LA LLEGADA DEL FERROCARRIL A CAMPILLOS


Máquina de vapor "Campillos" construida en 1889 por Beyer & Peacock

En ésta crónica, voy describir la llegada del ferrocarril a Campillos, un hecho que cambió radicalmente la vida de todos los habitantes de la comarca. La llegada del tren de los “ingleses”, tal como lo denominaban los habitantes del pueblo, y ya veremos por qué, produjo profundos cambios sociales y económicos.

Las vías de comunicación por aquel entonces eran muy precarias, los caminos eran de herradura, transitables para las caballerías pero no para los carros, lo que los convertía en impracticables durante buena parte del año.

Las consecuencias de la llegada del tren fueron enormes para la economía del momento, facilitando la llegada de los productos agrícolas, producidos en el campo, a los mercados donde los consumían los clientes finales. Facilitó la movilidad de las personas, pero fundamentalmente, el ferrocarril fue un elemento de cohesión social, que favoreció las relaciones con los demás pueblos que estaban en su itinerario.

También supuso la llegada de una mano de obra más industrializada, con un sentido sindical más pragmático y reivindicativo, mucho más acentuado e inmediato que el del campesino andaluz. Las nuevas ideas sindicales arraigaron en la zona, dando lugar a la proliferación de sociedades obreras.

Detrás del tren vino la explotación de las canteras de Teba y Peñarrubia, que se utilizaron para la construcción de un nuevo muelle en Gibraltar, para lo cual la existencia del tren para el transporte de la piedra fue fundamental. Así lo cuenta Baltasar Peña en su libro “La Pequeña Historia de la Villa de Campillos”

Casi toda la piedra empleada en el mismo (se refiere al dique de Gibraltar) lo fue de las canteras de Teba y de Peñarrubia. Esta actividad motivó una crecida emigración hacia estos pueblos, sobre todo hacía Teba, en donde llegaron varios cientos de canteros del Norte y de Almería. Los elevados jornales que proporcionaban estos trabajos hicieron que el pueblo de Teba gozara de unos años en que la plata corría con prodigalidad, pero también infiltraron en sus obreros el afán de defensa, constituyéndose en el mismo una de las primeras sociedades obreras y de las más importantes de España. Pablo Iglesias vino personalmente a tomar parte en un mitin en dicho pueblo.

Sobre la presencia de Pablo Iglesias en la comarca, y su influencia en el desarrollo sindical, y sobre todo en el impulso del socialismo en la misma, hablaré en otra crónica.

Antes de entrar en el desarrollo explicativo de la línea de ferrocarril Bobadilla a Algeciras, quiero decir que ya estaba funcionando la línea de Córdoba a Málaga, que se había inaugurado el 15 de agosto de 1865, que el día 20 del mismo mes, se complementaba con el ramal de Bobadilla a Antequera, y por último, que el 17 de mayo de 1874, comenzó el funcionamiento de la línea desde Bobadilla hasta Granada,

Anterior a todo esto en el año 1859, hubo una posibilidad de que Campillos se convirtiera en el nudo ferroviario que es hoy día Bobadilla. El 23 de junio de ese año se publicaba una Real Orden en la que aprobaba el pliego de condiciones particulares para la concesión del ferrocarril de Córdoba a Málaga.

En su artículo primero, la empresa concesionaria se obligaba "a ejecutar de su cuenta y riesgo todas las obras necesarias para el completo establecimiento de un ferrocarril, que partiendo de Córdoba se dirigirá por Fernán Núñez, La Rambla, Aguilar, Puente Genil, Casariche, La Roda, Campillos, Ardales, Carratraca, Casarabonela, Coín y Cártama, a Málaga".

En su artículo octavo, se establecía los puntos en que habría estaciones, expresando las clases de estación que sería cada una, a saber: "dos de primera en Córdoba y Málaga; tres de segunda en La Rambla, Puente Geníl y Campillos, y otras de tercera en Fernán Núñez, Aguilar, Casariche, La Roda, Ardales, Casarabonela, Coín y Cártama".

Finalmente, la subasta de la línea se realizaría el 15 de diciembre de 1859, siendo adjudicada la concesión a D. Jorge Loring, el único postor, con una subvención de más de 74 millones de reales. Real Orden de 19 de diciembre de 1859, publicado en la Gaceta de Madrid, el día siguiente.

