21 DE JULIO DE 1936. QUEMA DE LAS IMÁGENES Y RETABLOS DE LAS IGLESIAS DE CAMPILLOS


La noche del 18 al 19 de julio de 1936, sobre la una, el teniente coronel de la Caja de Recluta de Ronda, Tomás Oliver Martínez, acompañado del capitán de Infantería Álvaro Villalba, dos cabos y cuatro soldados de la Caja de Recluta, y un alférez provisional de Artillería, acudió al Ayuntamiento de Ronda con la intención de declarar el Estado de Guerra y hacerse cargo del mando de la población.

Dicha sublevación militar fue abortada por la acción de la militancia sindical y obrera, junto a la actitud del cuerpo de Carabineros que mandados por el capitán Ignacio Grau y por el brigada Santiago Trujillo, constituyeron el elemento clave del fracaso del alzamiento en Ronda.

La noticia de la sublevación, corrió como reguero de pólvora por todos los pueblos del alrededor, produciéndose la mañana del 19 de julio, una gran concentración de campesinos de toda la comarca, con el propósito de defender al régimen republicano. Entre ellos acudieron milicianos de Campillos.

 “...Al día siguiente, domingo, llegaron a Ronda legiones de campesinos armados, que rápidamente, procedieron al desarme de los elementos fascistas, logrando incautarse de numerosas armas, entre ellas de varias ametralladoras, que luego fueron repartidas entre los defensores de la República.” 19360804 28 ABC de Madrid

Comenzaron los registros en las casas, por parte de grupos de milicianos y campesinos, en busca de armas. También comenzaron las detenciones de personas. Algunas consiguieron escapar, otras no pudieron hacerlo a tiempo y se escondieron en sus casas a la espera de ver qué pasaba en el resto del país.

La represión en Ronda por parte de los anarquistas fue implacable. En un primer momento, el comité de la CNT logró mantener cierto grado de orden, lo que no impidió el saqueo de iglesias y la destrucción de imágenes religiosas.

Ese mismo día 19, comenzaron los incendios de todas las iglesias y conventos de la población. Ardieron completamente la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, la iglesia de Santa Isabel de los Ángeles de la Orden de Santa Clara y el convento de San Francisco.

Al día siguiente, continuaron los destrozos en las demás parroquias, y en los conventos de clausura, incluyendo también el Colegio de las Esclavas.

En la iglesia de Santo Domingo no prendieron fuego, pero sacaron todas las imágenes y las tiraron al Tajo. Sabemos que a las Carmelitas de la Merced, las hicieron salir antes de prender fuego, llevándolas al Asilo de Ancianos Desamparados, que fue respetado. También respetaron al Asilo de San José y los Salesianos, tanto los del Castillo como los de Santa Teresa. MEMORIA DE VEINTISIETE DÍAS – GARCÍA-MOURIÑO. Pág. 19

20 DE JULIO. ARDALES

En Ardales, el 13 de mayo de 1931, ya las turbas habían asaltado la iglesia convento de los Capuchinos y la iglesia parroquial de Ntra. Sra. De los Remedios, destrozando el extraordinario retablo de madera tallada y dorada del altar mayor, las capillas del Señor de la Sangre y de la Virgen de los Dolores. La imagen del Señor de la Sangre, se pudo salvar, gracias a que el sacristán José Campano Fernández, lo pudo ocultar en su casa. Quemaron casi todas las imágenes, con muchos siglos de antigüedad, así como los objetos y ropas litúrgicas. También asaltaron el convento de los Capuchinos, destruyendo para siempre antiquísimas obras de arte y devoción con siglos de antigüedad.

Con el inicio de la guerra civil, en Ardales, de nuevo se volvió a asaltar ambas iglesias y la ermita de la Encarnación. Aunque no se ha documentado una fecha exacta de dicho asalto, este debió realizarse el día 20 de julio. Fueron destrozados los retablos que aún quedaban, ornamentos y objetos de culto. También fue destrozada la imagen del Cristo de la Sangre, una hermosa y valiosísima talla del año 1568.

En la declaración realizada por Francisco Anaya Verdugo (a) “Calleja”, en el sumario número 16 del Juzgado Militar número 65, seguido contra él, dice:

Que cuando quemaron las imágenes de las Iglesias del pueblo, recuerda que el que mandaba a quemar y destrozar fue Antonio (Villalba Berrocal) el de “Pericacha” y era el presidente del partido socialista local. El declarante también estuvo en esta quema, y se llevaron al campo todos los objetos de las iglesias, donde las fueron quemando donde les parecía a cada uno.

21 DE JULIO. CAMPILLOS, PEÑARRUBIA Y SIERRA YEGUAS

En los primeros días de iniciado el Movimiento Nacional, los milicianos de Campillos, al venir de dar fuego a las iglesias de Ronda, decidieron que se pegara fuego también a las de ésta localidad. […] Algunos de ellos se pusieron en las bocacalles que daban acceso a la Plaza, al objeto de que ninguna persona de derechas pasara.

Esta es la declaración que prestó José Moreno Ramírez en la Causa nº 6089, que se abrió contra él por el delito de rebelión militar. Tenía 25 años, soltero, con domicilio en la calle Silla. Miembro del partido socialista y de las Juventudes Socialistas, en los que había desempeñado cargos de tesorero y vocal, siendo además mecanógrafo del Comité de Guerra de Campillos.

