OBJETIVO RONDA. LA COLUMNA DE EL SAUCEJO
Comandante Luis Redondo García |
Ronda, desde el comienzo de la contienda civil, se convirtió en un objetivo fundamental de las fuerzas nacionales para poder enlazar el Campo de Gibraltar con Sevilla. Por dicha ciudad, pasa el ferrocarril que une Granada con el puerto de Algeciras, ambas controladas por los sublevados. Con la conquista de Ronda, por un lado se liberaría la línea del ferrocarril Granada-Bobadilla-Ronda-Algeciras, de gran interés logístico para el transporte de las tropas y mercancías de los sublevados, desembarcadas en el puerto gaditano, y por otro lado fortalecería y consolidaría la posesión de la mitad sur del valle del Guadalquivir.
La caída de Antequera el 12 de agosto por la acción del general José E. Varela y del enlace ferroviario de Bobadilla, dos días después, constituyó el primer paso necesario para defender Granada de la ofensiva republicana. Cuando el 18 de agosto, con la conquista de Loja se produjo la rotura del cerco gubernamental que soportaba la ciudad granadina, se planteó la posibilidad de alinear las posiciones de los sublevados entre las ciudades de Algeciras y Granada.
Hasta ese momento el frente en las provincias de Cádiz, Sevilla y Málaga, presentaba un gran arco entre la población malagueña de Antequera y la gaditana de Algeciras, que pasaba por Osuna, Olvera, Ubrique, Alcalá de los Gazules y San Roque. La ciudad de Ronda se encuentra en el centro de ese arco. Ronda tenía fama de inexpugnable, como consecuencia de su orografía y de los trabajos de fortificación que las fuerzas gubernamentales habían llevado a cabo en ella.
Además, a las fuerzas sublevadas, la conquista de Ronda les permitiría que la línea del frente pasara a apoyarse en los obstáculos naturales que ofrecía la serranía, donde sería más fácil establecer una defensa más segura frente a posibles contraataques gubernamentales, y además supondría situar en la ciudad rondeña una importante base de operaciones para la futura conquista de Málaga.
La caída de Antequera el 12 de agosto por la acción del general José E. Varela y del enlace ferroviario de Bobadilla, dos días después, constituyó el primer paso necesario para defender Granada de la ofensiva republicana. Cuando el 18 de agosto, con la conquista de Loja se produjo la rotura del cerco gubernamental que soportaba la ciudad granadina, se planteó la posibilidad de alinear las posiciones de los sublevados entre las ciudades de Algeciras y Granada.
Hasta ese momento el frente en las provincias de Cádiz, Sevilla y Málaga, presentaba un gran arco entre la población malagueña de Antequera y la gaditana de Algeciras, que pasaba por Osuna, Olvera, Ubrique, Alcalá de los Gazules y San Roque. La ciudad de Ronda se encuentra en el centro de ese arco. Ronda tenía fama de inexpugnable, como consecuencia de su orografía y de los trabajos de fortificación que las fuerzas gubernamentales habían llevado a cabo en ella.
Además, a las fuerzas sublevadas, la conquista de Ronda les permitiría que la línea del frente pasara a apoyarse en los obstáculos naturales que ofrecía la serranía, donde sería más fácil establecer una defensa más segura frente a posibles contraataques gubernamentales, y además supondría situar en la ciudad rondeña una importante base de operaciones para la futura conquista de Málaga.
La serranía de Ronda y la sierra de Granada se complementan estratégicamente. Una línea que apoyándose en Granada se extienda hasta Ronda, puede realizar el objetivo completo de caer sobre Málaga y cortar la retirada a los bandidos fugitivos que casi han destruido la población mediterránea. Y así, día llegará en que los cangrejos de la loma, rojos, por cocidos a tiros, buscarán su propio elemento, arrojándose al mar.Charlas de Queipo de Llano – 19360817 12 La Unión
Las operaciones encaminadas a ocupar Ronda, trajeron consigo la necesidad de ultimar la ocupación de los pueblos que quedaban al sur de la provincia de Sevilla en poder del gobierno republicano. Lo que hasta entonces no había revestido ningún apremiante interés militar, pasó a ser un objetivo importante.
La ofensiva debía iniciarse por tres columnas distintas. Dos de ellas confluirían en la carretera de Campillos a Ronda. La primera que correspondía a la columna del comandante Luis Redondo García, partiría desde Osuna hacía El Saucejo, y una vez sometida esta población, se encargarían de ocupar Los Corrales, Martín de la Jara, Villanueva de San Juan y Algámitas, para continuar después hasta Almargen y de allí a Cañete la Real. La segunda columna saldría desde Antequera, en poder de los sublevados desde el 12 de agosto, bajo el mando del general Varela y el comandante Rafael Corrales Romero, ocupando Campillos, Peñarrubia y Teba, para unirse posteriormente con la primera columna, en la carretera de Campillos a Ronda, en el cruce de Cañete. Finalmente, la tercera columna, actuaría desde los pueblos gaditanos de Arcos de la Frontera y Ubrique, tomando pequeñas localidades de la serranía como El Gastor, Alcalá del Valle, Setenil, Montejaque, etc., acercándose igualmente al objetivo de Ronda. Esta última columna la dirigiría el comandante de Caballería Salvador Arizón Mejías, que había encabezado la sublevación en Jerez.
Como ya escribí en mi Crónica anterior «ANTEQUERA. LOS PRIMEROS TREINTA DÍAS DEL GENERAL VARELA», a primeros de septiembre el general José E. Varela Iglesias, marchó de Antequera a Sevilla, pasando antes por Córdoba, para entrevistarse con el general Queipo de Llano, y aprobar el plan que anteriormente he descrito para la conquista de Ronda
https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2024/10/antequera-los-primeros-treinta-dias-del.html
1 DE SEPTIEMBRE
A las 10,30 salió el general Varela, con su Estado Mayor, ayudante y escolta hacia Córdoba, llegando a dicha ciudad a las 14 horas. Durante el recorrido fue objeto en los diversos pueblos de constantes demostraciones de cariño.
2 y 3 DE SEPTIEMBRE
El día 2 de septiembre el general Varela, marcha a Sevilla, con el fin de entrevistarse con el general Queipo de Llano. El motivo de la entrevista sería la discusión del plan preparado para la operación de conquista de Ronda. El jueves 3 de septiembre, regresa el general a Córdoba.
La tarde de ese 3 de septiembre, salió de Sevilla en dirección a Osuna una columna mandada por el comandante de Caballería Luis Redondo García. Estaba compuesta por seis Piquetes del Requeté sevillano (cada Piquete eran 70 hombres), que constituían el grueso de las fuerzas de milicias en la columna. La complementaba un escuadrón pie a tierra del Regimiento de Caballería Taxdirt nº 8 de Sevilla; una compañía de ametralladoras de dicho Regimiento; una sección de Zapadores; una sección de morteros; una sección de Intendencia; un camión blindado; así como un quirófano y una ambulancia. En Osuna se encontraba una batería de artillería de 75 mm, que se incorporó a la columna. En total unos 600 hombres componían la misma.
