono", color caqui, es hecho prisionero. Por él sabemos que traían pan para los desaparecidos defensores del puente. En uno de los bolsillos lleva un periódico, editado en Ronda, que se titula "U.H.P.". También dice que detrás viene otro coche con comida para los mismos "aguerridos" defensores. Efectivamente, los regulares le hacen el debido recibimiento, y sus ocupantes sufren la misma suerte de su compañero.
Más tarde, es una partida de doce o catorce hombres a caballo. Estos se dan cuenta a tiempo, y dan media vuelta, huyendo sobre monturas, los unos, y abandonándolas, los otros, para correr a pie y poder ocultarse mejor entre los árboles.
19360919 08 y 09 La Unión

Poco después, es detenido un individuo, que caminaba tranquilamente a caballo, con su escopeta y su brazalete rojo. Fue desarmado, y yendo detenido, se abalanzó a un alférez, pretendiendo desarmarle. Luego se arrojó por un barranco, perseguido por los disparos de los moros de la escolta del general.
Continúan los magníficos parapetos, entre los bosques de pinos. Y vamos encontrando más gente en el camino. Se detiene, disparando, a un guardia civil. En un parapeto, se coge gran cantidad de bombas, procedentes de Murcia.
En vanguardia, los requetés detienen el primer coche de la tarde. Es un SE-9738. Tiene grandes inscripciones de CNT y FAI. Y vienen en él, el chófer y un cabo. Traían comida para la portuguesa del parapeto.
Más tarde, se detiene otro coche, el B-62778. Vienen en él tres individuos con bombas de mano.
GIL GÓMEZ BAJUELO - 35


Mientras las tropas nacionales avanzaban en dirección a Ronda, esa mañana una patrulla de tres aviones Savoia SM-81 parte de Sevilla, para bombardear los cuarteles y las concentraciones militares de Ronda. Los cuarteles eran claramente visibles en las afueras de la ciudad; y los SM-81 se ponen en fila india para realizar el bombardeo en tres pasadas sucesivas. Después de la primera pasada, el bombardero que iba en la cola, pilotado por el capitán Antonio Llorente Sola, cruza la ciudad diagonalmente y lanza una docena de bombas justo en el centro de la población.

¡Quién sabe qué matadero ha combinado! Varias casas han sido destrozadas. Los cuarteles han sido bien centrados y en la tercera pasada están todos colapsados. Tan pronto como aterricé en Sevilla, volví a llamar al capitán Llorente y él, como excusa, me contestó que había tirado sobre la ciudad para intimidar a los habitantes y hacer huir a los milicianos, quienes de otro modo se amontonarían en sus hogares para hacer que ese guerrillero que ya ha costado la vida a muchos soldados nacionales. Tal vez tenga razón. (VIVA LA MUERTE - RUGGERO BONOMI)

El teniente coronel italiano Ruggero Bonomi, era el jefe del contingente de nueve aviones Savoia SM-81 italianos, que había mandado Mussolini a España para ayudar a las tropas de Franco.

De escolta a los tres Savoia, iba un caza Fiat Cr-32 italiano, pilotado por el teniente español Julio Salvador Díaz-Benjumea.

Mientras, el general José E. Varela Iglesias, que había salido de Antequera, donde tenía su Cuartel General, a las 8,50, llegaba con su Estado Mayor para tomar, en el lugar previsto, el mando de la operación.

Salimos de Antequera siguiendo al general Varela, al punto donde se han unido las columnas de los comandantes Redondo y Corrales, que hoy han de operar conjuntamente bajo el mando personal del general. Cruzamos sin detenernos por Campillos y Peñarrubia, y dejamos a la derecha a Teba, con su castillo vigilante sobre las alturas y la fértil vega que se extiende a lo largo de la ribera. De los caseríos, de las huertas y cortijos se acercan al borde de la carretera para saludar al general y al resto de la caravana.
19360919 08 La Unión

Ya relativamente cerca de la población, se unió a las fuerzas el general Varela, que llegaba con su Estado Mayor a toda velocidad para tornar el mando de la columna en el lugar previsto. Inmediatamente procedió a distribuir la fuerza convenientemente para el mejor resultado de la operación, que dirigió personalmente el prestigioso general.
19360918 05 La Unión – M. CERMEÑO



A la entrada de Ronda, tenían puesta los defensores una triple alambrada que rodeaba la ciudad que estaba conectada con la corriente eléctrica de alta tensión.

Los nuestros dieron muestra de sí varias veces durante el día y bombardearon de manera eficacísima la ciudad de Ronda, como pudimos ver en nuestra entrada. Varios edificios quedaron enteramente destruidos. La casa que tienen las Hermanitas de los Pobres aparecía con un ala en ruinas: murieron dos ancianas y quedaron varias heridas. […].
Providencia particularísima del Señor en este bombardeo fue, que la metralla cortó el cable de alta tensión que llevaba la energía a la red que habían puesto rodeando toda la ciudad para impedir nuestra entrada.
Original fue el modo corno descubrimos, o mejor, Dios nos descubrió que la corriente estaba cortada. Al dar vista a la ciudad pudimos distinguir claramente los cables. Mientras los Ingenieros militares hablaban entre sí y trataban de buscar un medio para vencer el obstáculo que nos impedía la entrada, vieron que un caballo que vagaba sin dueño por el campo, se acercaba a la puerta que habían puesto cerrando la carretera: llegó a ella, trató de forzarla y nada le aconteció; de lo cual dedujeron, como en efecto era, que la corriente estaba cortada.
COPADO – 105 y 106

Alambrada electrificada

A dos kilómetros de Ronda, divisaron perfectamente, la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, y la fundación Moctezuma de los Salesianos. El general Vareta va dando las últimas órdenes a los jefes de las columnas. Los Regulares, con su capitán y demás oficiales al frente, despliegan en guerrilla y se adelantan por el espacio de terreno que queda hasta la ciudad. Les sigue el Requeté como tuerza de protección, pero pronto las “boinas rojas” de las tradicionalistas se confunden con los multicolores turbantes de los marroquíes, formando una sola línea. Detrás de las fuerzas que avanzan se sitúa la Infantería de Marina, por si fuera necesaria su intervención.



Emplazada convenientemente, dos piezas de artillería mandadas por el teniente Alfonso Alarcón, empieza el cañoneo que ha de proteger el avance de las tropas. Los aviones, que por la mañana han bombardeado Ronda, evolucionan sobre la ciudad.

La artillería actuó con gran acierto, atacando los sitios convenientes de la ciudad para facilitar la entrada de las fuerzas.
19360919 001 Diario de Córdoba

Regulares y Requetés se preparan al asalto. Se despliegan las tropas, atacando por diversos sitios. Los moros se dan la mano y se llevan los dedos a los labios:
Enseguida las campanas de la ciudad nos traen la noticia de la entrada de nuestras tropas.
Oteamos por unos momentos el campo rondeño. Y por la carretera del otro lado vemos a la gente que huye, Caravana de marxistas en camiones, que todos los días decían en Ronda:
— ¡No pasarán!
En la misma entrada de Ronda esta el cuartel de los "Carabineros de la U. H. P."
Hay magnificas alambradas de alta tensión. A golpe de hacha caen los contactos.
GIL GÓMEZ BAJUELO (35 – 37)

Cuando menos lo esperaban, apenas enmudeció la artillería, Requetés y Regulares, entraron en la población, seguidos del resto de la columna, que tuvo que vencer una ligera resistencia, librándose algunos combates en las calles. Fue una sorpresa la presencia de la columna ese día y a aquella hora, ya que no esperaban el ataque hasta el día siguiente por la mañana.