Jesús Luna Padilla, hijo de Benito Luna, ratifica este hecho cuando cuenta que “la noche de la quema, pusieron junto a nuestra casa unos centinelas armados, los cuales, cuando mi padre, notando algo raro en el ambiente, se asomó a la ventana de su bufete, fue advertido de lo que iban a hacer y lo amenazaron de muerte si intentaba evitarlo como la vez anterior”. Se refiere Jesús Luna a los sucesos de mayo de 1931, un mes después de proclamarse la Segunda república, en que se intentó quemar la parroquia de Campillos, siendo evitado por la acción de Benito Luna.

“En mayo de 1931, al igual que en toda España, un grupo de mozalbetes exaltados trató de quemar nuestra iglesia parroquial, siendo salvada en aquellos momentos por la rápida y decisiva intervención de Don Benito Luna, que logró sujetar y convencer a los iconoclastas” Baltasar Peña – Pequeña Historia… Página 121.

Una vez que los milicianos bloquearon los accesos a la Plaza de la Libertad, un par de milicianos fueron al Ayuntamiento para que les entregaran las llaves de la iglesia, a lo que se negó el alcalde Pedro Velasco Olmo. A pesar de la negativa, los milicianos lograron forzar la entrada y acceder al interior de la misma.

Así lo cuenta Juan Morillo Mendoza, en la Causa nº 6113 contra Pedro Velasco Olmo: Que se encontraba el declarante en la noche de autos en la puerta del Ayuntamiento, cuando subieron dos individuos a ese Centro de los cuales únicamente conoció a uno llamado “Furrinchao”, encarándose con el alcalde y procesado Pedro Velasco Olmo con la pretensión de que se les hiciera entrega de las llaves de la Iglesia, oponiéndose a dichas pretensiones y en vista de lo cual los citados sujetos se marcharon, enterándose más tarde de que habían asaltado la Iglesia sin necesidad de las llaves de la misma.

Juan Morillo Mendoza, era un miembro muy  destacado del partido socialista y de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra, desde 1918 (sindicato agrícola que formaba parte de la UGT), de las que había sido presidente, vicepresidente, secretario, técnico contable y vocal en distintas directivas. Era escribiente del Ayuntamiento de Campillos, y secretario del Comité de Guerra. Estaba casado, tenía 41 años, y vivía en la calle del Carmen.

“Furrinchao” era el apodo de Sebastián Molina Guillén, de 36 años. Vivía en la calle Lavados con sus padres. Benito Luna Anoría, lo señala como una de “las personas que tomaron parte directa en los asesinatos cometidos en Campillos durante la época en que permaneció allí”, aunque no he encontrado ninguna declaración de familiares de asesinados, inculpándolo de alguna muerte. Era uno de los más aguerridos de los milicianos del pueblo. Participó en la destrucción de las iglesias y quema de las imágenes. Participó en los registros y detenciones realizadas a raíz de los sucesos del 28 de mayo de 1936, de los que ya escribí en la primera entrada del Blog. También participó con otros muchos milicianos, y dirigidos por el alcalde Pedro Velasco Olmo en el ataque a la Casa Cuartel de El Saucejo, el 20 de agosto. De éste ataque a la Guardia civil de El Saucejo, me ocuparé en otra ocasión.

Los milicianos, por la puerta principal que da a la calle San Sebastián, sacaron todos los objetos sagrados que había en su interior, formando una gran pila en la puerta de la iglesia, a los que prendieron fuego. Se perdieron para siempre, pacto de las llamas, todas las imágenes sagradas, altares, órgano, coro, archivo parroquial, libros, ornamentos, cómodas, reliquias y huesos de San Quirino y San Plácido que se conservaban en el altar del Sagrario, como antiguos patronos de Campillos. Entre las tallas, figuraban las de las cofradías pasionistas de la localidad. La pérdida fue de tal envergadura que tres de las cuatro cofradías hasta entonces existentes, apenas si conservan hoy día, algunos libros o enseres.

Así lo cuenta Baltasar Peña Hinojosa en “Pequeña Historia de la Villa de Campillos” (pág. 188): “El 21 de julio fue saqueada la iglesia y quemados en su puerta las imágenes, altares y objetos de culto y cuanto pudieron encontrar combustible aquellos desalmados, creyendo tal vez que haciendo desaparecer los símbolos, iban a borrar de nuestras conciencias la fe que nos legaron nuestros mayores”.

Las tres ermitas que existían: la de Belén, la de San Sebastián y la San Benito, fueron quemadas todas las imágenes y retablos existentes en ellas. También la capilla del convento de la Purificación en la calle Lavados. 

También fueron saqueados los locales del Sindicato Agrícola en la plaza de la República y del partido Acción Popular en la Puerta Teba, incendiando todo el mobiliario y efectos que contenían. Fue también saqueado el domicilio, en la Puerta Teba, de Francisco Hinojosa Lacárcel (jefe de las Juventudes de Acción Popular de Málaga), y quemado parte del mobiliario.

Solo he encontrado un testimonio de aquellos sucesos, el existente en la Causa nº 384 del Juzgado Militar nº 1, contra Antonio Parejo García, en la que varias personas declaran que la noche que fueron quemadas las imágenes sagradas se encontraba Antonio Parejo García con ellos en el café de Benito Ramírez Escribano, frente al Ayuntamiento, y permanecieron en el mismo ocultos durante todo el tiempo que duraron los sucesos, hasta la madrugada en que terminaron y cada uno marchó a su casa.