El Requeté fue una organización paramilitar carlista, de carácter tradicionalista, creado a principios del siglo XX, que defendía a otra rama de los “borbones” para la Corona de España. Al llegar la República tenían cientos de miembros con entrenamiento militar, pero carentes de armas. Su prenda de vestir más característica era la boina roja, apelativo por el que también eran conocidos.
En 1932, José E. Varela, en ese momento coronel, se hizo cargo de la organización de los Requetés, a los que estructuró militarmente: desde la unidad básica, la Patrulla, que se componía de cinco boinas rojas y un jefe, hasta las unidades superiores: el Piquete con un total de 70 hombres; el Requeté que formaba una compañía de 246 hombres y, por último, el Tercio que estaba formado por tres compañías. En la guerra civil española, llegaron a integrar a más de 60.000 combatientes voluntarios repartidos en 67 Tercios, que lucharon a favor del bando nacional, con el objetivo de defender la religión católica y oponerse al marxismo.
Los Jefes y Oficiales de las fuerzas que mandaban la columna eran, además del comandante Redondo, como segundo jefe el comandante de Caballería, Alberto Fernández-Maquieira y de Borbón (primo del rey Alfonso XIII). Como ayudante del comandante Redondo, el capitán José María García de Paredes.
El resto de los mandos de la columna eran: con el Requeté de Sevilla, capitán Enrique Barrau Salado, y tenientes Ignacio Romero Osborne (marqués de Marchelina), José León Westermeyer y Ángel María Prados Parejo. Con la Artillería el capitán Edmundo Wesolouski Zaldo, el teniente Félix García Layaristi y el teniente Iglesias, y los alféreces Seigler y Galindo. Con la caballería el capitán José Ramos de Salas, y los tenientes Juan Manuel Benjumea Vázquez y Emilio López Rincón, y el alférez Ramón Carpena Mancebo.
Enrique Barrau, Luis Redondo y José León |
Llegaron a Osuna a las 9 de la noche. El comandante Luis Redondo y otros jefes de la columna, pasaron la noche alojados en la casa del abogado y propietario Antonio de la Puerta Cepeda en la calle Sevilla.
Antonio de la Puerta, con su hijo de 15 años, Julio de la Puerta Castro, formarían parte del Escuadrón de voluntarios de la Policía rural a caballo, que al mando del teniente de la guardia civil de Osuna, Cristóbal Rodríguez Palacios, se uniría a la columna, siendo una de las unidades que al día siguiente habrían de tomar El Saucejo.
El abogado y propietario agrario de Osuna, Jaime Oriol de la Puerta, que había sido diputado de la CEDA en la legislatura 1933-1936, también participó en esta columna. Se hizo muy conocido a nivel nacional, cuando el 4 de julio de 1934, Indalecio Prieto, uno de los líderes del PSOE, sacó su pistola en las Cortes para amenazarlo. El suceso se produjo cuando el Gobierno, presidido por Ricardo Samper, del Partido Radical, pidió un voto de confianza para enfrentarse a la desobediencia de la Generalidad catalana, en manos de ERC, frente al gobierno central.
Cuando hablaba José María Gil Robles, jefe de la CEDA, en defensa del voto a favor del Gobierno, el diputado socialista por Huelva Juan Tirado Figueroa le insultó: "Es un canalla y un farsante". Jaime Oriol de la Puerta, que era diputado por la provincia de Sevilla, pidió que retirara esas palabras. Tras un cruce de amenazas por ambos, Jaime Oriol se abalanzó sobre Tirado y éste le dio un puñetazo. Varios diputados socialistas, entre ellos Juan Negrín, se echaron encima de Oriol. Entonces, según publicó el ABC del 5 de julio:
…el Sr. Prieto avanzó sobre el escaño, relativamente lejano, sacó una pistola, la "amartilló" e hizo ademán de disparar contra el Sr. Oriol, que estaba caído sobre un escaño. No llegó a disparar, pero se le vio que con el arma agredía al diputado de la CEDA.
4 DE SEPTIEMBRE
A la cinco de la madrugada del viernes 4 de septiembre, la columna del comandante Luis Redondo, sale de Osuna y se pone en camino hacia El Saucejo. A la columna, se unió el escuadrón de voluntarios de la recién creada Policía rural, y la batería de 75 mm.
En dicha columna iba como capellán castrense el padre jesuita, Bernabé Copado, que escribiría en 1937 el libro «CON LA COLUMNA REDONDO», en el que cuenta los episodios bélicos que vivió con la columna Requeté del comandante Redondo por tierras de Andalucía, entre ellos lo ocurrido en El Saucejo.
Bernabé Copado, había dirigido unos ejercicios espirituales en la parroquia de Campillos, el 17 de abril de 1935. Ver «DOCUMENTALIA» de Ildefonso Felguera (página 410)
También a través del periódico sevillano “La Unión”, órgano de expresión de la Comunión Tradicionalista, tenemos noticias directas del avance de esta columna a través de los artículos que R. Schneider escribía con el encabezamiento «Con la columna del comandante Redondo». Este era el pseudónimo de Domingo Tejera de Quesada, director del periódico "La Unión". También iba como corresponsal del periódico, un requeté de nombre M. Cermeño, que escribió varios artículos en el periódico informado de lo ocurrido cada día.
Así cuenta el avance de la columna, el periódico “La Unión”, el día 7 de septiembre en la página 12.
Ésta (la columna) hace alto forzoso en el puente de Maturana, sobre el arroyo del Peinado, afluente del Genil. Está rota la bóveda por el centro, por la explosión de una carga de dinamita. Se extienden y afirman dos vigas de hierro, y sobre ellas los tablones necesarios. Dura el trabajo hora y media, y a las diez menos cuarto emprendemos la subida hacia el Cerro Blanco, que domina el valle en que se asienta El Saucejo.Desde que nos divisaron las avanzadillas del enemigo, parapetadas entre las malezas y repechos del barranco, tiran bastante cerca, porque las balas silban sobre nuestra avanzada. Se explora el horizonte, se gradúa el tiro de las ametralladoras, y con unos cuantos abanicazos de plomo, los U.H.P. se retiran con viento fresco, buscando la protección del caserío. Desde aquí siguen tirando con insistencia. Tres piquetes del Requeté avanzan con decisión. Despliéganse en guerrillas, se internan por un olivar a la izquierda del pueblo y, pasado el olivar, por un campo segado.Entretanto, desde el Cerro Blanco, la Artillería protege el avance de los “boinas rojas”. Por la derecha avanza el camión blindado, que protege otra sección de requetés, y a estos y a los de la otra guerrilla, les respaldan fuerzas de Caballería y rurales que marchan a pie. Son las doce del día. Se ha visto al enemigo, numeroso, huir, muchos de ellos galopando. La operación se ha realizado con exactitud admirable.Al entrar las fuerzas en El Saucejo, las mujeres y algunos ancianos y niños salen a las puertas, con caras de espanto, y saludan con el grito de ¡Viva España!