Al llegar a la plaza del Ayuntamiento hay un fragoso tiroteo. Allí se combate. Han caído unos ocho o diez milicianos. Sus brazaletes rojos se confunden con la sangre. Desde el otro lado del puente, los fugitivos se vuelven de trecho en trecho para disparar.
19360922 15 La Unión

Así, cuando llegaron nuestras tropas, los “Leones de Ronda” y los “Aguiluchos de Montejaque” no hicieron otra cosa que correr. De nada les sirvieron los parapetos, las alambradas conectadas, el magnífico atrincheramiento del teatro Espinel. Todo lo dejaron. Todo lo abandonaron. Quedó la rancia plaza de toros llena de coches de la C.N.T., y en la carretera cortada de San Pedro de Alcántara, dejaron los que les sirvieron para la precipitada fuga.
19360923 06 y 07 ABC – GIL GÓMEZ BAJUELO

La entrada de nuestras fuerzas en la población despertó extraordinario entusiasmo entre el vecindario que no cesaba de vitorear a España y al Ejército salvador.
La mayoría de las casas ostentaban colgaduras, algunas de ellas, de los colores nacionales.
En todos partes ondeaban banderas blancas improvisadas con sábanas y lienzos blancos.
La gente se lanzó a la calle, y en todas partes se encontraban nutridos grupos que no cesaban de aplaudir a la tropa y de vitorearla hasta enronquecer.
Las mujeres lloraban de alegría, y los soldados eran abrazados con emoción por el vecindario.
19360918 05 La Unión – M. CERMEÑO

La gente salía enloquecida a las puertas de las casas; las mujeres desgreñadas y con la ropa sucia y ajironada; los hombres sin afeitar y con los ojos, unos sin vida y otros como fuera de las órbitas; unos reían y otros daban gritos desgarradores; preguntando por qué habíamos tardado tanto; muchos temerosos no se atrevían a salir de las casas; y entre aquellos gritos se oía desgarrador, el de las madres, y el de las esposas y hermanas, que decían: «a la cárcel, que están aun presos muchos».
COPADO – 109

Cuando las tropas han hecho su entrada en la ciudad, unos hombres en vanguardia se dirigen al Ayuntamiento. Y es Raimundo Blanco el que descorre el cerrojo del cautiverio marxista para un grupo de mujeres y hombres que ya esperaban estoicamente la hora del martirio, que sufrieron antes centenares de convecinos.
Tres carceleros que no han podido huir, quedan para siempre en la plaza del pueblo, frente a la puerta por donde vieron salir a tanto mártir en las horas de dominación roja.
Las mujeres se abrazan a los que acaban de llegar y, siempre generosas, aún tienen tiempo para pensar en las otras y exclaman:
— ¡A la cárcel, vamos a la cárcel, que hay mas presos allí!
Y ya libertadores y libertos, en estrecho y emocionante grupo, pasan el puente sobre el Tajo, penetran en el centro de la ciudad y, subiendo la cuesta que va a Santa María la Mayor, se dirigen a la cárcel. No se puede abrir la puerta, pero se salta por el balcón al grito de ¡Viva España!, y al rechinar la cancela de la prisión, una caravana de mujeres de pálidos rostros y de hombres de largas barbas, salen temblando como azogados a la luz declinante de la tarde.
Risas y llanto, vítores y abrazos. Es la libertad y es la vida, que tenían perdida. Es la vuelta al hogar, donde, tras la primera impresión de alegría, muchos sentirán ahora el frio de algunas ausencias que serán eternas.
Son muchas las personas que ya no están en la cárcel. Partieron de ella, en las noches claras del estío, bajo la mirada de odio de sus verdugos.
Mientras los presos se dirigen con pasos vacilantes, que quieren ser expresión de un estado de inconsciencia, a sus domicilios, recorremos las calles.
19360920 ABC – GIL GÓMEZ BAJUELO

LA ALEGRÍA DE LOS SUPERVIVIENTES
Mientras la justicia se cumple en la calle, en el Ayuntamiento, donde había detenidas ocho mujeres, todo es animación y alegría entre ellas y los familiares, abrazándose llorando de de alegría, rebosantes de satisfacción,
También acuden allí los otros detenidos que estaban en la cárcel, en el cuartel y en el teatro, desarrollándose las escenas que son de suponer.
19360919 09 La Unión

A las 17,10 horas, el general José E. Varela, acompañado de los comandantes jefes de columnas, su Estado Mayor y escolta, entra a pie en la ciudad conquistada. Los vecinos van recobrando la confianza, y salen a las puertas y ventanas para aclamar al general, al que llaman libertador de Ronda.

En las primeras casas de Ronda

Como a medida que avanza la comitiva, entre continuados vítores, la aglomeración es mayor, el general decide hacer el resto del camino en automóvil, al que sube también el comandante Rafael Corrales, que es natural de Ronda.

Apenas reanudada la marcha, una joven avanza hacia el coche Y se abraza llorando al comandante Corrales, quien la aparta de sus brazos para recibir en ellos a una venerable anciana, sin poder ocultar su emoción. Son la hermana y la madre del comandante, que estaban prisioneras de los rojos, y a quienes nuestros requetés acaban de poner en libertad, al mismo tiempo que a los demás detenidos. El mismo general ayuda a la madre del comandante a subir a su automóvil, que continúa al Ayuntamiento.
Frente al edificio se forman las fuerzas que han penetrado ya en la ciudad, y el general Varela sube al balcón, en unión del comandante Redondo, que iza la enseña nacional, mientras las tropas le rinde honores.
El rojo y gualda ondea al viento y el general da tres vivas a España, que son contestados por todos con el mayor entusiasmo, dándose después muchos vivas también al general Varela.
19360919 08 y 09 La Unión

El general Varela monta en su coche. Con él, el jefe de la columna, comandante Corrales, con su madre, encontrada sana y salva en la ciudad conquistada. Delante la escolta mora a pie. Va el coche al paso y la muchedumbre en la avenida de Espinel prorrumpe en entusiastas vivas a España y al general.
A las cinco y media en punto forman las fuerzas en la plaza delante del Ayuntamiento. Se iza la bandera española. Y el general Varela da tres vivas a España, que contestan frenéticamente las tropas y el pueblo...
GIL GÓMEZ BAJUELO (35 – 37)

Formados en la plaza de Ronda

El efecto producido por el bombardeo de la aviación y de la artillería fue demoledor en la población:

El centro de la ciudad en la parte nueva llamada el Mercadillo, presenta las desgarraduras abiertas por las bombas de nuestra aviación para quebrantar la resistencia: casas hundidas, calles llenas de escombros, rejas arrancadas, puertas caídas.
COPADO - 113

La desmoralización y el pánico cundió rápidamente entre las fuerzas gubernamentales mandadas por el comandante Francisco Mejide Gurrera, el capitán de Carabineros Ignacio Grau Altés y el dirigente socialista sevillano Manuel Adame Misa, los cuales abandonaron Ronda a su suerte huyendo por la carretera de San Pedro de Alcántara, una carretera de montaña en pésimas condiciones y asfaltada hasta la mitad de su trazado.

Entre tanto los rojos, atropellándose unos a otros, habían salido y estaban saliendo, cuando entramos, encaminándose a la sierra, camino de Málaga, la ciudad maldita. En la huida arrastraron a mucha gente; unos voluntarios y otros a la fuerza les decían que las tropas entraban a sangre y fuego y cometiendo tropelías incalificables y ante el temor de lo que les pudiera acontecer, se marcharon a pasar penalidades en las sierras y en las quebradas abruptas de las montañas.
Fue tan rápida la ocupación de la ciudad, que a muchos de los forajidos no les dio tiempo de ponerse a salvo y pagaron con la muerte, la brutalidad y el salvajismo de sus crímenes.
COPADO – 110

El ataque a la ciudad les cogió desprevenidos por completo, y su huida se hizo en forma precipitada. En varias de las casas que tenían ocupadas dejaron abandonadas armas, municiones y gran cantidad de bombas.