El interior de la Iglesia se destinó a alojamiento de muchas personas, principalmente del sureste de la provincia de Sevilla, que llegan a Campillos huyendo del avance de las tropas nacionales. Concretamente, el 31 de julio y el 1 de agosto, llegan muchos refugiados procedentes de La Puebla de Cazalla. La mayoría llegó a pie, salvo algunos grupos que lo hicieron en los escasos vehículos de que disponían. Otros consiguieron huir en caballerías e incluso alguno en bicicleta. Algunos de ellos continuaron en tren hacia Málaga, pero otros permanecieron en Campillos, donde se les dio acogida, entre ellos el alcalde, José Pliego Martínez. La llegada de los refugiados, creó una difícil situación ya que el pueblo, apenas tenía medios para atender a tantas personas.

La presencia de los animales de carga que traían, dentro de la iglesia, donde les daban el pienso y donde hacían sus necesidades, provocó el destrozo de la solería, los zócalos, verjas y paredes, que quedaron ennegrecidas por el fuego. Los altares con sus retablos fueron destrozados totalmente, empleando su madera por los refugiados para guisar. Los suelos estaban intransitables por la absoluta falta de limpieza.

No solo el día 21 de julio se destrozó la iglesia de Campillos. También ese mismo día, fue saqueada la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario de Peñarrubia, sus retablos destruidos, y quemadas las imágenes y objetos de culto en la vía pública. Entre lo destruido, destaca una magnífica custodia de plata de un metro de altura, y un rico incensario también de plata.

María Rivas Trujillo (a) “La Torda” (1913).- La noche que saquearon la Iglesia y quemaron los santos, pasó por la puerta de Encarnación Giles Fontalva en unión de varias mujeres más, diciendo en voz alta: “Si los hombres no se atreven a quemar y destrozar la Iglesia, yo seré la primera en destrozar y quemar todo cuanto allí haya, para que los que tienen que ser valientes les de vergüenza ver a una mujer hacer lo que ellos no se atreven”, y agregando después que la Iglesia era una casa mala y que no había tal Virgen del Rosario, sino una mujer… mala que todas las noches estaba de juerga con los santos”.

Desde su casa presenció la destrucción y quema de las imágenes sagradas. Entre los que se encontraba Juan Rivas (a) “El Tordo” (1914), y que este se jactaba de las hazañas cometidas, llevando una pierna de la imagen de Nuestro Señor Crucificado, ensañándose con ella y diciendo que era el fin que tenía que hacer con todas las personas de orden. DECLARACIÓN DE RAFAEL FONTALBA FONTALBA 

También la noche de ese mismo día se destruyó la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Sierra Yeguas, y se quemaron sus imágenes, ornamentos y demás objetos de culto. Después la parroquia fue convertida en economato y matadero de reses.


Del estado en que quedó la iglesia de Sierra Yeguas, sabemos por la carta que el nuevo párroco de Campillos, don Cesáreo Alonso Domínguez, envió al arzobispado de Sevilla el 23 de octubre: “en la visita que hice ayer a la iglesia parroquial de Sierra de Yeguas, pude comprobar sin ningún género de duda que ésta ha sido violada por la repetición de actos impíos, sórdidos y escandalosos”.

El 8 de noviembre, don Cesáreo Alonso solicitó autorización al arzobispado para bendecir “una imagen del Sagrado Corazón de Jesús” que había sido donada a la parroquia. Casi un mes después, el 3 de diciembre, el mismo don Cesáreo, comunicó al arzobispado que había sido adquirida “por suscripción popular una imagen de la Inmaculada Concepción para la parroquia de Sierra de Yeguas”, solicitando también autorización para su bendición. En ambos casos fue concedida.

22 DE JULIO. TEBA

El 22 de julio, le tocó a la Iglesia Parroquial de la Santa Cruz Real de Teba, donde destrozaron altares, imágenes sagradas, retablos y mobiliario, salvándose algo de ornamentación y vasos sagrados. Entre lo perdido, había dos cuadros interesantes, representando a San Pablo y la Degollación del Bautista. También fue destruido el Archivo Parroquial del siglo XVI. Entre los libros de su antigua biblioteca, existía un códice con dibujos en color y rótulos en alemán. Después la iglesia fue convertida en cuartel de milicias.

Lo mismo ocurrió el día 23 con la Ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Sus altares e imágenes, entre las que destacaban la de San Sebastián, y la de la Virgen del Socorro, del siglo XIII, fueron bárbaramente destrozadas. 

También fueron saqueadas las Ermitas del Carmen, del Rosario y del Cristo del Humilladero. Por fortuna, quedó a salvo el magnífico terno de los Apóstoles que figuró en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, una cruz parroquial tallada, de gran interés, y un cáliz regalado por Carlos III al cardenal Portocarrero.  

24 DE JULIO. CAÑETE LA REAL

En Cañete la Real, la noche del 24 al 25 de Julio de 1936, fue asaltada la Parroquia de San Sebastián, sacando las imágenes y después de destrozarlas bárbaramente hicieron una gran hoguera en la puerta de la Iglesia y las quemaron. Desaparecieron para siempre las imágenes de Ntro. P. Jesús, de Francisco Salzillo; la del Resucitado, y la de la Virgen de la Gloria, talladas por Juan de Astorga en 1850; la de Ntra. Sra. de los Dolores y la de Ntra. Sra. de la Aurora, atribuidas a Pedro Duque Cornejo; y la notable imagen de Ntra. Sra. de Caños Santos, patrona de Cañete, de gran veneración en toda la comarca. Esta imagen, fue arrastrada por las calles antes de ser destruida.