Sobre este ataque, el periódico carlista incluyó el siguiente comentario: “…Y bien por Julito de la Puerta, requeté de quince años, caballista excelente, con su padre don Antonio, y con los demás bravos jinetes de Osuna que han realizado esta preciosa operación de cobertura de la columna”.
La voladura del puente del arroyo Peinado se realizó en las primeras semanas de la contienda, mediante la colocación de varios barrenos, con el fin de impedir que desde Osuna llegasen refuerzos a la Guardia civil de El Saucejo, que se encontraba acuartelada, y que se negaba a obedecer y entregar sus armas a las autoridades malagueñas del Frente Popular. Sobre este suceso, ya escribí la Crónica «EL ATAQUE POR PARTE DE LAS MILICIAS DE CAMPILLOS A LA CASA CUARTEL DE EL SAUCEJO»
https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2022/08/el-ataque-por-parte-de-las-milicias-de.html
Al entrar en El Saucejo, las tropas del comandante Redondo, encontraron a personas de derechas encarceladas.
Estuvo detenido “unos tres días” en unión de otras personas de orden por mandato “del Comité revolucionario de este pueblo” y durante su detención estuvo vigilado entre otros sujetos por Manuel Gallardo García, el cual se portó muy bien con los detenidos, pues les dio buen trato y les facilitó cuanto les hacía falta, “incluso dándoles tabaco”; y también era verdad que, “como un cuarto de hora” antes de entrar “el Ejército” en la localidad, abrió la puerta de la cárcel y puso en libertad a todos los detenidos diciendo: “¡Sálvese el que pueda!”
Buena parte de la población huyó aterrorizada en dirección Almargen y Campillos. Se calcula que fueron más de 1.200 los vecinos de El Saucejo que huyeron del pueblo ese 4 de septiembre, lo que suponía casi la quinta parte de la población.
Iglesia Parroquial de San Marcos en El Saucejo |
El pueblo está dominado, a la izquierda, por una loma. El mando había dispuesto la habilitación de guardias en el límite urbano.A las tres de la tarde fueron esas guardias tiroteadas desde aquella ventajosa posición. Arreció el tiroteo, que se hizo pronto intensísimo. […] Éste constituía una columna motorizada, en tres camiones y varios “autos” ligeros, compuesta de elementos de Almargen, Campillos, Teba y otros pueblos de la provincia de Málaga, y probablemente de soldados de Infantería de Marina y marineros de los barcos, a juzgar por los correajes y fusiles cogidos encima de los cadáveres. […]El cornetín toca llamada. Las tropas se concentran con rapidez. Sale rápidamente el Requeté al mando del capitán Barrau. Éste avanza con una sección por la carretera que va a Campillos. Teniente León Westermeyer, por la derecha, teniente Prados se interna por un olivar hacia la loma. En el olivar llueven las balas. Se avanza un kilómetro. Esta sección se ve entre el fuego del enemigo, de las ametralladoras y de los requetés de Barrau y León, y se une con éstos para realizar la maniobra envolvente, preciosa, que puso en fuga al enemigo. […]La operación tuvo un éxito magnífico. Los ocupantes de los camiones y “autos”, viéndose envueltos, huyeron con tal prisa, que muchos de los suyos quedáronse a pie, pudiendo los nuestros contar veintidós cadáveres de marxistas y aprisionar a catorce milicianos.A los requetés se unieron seis soldados de Caballería y tres de Ingenieros, que se incorporaron voluntariamente. Este avance de persecución se había prolongado hasta los cinco kilómetros, y el repliegue se realizó con perfecto orden, con el apoyo de ametralladoras. Los requetés venían llenos de su gran espíritu marcial, cantando sus canciones de la guerra carlista.No puede dudarse que el enemigo ha sufrido un serio quebranto, porque anoche no se atrevió a hostilizar. El capitán de Infantería que los manda y el teniente de Carabineros que los acompaña, saben que en El Saucejo hay una fuerza consciente,…”19360907 12 y 13 La Unión
5 DE SEPTIEMBRE
El día 5 de septiembre, a las diez de la mañana, cumpliendo órdenes de los mandos militares, se constituyó en el ayuntamiento de El Saucejo una Comisión gestora municipal, presidida por Carlos Torres Gago (propietario de 48 años) y compuesta además por los vocales: Miguel López Picamill (industrial de 44 años), Juan Pérez Pérez (propietario de 48 años) y Antonio González Vargas (propietario de 36 años). Los tres primeros había sido concejales en el ayuntamiento de El Saucejo desde el 27 abril de 1934 al 20 de febrero de 1936. Los tres también habían estado de detenidos en la cárcel de el pueblo, durante los primeros días de la guerra, por ser personas de derechas. Esta primera Comisión gestora estuvo en el poder municipal dos meses, hasta el 7 de noviembre de ese año.
LOS AVIONES ROJOSA la hora en que cerramos esta crónica, diez y media de la mañana del sábado (5), rezongan en la altura los aviones rojos, que vienen a bombardearnos, y nos bombardean. Los pepinos del enemigo no nos hacen daño, pero aquí abajo hay una ensalada de tiros con bastante razón, y los aviones huyen. Se hace imposible contener a los requetés para que no disparen.19360907 13 La Unión
6 DE SEPTIEMBRE
Ese día, domingo, el comandante Redondo tenía el proyecto de ocupar Villanueva de San Juan, pero tuvo la confidencia de que una columna motorizada, procedente de Campillos venía con la intención de atacar el pueblo. Según esas confidencias, vendría mandada por un capitán de la Guardia civil, en aquella fecha llamada Guardia Nacional Republicana, con guardias de este Cuerpo y de Carabineros, y el resto, milicianos.
El comandante Luis Redondo, no se situó a la defensiva, y ordenó salir a sus tropas a esperar a que la columna atacante llegara a las inmediaciones de El Saucejo.
En unas lomas de olivar que dominan el valle, a unos dos kilómetros del pueblo, donde ya se produce la divisoria entre las provincias de Sevilla y Málaga, el comandante distribuyó sus fuerzas estratégicamente. Las del ala izquierda, se adueñaron de la aldea de Navarredonda, a la vez que flanqueaban la cuesta que desde el campo enemigo subía a las lomas que tenían ocupadas. Las fuerzas de la derecha, tenían la misión de dominar por aquel sector el valle, y las del centro quedaron dispuestas para un posible avance. Los camiones fueron devueltos al pueblo en su mayoría, quedando los indispensables, hábilmente disfrazados con ramaje. La tropa se refugió pegada a los troncos de los olivos, con orden de no moverse ni disparar un tiro. Eran las cuatro de la mañana.