De igual forma el 20 de abril de 1861, se publicaba otra Real Orden en la que se aprobaba el pliego de condiciones particulares para la concesión del ferrocarril de Campillos a Granada de 134,5 kilómetros. 

También en su artículo primero, la empresa concesionaria se obligaba "a ejecutar de su cuenta todas las obras necesarias para el completo establecimiento de un ferrocarril, que partiendo del de Córdoba a Málaga en Campillos, o en el punto que se fije por el Gobierno al aprobar las modificaciones de esta última línea, se dirigirá por Humilladero, Mollina, Antequera, Archidona, Loja, Huetor, Tocón, Illora y Pinos a Granada.

La subasta de la línea se realizaría el 1 de junio de 1861, siendo adjudicada la concesión a D. José de Salamanca, con una subvención de más de 60 millones de reales. Real Orden de 7 de junio de 1861, publicado en la Gaceta de Madrid, el día 11 de junio. 

El por qué, finalmente, la línea de Córdoba a Málaga no pasó por Campillos, es otra historia, que hoy no nos ocupa y que habrá que ver detenidamente. 

1.- EL PROYECTO DE FERROCARRIL

Los primeros pasos para la construcción de la línea Algeciras – Bobadilla, fueron dados por el Ayuntamiento de Ronda, ciudad que se encontraba pésimamente comunicada, siendo el objetivo sacar a la misma del secular aislamiento a que la había sometido la naturaleza. Tan sólo existía un camino carretero que llegaba hasta Campillos, amén de carriles y veredas no aptos para carruajes, que la mayoría de las veces, sobre todo en invierno, quedaban intransitables. Los campesinos pasaban muchas penalidades para llevar sus productos a otros mercados.

El 10 de octubre de 1878, el consistorio rondeño “acordó estudiar si sería factible establecer una línea férrea que partiendo de esta Ciudad llegue a Bobadilla, estación de la línea de Córdoba a Málaga, y que se comisione de ello al ingeniero don Carlos Lamiable y Watrin.” Estamos en España, durante el reinado de Alfonso XII.

Charles Lamiable, era un ingeniero francés que llegó muy joven a España, para trabajar en el tendido de la línea férrea Córdoba-Sevilla. Viendo la necesidad de infraestructuras que existía en Andalucía, creó su propia compañía “Empresa de Ferrocarriles de Carlos Lamiable”, abriendo una oficina en Sevilla para la realización de “proyectos y construcción de ferrocarriles, traídas y distribución de aguas potables, canales de riego, edificios públicos,…”. Era un experto en construcciones ferroviarias que, entre otros, proyectó el ferrocarril de Sevilla a Huelva, con un ramal a las minas de Río Tinto, del que fue concesionario.

Su presencia en Ronda, venía motivada porque se le había encargado por parte del consistorio el servicio de suministro de agua potable a Ronda. La actuación de Lamiable, influyó decisivamente en la puesta en marcha de la iniciativa del tren. En poco tiempo el proyecto se convierte en otro mucho más ambicioso, construir una línea de Bobadilla a Algeciras, pasando por Ronda y la serranía.

El proyecto estuvo varios años paralizado, principalmente por la oposición de la ciudad de Cádiz, capital de la provincia, que temía que la llegada del ferrocarril a Algeciras causaría graves perjuicios a su propio puerto. Pero finalmente, el 6 de mayo de 1887 se publica en la Gaceta de Madrid la ley aprobando el proyecto redactado por Lamiable, autorizando también al Gobierno para otorgar la concesión del ferrocarril en pública subasta, y dando un plazo de cuatro años para su construcción.

Hacía año y medio que había fallecido el rey Alfonso XII, con solo 28 años, y la reina María Cristina había asumido la Regencia.

El 14 de mayo de 1888 se produjo la subasta para la construcción

También nos dicen que el autor del proyecto de esta línea, Sr. Lamiable, recibió una carta del Sr. Cánovas del Castillo felicitándole por el resultado de la subasta. La casa constructora procederá inmediatamente al replanteo y expropiaciones, y en breve plazo emprenderá los trabajos en las secciones de Bobadilla a Ronda y de Jimena a Algeciras, que quedarán abiertas al tráfico antes de que termine el año inmediato.
18880526 La Época

Carlos Lamiable no pudo disfrutar de la llegada del ferrocarril a Ronda, la concesión de las obras y explotación del proyecto fue otorgada a una sociedad inglesa, que al poco tiempo despide a Lamiable, le paga los derechos de su proyecto y ponen al frente del mismo a sus propios ingenieros.