El archivo parroquial, que databa de 1660, fue totalmente destruido. Lo mismo hicieron con los retablos, de un valor inmenso, destrozándolos y quemándolos, así como los ornamentos sagrados y vestuario.

Esa misma noche, fue asaltado el Convento de clausura de las monjas Carmelitas Calzadas, existente en esta población, quemando los enseres e imágenes. Las ermitas de N.P. Jesús, el Calvario, la Soledad y los Remedios, y el convento de San Francisco, fueron asaltados quemando todas las imágenes y retablos. Las doce monjas carmelitas, dos días antes, fueron expulsadas de su monasterio.

También fue destruido el obelisco de jaspe situado en la plaza de la Constitución, que sostenía la imagen de piedra de la Patrona, Nuestra Señora de Caños Santos.

26 DE JULIO. ALMARGEN

En Almargen, el 26 de julio, todas las imágenes y objetos de culto de la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, fueron transportadas en camiones y quemadas en las afueras del pueblo. Se quemaron los altares; solo se salvaron algunas tablas de la escuela flamenca, que constituían el altar mayor. La iglesia se destinó a posada.


Parroquia de la Concepción, altar del Cristo de la Veracruz


Parroquia de la Concepción, Sagrario

CUEVAS DEL BECERRO

En Cuevas del Becerro, sin embargo, las milicias ordenaron se desalojara la Iglesia Parroquial de San Antonio Abad, de las imágenes y demás atributos religiosos por los respectivos encargados o mayordomos, cosa que se efectuó con el mayor orden, sin que nadie se señalase, y sin que fuese cometido ningún desmán con las sagradas imágenes, que quedaron repartidas en el pueblo. Una vez desalojada la convirtieron en economato o depósito de mercancías, y de allí se surtían los evacuados de otras localidades.

El párroco de Cuevas, don Antonio Cantos Montero, que también lo era de la parroquia de Serrato, natural de Ubrique, fue detenido al inicio de la guerra por unos milicianos de su pueblo y entregado al comité de Ronda, donde fue asesinado el 25 de agosto.

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Quiero poner como colofón de esta crónica, las palabras de Jesús Luna, hijo de Benito Luna, describiendo lo ocurrido el día 18 de agosto cuando unos milicianos de la FAI venidos de Málaga, asesinan en la casa de Benito Luna, a su tío Francisco San Martín, secretario del Ayuntamiento: Los asesinos de mi tío nos echaron a todos a la calle y se dedicaron al vandálico saqueo de nuestra casa donde, desde que fue edificada por mi abuelo, Don Rafael Luna Fuentes, existía una habitación (conocida por la “Sala de la Virgen“), destinada a guardar los riquísimos mantos de la Virgen de las Lágrimas, túnicas bordadas en oro y demás objetos de  valor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Hicieron una gran fogata en la calle y, por los balcones, fueron arrojándolo todo a las llamas, junto a cuadros y tallas, algunas de gran valor, de nuestros antepasados.

1.- IGLESIA PARROQUIAL DE SANTA MARÍA DEL REPOSO






1.1.- CAPILLA DE LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS




1.2.- CAPILLA DE JESÚS NAZARENO




1.3.- CAPILLA DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES




2.- ERMITA DE SAN BENITO





3.- ERMITA DE SAN SEBASTIÁN





4.- CONVENTO DE LAS MONJAS DE LA PRESENTACIÓN




5.- ALGUNAS DE LAS IMÁGENES QUEMADAS




JESÚS NAZARENO







VIRGEN DE LAS LÁGRIMAS


CRISTO DE LA VERA CRUZ


SAN BENITO


LA VISITA DEL MANUEL AZAÑA A CAMPILLOS, SIENDO PRESIDENTE DE GOBIERNO

En una de las muchas conversaciones que he tenido con Francisco Guerrero Berdún, hermano de mi suegro Salvador, un día me dijo que cuando él era un chaval, Manuel Azaña había estado en Campillos. Sabiendo quien me lo decía, no dudé ni un instante de que era cierto. El tío Frasco, a sus 99 años, mantiene una mente y una memoria prodigiosa, y es capaz de recordar historias ocurridas en el pueblo, dando nombres y apellidos de sus actores. Sin embargo en ningún libro o memorias que hablan de las historia más reciente del pueblo, y creo que me las he leído casi todas, en ningún sitio hace referencia a este hecho.

Me propuse investigarlo y en poco tiempo me encontré con la noticia en la prensa de la época. En esta crónica hago una descripción detallada del viaje que le llevó a visitar las provincias de Granada y Málaga, siendo presidente del gobierno de la Segunda República, y que le hizo estar en Campillos durante apenas una hora.

Ésta crónica se la dedico, con todo mi cariño, al tío Frasco.

1.- MANUEL AZAÑA PRESIDENTE DEL GOBIERNO

En diciembre de 1931, tras la aprobación por las Cortes de la Constitución republicana y la elección de Niceto Alcalá-Zamora como presidente de la República, Manuel Azaña fue nombrado presidente del Consejo de Ministros. Era un gobierno formado por socialistas y republicanos de izquierdas (1931-1933).