Tenemos el testimonio de Manuel Temblador, un joven de veinticinco años, de Arcos de la Frontera, que era secretario del sindicato de campesinos de Arcos, adscrito a la CNT, el cual había llegado a Ronda pocos días antes, huyendo de la represión de los falangistas de su pueblo, donde había estado oculto en una casa amiga, más de un mes. Había llegado muy débil:

Mis compañeros me aconsejaron me hospitalizara en Ronda. Aún no llevaba una semana en el hospital, sin que todavía me hubiese examinado ningún médico, aunque debidamente atendido por las enfermeras, cuando un avión enemigo voló sobre Ronda, casi rozando los tejados de las casas, lanzando prospectos anunciando a la población la próxima llegada de las tropas nacionalistas. Eso produjo tal efecto que el pánico se extendió por todo y comenzó la desbandada, huyendo las gentes hacia Marbella, pueblo importante de la provincia de Málaga.
Cuando me vine a dar cuenta, casi me hallaba solo en el hospital. La mayoría de heridos y enfermos que podían marchar, consiguieron escabullirse sin esperar a ser evacuados. Sabían que el cuerpo de Sanidad no disponía de suficientes camiones ni ambulancias para transportarlos a todos a otros centros hospitalarios. Algunos médicos y enfermeras hicieron lo mismo que los heridos y enfermos, huyendo del pueblo antes que los fascistas lo ocuparan y fueran víctimas de su sangrienta represión, que se temía fuera peor que la que hablan hecho en otros pueblos ya ocupados por ellos.
Se comprende que la población de Ronda saliera en desbandada, quedándose defendiendo el pueblo algunos grupos de trabajadores armados, que se desplegaron más tarde a la sierra de su contorno para unirse a las Centurias que por aquel frente operaban, el nombre de cuyos principales jefes, ya he mencionado.
Sin ánimo ni fuerzas emprendí de nuevo la marcha siguiendo la dirección de las gentes que llenaban los caminos, que conducían no sabían adonde. Yo no conocía los pueblos de aquellos alrededores. Unos muchachos que marchaban a mi lado, me dijeron, que la carretera que habíamos tomado iba a San Pedro de Alcántara. Era malísima, sin asfaltar y llena de profundos baches. Los vehículos rodaban por ella con dificultad y no obstante, de vez en cuando pasaba uno cargado de gentes.
MANUEL TEMBLADOR

Según el «DIARIO DE OPERACIONES» del general Varela, del que ya he hablado en anteriores Crónicas:

El enemigo dejó en nuestro poder numerosos fusiles y escopetas, un depósito de municiones de fusil y cañón, tres camiones y dos coches ligeros. Se pasaron a nuestras filas: un teniente, un sargento, un cabo y cuatro individuos, todos de la Guardia Civil. Las bajas que el enemigo dejó en nuestro poder fueron 61 muertos. Nuestras bajas fueron las siguientes: Un falangista y dos de tropa heridos. S.E. pernoctó en Ronda sin novedad.

Al entrar la columna del general Valera en Ronda se encontró abundante documentación perteneciente al cuartel general del comandante Francisco Mejide, que no pudo ser destruida antes de su huida. Según la misma acababa de solicitar a sus superiores de Málaga cuatro ametralladoras, dos cañones de montaña y dos morteros para contribuir a la defensa de la ciudad, a la vez que informaba de su intención de realizar descubiertas y batir a los pueblos cercanos de la serranía gaditana en manos de los sublevados, expresando además su preocupación de que si caía Ronda caerían inmediatamente todos los pueblos de la comarca así como la línea férrea Bobadilla-Algeciras.

Todos los templos de Ronda habían sido profanados, y destruido en ellos todo lo referente al culto. La colegiata de Santa María la Mayor con proporciones y riqueza de Catedral, fue convertida en dormitorio de milicianos y refugiados, usando para ello las camas de las casas de personas de derechas.


Iglesia Santa María la Mayor convertida en dormitorio

El Convento de Carmelitas Descalzas, el Colegio de las Esclavas Concepcionistas, las restantes parroquias y capillas, todo había sido arrasado. El valor de las riquezas que tenían las Parroquias y las Iglesias de la ciudad, era incalculable.

LA OBRA DE DESTRUCCION
La colegiata de Santa María la Mayor, el hermoso templo de Ronda, fue destrozado por completo, y sus amplias naves convertidas en dormitorio […], pues servía para el alojamiento de las milicias. Igual suerte sufrieron las Descalzas y el Espíritu Santo y el Socorro, que fueron quemadas. Las capillas, numerosísimas en Ronda, también han sufrido el vandalismo rojo, entre ellas la de la Virgen de Gracia donde se reunía el capítulo de los Caballeros Maestrantes.
19360919 08 y 09 La Unión

En el convento de Carmelitas Descalzas de Ronda, había desaparecido el relicario con la mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús. Cuando las tropas del bando nacional tomaron Málaga en febrero de 1937, el relicario con la mano de la santa fue hallado entre las pertenencias personales del coronel José Villalba Rubio, entre otras muchas piezas de valor saqueadas de las iglesias y conventos de Málaga.

En la ciudad de Málaga a 23 de septiembre de 1936, se reunieron en el Comité de Guerra de esta Comandancia Militar los camaradas [5 personas] de la CNT, [4] de la UGT, [1] del PCE, y [1] de IR, que forman los Comités de Defensa, Guerra y Abastos de la ciudad de Ronda, en presencia de los camaradas [2] de la CNT, [1] de la UGT, miembros los tres del Comité de Guerra de Málaga, al objeto los primeros de entregar oficialmente a los segundos, la cantidad, en billetes del Banco de España, 61.500 pesetas, a más de un maletín de alhajas y pedrerías sobre oro de un valor incalculable, incluyendo en dichas joyas una mano-relicario de Santa Teresa de Jesús, de plata con adornos en oro y pedrería, todo ello procedente de la ciudad de Ronda, y que obraba en poder del expresado Comité de Defensa, por haber sido requisado para las necesidades de la guerra.
Hecha la entrega, previa comprobación de los valores, se da por terminado el acto, levantándose del mismo la presente acta…
19360927 02 y 03 El Popular

Apenas se tomó Ronda se trató de restablecer las comunicaciones que se encontraban cortadas con la zona nacional. Debido a esto, el general Varela no pudo informar esa tarde al general Queipo de Llano de la conquista de Ronda. Este, en la alocución radiada de esa noche, dijo:

En el día de hoy han ocupado nuestras fuerzas Cuevas del Becerro y Ronda. De esta operación no tengo noticias oficiales porque están cortadas las comunicaciones, pero la aviación que había volado por la mañana sobre Ronda incendiando el cuartel de los rojos, volvió a volar por la tarde y observó que las tropas estaban ya en la ciudad. Los aparatos volaron casi a ras de los tejados y el vecindario los saludaba agitando los pañuelos. En la plaza principal de Ronda estaban formados los Regulares.
19360917 002 Diario de Córdoba

Una vez ocupada Ronda, el general Varela instaló su cuartel general en la denominada "Casa del Rey Moro", y procedió a nombrar a las nuevas autoridades locales.

Designó como primera autoridad de Ronda, y presidente de la Comisión gestora municipal, al capitán del Requeté José María García de Paredes, que venía como ayudante en la columna del comandante Luis Redondo.

El mismo día de la toma de Ronda, fue nombrado Alcalde de la ciudad, el capitán Ayudante de la columna, D. José M. García de Paredes. Trabajo muchísimo por la organización de todos los servicios, y como rasgo de su gobierno acertado y netamente católico, señalaré que el día 24 repartió una abundante limosna de varios miles de pesetas entre las Comunidades religiosas que habían quedado en la miseria.
COPADO – 119

17 DE SEPTIEMBRE

El capitán de Caballería José Ramos de Salas, que venía también con la columna requeté, fue nombrado juez instructor encargado de averiguar la actuación de los jefes, oficiales y clases de tropa, y depurar su conducta y responsabilidades, con motivo de la sublevación militar acontecida en Ronda dos meses antes.