Real Orden de 6 de junio de 1888, otorgando la concesión del ferrocarril de Bobadilla a Algeciras a los señores Greenwood y Cía. de Londres.
18880608 El Correo Militar
Real Orden de 22 de agosto de 1888, autorizando la transferencia del ferrocarril de Bobadilla a Algeciras hecha por la compañía concesionaria Greenwood y Cía, a la Compañía inglesa Railway Company Limited
18880901 La Iberia

La compañía inglesa Algeciras-Gibraltar Railway Company, fue la que, finalmente, construyó y explotó la línea ferroviaria entre Bobadilla y Algeciras. El principal accionista de la empresa británica era Alexander Henderson, que había hecho una fortuna financiando ferrocarriles en América del Sur y África, junto con el ingeniero escocés John Morrison McQueen. La compañía estableció su sede en Algeciras, con John Morrison como director general, dependiente de un comité de empresarios en Londres.

La construcción de la línea férrea, aunque realizada por el capital privado británico, estuvo apoyada desde el primer momento, por el Gobierno británico, que mostró un claro interés por el desarrollo de este proyecto, movido no sólo por intereses económicos, sino también por motivos estratégicos. Gibraltar, su base militar en la entrada al mar Mediterráneo, estaba completamente aislada del mundo civilizado por tierra. La iniciativa trataba de facilitar el esparcimiento de las quince mil habitantes de la colonia inglesa de Gibraltar, confinados en un espacio reducido, permitiéndoles salir de su aislamiento claustrofóbico. Bobadilla estaba conectada, vía Madrid, con París y el resto de Europa.

2.- LA CONSTRUCCIÓN Y EXPLOTACIÓN DE LA LÍNEA

El día 1 de septiembre de 1888 se iniciaron las obras, que avanzaron sin demasiados sobresaltos. La construcción de esta línea, debido a la orografía, fue de una gran complejidad. Asciende desde el nivel del mar hasta unos 750 metros de altitud, siguiendo el río Guadiaro. Hubo de construirse 20 puentes y horadar 16 túneles para salvar montañas, valles y grandes desniveles. La mayoría de las estaciones tenían que estar ubicadas en el valle, a cierta distancia de los empinados pueblos. El costo de la construcción de la línea de 180 km fue enorme.

Todo el material y equipo para el ferrocarril tuvo que ser importado de Inglaterra: los raíles, las señales y el material rodante; las grandes locomotoras de vapor negras construidas por Beyer, Peacock & Co. de Manchester; los bancos y los relojes que adornan las estaciones con sus marquesinas de madera con flecos.

Máquina de vapor "Bobadilla" 4-4-0 construida en 1890 por Beyer & Peacock

En una carta de Gibraltar, dicen acerca del ferrocarril de Algeciras a Bobadilla:

«Según la actividad y adelantos que se observan en los trabajos de la línea férrea de Algeciras a Bobadilla, es indudable casi seguro, que en el plazo de cuatro años concedido para su construcción quedara completamente terminada y puesta en explotación
»La máquina, o sea la locomotora, corre ya el trayecto que media desde el río Guadarranque, San Roque a La Bordalla (media legua), conduciendo el necesario material para los trabajadores, y dentro de pocos días llegará al puente que están construyendo en el río Hozgarganta, situado a un kilómetro de Jimena.
»Dicho puente es de hierro y los tramos tendrán un diámetro de 1,80 metros, siendo su longitud de 52 metros y su elevación de 12. Al estribo de la margen derecha no le falta más que la coronación; la pila del centro lleva casi terminado el segundo cuerpo, y en et estribo izquierdo avanzan de tal modo los trabajos, que aseguran que para el entrante mes ha de quedar terminado.
»Los trabajos desde el puente antes mencionado a la estación, situada a un kilómetro de Jimena, se encuentran muy adelantados.
»Los muros de aquella alcanzan una altura de 2 metros, y a no faltar ladrillo y cal, es seguro que a esta fecha la elevación sería doble, porque a todas las obras que por administración viene haciendo la compañía, que no son pocas, le imprime el señor Sánchez ingeniero ayudante, vertiginosa celeridad.
»En los 8 kilómetros contratados desde la estación para adelante también se trabaja con la posible actividad dada la escabrosidad y malas condiciones del terreno.
»En Algeciras también adelantan los trabajos de desmonte, alcantarillado, desviación del río Ancho y otros de la misma índole, que se vienen practicando.
»La estación que va situada en esta ciudad,  ya han empezado a construirla, y los trabajos que se llevan hechos en la misma denotan que en muy breve término quedará construida, de la misma manera que los grandes almacenes que se están levantando en el sitio de los Arcos.
»Se trabaja igualmente con actividad febril en el sitio conocido por las Buitreras, término de Cortes. Ese trozo, que es el mayor y de más importancia de la línea, contiene diez túneles, los que existen en todo el trazado, hallándose hoy emboquillando a algunos de aquellos por ambos lados. Trabajan en este lugar de 900 a 1.000 jornaleros.
»Así mismo avanzan las obras entre Benaoján, Ronda y Teba. Desde esta población a Bobadilla, está al terminar la vía.
»A pesar de los vivos deseos de la empresa de abrir al público el trayecto que media desde Jimena a Algeciras para el próximo mes de Marzo, tendrá que resignarse y aplazar su propósito para el de Junio, que será cuando esté terminado este trozo.»
18900203 02 Diario oficial de avisos de Madrid