Como presidente del Gobierno de dicha coalición, llevó a cabo las principales reformas previstas en el programa republicano: secularizó la vida pública (legalizando el matrimonio civil y el divorcio), emprendió la reforma del Ejército para dimensionarlo de acuerdo a la capacidad del país, una reforma educativa con el objetivo de universalizar la enseñanza primaria, la equiparación de derechos entre hombres y mujeres, puso en marcha la ley de Reforma Agraria y concedió un Estatuto de autonomía a Cataluña.


En el ejercicio de su cargo Azaña tuvo que afrontar, a los pocos meses de acceder a la presidencia, grandes problemas, como las insurrecciones obreras de Castilblanco (Badajoz), el 31 de diciembre de 1931 y de Arnedo (Rioja) el 5 de enero de 1932, y, sobre todo, la insurrección militar que acaudilló el general Sanjurjo el 10 de agosto de 1932 en Sevilla, fracasada a las pocas horas. Azaña demostró, en todos esos casos, una actitud enérgica para defender la democracia republicana.

En Castilblanco, la mañana del último día del año 1931, el alcalde del municipio mandó a la Casa del Pueblo, sede de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (FNTT), a la Guardia civil para evitar que se produjera una manifestación de campesinos que no había sido autorizada. De la Casa Cuartel salió el cabo del puesto junto con tres guardias civiles más.

Cuando llegan se encuentran un ambiente hostil, los manifestantes gritan a favor de la ansiada reforma agraria y contra el cuerpo de la Guardia civil. Mientras el cabo y el presidente de la Casa del Pueblo estaban negociando para que se disolviera inmediatamente la concentración, comenzó un forcejeo entre los campesinos y los guardias civiles. De repente se escucha un disparo, un vecino del pueblo cae herido de muerte al suelo. Esto provocó la ira de los manifestantes que se abalanzaron con palos, piedras y cuchillos, sobre los cuatro guardias, y acabaron con sus vidas con un inusitado ensañamiento. Fue el inicio de una «semana trágica».

Sólo seis días después de que se produjeran los trágicos sucesos de Castilblanco, en la localidad riojana de Arnedo tuvo lugar un nuevo enfrentamiento. Tras una prolongada huelga en el sector del calzado, la Guardia civil interviene en una manifestación y al ser acometida, sin duda, pesando sobre su ánimo los hechos de Castilblanco días antes, hace fuego ocasionando la muerte de once manifestantes, entre los que se encontraban niños y mujeres, y casi una treintena de heridos.

Tras los sucesos de Arnedo se produjo un tenso debate político que finaliza con el cese del general José Sanjurjo como Director General de la Guardia civil, el 3 de julio de 1932, al que sustituye el general Miguel Cabanellas. A Sanjurjo se le encomendó la jefatura del Cuerpo de Carabineros, que aunque a nivel administrativo era lo mismo, la importancia del puesto y la responsabilidad que comportaba eran menores.

Siguiendo con otros hechos, la noche del 9 al 10 de agosto de 1932 estalló una conspiración militar liderada desde Sevilla por el mismo general Sanjurjo, en la que solo tomó parte una pequeña fracción del Ejército español. Tras unas pocas horas de incertidumbre, el golpe militar acabaría fracasando. Este fracaso de la intentona de golpe de estado, permitió acelerar la obra de gobierno, especialmente en lo que se refería al Estatuto de Cataluña y a la Ley de Reforma Agraria, que fueron rápidamente votados favorablemente por las Cortes y aprobados.

La posición política de Azaña al frente del gobierno, se debilitaría a comienzos de 1933 con la represión de la sublevación anarquista de Casas Viejas en la provincia de Cádiz. Dichos sucesos, tuvieron lugar entre el 11 y el 12 de enero de 1933 en la pequeña localidad de Casas Viejas, y constituyen uno de los hechos más trágicos de la Segunda República Española.

Los hechos se iniciaron la mañana del 11 de enero, cuando un grupo de campesinos anarquistas, iniciaron una insurrección. Rodearon, armados con escopetas y pistolas el cuartel de la Guardia civil, donde se encontraban un sargento y tres guardias. Se produjo un intercambio de disparos a consecuencia de los cuales el sargento y un guardia resultaron gravemente heridos, falleciendo poco después.

A las dos de la tarde, un grupo de doce guardias civiles al mando un sargento llegaron a Casas Viejas, liberaron a los compañeros que quedaban en el cuartel, y ocuparon el pueblo. Tres horas después llegó un nuevo grupo de fuerzas de orden público al mando de un teniente de infantería, compuesto por cuatro guardias civiles y doce guardias de Asalto.

Inmediatamente comenzaron a detener a los presuntos responsables del ataque al cuartel, dos de los cuales acusaron a los hijos de Francisco Cruz Gutiérrez, apodado “Seisdedos”, un carbonero de setenta y dos años, que se habían refugiado en su casa con su familia, una choza de barro y piedra.

Al intentar forzar la puerta de la casa de “Seisdedos”, los que se encontraban dentro empezaron a disparar y un guardia de Asalto cayó muerto en la entrada y otro resultó herido.

Pasada la medianoche, llegó a Casas Viejas una nueva unidad compuesta de cuarenta guardias de Asalto, al mando del capitán Manuel Rojas, que había recibido de Madrid la orden del Director General de Seguridad, Arturo Menéndez, para que acabara con la insurrección, abriendo fuego “sin piedad contra todos los que dispararan contra las tropas”.