Se sestea, para cobrarle la deuda al madrugón. Había sonado la diana antes del amanecer para cumplir con los deberes religiosos dominicales antes de salir al campo, y teníamos más hambre de sueño que de comer. […]
En unas lomas, en cuya base está la bifurcación de la carretera hacia Almargen y hacia Campillos, pronto fue advertida la concentración enemiga. En la loma más alta, a la sombra de unas encinas, habían situado sus guardias. En un collado, a la izquierda y al amparo de una arboleda y un caserío (La Lebrona), radicaba el grueso de la columna.
A las nueve aparece en el horizonte una escuadrilla de aeroplanos republicanos. Pasan y repasan sobre las tropas de Redondo, y no las divisan. Pronto se sienten las explosiones de las bombas en las cañadas próximas, y después el bombardeo del pueblo. Nuevo girar sobre los lugares donde están las tropas escondidas, y finalmente se van.
En las primeras horas de la mañana recibimos la grata visita de dos "pájaros" rojos que, a una altura propia de cobardes, bombardearon el pueblo y no a las columnas pues nuestros amigos los olivos fueron una vez más protectores de los soldados de la Patria.Los bombardeos y la pedrea (que también tiraron adoquines como otras veces, de efecto nulo), ¡ya no asustan ni a los niños!19360907 13 La Unión
La columna malagueña se parapetó a dos kilómetros de las líneas nacionales, y en vista de que no se atrevían a avanzar, el comandante Redondo, ordenó a la artillería, que había permanecido a una distancia prudencial, que abriera fuego contra la columna enemiga, los cuales contestaron con el fuego de fusilería. La sorpresa fue grande, y provocó que se dispersaran los milicianos, huyendo a la desbandada en dirección a Campillos y Almargen, en coches y camiones a través del monte. En vista de ello, el Requeté avanzó protegido por la artillería, ametralladoras y el carro blindado y flanqueado por caballería, tomando las lomas donde estaba parapetada la columna malagueña
Los nacionales se apoderaron de un automóvil, que en la huida habían dejado abandonado, material de guerra y algunos prisioneros, entre ellos un cabo de la Guardia Nacional Republicana. Se pasaron al bando nacional otros cuatro con su armamento.
Unidos a los enemigos estaba un cabo de la Guardia civil de la Comandancia de Málaga que fue prisionero, quien manifestó que la columna enemiga la formaban fuerza de la Guardia civil, Carabineros y milicianos rojos que trataban atacar el pueblo durante la noche.19360907 13 La Unión
Aunque no se menciona el nombre del cabo, pienso que se trataba de Manuel González Becerra, que fue fusilado en Almargen el 23 de septiembre de 1936.
No todos los marxistas pudieron huir y perdieron un “Chrysler” de seis plazas, que hoy van luciendo nuestros muchachos en la conquista de otros pueblos, con las mismas letras de F.A.I., U.G.T. y U.H.P., que aquellos infelices habían pintado, sin pensar, groseros siempre, que la letra mata, y es el espíritu el que vivifica.19360910 10 y 11 La Unión
Automóvil capturado en el cortijo La Lebrona |
Ese día, se tomó también la pedanía La Mezquitilla
En la charla radiofónica de Queipo de Llano en Radio Sevilla de ese domingo 6 de septiembre, dijo:
“Por último, la zona ocupada ayer por la columna del comandante Redondo, según el parte que me envió, me decía que tenía el proyecto de ocupar Villanueva de San Juan; pero tuvo confidencias de que venía una columna protegida por la aviación a atacar El Saucejo. Aplazó el proyecto de ocupación, y disimuló su fuerza a la aviación. Llegaron los aparatos rojos, reconocieron el terreno, y como no encontraron a nadie, bombardearon El Saucejo, donde, como es natural, no estaba ya la columna. La columna avanzó y se detuvo antes de llegar a las posiciones ocupadas por los Requetés. Cuando la aviación enemiga había desaparecido, creyendo que no había enemigo, nuestras tropas atacaron las posiciones rojas, poniéndose a los marxistas en vergonzosa fuga, y haciéndoles un cabo de la Guardia Civil prisionero. La columna iba mandada por un capitán de la Guardia Civil, sin duda, mandado de Madrid. También iba un teniente coronel, mandado de Madrid. Se ha cogido un coche ligero, con la inscripción de la FAI, y un camión”19360908 006 ABC
La versión que se daba en el bando republicano, del enfrentamiento en El Saucejo era completamente distinta.
EL VALEROSO COMPORTAMIENTO DE UN CAPITAN DE LA GUARDIA NACIONAL REPUBLICANAHemos de hacer destacar en estas líneas el valeroso comportamiento del capitán de la primera compañía móvil de la Guardia Nacional Republicana, Luis Olivares (Guía), que en el frente de Almargen, día a día, viene dando pruebas de un valor y un entusiasmo sin límites en la ofensiva que en este frente se viene realizando para acabar con los focos facciosos allí existentes.Hay que destacar que el domingo último (6), el propio Luis Olivares, con el sargento Arribas, que mandaba veinte milicianos de Teba, llevaron a cabo un glorioso hecho de armas, causando al enemigo nueve bajas, haciendo huir a la columna facciosa en los alrededores de El Saucejo.Para terminar estas líneas, que podíamos hacer interminables citando hechos demostrativos del amor a la República de este valiente defensor de las libertades patrias, hagamos constar que en todo aquel frente es querido y admirado por milicianos y tropas leales, que encuentran en él al hombre abnegado y demócrata, siempre dispuesto a dar la vida por la gloria de nuestra España republicana.19360910 002 El Popular
7 DE SEPTIEMBRE
Esa mañana, a las siete, la aviación republicana proveniente de Málaga, bombardeó de nuevo El Saucejo, acción que volvió a repetir por la tarde, sin eficacia.
A las dos de la tarde salió una columna de El Saucejo; para la ocupación del pueblo de Los Corrales. Transcribo el artículo que se publicó en “La Unión”, al día siguiente:
En el camino, apenas iniciada la marcha hubo necesidad de recomponer un puente (Navarredonda) que habían destrozado los marxistas. En la operación, realizada con la mayor actividad y acierto, invirtiendo los ingenieros pontoneros una hora y media.Ya cerca de Los Corrales, las lomas próximas están ocupadas por gentes del pueblo. Las ametralladoras y nuestra artillería, debidamente emplazadas, batieron eficazmente esas lomas. Avanza el Requeté, en guerrilla, rodeando poco después la población, y entra en ella luego de ligero tiroteo, protegido por una sección de Caballería, y los jinetes de la Policía rural que habían flanqueado el victorioso avance.Después de débil resistencia, el enemigo huyó y fue batido por fuegos convergentes. Por nuestra parte, hay que lamentar la herida que sufre el requeté de Écija Antonio Bares Blanco. La herida no es grave, aunque los médicos se han reservado el pronóstico.Del pueblo de Los Corrales se han marchado la mayoría de los hombres; muchos marxistas lleváronse consigo a sus familiares.La iglesia de Los Corrales, como todas las de esta comarca, entregada desde febrero a la barbarie del Frente Popular masónico-marxistas, estaba convertida en lonja de mercancías. Se ve que la consigna judaica se cumple en todas parles al pie de la letra.No existe ni un retablo; ni una imagen sagrada; ni un ornamento. Todo fue arrasado e incendiado. Del archivo parroquial no quedó un papel. Sólo pudo recoger el requeté fragmentos de la Sagrada Custodia.10360908 06 La Unión
Cientos de hombres, mujeres y niños llenos de pánico huyeron, intentando llegar a los cortijos próximos y sobre todo a Campillos.