El 18 de julio, en Ronda la sublevación militar había sido un rotundo fracaso, no llegándose a declarar por los partidarios del levantamiento militar el Estado de Guerra, debido, por un lado, a la decidida actuación del capitán de Carabineros Ignacio Grau Altés a favor del gobierno republicano, respaldada por las organizaciones locales del Frente Popular, y por otro lado, a la indecisión del teniente coronel de Infantería Tomar Oliver Martínez, jefe de la Caja de Reclutas de Ronda nº 17, que no cedió a las presiones del capitán de Infantería Álvaro Villalba Rubio, partidario de la sublevación. Estos dos últimos, fueron fusilados días después por los republicanos, junto a diez jefes, oficiales y suboficiales más pertenecientes al Ejército y la Guardia Civil, al ser consideradas simpatizantes de los golpistas.

Paradójicamente, fue un hermano mayor del capitán Álvaro Villalba, el coronel de Infantería José Villalba Rubio, quién se hizo cargo de la Comandancia militar de la capital malagueña unas semanas antes de la  caída en poder de los nacionales, el 8 de febrero de 1937.

Ese 17 de septiembre, se formó una manifestación patriótica en Ronda, promovida por los falangistas, que recorrió varias calles de la ciudad, dirigiéndose finalmente al Ayuntamiento donde se encontraba el general Varela, el cual se vio precisado a salir al balcón central ante las aclamaciones de la multitud.

Desde el balcón del Ayuntamiento, requerido por el pueblo, el general Varela pronunció unas palabras, afirmando que los militares se habían sublevado en defensa de la Patria, de la Religión y de la Civilización. Los aplausos recibidos los ofrendó en memoria de los mártires de Ronda. El momento fue de gran emoción. El general terminó sus breves palabras con tres vivas a España, que fueron reciamente contestados por el pueblo.
GIL GÓMEZ BAJUELO-MÁLAGA BAJO EL DOMINIO ROJO (44 – 45)

Posteriormente, en la plaza del Ayuntamiento, ante el general desfiló el Requeté, precedido de su escuadra de cornetas y tambores y banda de música. Después la banda del Requeté dio un concierto, recibiendo constantes ovaciones.

Se comenzó a armar a los "elementos civiles de orden", iniciándose contra aquellos defensores que no habían huido, una dura represión para vengar la realizada anteriormente contra los simpatizantes de la sublevación y personas consideradas sospechosas, y que llegó a alcanzar, según se recoge en la documentación del general Varela, la cifra de 512 personas "de orden".

La Comisión gestora municipal, procedió a abrir la caja municipal, que tuvo que hacerse descerrajándola, por haberse llevado las llaves los anteriores gestores. En su interior se encontraron muchos papeles, y, entre éstos, hasta unas 13.000 pesetas en billetes, enredados con aquéllos, y con señales evidentes de que se llevaron el dinero, dejando esta cantidad por confundirse con la documentación, que aparece revuelta y destrozada. Presenciaron la operación el secretario del Ayuntamiento y un Coronel del Cuerpo jurídico, a falta del notario don Julio Caballero Pascual, que había sido asesinado pocos días antes.

El capitán García de Paredes, presidente de la Gestora, publicó un Bando dirigido a los obreros para que se reanudaran inmediatamente el trabajo en aquellas industrias que estaban todavía paralizadas. Y otro, ordenando al vecindario que tuviera en su poder objetos robados, que hicieran entrega de ellos, “bajo la pena que les corresponde”.

Una vez restablecidas las comunicaciones telegráficas y telefónicas, el general Varela envió un mensaje al general Queipo de Llano detallándole las vicisitudes de su entrada en Ronda.


Esa noche, en su charla radiofónica diaria, desde radio Sevilla, el general Queipo de Llano, habló sobre Ronda:

Refiere el general que lo ocurrido en Ronda crispa los nervios. Hasta ahora van recogidos por nuestras fuerzas más de 512 cadáveres de personas de orden que fueron vilmente asesinadas. Se calcula que pasa de 700 el número de personas muertas por los rojos. Casi todas las casas fueron saqueadas y destrozadas.
Cuando nuestras fuerzas llegaron a Ronda, las mujeres salían a la calle casi alocadas, en un verdadero estado de inconsciencia. Muchas de ellas besaban llorando la bandera española, que las libraba de las torturas y horrores del marxismo.
Los rojos habían abierto en los alrededores de Ronda muchas líneas de trincheras, cuyas alambradas estaban conectadas con cables de alta tensión. Habían construido, además, blocaos con 80 centímetros de espesor.
Pero bastó que nuestra aviación incendiara el cuartel general de los rojos y que una bomba matara a 10 o 12 de ellos, para que huyeran cobardemente, como lo hacen siempre.
Por cierto que llevaron técnicos de Málaga a Ronda para las obras de fortificación, que de nada le sirvieron.
Entre los defensores de aquella ciudad figuraba una mujer que era un verdadero engendro. La llamaban "La Libertaria". Hizo frente a las tropas y un balazo la atravesó de lado a lado, por un costado. Antes de morir nos confesó que estaba encargada de volar un puente, pero que no tuvo valor para hacerlo. Pidió un sacerdote y murió cristianamente.
19360919 005 y 006 ABC

En la prensa gubernamental, se continuaba dando información falsa sobre lo que estaba ocurriendo en el frente, para no desmoralizar a la población

Madrid.- En el frente Sur nuestras columnas obtienen el éxito en cuantas operaciones intervienen.
En el sector de Ronda las fuerzas leales han logrado copar a una columna enemiga destruyéndola por completo. Sobre el campo de batalla se han recogido numerosos cadáveres así como un abundante material de guerra.
19360918 002 El Luchador

Por otra parte, ese día, una columna mandada por el coronel Juan Herrera Malaguilla, jefe del Regimiento de Infantería Cádiz nº 33, a la que se unieron guardias civiles y las falanges de José Mora-Figueroa, que habían quedado destacadas en Olvera, Algodonales y Torre Alháquime, ocuparon el pueblo de El Gastor.

También, Villaluenga del Rosario, cayó en mano de los nacionales ese 17 de septiembre, cuando una columna formada por guardias civiles y falangistas, al mando del alférez de la Guardia civil José Robles Alés entraba en el pueblo, procedente de Ubrique.

PEÑARRUBIA

Según se lee en el «DIARIO DE OPERACIONES», del general Varela

“A las 9,40 tuvo conocimiento S.E. de que grupos enemigos atacaban a Peñarrubia, disponiendo seguidamente que una compañía de Regulares saliera en auxilio de las fuerzas allí destacadas, dispersando al enemigo y quedando restablecida la normalidad. Tuvimos las siguientes bajas: dos de tropa heridos”.
 
Una columna de 500 a 600 milicianos rojos atacó a Peñarrubia, descolgándose por las estribaciones de la Sierra. La pequeña guarnición, muy inferior en número, formada por la Policía Montada de Sevilla, Infantería, Artillería y Falange, rechazó valientemente el ataque, y puso en vergonzosa fuga al enemigo, al que causó bastantes bajas.
19360921 19 La Unión

CAMPILLOS

Federico Manzano Sancho, que desde el 14 de julio se encontraba en Granada, anota en su diario «NUESTRO TIEMPO…», que el 17 de septiembre regresa a Campillos para incorporarse como maestro al inicio del curso escolar:

Voy en tren hasta Antequera, y de aquí a Campillos en un camión de militares incorporándome a la escuela.
Da susto ver el pueblo, con tan poca gente, casas abandonadas, abiertas puertas y ventanas dando portazos con el aire, los perros ladrando, buscando a sus amos, sin luz porque la han cortado desde el Chorro. ¡Un horror!
De mi casa y de la de tía Juana se han llevado todo lo que han podido, ropas, comida, cubiertos, vajilla, chismes de cocina, colchones, relojes, etc. En mi armario todo alborotado, libros, papeles y la falta del Planímetro y compás de reducción; menos mal que el Taquímetro y las miras están en la Cámara y no lo han visto. Entre rojos y moros me lo han desvalijado todo, pero gracias a Dios que me han dejado lo más importante y que más aprecio, ¡El Corazón de Jesús!, no así el de tía Juana que lo han destrozado y hubo de comprar otro.