El capitán Rojas, del cuerpo de Asalto, dio orden de disparar hacia la choza, y después ordenó que la incendiaran. Dos de sus ocupantes, un hombre y una mujer, fueron acribillados cuando salían huyendo del fuego. Seis personas quedaron calcinadas dentro de la choza, entre ellos “Seisdedos”.

Tras el asalto a la casa, el capitán Rojas ordenó que detuvieran a todos los cabecillas más destacados, dando instrucciones a los guardias para que dispararan ante cualquier mínima resistencia. Detuvieron a doce personas y las condujeron esposadas a la choza calcinada de “Seisdedos”. Les mostraron el cadáver del guardia de Asalto muerto, y a continuación el capitán Rojas y los guardias asesinaron a los detenidos a sangre fría.

La brutal represión realizada por el capitán Rojas, que dijo cumplir órdenes dadas por Gobernación y transmitidas por el gobernador civil, rebasó cualquier medida. Murieron veintidós vecinos de Casas Viejas, diecinueve hombres, dos mujeres y un niño. Tres guardias corrieron la misma suerte.

La prensa acudió a Casas Viejas, jugando un papel decisivo en el conocimiento exacto de lo sucedido, pasando de situar como víctimas a las fuerzas del orden público, a la identificación de las verdaderas víctimas de la masacre: los campesinos asesinados. Eran personas sencillas, ignorantes, que no sabían leer, ni escribir, engañadas por propagandas extremistas, a las que convirtieron en carne de cañón con noticias falsas, promesas irrealizables y repartos de tierras imaginarios.

Se produjo un gran escándalo, que conmocionó a la sociedad española. El hecho que el Gobierno y el propio Azaña apoyaran inicialmente la versión exculpatoria de las fuerzas del orden, puso al Gobierno en una situación que cada vez era más insostenible. En un momento en que la depresión económica mundial agudizaba las dificultades, los sucesos de Casas Viejas, abrieron una enorme crisis política, y sirvió de pretexto para respaldar una ofensiva política de la derecha de Miguel Maura y de los radicales de Alejandro Lerroux, que criticaron el fracaso económico, social y político del Gobierno. Fue el inicio de la pérdida de apoyos políticos y sociales que finalmente conduciría a la destitución de Manuel Azaña, el 8 de septiembre de 1933, por parte del presidente Alcalá-Zamora.

La tragedia no terminó con la masacre llevada a cabo por las fuerzas del Estado, ya que los hechos acabaron en el Parlamento y en los Tribunales. En el primero con una Comisión de investigación para concretar las responsabilidades políticas y militares, por la que pasaron desde el Presidente del Gobierno, Manuel Azaña, hasta el capitán Rojas, el Director General de Seguridad y otros mandos. También se abrieron varios procesos civiles y el militar.

Se abrió la Causa 12/36 que llevó ante un consejo de guerra a 26 campesinos de Casas Viejas, acusados de agresión a la fuerza pública, y la Causa 15/33 del Juzgado de Medina Sidonia por la que compareció el capitán de Asalto Manuel Rojas como autor de diversos asesinatos. Rojas fue condenado a 21 años de reclusión por 14 homicidios.

Dos meses después de los sucesos de Casas Viejas, en una situación de deterioro del gobierno y de tensión política, Manuel Azaña decidió tomarse unos días de descanso y realizar con su esposa, y dos matrimonios amigos, un viaje por Andalucía, concretamente por Granada, Málaga y Ronda. Su viaje no tenía otra finalidad que dedicarse al descanso durante tres días, transcurridos los cuales regresaría a Madrid, para dedicarse a sus funciones.

2.- EL VIAJE

El viaje empezaría la noche del viernes 31 de marzo de 1933, saliendo en tren desde Madrid con dirección a Granada, donde llegaría a primera hora de la mañana del sábado 1 de abril. Después de almorzar marchó en coche con destino Málaga, donde llegó, bajo una intensa lluvia, a primera hora de la noche de ese mismo día. El domingo 2 de abril, lo pasó en Málaga, ciudad que no conocía, realizando pequeñas excursiones por los alrededores, bajo un fuerte aguacero. La mañana del lunes 3 de abril, con mejor tiempo, salió en coche hacia Ronda, pasando por Antequera, Campillos, donde paró un momento, y Cuevas del Becerro, llegando a Ronda a primera hora de la tarde. Después de almorzar y dar un paseo corto, a las siete de la tarde salió en tren para Madrid.

A continuación, basándome en artículos de prensa de aquellas fechas y en las memorias de Azaña, que marco en negrita, (Diarios Completos II. Monarquía, República, Guerra Civil. Páginas 767 y 768), hago una descripción de aquel viaje.

Vine al ministerio a recoger a mi mujer, y a las nueve y media de la noche, tomamos el tren para Granada. Nos acompañaban Ramos y Guzmán, con sus mujeres. […] Casi nunca duermo en el tren, y llegué a Granada después de una noche en blanco. El tiempo estaba cubierto. No se veía la sierra.

Sus acompañantes en el viaje eran Enrique Ramos y Ramos, con su esposa y Martín Luis Guzmán Franco con la suya.

Enrique Ramos y Ramos, había nacido en Algarrobo (Málaga), en 1890. Abogado, amigo personal de Manuel Azaña, miembro de Acción Republicana. Tras la proclamación de la Segunda República, fue elegido diputado por la provincia de Málaga en las elecciones de 1931. Era subsecretario de la Presidencia.