Francisco Lobatón Durán, fue nombrado por los mandos militares que ocuparon Los Corrales, presidente de la Comisión gestora municipal.
La intención de la columna rebelde, era llegar esa misma tarde a Martín de la Jara, al ser la distancia corta entre ambos pueblos. De hecho emprendieron el camino, pero el arreglo de dos puentes les “hizo perder las horas que nos hubieran bastado para la segunda operación, y regresamos a El Saucejo cuando cerraba la noche”.
Ese mismo día, hubo un último intento por parte de las fuerzas republicanas de reconquistar El Saucejo. Así lo cuenta el requeté M. Carmeño, que iba en las tropas del comandante Redondo:
De gloriosa puede calificarse la jornada de ayer (7) para nuestros bravos Requetés. Cincuenta hombres rechazaron el ataque de una columna enemiga que, procedente de Campillos, venía con el propósito de tomar este pueblo.Y aún es más de realzar esta hazaña, si se tiene en cuenta que el enemigo atacaba armado en su totalidad de fusiles y mosquetones, con abundantes municiones.Los marxistas, que traían numerosos coches y camiones, comenzaron por atacar a una sección de Ingenieros, que a dos kilómetros del pueblo estaba reparando un puente volado por los rojos.Los Ingenieros resistieron el empuje del enemigo, hasta que cincuenta muchachos del Requeté y algunos de Caballería, al mando de Enrique Barrau, José León y Ángel María Prados, acudieron en su ayuda, entablándose un terrible tiroteo, que duró cerca de una hora.Aunque el enemigo era ocho veces mayor, como anteriormente decimos, no pudo resistir el empuje de nuestros muchachos, que palmo a palmo, y desafiando a la muerte con el valor de veteranos, le hicieron retroceder en huida vergonzosa, desapareciendo de aquellos lugares en sus coches y camiones, siendo perseguidos por los requetés a poco más de cincuenta metros de distancia.Se cogieron hasta once prisioneros, numerosos cadáveres, diez mosquetones, dos fusiles y numerosas municiones y material de guerra.Por nuestra parte, sólo tuvimos que lamentar dos heridos, aunque, por suerte, leves: un muchacho de Caballería y otro de la ametralladora que a retaguardia protegía el ataque de los requetés. De los requetés, nada; aunque a todos nos silbaron muy de cerca las balas.Las fuerzas enemigas venían al mando de un capitán de Carabineros, y estaban formadas por elementos de la guarnición de Málaga—sobre todo marinos—, guardias de Asalto y milicianos.Sevilla, 8-9-36. M. Cermeño
Entre las personas de Campillos que participaron en ese ataque a El Saucejo, pudo encontrarse Fernando Parejo Romero, que era el jefe de las milicias de Campillos, el cual se había colocado una estrella de alférez para que se visualizara su autoridad.
Según declaración del médico Francisco Mesa Rodríguez: “la participación del encartado en los sucesos de El Saucejo mas bien hay que referirlos a un contraataque que sufrió dicha villa cuando ya se encontraba en poder de las tropas nacionales, unos cinco o seis días antes de ser tomada Campillos. Aquel mismo día, ya al oscurecer, se personó Fernando Parejo en la clínica a la cual estaba adscrito como médico, comentando entre los camilleros y personal sanitario lo que había ocurrido en dicho intento de toma de El Saucejo”.
En las elecciones municipales celebradas el 3 de abril de 1979, fue elegido alcalde de Campillos por el PSOE. Tenía 70 años.
8 DE SEPTIEMBRE
A primera hora de la tarde, volvió a salir de El Saucejo, la columna del comandante Redondo para el pueblo de Los Corrales, que ya había sido ocupado el día anterior, y en donde estaba concentrada la caballería al mando del comandante Alfredo Erquicia.
Desde Los Corrales, las fuerzas avanzaron hacia el pueblo de Martín de la Jara. Emplazadas la artillería y ametralladoras se batieron unas lomas de los alrededores del pueblo, y seguidamente avanzó el Requeté. Los flancos los guardaban fuerzas de Caballería. El pueblo fue ocupado sin resistencia.
Después de la operación, la columna emprendió el regreso al cuartel general de El Saucejo, luego de dejar guarnecido el pueblo.
Panorama: al fondo, Sierra Yeguas, límite de las provincias de Sevilla y Málaga. En las faldas, el caserío de Martín de la Jara.La columna había hecho alto en las afueras de Los Corrales. Desde allí se veían las crestas de las lomas coronadas por fugitivos. La batería batió aquellos lugares, con la precisión suficiente para no hacer en ellos una carnicería, en el supuesto de que hubiese mujeres y niños, pero dejándolos advertidos, con la proximidad de las explosiones, de que se apartasen del "balcón" donde presenciaban el espectáculo. La batería que nos acompaña es maestra en su menester. También las ametralladoras sondearon el horizonte más próximo.Despejado así de frente, avanzaron por ambos flancos los jinetes: a la izquierda, la Policía montada, de día en día más bélicamente experta; a la derecha, la sección de Taxdirt, que viene actuando brillantemente.Como fuerza de choque, carretera adelante, el Requeté, colocado durante su concentración a cubierto de posible fuego junto a un cantil de ese camino, avanzó en el momento oportuno, hasta dar frente al pueblo, y allí desplegaron las guerrillas para rodearlo y tomarlo.Rápidamente recorremos la población, mientras el comandante Redondo da las disposiciones oportunas para dejar guarnecido el lugar y designar las autoridades que administren los intereses del Municipio.De la iglesia sacan un Crucifijo, tamaño académico, de traza bizantina, tosco, pero de mucha unción. Es el Cristo de la Sangre, la única imagen que ha respetado la barbarie judaico-marxista. Nos dicen unas mujeres que lo tenían por republicano. […]El templo de Martín de la Jara esta, como los de otros pueblos, saqueado, vandálicamente, y fue convertido en el almacén, y sobre los altares se amontonaban las mercaderías. Dentro, en las dependencias, montones informes de imágenes y retablos, pedazos de ornamentos, algunos de ricas telas de antiguo tisú cuyo mérito y valor no han sabido apreciar los salvajes iconoclastas de Martín de la Jara, o de Osuna (en cada pueblo, los de allí nada malo han hecho; culpan a los forasteros).19360910 11 La Unión
9 Y 10 DE SEPTIEMBRE
En la mañana del día 9, grupos de milicianos, dispararon a los pueblos de Los Corrales y Martín de la Jara, siendo repelidos, según el periódico “La Unión”, con bastantes bajas. Hubo un herido grave en las fuerzas de Caballería.