Dos días más tarde de su llegada, y seis días después de entrar las tropas nacionales, se reunieron en el Ayuntamiento Tomás Palop Campos como presidente de la Comisión Gestora municipal, Jacobo Lanzas Orellana como médico de la localidad, Federico Manzano Sancho como maestro nacional, Teresa Granja Lancha como Directora de la Graduada de niñas, y Antonio Avilés Fontalva como padre de familia, “para que se constituya una Comisión gestora de 1ª Enseñanza, con el fin de que esta actividad tan indispensable de la vida nacional, no quede ni por un momento desatendida, y que ella sea la que se encargue de imprimir y velar porque la enseñanza responda a las conveniencias nacionales, y que la educación se inspire en el sano y patriótico espíritu que anima al Ejército español para lograr un España única, grande y libre”.

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/10/el-inicio-del-franquismo-en-el-manzano.html

Con estas actuaciones, se quería normalizar la vida en el pueblo, y en ese sentido, el comandante Rafael Corrales Romero, publicó ese 17 de septiembre, un Bando, en el que decía:

Que teniendo en cuenta el estado de anormalidad que existe en la población y debiendo todos los vecinos procurar que con la mayor urgencia se normalice la vida en esta Villa, vengo en disponer:
PRIMERO: Todos los vecinos que antes de ocurrir los hechos sucedidos estuviesen trabajando, deberán presentarse a seguir desempeñando sus respectivos oficios.
SEGUNDO: Por los propietarios de este término municipal y empresas, darán relaciones a este Ayuntamiento de los obreros que se les presenten, indicando los domicilios de los mismos.
TERCERO: Por este Ayuntamiento, no se facilitarán más vales para comida, y solo se darán estas en la COCINA DE SOCORRO, que se abrirá a aquellas familias que no tengan hombres cabeza de familia o que estos están impedidos, debiendo recogerse las oportunas autorizaciones en el local destinado de este Municipio y
CUARTO: Los obreros que no estuviesen trabajando se presentaran en las Oficinas de Colocación Obrera, instaladas en este Ayuntamiento, donde se les facilitará ocupación.
Lo que hago público para conocimiento de todo el vecindario, esperando de la sensatez de mismo que, con su ayuda, se llegue a la total normalización de la vida de esta localidad.

Bando del comandante Corrales en DOCUMENTALIA, página 165

Como ya he contado en anteriores Crónicas, una de las primeras tareas que emprendían las fuerzas ocupantes de los pueblos, y las nuevas autoridades municipales, era organizar una defensa propia de la localidad a base de “voluntarios” que eran adiestrados y armados convenientemente. La finalidad era que la población no quedase desguarnecida, una vez que las fuerzas del Ejército tuvieran que marcharse del pueblo.

Ya vimos en la anterior Crónica «OBJETIVO RONDA. LA COLUMNA DE ANTEQUERA», en Campillos, cuando la columna del comandante Corrales salió en dirección a Peñarrubia, dejó en el pueblo de guarnición una sección de la Guardia Civil al mando de un sargento, y una Bandera de la Falange sevillana. Fue a través de esta Falange y su alistamiento en la misma, como se organizó en Campillos el grupo de voluntarios.

Ya he hablado de la escasa importancia que tenía Falange Española en Campillos antes del 18 de julio. Eran escasamente diez personas, de las que la mayoría fueron asesinadas durante el periodo que las milicias de izquierda fueron dueñas de la vida y haciendas del pueblo.

El alistamiento fue muy importante. Según el listado que aporta Ildefonso Felguera en «DOCUMENTALIA», páginas 148 y 149, los militantes de la Falange local que aparecen en el Libro de Actividades, desde el 8 de noviembre de 1936 al 11 de febrero de 1937 es de cerca de 120 afiliados. A ella también se apuntaron algunos simpatizantes de la izquierda, empujados por el miedo y el instinto de supervivencia, que encontraron de esta forma un salvoconducto para evitar la potencial represión que les acechaba.

Además de mantener el orden en la población, y de reconocer a los huidos que regresaban al pueblo, se encargaron de establecer servicios de vigilancia las veinticuatro horas del día, en distintos lugares del pueblo, como la carretera de Antequera, en la gasolinera, en la Estación del tren, en la fábrica de la luz, Grupo Escolar, matadero, etc.


18 DE SEPTIEMBRE

A las tres de la tarde, salió de Ronda una columna mandada por el capitán del Requeté Enrique Barrau, con objeto de ocupar el pueblo de Arriate. La columna la componían tres piquetes del Requeté, una sección de ametralladoras y una columna de municiones. No encontraron apenas resistencia, y a las 16,30 ocuparon el pueblo. Los vecinos se habían marchado antes de llegar las tropas, algunos de éstos hacia San Pedro de Alcántara y la mayoría hacia El Burgo, en donde se establece la línea del frente El Burgo - Ardales.

Fuerzas del Requeté de Sevilla, al mando del comandante Redondo, tomó ayer Arriate, sin encontrar resistencia. Los requetés fueron recibidos calurosísimamente por la población, que no cesó de aplaudirles y vitorearles.
En Arriate, pueblo pequeñito, de pocos habitantes, han matado a once personas de orden, y han destrozado la iglesia.
19360921 19 La Unión

La columna procedente de Teba y Cañete que tomó el día 16 de septiembre Serrato, Cuevas del Becerro y Ronda, dejó al lado el pueblo de Ardales, dando preferencia a la conquista de Ronda. La situación geográfica de Ardales determinó que se constituyese en cuartel principal en la retaguardia del frente tras la caída de Peñarrubia, Teba y Campillos. Así, Ardales, en los meses previos a febrero de 1937, hubo de alojar a una numerosa población militar, entre la que se encontraban importantes mandos y oficiales. Su seguridad estaba asentada en las baterías dispuestas en Mesa de Villaverde, en Almorchón y en el Desfiladero de los Gaitanes, y en la línea de trincheras, como las de Cerro del Conde o Loma de las Aguilillas, que lo defendían del avance enemigo.

Cuando cayó Peñarrubia y Teba el día 15 de septiembre, las fuerzas existentes en Ardales, pensaron que el siguiente objetivo era su población, ya que estaba a poco más de 10 kilómetros de Peñarrubia. Muchos de ellos huyeron a Málaga, para después de pasado el peligro volver a Ardales.

LOS GUARDIAS DE ASALTO EN EL FRENTE
Ayer tuvimos el gusto de saludar en Málaga al bravo teniente de Asalto, don Pedro Álvarez Cortiñas, que durante unas horas estuvo en Málaga, para regresar, como lo hizo por la tarde, al frente de Ardales.
[…]
Los guardias de Asalto están en el frente de Ardales y en el del Chorro, al mando del citado teniente y de su compañero.
Los núcleos de guardias han realizado incursiones por el campo enemigo, sin haber tenido una sola baja. Están animados estos valientes defensores de la República de un espíritu magnífico; en todos alienta el deseo de avanzar y solo esperan que se dé orden para hacerlo.
Según nos informamos, el enemigo se encuentra sin base sólida en que agitarse, tiene poco armamento y escasez de fuerzas, por lo que fácilmente se deduce que si no ha sido desplazado ya del lugar en que se encuentra es porque no interesa a los fines del mando hacerlo.
También tenemos impresiones del gran entusiasmo de que están poseídas las fuerzas del regimiento Vitoria, al mando del teniente Del Río y del alférez Arjona.
19360921 002 Eco Popular

Ese día 18, la columna del coronel Juan Herrera Malaguilla, que había conquistado el día anterior El Gastor, procedió a ocupar las localidades de Alcalá del Valle y de Setenil de las Bodegas. Fueron las últimas poblaciones de la sierra de Cádiz que permanecieron en manos republicanas.