Ya está en Bobadilla la primera locomotora del ferrocarril que ha de enlazar aquel punto con Algeciras.

18900405 03 El Liberal

Están muy adelantados los trabajos de la línea férrea de Algeciras a Bobadilla.

La locomotora corre ya, llevando materiales, desde Bobadilla a Almargen (Málaga), pasando por Campillos y Teba, de la misma provincia.
La vía, en lo que a la provincia de Málaga respecta, sigue el mismo cauce del rio Guadiaro y muy próxima de su orilla.
El trayecto desde Algeciras a Jimena está completamente terminado, creyéndose que para el día 1º de septiembre empezará su explotación.
18900826 04 El Día

El ferrocarril fue puesto en explotación por tramos. El día 13 de diciembre de 1890 se abrió al tráfico el tramo Algeciras – Jimena de la Frontera (42,6 km).

El 1 de junio de 1891 fue nombrado alcalde de Campillos, José Hinojosa Carvajal


El lunes 7 de septiembre de 1891, se puso en servicio el tramo Bobadilla – Ronda (70,4 km). Se tardaba 2 horas y media en recorrer dicho tramo, y costaba nueve pesetas.

Los trabajos del ferrocarril Bobadilla a Algeciras van muy adelantados, estando ya abierta la sección de Bobadilla a Ronda.

La importancia comercial de esta línea es grandísima, por la riqueza de las comarcas que atraviesa, muy difíciles de recorrer en coche, cuyas molestias retraían a muchos de viajar por ellas. La compañía es acreedora a los mayores plácemes, como también los Ingenieros directores y el Jefe de la explotación, Sr. Morrisón, cuyo talento ha quedado demostrado una vez más.
18910922 03 Diario oficial de avisos de Madrid

 

El día 7 del corriente, constituirá una época memorable para la ciudad de Ronda, pues desde esa fecha se ha abierto al público el ferrocarril, que pone en comunicación, aquella importante, culta y rica población con Bobadilla y, por consiguiente, con el resto de España.

Es indudable que tal acontecimiento ha de contribuir notablemente al aumento de población y riqueza de aquella pintoresca comarca. La Serranía de Ronda, visitada hasta ahora por muchos forasteros y extranjeros, a pesar de las grandes dificultades con que había que tropezar, quedan salvadas desde hoy en adelante, y es evidente que con el ferrocarril de Bobadilla a Algeciras por Ronda han de afluir multitud de visitantes, deseosos de admirar lo pintoresco, rico y original de todos los sitios de la Serranía.
Ya las obras de ferrocarril por sí solas son suficiente atractivo para el viajero, pues las dificultades que ha sido preciso vencer para llevar a cabo el trazado, han exigido lo que por fortuna ha encontrado aquella región: grandes capitales unidos a una inteligencia y actividad dignas de todo elogio.
Abiertas ya al servicio público, de una parte, la sección entre Bobadilla y Ronda, y de otra la de Algeciras a Jimena, resta sólo por terminar la sección entre Ronda y Jimena, que quedará concluida para el otoño del año próximo.
Reciban nuestra enhorabuena los pueblos de Campillos, Almargen, Teba, Cañete, Seteníl, Cuevas del Becerro y Ronda, y recíbalas también la Compañía concesionaria que con tal exactitud y largueza viene cumpliendo sus compromisos.
18911109 03 El Liberal

Finalmente el 27 de noviembre de 1892, se abrió el tercer y último tramo, el Ronda – Jimena (64,2km), el de mayor dificultad.