Para apoyar a las fuerzas nacionales que habían quedado en aquellos pueblos, salieron fuerzas de la columna Redondo de El Saucejo, llevando ametralladoras, batiendo a los grupos enemigos y haciéndoles dos muertos y algunos heridos. No hubo bajas entre los nacionales.
Las fuerzas de dicha columna prosiguieron la acción de "limpieza" de enemigos. En el kilómetro tres y medio, de la carretera a Campillos, fueron agredidas por grupos de milicianos, siendo rechazados, haciéndoles huir a la desbandada. También se les produjeron algunas bajas.
El día 10, a las diez y media de la mañana, la aviación republicana, al igual que ocurrió el día anterior, bombardeó intensamente la población, pero, esta vez, una batería con un dispositivo antiaéreo, cañoneó contra los aviones. También dispararon contra ellos unas ametralladoras antiaéreas.
Para dar cumplimiento al Bando de Guerra del general Queipo de Llano, la tarde del día 10, se publicó solemnemente un Bando del comandante Luis Redondo, jefe de la Columna. En el mismo se apercibía con severas penas a los espías; se ordenaba que a partir de las ocho de la noche nadie saliera del pueblo sin llevar un salvoconducto. Se advertía que los contraventores de esas reglas, serían pasados por las armas. También se ordenaba a los cabezas de familias que se presentaran en la Comandancia a dar cuenta del paradero de sus ausentes.
Entre los asesinados en aplicación del Bando de Guerra, había dos mujeres de Campillos, Ana Romero Galeote y su hija Isabel Gordillo Romero. La ejecución se produjo en El Saucejo, entre los días 5 y 25 de septiembre de 1936.
ANA ROMERO GALEOTEDe 49 años de edad, hija de Antonio y Juana, era natural del pueblo de Campillos, estaba casada con Manuel Gordillo Caballero, tenía dos hijos: Isabel y Manuel, y vivía en la calle Albarrada, número 40, de El Saucejo.
ISABEL GORDILLO ROMERONacida el día 2 de septiembre de 1915, era hija de Manuel Gordillo Caballero y Ana Romero Galeote, y vivía en el domicilio familiar. Soltera
11 DE SEPTIEMBRE
El viernes día 11, la columna del comandante Redondo salió de El Saucejo a las cinco de la mañana, y se dirigió a Villanueva de San Juan para ocupar dicho pueblo, y también Algámitas. La columna estaba formada por la Artillería, sección de ametralladoras, Caballería, Guardia Rural de Osuna, Requeté y ambulancia de la Cruz Roja con el personal y elemento sanitario correspondiente.
A las siete, y en un punto de ángulo que domina la situación de ambos pueblos se emplazó la Artillería, debidamente “camuflada” por el arte del segundo jefe de la columna, comandante Alberto Fernández-Maquieira y Borbón, el hombre de los detalles, de los pormenores, cosas que suelen ser muchas veces fundamentales en el arte militar.No fue necesario batir Villanueva con los cañones. En un collado más adelante, entre dos crestas, se colocaron las ametralladoras; que barrieron espléndidamente los lugares estratégicos desde donde el enemigo pudiera hostilizar nuestro avance, y el Requeté, desplegado en guerrilla y protegido por la caballería de Taxdirt y los jinetes de Osuna, guiados éstos por Don Antonio de la Puerta, conocedor del distrito, fue adelantado hasta rodear el caserío y penetrarlo.Dentro del pueblo, la estampa, al aguafuerte, que en otros hemos visto. El templo arrasado, sin un retablo, sin un altar. Los muros desnudos, como una sinagoga. […] En los clubs o sindicatos obreros, abundan las listas electorales. En las paredes, toscas letras con los anagramas de los partidos proletarios, y borrados los letreros que marcan el paso de los de Falange, que aquí estuvieron al principio de esta reconquista. […] Las casas de las familias significadas de derecha han sido pasto de los bárbaros; armarios y cómodas desvalijados, mesas y sillas y camas hechas astillas, a golpe de hacha; locura de destrucción sin objeto, sin sentido…19360915 04 La Unión
Aquel día 11 de septiembre huyeron de Villanueva más de trescientos vecinos. El comandante Luis Redondo, antes de abandonar la localidad, dejó designado a Pablo Moreno Nieto (médico, 47 años), como presidente, y Juan Torres Cárdenas (labrador, 32 años), y Antonio Rodríguez Recio (secretario del Juzgado, 45 años), como vocales, miembros de la Comisión gestora municipal. Los tres eran falangistas. Esta Comisión estuvo al frente de la gestión municipal hasta el 10 de noviembre de 1936.
A las nueve se ha dado vista a Algámitas. Colocada convenientemente, la Artillería ha bombardeado con gran acierto unas lomas situadas en la parte trasera de la población, desde la que se ha contestado con fuego de fusil.Los Requetés, flanqueados a derecha e izquierda por la Caballería, ocuparon sin gran resistencia el pueblo, realizando una rápida maniobra, que ha hecho inútiles los esfuerzos del enemigo.Ha sido digna de elogio la labor de la Caballería y de la Guardia Rural de Osuna, que han cumplido admirablemente las órdenes del mando, facilitando grandemente la operación.Cumplido su cometido, las fuerzas han regresado a su base.19360912 05 La Unión
12 DE SEPTIEMBRE
La columna del comandante Luis Redondo, había conseguido todos los objetivos que se le asignaron cuando la tarde del 3 de septiembre, salió de Sevilla en dirección a Osuna.
En ocho días, había conquistado El Saucejo, Los Corrales, Martín de la Jara, Villanueva de San Juan y Algámitas, y estaba a la espera de las órdenes de Sevilla para avanzar sobre Almargen. Ese día no se realizó ninguna acción militar por parte de la columna de El Saucejo.
Tres adolescentes de Almargen, que se encontraban encerrados junto con sus madres en la cárcel de mujeres existente en la fábrica de aguardientes de ese pueblo, se escaparon y llegaron ese día 12 de septiembre a El Saucejo. Se trataban de Gregorio Fernández García, hijo de Francisco Fernández Torres; de Juan García Torres, hijo de Modesto García Romero, ambos asesinados la noche del 26 al 27 de agosto; y de Emilio Pabón García, hermano de Rafael, Cristóbal y Francisco Pabón García, asesinados el primero el día 27, y los otros dos el 28 de agosto
La columna del comandante Luis Redondo, había conseguido todos los objetivos que se le asignaron cuando la tarde del 3 de septiembre, salió de Sevilla en dirección a Osuna.