La prensa gubernamental seguía con su desinformación:

En el sector de Ronda operó una columna leal con gran éxito. El enemigo se repliega con grandes pérdidas. La aviación ha colaborado eficazmente a la acción de las tropas.
19360919 002 La Libertad

19 DE SEPTIEMBRE

A las 11 de la mañana, salió de Ronda una columna mandada por el comandante Redondo, compuesta de dos piquetes de Requeté, una sección de ametralladoras, y una sección de Ingenieros, para efectuar el contacto con la “Columna de Cádiz”, que mandaba el comandante de Caballería Salvador Arizón, y que debido a los problemas que tuvo en Grazalema, no pudo cumplir a tiempo, el objetivo asignado por el Estado Mayor del “Ejército de Operaciones del Sur”. Las dos columnas se encontraron a las 12,45 en el puente de Montejaque, regresando posteriormente todas las fuerzas a sus respectivos puntos de origen.

Ronda, 20. —Ayer salió de esta base una pequeña columna de requetés, al mando del comandante Redondo. Su objetivo consistía en realizar un contacto con la columna que, procedente de Grazalema y Montejaque, manda el comandante Arizón.
Las fuerzas de Redondo llegaron a un puente sobre el kilómetro 8, que, por estar volado, tuvieron que rebasar sobre el arroyo, a pie.
Cerca de una casa próxima al puente, recogieron los cadáveres de una señora anciana, otra joven y dos niñas. Eran esos cadáveres de la esposa, madre política y sobrina del capitán de la Guardia civil retirado señor Sanz-Agero, vecino de Écija y con residencia accidental en Sevilla. El señor Sanz-Agero es allí muy conocido, pues dirigió varias veces las elecciones en Amate, como delegado de Acción Popular. Había sido ejecutado por los rojos hace días, y ahora, al huir esos bandidos, sacrificaron a las dos señoras y a las inocentes criaturas, sin compasión. Esta familia veraneaba en la zona de Ronda, y aquí les sorprendió el estallido de la revolución.
Hecho el contacto de las dos columnas, ambos jefes conferenciaron unos momentos, y el comandante Redondo se trajo en su coche al comandante Arizón, el cual conferenció después en Ronda con el general Varela, reintegrándose a su puesto y volviendo aquella columna a sus bases.
19360921 19 La Unión

No quiero dejar pasar, sin comentar, la noticia de la muerte de las dos mujeres y las dos niñas. Eran los cadáveres de la suegra, una cuñada y dos hijas pequeñas del Magistrado de la Audiencia de Córdoba, don Antonio José de Rueda Roldán. Las niñas eran Amelia y Felisa Rueda Más de 8 y 7 años respectivamente. Su madre era Amelia Más Osto, hija y hermana de las otras dos mujeres asesinadas, Dolores Osto Angelina, de 63 años de edad, y Dolores Más Osto, de 39 años, casada esta con el capitán de la Guardia civil retirado Enrique Sanz-Agero Rodríguez. El capitán, como se dice en el artículo de “La Unión”, había muerto el 21 de julio, tres días después del levantamiento militar. Ignoro el lugar y la causa de su muerte. Las cuatro recibieron sepultura en Écija de donde eran originarias.


20 DE SEPTIEMBRE

Ya vimos como el 18 de septiembre, había llegado a Málaga en avión procedente de Madrid, el nuevo comandante militar teniente coronel Luis Romero Bazart, perteneciente al Cuerpo de Aviación. Una vez conocida la caída de Ronda, y del estado de los frentes, ordenó que se realizara un fuerte contraataque sobre Peñarrubia.

A los cuatro o cinco días metí en fuego sobre Peñarrubia a las fuerzas, para acostumbrarla, al combate de fusilería.
IMPRESIONES DE UN MILITAR REPUBLICANO – LUIS ROMERO – Pág. 7

En las primeras horas del día 20, varias columnas, que habían salido de Málaga en dos trenes, y se habían ocultado a su llegada en los túneles que hay entre Peñarrubia y Ardales, iniciaron al amanecer, un importante y violento ataque sobre Peñarrubia y la posición de Cerro del Conde, ataque que resultó frustrado, sufriendo un grave revés por las fuerzas que guarnecían el pueblo, y a los refuerzos enviados por el general Varela desde Ronda, y también al apoyo de la aviación sublevada que bombardeó a los atacantes.

Así lo describe M. Cermeño en el periódico sevillano “La Unión”:

Ronda, 21. —En la madrugada última intentó el enemigo un audaz golpe de mano contra el pueblo de Peñarrubia, conquistado por nuestras fuerzas. El ataque comenzó a las cinco de la madrugada.
Los grupos rojos, situados en las alturas montañosas que rodean el pueblo de Peñarrubia, atacaron furiosamente. El ataque primero fue contenido por las fuerzas que ejercían el servicio de alerta y vigilancia, ya que el grueso de la guarnición destacado en dicho pueblo se encontraba a esa hora descansando. El tiroteo era bastante nutrido. En seguida acudieron fuerzas de Regulares, Infantería de Marina de San Fernando, de Caballería y de la Policía montada de Sevilla. Empezaron a funcionar las ametralladoras y las baterías, generalizándose el fuego. El enemigo tuvo que retroceder rápida y desordenadamente, después de combatir cinco horas seguidas. El encuentro fue muy duro, pues el terreno se disputó palmo a palmo.
Minutos después de las diez del día cesó el combate. Los rojos huyeron, dejando el campo de la acción sembrado de cadáveres. Entre éstos han sido identificados un teniente del Cuerpo de Carabineros, un brigada y dos sargentos. También cogieron nuestras fuerzan material de guerra en abundancia, que dejó el enemigo en su desbandada, entre el que figura un mortero de campaña y una ametralladora, y más de cincuenta fusiles. Los grupos rojos fueron tenazmente perseguidos por nuestras fuerzas hasta tres kilómetros más allá del pueblo de Peñarrubia.
Uno de los prisioneros rojos ha manifestado que las fuerzas atacantes estaban constituidas por cerca de 1.500 hombres, en su mayoría guardias civiles, Carabineros y las pocas tropas del Ejército que ya hay en Málaga.
Dijo que los rojos realizaran este ataque ya a la desesperada, debido principalmente al excesivo número de refugiados que existe en la capital malagueña, lo que les hace la vida verdaderamente imposible. […]
En el combate de Peñarrubia se distinguieron especialmente las fuerzas de Regulares, que acusaron una bravura heroica y veterana, batiendo eficazmente al enemigo.
También hay que subrayar, como digna de alabanza, la actuación de las fuerzas de Policía montada de Sevilla y los soldados de Infantería de Marina de San Fernando.
Se calcula que el enemigo, entre muertos y heridos, ha tenido 124 bajas.- Cermeño.
19360922 06 La Unión

Y así lo describe un miliciano que salió en tren desde Málaga a Álora, y de ahí en camión a Ardales. En el relato habla de los tres ataques a Peñarrubia, el del día 17, el del 20 y el del 21.

Una vez bien situados en Ardales y tomadas todas las posiciones, fuimos a ocupar el cruce de la carreta de Peñarrubia con la de El Chorro, montando una guardia formidable.
Permanecimos allí dos días, y después organizamos un ataque a Peñarrubia. Este ataque fue de tanteo, haciendo la retirada para situarnos en sitios estratégicos que impedían la avanzada del enemigo. El responsable de la octava compañía Cristóbal Aguilar (socialista), arengaba a los valientes milicianos para combatir a los rebeldes.
El día 19 salió mi compañía, compuesta por jóvenes de los Partidos Comunista y Socialista, para atacar en definitiva a Peñarrubia.
El ataque fue una cosa verdaderamente formidable. Veíamos al enemigo de muy cerca, tan cerca, que sentíamos sus gritos al caer al suelo heridos por nuestras balas. Adoptamos unas posiciones maravillosas, pues gracias a la gran técnica del camarada responsable, Cristóbal Aguilar, no tuvimos ninguna baja. El tiroteo duró todo el día. Aquella noche hicimos otro ataque, y el enemigo salió en desbandada, pero al mismo tiempo recibió refuerzos, y ya cesamos el tiroteo.
Al clarear el día, un grupo de unos quince milicianos, entre los cuales iba yo, se lanzó hacia el campo enemigo. Nos situamos en el terreno pedregoso y entre unos palmerales, y causamos numerosas bajas al enemigo. Estuvimos mucho tiempo tiroteándole, mas de pronto nuestro grupo se disgregó al acercarse una verdadera jarca de moros, legionarios, regulares y civiles, no sin antes lanzar las bombas de mano que llevábamos contra ellos. Esto les causó un pánico atroz, y huyeron a la desbandada, dejando muchos muertos y heridos, para atacarnos con fuerza muy superior.
Cuando vi acercarse a mí tantos moros, volví la cabeza atrás y no vi a ninguno de mis compañeros. Bien parapetado sostuve durante breves minutos al enemigo. Pero no era posible; el fusil se encasquilló, y solo unos segundos bastaron para que sintiera una voz árabe, a mi lado, que me decía: “¡Paisa, ríndete!”
No tuve más remedio que huir. El mismo moro me decía: “¡No corras, que te vamos a fusilar!” Anduvimos un corto trecho, y todavía llevaba el fusil en la mano, que, como estaba inutilizado, carecía de importancia para ellos. De pronto, una idea luminosa. Vi un profundo terraplén y por allí me tiré con riesgo de perder la vida. Pero no me importaba morir de esta forma. La prefería mil veces mejor que morir a manos de los fascistas.
Solo recuerdo que mi cuerpo sufría numerosas contusiones, y la vista se me nubló. Perdí el conocimiento. […]
19361001 003 El Popular