De las dificultades de todo tipo a las que tuvo que enfrentarse este último tramo, nos hace una idea la carta que los obreros del mismo mandaron al semanario “El Socialista”, publicado el 28 de octubre de 1892 en la página 03



Una vez finalizado todo el trayecto, el puerto de Algeciras se convertía en la puerta del Estrecho, y se abría a la zona interior que le circundaba, atravesando ocho partidos judiciales de gran riqueza, especialmente agrícola, con más de 350.000 habitantes.

Los británicos, intentaron de hacer llegar el ferrocarril a su colonia de Gibraltar, con el apoyo de determinadas instituciones como el Ayuntamiento de La Línea de la Concepción, que elevó al gobierno español una petición para construir un ramal hasta su ciudad desde la estación de San Roque. Dicho objetivo terminó fracasando a causa de la decidida oposición de los gobiernos de España, que consideraron siempre dicho proyecto un peligro para la defensa nacional. El 21 de marzo de 1892 se publicó una Real Orden del Ministerio de la Guerra, por la que se ordenaba al Ministro de Fomento, “…que ahora ni nunca se consienta vía alguna que ponga en comunicación la Plaza enemiga de Gibraltar con las líneas férreas españolas…”

Para salvar esta contingencia, en Algeciras se construyó un muelle de madera en el puerto, desde el que debían salir los vapores a Gibraltar. La compañía además, construyó un ramal del tren, de 857 metros de longitud, desde la estación de Algeciras hasta el pantalán de madera, que se puso en servicio en 1893.

El primer barco de vapor hizo la travesía inaugural en 1894. El servicio se programó para que coincidiera con precisión con los trenes que salían directamente del muelle, creando una conexión fluida entre Gibraltar y España.

Los británicos habían logrado su objetivo. En 1901, el diario rondeño El Teléfono publicó un artículo afirmando que el ferrocarril había sido:

“…pura y simplemente una extensión de Gibraltar, construida en nombre del gobierno británico para aumentar los poderes defensivos de Gibraltar en el Estrecho y convertirlo en una fortaleza moderna, utilizando mármoles y jaspes extraídos de canteras andaluzas”.

 


En este enlace de spanishrailway, podemos ver mucha información sobre la línea ferroviaria de Algeciras a Bobadilla. Llamo la atención sobre el nombre que le pusieron a las distintas locomotoras que hacían el trayecto: Bobadilla, Campillos, Teba, Almargen, Ronda…

3.- LOS HOTELES REINA CRISTINA Y REINA VICTORIA

Para prestar un mejor servicio a los viajeros, se encargó la construcción de dos hoteles: el magnífico hotel Reina Cristina, que lleva el nombre de la reina regente de España, inaugurado el 27 de mayo de 1901 en Algeciras; diseñado por arquitectos británicos, ubicado en amplios y cuidados jardines y con 100 suntuosas habitaciones con chimenea. Cinco años más tarde, en 1906 se inauguró en Ronda un hotel hermano, igualmente magnífico, el Reina Victoria, donde se recomendaba el aire puro de la montaña a los enfermos de tuberculosis.

Para finalizar, reproduzco un artículo publicado en “El Defensor de Córdoba” el viernes 8 de Agosto de 1902 por el político e historiador, Gabriel Maura Gamazo, hijo de Antonio Maura, en el que describe un viaje en dicho tren y las peripecias de los británicos por Algeciras.