Martín Luis Guzmán Franco, había nacido en Chihuahua (México), en 1887. Escritor, periodista y político. Partícipe de la Revolución mexicana al lado de Pancho Villa. Exiliado en España desde 1925. Guzmán se hizo asiduo del Ateneo de Madrid, participando en las tertulias sociales, intelectuales y políticas de la España de la dictadura de Primo de Rivera. Llegó a ser gerente de dos periódicos importantes, “El Sol” y “La Voz”. Intimo amigo de Azaña, regresaría a México en 1936.


GRANADA 1 (4 t.).-A las ocho y media de la mañana, y ocupando el «break» de Obras Públicas, llegó a esta ciudad en el expreso el jefe del Gobierno, acompañado del subsecretario de la Presidencia señor Enrique Ramos; de las esposas de ambos y del escritor Martín Luis Guzmán, gerente de “El Sol”.
En la estación fueron recibidos por numerosos amigos, correligionarios y autoridades locales. Con ellos vino desde el límite de la provincia el gobernador civil (José Escudero Bernícola).
Después de saludar a los que acudieron a recibirles, los expedicionarios marcharon al hotel Alhambra Palace, donde se hospedan.
Una vez que descansaron durante breves momentos, salieron a dar un paseo por la capital visitando la Alhambra, el Generalife y los jardines de éstos, hasta la una de la tarde, en que almorzó en el hotel.
Después de almorzar recibió varias visitas políticas y conferenció con el comandante militar, general Aldave. (José García-Aldave y Mancebo – 1876), sobre las necesidades de acuartelamientos, y expresó su opinión de que el año próximo podrán iniciarse las obras del nuevo cuartel de Infantería.
El Jefe del Gobierno recibió a los periodistas, a quienes manifestó que su viaje no tiene otra finalidad que dedicarse al descanso durante tres días, transcurridos los cuales regresará a Madrid, para dedicarse a sus funciones.
Agregó que tenía el proyecto de visitar Málaga y Ronda.
A las cuatro de la tarde marchó en automóvil a Málaga con el subsecretario Sr. Ramos y señora, y el señor Guzmán. A despedirlo acudieron al hotel las autoridades y elementos políticos. El público a la puerta del hotel les tributó una cariñosa despedida.

El vagón «Break» de Obras Públicas, se había fabricado en Sestao (Vizcaya) en 1929, habiendo sido usado por Alfonso XIII en sus viajes públicos y privados. También fue utilizado por las autoridades de la Segunda República. Pero ha pasado a la historia por transportar a Franco el 23 de octubre de 1940 hasta la frontera francesa de Hendaya, donde le esperaba Hitler para discutir sobre la posible participación de España en la Segunda Guerra Mundial. Este coche-salón tenía 20 metros de largo por tres de ancho, y constaba de una cocina, un amplio salón de reuniones, un pasillo con tres habitaciones (una principal con aseo, y las otras dos solo con lavabo) y un cuarto de baño común. El uso de medios públicos para asuntos privados, invitando además a algunos amigos, vemos que no es solo cosa de nuestro tiempo.

En el Alhambra Palace hacía frío. Visitamos una vez más la Alhambra y el Generalife. Imposible recrearse en nada seguido de tanta gente. Aunque encargué que no avisasen a nadie de mi llegada, y que deseaba pasar inadvertido, las autoridades estaban ya en la estación. El gobernador había desplegado lo mejor de su celo. Encontré al general García Aldave más caduco que la otra vez.
Después de comer salimos para Motril y Málaga. Cuando llegábamos a Málaga, poco después de anochecer, llovía. Toda aquella noche, y al día siguiente, llovió a torrentes, con pocos descansos. En la puerta del hotel de Málaga había una compañía de guardias de asalto, y muchos policías. Los hice retirar a todos. El gobernador, que es un gallego aparatoso, se lamentaba de no haber dado más esplendor a mi recibimiento, y el general de la brigada quería obsequiarme con honores militares. Se pusieron muy pesados. Al general tuve que decirle que los honores militares no eran una cortesía que él quisiera gastarme, sino un derecho de mi cargo, y lo renunciaba, y le ordenaba que no hiciese nada. Sólo así se estuvo quieto.
MEMORIAS DE AZAÑA