En las fuerzas gubernamentales resultaron muertos un capitán, dos tenientes, dos alféreces, dos brigadas y 18 soldados, todos ellos pertenecientes al Regimiento de Infantería Vitoria nº 17 de Málaga y también 61 milicianos, así como un número indeterminado de heridos.

Las bajas de los sublevados fueron de un cabo y diez soldados muertos, de ellos tres de Infantería de Marina, así como 22 soldados heridos.

Se capturó por parte de los nacionales, una ametralladora con 18 cajas de municiones, 55 fusiles, 3 mosquetones, un mortero con 10 cajas de granadas, una pistola con correaje, mantas, cascos, etc.

Queipo en su emisión radiofónica diaria, ese día dijo:

Dije que en Peñarrubia se habían hallado el otro día 59 cadáveres, entre ellos los de un teniente, un alférez y un brigada. En posteriores reconocimientos se han hallado treinta cadáveres más; de ellos, bastantes de carabineros y un capitán—al parecer, el jefe de la columna—, que estaba en el rio.
19360924 004 El Defensor de Córdoba

21 DE SEPTIEMBRE

A pesar de la derrota, las fuerzas gubernamentales no desistieron de su intento y a la mañana siguiente, la población de Peñarrubia fue bombardeada por la artillería y la aviación sin causar baja alguna, lanzándose otro contraataque con fuerzas terrestres que fueron rechazadas por los sublevados.

Ese mismo día el general Francisco Franco, por conducto del general Queipo de Llano, ordenó al general Varela que se hiciera cargo de las columnas que avanzaban hacia Madrid por el valle del Tajo, dejando el frente de Andalucía, y entregando el cargo de gobernador militar de Córdoba, que también ostentaba, al coronel de Infantería Eduardo Sáenz de Buruaga Polanco.

Ese 21 de septiembre la columna del general Juan Yagüe, había conquistado la población toledana de Maqueda, donde la carretera se dividía en dos: una continuaba hacia Madrid y la otra se desviaba hacia Toledo, donde en El Alcázar, después de setenta días de asedio, resistía un grupo de fuerzas sublevadas al mando del coronel José Moscardó.

El general Franco en el mando de las operaciones, decidió desviarse a Toledo, para gran indignación de algunos de los altos mandos sublevados. Yagüe y otros oficiales mantuvieron una postura totalmente opuesta y le advirtieron sobre el error que suponía este cambio. Yagüe decía que había que pasar del Alcázar de Toledo y entrar en Madrid. Franco no admitió esa indisciplina, y el general Yagüe fue sustituido por el general Varela.

22 y 23 DE SEPTIEMBRE

Al mediodía, el general Varela, marchó con su Estado Mayor, ayudante y escolta para Antequera, y de ahí a las 17,45 marchó a Sevilla, llegando a las 20,30. En Sevilla se entrevistó con Queipo de Llano al objeto de informarle de cómo había dejado la situación en Ronda.

El 23 de septiembre por la tarde continuó el viaje hasta la localidad pacense de Mérida, y un día después conferenció con el general Francisco Franco en Cáceres, al objeto de recibir instrucciones concretas para la sustitución del general Juan Yagüe en el mando de las tropas que, tras haber avanzado por Extremadura y el valle del Tajo, se disponían a liberar el Alcázar de Toledo.

24 DE SEPTIEMBRE

Una vez que 
Ronda quedó bien guarnecida para su defensa, la columna de Requetés del comandante Luis Redondo, comenzó a salir a realizar operaciones hacia los pueblos del contorno, sin temor a que las partidas que merodeaban por la sierra pudieran aprovecharse de su ausencia.

El objetivo de hoy es ocupar Montejaque y Benaoján. La operación está planeada así: una mitad de la fuerza sale a pie, medía hora antes de la otra mitad motorizada. La primera lleva por capitán a Enrique Barrau; de la segunda lleva el mando el capitán de Caballería Ramos de Salas. La dirección total es del jefe, comandante Redondo. La maniobra ha sido tan precisamente calculada, que la conjunción de ambas fuerzas se realiza en su momento justo y en el lugar prefijado, con exactitud matemática.

Se estaba repitiendo la misma maniobra que se realizó en Cañete la Real, diez días antes, pero con mayores dificultades, por ser más largo y más escarpado el terreno.

En dos horas han recorrido esos muchachos doce kilómetros sobre los filos de unas montañas, y en el momento preciso, cuando la caravana motorizada hizo alto, al llegar a los alrededores de Montejaque, y echaron pie a tierra los requetés de Ramos de Salas, por la vereda en zigzag de la Escarihuela, camino que viene de la emita de la Virgen del Puerto, descendía, serpenteante, la otra columna, tan a tiempo, que se dieron los “boinas” de Enrique Barrau la mano con los que adelantaban por el llano, y prolongaron la cuerda hasta contornear por completo el pueblo.
El cronista tuvo el honor de entrar en la plaza con el estandarte del Requeté, emparejado con la bandera patria, desplegada al hombro del alférez Serra. Los escasos habitantes que quedan en Montejaque salen a sus puertas y responden, temblando de emoción y de júbilo, a nuestros vítores a Cristo Rey y a España. […] Mientras se guarnece el pueblo y se designa la Gestora que lo administre, partimos para Benaoján, donde apenas hay familias, porque el enemigo las obligó a emigrar de cortijo en cortijo. Volvemos a Montejaque, para emprender el regreso.
19360926 14 y 15 La Unión



Ese día, llegó a Ronda un tren “explorador”, procedente de Bobadilla, con lo cual quedó restablecida la comunicación ferroviaria con Córdoba y Granada. Faltaba aún la comunicación con Algeciras, para que la circulación de trenes estuviera normalizada por completo. Los días 27 y 28 de septiembre, se avanzó en la conquista de los pueblos del valle del rio Guadiaro, sitio por el que pasa la línea ferroviaria. Se ocupó sin resistencia, Jimera de Líbar (el 27 por el teniente Mora), Atajate (28), Algatocín (28), Benarrabá, Gaucín (28), El Colmenar (estación de ferrocarril de Gaucín).

Todas estas operaciones y algunas otras de detalle con las que se rectificó el frente a vanguardia, se realizaron a lo largo de los últimos días de septiembre y primera quincena de octubre y no se dieron por terminadas hasta el día 21, después de que el frente dejó suficiente seguro el ferrocarril Algeciras-Ronda.