UNA RHODESIA EN ESPAÑA

El personaje más conocido, ya que no el más popular de aquella región, es el famoso Mr. Morrisón, un Cecilio Rhodes de menor cuantía, que emprende mucho y sale siempre bien de sus empresas. Su cargo más importante es, sin duda, el de director general de la Compañía del ferrocarril de Bobadilla Algeciras, y para desempeñarle se auxilia de dos ingenieros consultores ingleses, un auditor inglés, un jefe del movimiento inglés, otro del material inglés, otro de vía inglés, y un secretario de dirección, también inglés. Termina este ferrocarril, que es el único de la comarca, en un muelle construido por la Compañía en Algeciras, donde trabaja la única grúa (también propiedad de la Empresa) que carga y descarga las mercancías, y que utiliza el Gobierno español para embarcar caballos a Ceuta y demás necesidades del servicio militar o civil.
La travesía a Gibraltar se hace en vapores regulares ingleses con bandera española, y también es propiedad de míster Morrisón el vaporcito que lleva a Gibraltar y vuelve a España diariamente a los obreros que viven al lado acá de la bahía. Tanto como los viajeros españoles abundan los ingleses en la línea de Bobadilla a Algeciras, porque esa espina dorsal inglesa que tiene en el Peñón su cerebro, transporta, no sólo a los muchos turistas que al cabo del año visitan Andalucía, sino a los numerosos ingenieros y propietarios de las múltiples empresas británicas de la región, que no suelen encomendar a españoles sino los cargos secundarios; y últimamente, ha venido aumentarse el número con el personal inglés de las canteras adquiridas en Ronda, Teba y Martos para las obras del puerto de Gibraltar.
A la margen derecha del rio Miel, por sus aguas separado de la moderna Algeciras, han construido los ingleses un magnifico hotel de nueva planta, de rica y pesada arquitectura, que es indiscutiblemente uno de los mejor servidos, más cómodos, más lujosos... y más caros hoteles de España.
Los departamentos del ferrocarril de Bobadilla están llenos de carteles, encareciendo en inglés y en español los atractivos del nuevo hotel, y cuantas veces entra el revisor a examinar los billetes (y no son pocas), comunica a los viajeros, ya en tono de pregunta, ya en el de advertencia, que existe un hotel Reina Cristina. Al llegar a Algeciras, los mozos se apoderan de los equipajes, preguntando con el aire convencido de quien sienta una verdad axiomática: “¿Irán ustedes, es claro, al hotel Reina Cristina?
Por si esto fuera poco, que no suele serlo, ya junto al embarcadero hállanse escalonados unos ganchos de aspecto imparcial, que en las noches de viento aconsejan a los viajeros para Gibraltar que se queden en Algeciras, porque está el mar muy revuelto todo el día. Los más se rinden, suben a un ómnibus embadurnado de rojo y amarillo, los colores nacionales españoles, y son en él conducidos por un camino que trazó y cuida con esmero la Compañía inglesa, al Hotel María Cristina inglés, a cuyo alrededor se están construyendo algunos edificios particulares destinados a albergar a la colonia inglesa de Algeciras.
Además del hipódromo, se intenta ahora construir un establecimiento de baños, y a él vendrán los ingleses, como hoy vienen al hotel, en lanchas de vapor ó eléctricas, sin permiso ni aun noticia de nuestra autoridad de Marina y sin sujetarse tampoco a la visita de la Aduana.
No todos los residentes en el hotel podían disponer de una lancha para cruzar la bahía cuando les viniese en gana, y era incómodo sujetarse al horario de los vapores regulares que enlazan con el ferrocarril. La emprendedora oficialidad británica resolvió el problema, adquiriendo un vapor para el peculiar servicio del hotel, al cual puso por nombre Cristina, e inscribió en la matrícula de Algeciras: En Febrero y Marzo de este año hicieron los ingleses en la bahía unas prácticas de tiro, simulando después un ataque y defensa general de la plaza de Gibraltar; era preciso un vapor que remolcase los blancos, y para este oficio de correveidile no debió hallarse otro más a propósito que el Cristina, el cual lo realizó, según cuentan, a las mil maravillas, llevando enarbolada la bandera española. Nuestro cónsul en Gibraltar, Sr. Martí, quien inteligentemente secundado por el vicecónsul, Sr. Boada, sostiene una lucha diaria y titánica en pro de nuestros intereses diplomáticos y comerciales, puso inmediatamente el hecho en conocimiento del gobierno, y el vapor Cristina, concluidos los ejercicios de tiro, siguió prestando servicios durante cuatro días y cinco noches a la escuadra inglesa en sus maniobras.
Gabriel Maura Gamazo.
El Defensor de Córdoba - Viernes 8 de Agosto de 1902

El ferrocarril y sus barcos fueron vendidos por los británicos, a la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces el 30 de junio de 1913.


Comentarios

  1. Muy interesante y bien documentado. Enhorabuena por la labor

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

CAÑETE LA REAL, VERANO DEL 36

SIERRA DE YEGUAS, VERANO DEL 36

LA CANTINA ESCOLAR

JUAN MARÍA PÉREZ AVILÉS (1784-1845), CURA Y POLÍTICO. SEGUNDA PARTE

LA GUERRA DE INDEPENDENCIA EN CAMPILLOS. 18 DE MARZO DE 1810