En ocho días, había conquistado El Saucejo, Los Corrales, Martín de la Jara, Villanueva de San Juan y Algámitas, y estaba a la espera de las órdenes de Sevilla para avanzar sobre Almargen. Ese día no se realizó ninguna acción militar por parte de la columna de El Saucejo.
Tres adolescentes de Almargen, que se encontraban encerrados junto con sus madres en la cárcel de mujeres existente en la fábrica de aguardientes de ese pueblo, se escaparon y llegaron ese día 12 de septiembre a El Saucejo. Se trataban de Gregorio Fernández García, hijo de Francisco Fernández Torres; de Juan García Torres, hijo de Modesto García Romero, ambos asesinados la noche del 26 al 27 de agosto; y de Emilio Pabón García, hermano de Rafael, Cristóbal y Francisco Pabón García, asesinados el primero el día 27, y los otros dos el 28 de agosto
El Saucejo, 12, a las 23:30 (De nuestro servicio especial).Nos refieren los pequeños fugitivos que ellos también habían sido encerrados en la cárcel de mujeres, pero al ver los crímenes que los rojos cometían a diario, asesinando a mujeres indefensas (en Almargen no se mató a ninguna mujer), resolvieron fugarse, fuera como fuera, porque temían ser asesinados, como lo habían sido sus familiares. Aprovecharon la obscuridad de la noche, y por el tapial de una corraleta de la parte trasera del edificio de la fábrica—hoy cárcel— saltaron desde una altura temeraria, echando a correr en dirección al pueblo de El Saucejo.Tardaron seis horas justas en llegar a dicho pueblo; se presentaron a las primeras fuerzas de avanzada, contándoles su odisea. Los pobres niños, que ofrecían un lastimoso estado, fueron muy atendidos y cariñosamente tratados por las fuerzas de la columna Redondo.Refieren los huidos, escenas desgarradoras; cuentan cómo los rojos sacaron de las casas a sus padres y hermanos para fusilarles, sin tener en cuenta el llanto y las lamentaciones de las infelices criaturas.Uno de los fugitivos, dirigiéndose a los requetés de la columna Redondo, le pedía con apremio:— ¡Por Dios, vayan ustedes pronto al pueblo de Almargen para salvar a nuestros padres y hermanos!Cuando salimos de nuestro encierro en Almargen rezamos a Dios, y Dios nos ha salvado, decían los pequeños fugitivos, los ojos arrasados en lágrimas.También hemos conversado con Antonia Barquero y un hermano suyo. Son vecinos del mismo pueblo de Almargen, y nos han referido infinidad de crímenes y asesinatos que los marxistas cometieron en presencia de aquéllos. Al marido de Antonia se lo llevaron varios marxistas a Málaga, y ella supone que le habrán asesinado; desde entonces no ha vuelto a tener noticias suyas.Nos dijo también Antonia que ella, con dos hijos pequeños y sus hermanos, su sobrina Isabel María y algunas vecinas huidas como ellas de Almargen, se refugiaron ayer en un cortijo próximo al pueblo de Los Corrales.También cuenta Antonia que otras mujeres vecinas de Almargen pudieron escapar, perseguidas muy de cerca por los rojos. Cuentan que los marxistas asesinaron en Almargen al sacerdote don Andrés Pabón Torres, sobrino del canónigo de la Catedral de Sevilla don Andrés Pabón Barquero. Murió como un mártir, gritando hasta el último momento ¡Viva Cristo Rey!19360914 07 La Unión
https://cronicasdelvientosolano.blogspot.com/2023/08/almargen-verano-del-36.html
Ese mismo día 12 de septiembre Varela se había desplazado a Sevilla desde Córdoba para entrevistarse con Queipo de Llano y proponerle su idea de maniobra para la ocupación de Ronda que fue aceptada, dictándose seguidamente la Orden de Operaciones, que implicó en primer lugar poner también bajo el mando del general gaditano la columna "sevillana" del comandante Luis Redondo y que hasta entonces lo estaban directamente de Queipo de Llano, quien se encargó de dar cuenta del nuevo plan y situación al general Franco.
Ese 12 de septiembre, el Estado Mayor del “Ejército de Operaciones del Sur”, dictó la correspondiente Orden de Operaciones que tenía por objeto la ocupación de Cañete la Real, Campillos, Peñarrubia, Teba, Cuevas del Becerro y finalmente Ronda.
La ejecución del movimiento de las tres columnas, prevista desde el cuartel general de Sevilla era, según constaba en la citada Orden de operaciones, la siguiente:
La denominada "Columna de Cádiz", al mando del comandante de Caballería Salvador Arizón Mejía, avanzaba desde Arcos de la Frontera y Ubrique, debiendo ocupar el 14 de septiembre El Gastor y Alcalá del Valle, ubicadas en la sierra gaditana y todavía en manos gubernamentales. Al día siguiente, debía proceder a efectuar un reconocimiento ofensivo sobre Setenil de las Bodegas y si el jefe de la columna, coronel de Infantería Juan Herrera Malaguilla, lo considerase factible con los medios de que disponía, y si la resistencia del adversario no fuese fuerte, la ocuparla, dejándola en tal caso fuertemente guarnecida para evitar que pudiera ser reconquistada por el adversario. Por último el 16 de septiembre las fuerzas gaditanas debían ocupar el puerto de Montejaque, en la carretera malagueña de Ronda y ejercer tal presión sobre el enemigo que le obligara a su desplazamiento hacia dicha ciudad.
La "Columna de Antequera" debía proceder a ocupar el día 13 de septiembre Campillos, el 14 Peñarrubia, pernoctando en la misma y tomar al día siguiente Teba, regresando nuevamente a pernoctar a la población anterior. Teba debía quedar guarnecida por fuerzas de la Guardia Civil y de Falange de dicha columna, mientras que Peñarrubia lo estaría por una compañía de Infantería de Marina, una batería de Artillería de 75 mm y por fuerzas de la Guardia Civil y de Falange. Previamente a ello se debía dejar de guarnición en Campillos una sección de la Guardia Civil y fuerzas de Falange.
La "Columna del Saucejo" por su parte debía proceder a ocupar el mismo día 14 de septiembre Cañete la Real en donde pernoctaría, para a la mañana siguiente efectuar por un lado un reconocimiento ofensivo por la carretera que unía dicha población con la de Ronda, regresando a pernoctar a Cañete la Real, y por otro lado lanzar un segundo reconocimiento ofensivo en dirección a Teba con el fin de ayudar a la "Columna de Antequera" a la ocupación de dicho pueblo. En Almargen y Cañete la Real debía quedar una centuria de Falange, la cual saldría de Sevilla el día 13 de septiembre, así como fuerzas de la Guardia Civil destacadas en las localidades sevillanas de Morón de la Frontera y Osuna.