El establecimiento de las nuevas autoridades locales, se desarrolló de forma paralela a la aplicación de una violencia contra un determinado sector de la población, justificada por la aplicación del Bando de Guerra, copia literal del que el general Varela había dictado en Antequera, y que ya vimos en la Crónica «ANTEQUERA. LOS PRIMEROS TREINTA DÍAS DEL GENERAL VARELA»

https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2024/10/antequera-los-primeros-treinta-dias-del.html

En dicho Bando indicaba que toda persona aprehendida con armas, toda acción ejecutada con tendencia a oponerse al movimiento militar, los ejecutores de los asesinatos cometidos en la localidad o haber incitado a los mismos, los directivos del movimiento comunista o los inductores del mismo que hubieran sido aprehendidos, serían juzgados en juicio sumarísimo y condenados a la pena de muerte. A esto habría que añadir, la participación en saqueos, registros, robos e incautaciones, amenazas o detenciones, y por supuesto el haber participado en las operaciones de guerra sobre los municipios vecinos.

En ese sentido, se formó una “brigadrilla” del Requeté para investigar y depurar los hechos ocurridos en Ronda, durante los dos meses primeros de la guerra. La componían el sargento Juan Pérez, los cabos Salvador Silva y Eugenio Pérez Suárez, y los requetés Francisco Lobo, Pedro Béjar, Salustiano Rojas y Juan González Cabrera.

Unos de los primeros en sufrir la represión fueron los componentes masónicos de la Logia Giner número 19, que según los nacionales, habían “intervenido activamente en los pasados sucesos, por lo que se ha detenido a sus principales componentes”. Al segundo día de ocupación de la ciudad, fueron fusilados el Venerable Maestro y el Secretario de la misma.

Las patrullas montadas de la Guardia Civil, con ayuda de los falangistas de la columna de Mora-Figueroa, dedicaron un tiempo considerable a dar caza y abatir, a muchas personas, que temiendo por sus vidas, huyeron buscaron refugio en la sierra, donde subsistían robando ganado y asaltando las cosechas.

No existen datos fiables, que puedan arrojar luz sobre los fusilados en Ronda, desde mediados de septiembre de 1936, hasta la constitución de los tribunales militares tras la ocupación de Málaga. En las últimas dos semanas de septiembre, según algunas fuentes, se fusilaron en el cementerio de San Lorenzo de Ronda, alrededor de una treintena de personas.

Es elocuente lo que dice el jesuita Bernabé Copado en su libro «CON LA COLUMNA REDONDO», página 119.

Por la mañana asistía a los que habían de ser fusilados: todos se confesaron sin poner resistencia: uno abrazado a mi me decía llorando: me han engañado y ellos han desaparecido.
[…]
Hasta el día 25 de septiembre, pasé el tiempo entre confesar a los que iban a fusilar, recoger los objetos de culto, bautizar, consolar a los heridos y enfermos, y disponer las cosas para que quedase todo atendido de la mejor manera posible en el momento de nuestra marcha.

Ese día 25, el nuevo Gobernador civil de Málaga, el socialista Francisco Rodríguez Rodríguez, visitó el frente de Peñarrubia y El Chorro.

Málaga 25, 8 noche. El gobernador civil, señor Rodríguez Rodríguez, refiriéndose a su visita al frente de Peñarrubia, ha comunicado a los periodistas la magnífica impresión que trae del elevado espíritu de las fuerzas republicanas.
Coincidió su visita con la del equipo de Agitación y Propaganda de Cultura Popular de Madrid, que recorre los frentes distribuyendo libros y folletos, y dando conferencias antifascistas.
Una bella joven que figura en la expedición dirigió a los milicianos una vibrante alocución en el pueblo de Ardales. El gobernador pronunció otra en Álora. Ambos actos orales fueron acogidos con el mayor entusiasmo.
19360926 008 ABC

26 DE SEPTIEMBRE

El 26 de septiembre la columna de Requetés del comandante Redondo, abandonaba Ronda y regresaba a Sevilla, donde descansaría unos días. Después de pasar la columna por Cuevas del Becerro, y antes de llegar a Peñarrubia, sufrieron una emboscada. Un grupo de milicianos, desde unos olivares próximos les dispararon, causándoles un muerto y un herido.

Anoche, a las ocho próximamente, regresaron de Ronda, al mando del comandante Redondo, las fuerzas del Requeté, una vez terminados sus valiosos servicios en aquel frente que con tanta bravura se han batido, y cuyas fuerzas regresan para salir en fecha muy próxima a otros frentes.
A su regreso a Sevilla, y cuando pasaban las fuerzas del Requeté a unos tres kilómetros del pueblo de Cuevas del Becerro, fueron objeto de traidora emboscada, que reprimieron las fuerzas valientemente, cayendo mortalmente herido el cabo de la escuadra de gastadores, Francisco Rodríguez Jurado, y herido de menos importancia el gastador Joaquín Privado Márquez.
19360927 06 ABC

Al regreso a Sevilla, el comandante Redondo decide la celebración de una ceremonia en la que el Requeté sevillano sería consagrado a la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad, el 29 de septiembre. El Requeté desfiló con bandera y música. La fuerza numérica del Requeté sevillano no era, sin embargo muy boyante. Enfermos y heridos de guerra habían reducido los efectivos a un requeté completo (246 hombres) y otro sin completar.

Algunos de los rondeños refugiados en la sierra y en cortijadas cercanas, a finales de septiembre volvieron a la ciudad, creyendo en las promesas de perdón para todos los que no hubiesen cometido delito de sangre. La mayoría fueron detenidos y sometidos a una dura represión.

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Comandante de Infantería Rafael Corrales Romero. Nacido el 11 de agosto de 1897 en Ronda. Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en septiembre de 1912. Perteneció a la XIX promoción, siendo compañero en la misma de José Enrique Varela Iglesias. El 24 de junio de 1915, antes de cumplir dieciocho años, salió de la Academia de Infantería a la cabeza de su promoción, como segundo teniente de Infantería (actual alférez). Estuvo destinado en San Roque y Algeciras, hasta el ascenso a teniente, en que pidió ir voluntario a África. Ascendido a capitán en junio de 1921
Ingresó también voluntario en la Legión, en el batallón destinado en Dar Drius, distinguiéndose en numerosos hechos de armas en que tomó parte. En las Lomas de Ben-Karrich, el 6 de septiembre de 1924, en el momento que mandaba la segunda Bandera, por baja de su comandante, herido de gravedad, recibió la orden de atacar una loma fuertemente defendida por el enemigo. Un balazo en el pecho, le hizo caer en tierra. Lo trasladaron al Hospital de Ceuta, donde fue visitado y felicitado por el jefe del Tercio, el teniente coronel Francisco Franco.
A primeros de octubre fue ingresado en el Hospital Militar de Carabanchel, a fin de ser operado y atender al completo restablecimiento de las heridas que sufrió en campaña, siendo trasladado al Hospital Militar de Málaga donde continuaría su curación.
En abril de 1925 se le concede la medalla de Sufrimientos por la Patria, por haber sido herido en campaña, y en mayo de 1926 alcanza el empleo de comandante.
En junio de ese año, se le tributó un homenaje en Ronda, su pueblo natal. El homenaje consistió en un banquete al que asistieron más de doscientos comensales y en la entrega de la medalla por Sufrimientos de la Patria, que los rondeños le habían costeado por suscripción popular.
En fecha 24 de enero de 1934 contrajo matrimonio con doña Engracia Hereza García, con la que tuvo una hija.
El 18 de julio de 1936, por orden expresa y personal del general Queipo de Llano, el comandante Corrales salió por Sevilla publicando el Bando que proclamaba el Estado de guerra.
Ascendió a Teniente Coronel el 14 de diciembre de 1936, y en junio de 1939, ya finalizada la guerra, lo destinan al Regimiento de Infantería Granada número 6, de Sevilla.
A finales de octubre de 1939, es ascendido al empleo de Coronel de Infantería y el ministro del Ejército, general José E. Varela lo pone al mando de la unidad de Infantería número 45 de guarnición en Córdoba, donde viviría en el Cuartel de Marrubial.
Falleció de un infarto fulminante en Córdoba el 25 de marzo de 1940 a los 42 años de edad. Fue enterrado en Ronda.

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