A las cuatro horas de la mañana del 16 de septiembre la "Columna de Antequera" debía emprender la marcha con dirección a Ronda. En el cruce de esta carretera con la de Cañete la Real se le debía incorporar la "Columna del Saucejo", para ello a las cinco horas de la mañana la "Columna del Saucejo" debía emprender previamente la marcha de Cañete la Real y esperar el paso de la de Antequera en la confluencia de ambas carreteras, operando ya a partir de entonces de forma conjunta para ocupar Cuevas del Becerro y Ronda.
Por otra parte los puestos de la Guardia Civil de Campillos, Peñarrubia, Teba y Ronda debían ser guarnecidos por las fuerzas de Antequera mientras que los de la zona de El Saucejo, Almargen y Cañete la Real, lo serían por fuerzas de la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla.
13 DE SEPTIEMBRE
Según los informes de que disponían las tropas nacionales, la situación de Almargen era la siguiente:
—Fuerzas: 90 Guardias Civiles, 22 carabineros y 150 milicianos. De todos estos, tienen fusil los Guardias Civiles y Carabineros, y la mitad aproximadamente de los milicianos.
—Trabajos defensivos: En la carretera de El Saucejo a Almargen hay parapetos de sacos terreros cortando la carretera unos 2 km delante de Almargen y en la sierra Zorrita. Se puede pasar por un olivar próximo. A derecha e izquierda de este parapeto están las guardias de los milicianos y Guardia Civil con la consigna de retirarse, haciendo previamente un disparo, en caso de ser acometidos por las fuerzas nacionalistas. No hay minas ni destrucciones antes de llegar al pueblo.
—Comunicaciones: El tren de Ronda a Almargen no circula. Los republicanos reciben los refuerzos por las carreteras de Ronda y Málaga.
—Edificios ocupados: El Ayuntamiento está ocupado por el Comité. El pueblo está desalojado por la población y sólo está la estación vigilada por una guardia de 10 individuos, que además tienen bajo su custodia cinco cajas de cartuchos de fusil.
—Subsistencias: Muy pocas. Unos días antes fueron a Ronda por comestibles y no pudieron traerse más que un poco de café, azúcar y patatas. Pan y carne tenían lo suficiente por haber requisado ganado.
—Vehículos: Tienen un coche ligero que utiliza el mando superior.
A primeras horas de la mañana del 13 de septiembre la columna del comandante Luis Redondo, salió de El Saucejo en dirección Almargen. Así lo cuenta el capellán Bernabé Copado en su libro «CON LA COLUMNA REDONDO»
El camino es sumamente accidentado y peligroso: a uno y otro lado elevaciones imponentes, y la carretera dominada en todo el trayecto por ambos flancos. La marcha se hizo lenta por haber cortado los rojos en su huida todos los puentes y alcantarillas.En los alrededores del pueblo hubo un combate fuerte: llegaron a estar casi rodeados por nuestras fuerzas, que en un movimiento envolvente, llevado a término con precisión matemática, les dejaron libre estrictamente el hueco de la carretera de Málaga. Tuvimos varios heridos, entre ellos todos los que iban en el blindado, a excepción del marqués de Marchelina (teniente Ignacio Romero Osborne); muertos ninguno.
Por su parte el periódico “La Unión”, lo cuenta así:
Los requetés avanzaron en vanguardia, protegidos por el fuego de ametralladoras y artillería, que disparaban contra unas lomas que defienden al pueblo. El fuego duró dos horas, o sea desde las seis y media hasta las ocho y media del día. A esa hora, los requetés y fuerzas de Caballería hacían su entrada en Almargen, apoderándose de la población. El enemigo resistió bastante, pero el empuje y ardor bélico de los atacantes hubo de ceder el terreno. La Aviación cooperó eficazmente al éxito de la operación.Tomada la población de Almargen, en la que los rojos tenían prisioneros a muchas familias, personas todas de orden y profundamente católicas, salieron de Almargen algunas fuerzas del Requeté y de Caballería para hacer un reconocimiento ofensivo por unas lomas de los alrededores, las cuales quedaron limpias de enemigos. Sobre el campo dejó el adversario diecisiete muertos; se cree que las bajas del enemigo debieron ser mucho más elevadas. También se apoderaron las fuerzas vencedoras de un automóvil ligero, lleno de bombas de mano y dinamita.19360915 06 La Unión
Según declaró un testigo, “cuando se recibió la noticia de la proximidad del Ejército, se llevaron cuantos objetos de valor encontraron, y los que ofrecían dificultades para el transporte, fueron destruidos. Así hicieron con el trigo, que formado en grandes montones fue rociado, con gasolina y quemado”.
Continúa diciendo el jesuita Bernabé Copado
Aquí sorprendió el marqués de Marchelina una conversación por teléfono, en que anunciaban desde Málaga que la aviación roja llegaría a bombardear. Llegó en efecto, y arrojó unas cuantas bombas en la estación del ferrocarril. Se encontraban allí en aquel momento el comandante Redondo y otros oficiales que se vieron en no pequeño peligro. Desde este día era visitada nuestra columna diariamente por la aviación roja.
Después de que entraran las tropas del comandante Luis Redondo en Almargen, ese mismo día a las 13,45 también lo hacían las del comandante Rafael Corrales Romero en Campillos. Pero de este tema me ocuparé en la próxima Crónica.
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Luis Redondo García, nació en Cañaveral (Cáceres) el 24 de agosto de 1889. Ingresó en la carrera militar el 31 de agosto de 1908 en la Academia de Caballería, de la que salió tres años después con el grado de segundo teniente.
En 1912, marcho voluntariamente a África, ascendiendo a los tres años por meritos de guerra. Vuelve a la Península, en 1916, destinado al Regimiento de Caballería Alfonso XII, con ubicación en Sevilla. El 4 de julio de 1925, ascendió a Comandante.
Al implantarse la República, decide retirarse, acogiéndose a la Ley de Azaña, e ingresa en la Comunión Tradicionalista. Por encargo de su jefe supremo, Manuel Fal Conde, organiza el Requeté de Andalucía
Estuvo implicado en los sucesos del 10 de agosto de 1932 en Sevilla encabezados por el teniente general Sanjurjo, siendo detenido y permaneciendo por estos hechos, año y medio en las cárceles de Guadalajara y Sevilla, siendo traslado posteriormente a la prisión de Madrid. En prisión coincidió y trabó amistad con el general José E. Varela. En la sentencia dictada en Madrid por la Sala Sexta del Tribunal el 7 de febrero de 1934, fue absuelto.
El 18 de julio de 1936, era el jefe del Requeté de Sevilla. No se encontraba en servicio activo en el ejército, pero organiza la columna que lleva su nombre. Tras una primera campaña de la Columna Redondo en tierras de Huelva, tuvieron sus fuerzas unos días de descanso en Sevilla, para marchar después a una segunda intervención en el sur de la provincia de Sevilla y en la serranía de Ronda. Alcanzó la graduación de Teniente General.
Falleció en Madrid el 13 de agosto de 1973, a los 84 años de edad. Está enterrado en el cementerio de San Fernando en Sevilla.
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