La noticia primera que ayer facilitó el gobernador civil a los periodistas no nos causó gran sorpresa.
Hace unos días, un miembro de Acción Republicana nos enseñó una carta, anunciando para fecha muy próxima, aunque no se fijaba, la visita a Málaga del Jefe del Gobierno.
El gobernador civil, como había anunciado a los periodistas, salió después de almorzar al límite de la provincia, a esperar al Presidente del Consejo de Ministros.
Con el señor (Ramón) Fernández Mato, fueron también el alcalde, señor (Federico) Alva Varela; comandante militar, general (Juan) Urbano (Palma); teniente coronel de la Guardia civil, señor Conde; secretario del Gobierno, señor López Monis, y el comandante, ayudante del general, señor Huertas.
Los excursionistas fueron por la carretera de Almería hasta el pueblo de Maro, donde está el límite de la provincia.
Próximamente a las seis de la tarde llegaban al límite de la provincia de Málaga los dos automóviles en que hacían el viaje el Jefe del Gobierno y sus acompañantes.
Uno de aquellos era ocupado por las señoras de Azaña, Ramos y Guzmán, y en otro venían el Presidente del Consejo, el subsecretario de la Presidencia y el consejero gerente de “La Voz”.
El gobernador civil presentó al señor Azaña las autoridades que lo acompañaban y el señor Alva saludó al Presidente del Consejo, en nombre de la ciudad.
El Jefe del Gobierno, invitó al alcalde a ocupar un asiento en su automóvil, yendo el señor Guzmán al automóvil de las señoras.
El Presidente del Consejo, sin embargo, entró en Málaga en el automóvil del alcalde de la ciudad.
Ocurrió así, porque a poco de reanudarse el viaje, cerca de Nerja, el automóvil presidencial tuvo un pinchazo, y el señor Alva, con objeto de no retrasar la hora de llagada a Málaga, ofreció su coche a los señores Azaña y ramos, que lo aceptaron muy complacidos.
Y poco después de las siete y media, llegaban los automóviles a Hotel Miramar, donde se alojarán durante su breve estancia en la ciudad el Jefe del Gobierno y sus acompañantes.
El señor Azaña, que, como ya dijo el gobernador, hace el viaje de riguroso incógnito y ocupa en el Hotel Miramar una de las magníficas habitaciones con vistas a la playa, retiróse enseguida de llegar a aquellas, por lo que no recibió a las distintas personas que acudieron a cumplimentarle.
Es deseo del Jefe del Gobierno, según nuestras referencias, que no tenga carácter oficial ninguna de las visitas y excursiones que realice, pues su viaje a Málaga lo hace como particular.
Anoche, no sabemos si para conservar el incógnito, o por cansancio, cenó con su esposa y los señores de Ramos y de Guzmán en sus habitaciones particulares. 19360402 002 La Unión Mercantil

El mismo día que llegaba Manuel Azaña a Málaga, el 1 de abril de 1933, fallecía en dicha ciudad el poeta malagueño Salvador Rueda. Tenía 65 años.

Málaga, 3.- En la mañana de ayer se verificó el entierro del poeta don Salvador Rueda. A las once de la mañana fue sacado el féretro, muy lujoso y colocado en el coche estufa, descendiendo la comitiva por la Alcazaba, dirigiéndose, al Ayuntamiento, en el que se colocaron coronas de las corporaciones oficiales.
A iniciativa del escultor Paco Palma la comitiva se dirigió a los jardines del Parque, en el que se levanta el monumento a Rueda, depositando coronas el Ayuntamiento.
La comitiva siguió por las calles céntricas, hacia el cementerio.
A pesar de la lluvia torrencial, fue una gran manifestación de duelo. Hasta la necrópolis presidieron las autoridades y un sobrino del finado.

MÁLAGA 3 (10 m.).—El jefe del Gobierno pasó el domingo en Málaga. Salió a las once de la mañana del hotel (Miramar) donde se hospeda, dirigiéndose por la carretera de Colmenar a los montes de Málaga. Regresó a mediodía, almorzó en el hotel, y por la tarde efectuó nuevas excursiones en automóvil a los lugares limítrofes. Por la noche, en el local social de Acción Republicana, se le obsequió con un vino de Málaga que sirvió el Café Madrid.
Durante su estancia en esta el jefe del Gobierno ha sido objeto de reiteradas manifestaciones de simpatía. A su paso por las calles, el público le ovacionó largamente viéndose obligado a corresponder con saludos a tan expresivas muestras de afecto.
Cuando visitaban las costas de Torremolinos y Fuengirola, los pescadores le pidieron al Sr. Azaña la construcción de un puerto de refugio, de lo que carece esta parte del litoral, y el presidente prometió interesarse por la rápida construcción de dicho puerto.

Al día siguiente por la mañana, aprovechando una clara, hicimos una excursión por la carretera de los montes. Por la tarde, seguimos la carretera de Algeciras, pero llovía de tal modo que tuve que regresar. También, al anochecer, nos paseamos un rato a pie por la carretera de Torre del Mar.

El lunes salimos para Ronda. Vinieron al hotel, entre otros, las autoridades militares, y con ellas el coronel del regimiento 17, (Luis) Pareja (Aycuens), que es uno de los jóvenes africanistas a quienes ha alcanzado la revisión de ascensos. Le noté un poco tieso y como apartado. Después de hablar yo un rato con el general, llamé a Pareja, sacándole del corro, tratamos del acuartelamiento de su fuerza, le dije algunas cosas amables y se quedó muy contento y agradecido. Sé que ha telegrafiado después al subsecretario, hablándole de esta entrevista.
MEMORIAS

EL JEFE DEL GOBIERNO SE DIRIGE A RONDA
MÁLAGA 3 (3,15 t,). —Esta mañana, a las once, marcharon a Ronda, en automóvil, el Jefe del Gobierno, el subsecretario de la Presidencia y D. Martín Luis Guzmán, gerente de EL SOL, con sus respectivas esposas.
En el hotel fueron despedidos por todas las autoridades (Gobernador Civil, Alcalde, Presidente de la Diputación, etc.), comisiones de los Cuerpos de la guarnición y representaciones de Acción Republicana. El señor Azaña le dio al Alcalde el pésame, en su nombre y en el del Gobierno, por el fallecimiento del glorioso poeta Salvador Rueda, manifestando también su viva complacencia durante su estancia en esta capital, la cual desconocía.

El camino normal para Ronda estaba cortado por las lluvias. Tomamos la vuelta de Antequera, con gran rodeo. La carretera es mala y dificultosa. El tiempo había mejorado. Al mediodía dábamos vista a la vega de Antequera, espléndida. Ya la había visto hace muchos años, pero en otra estación. Ahora estaba lucidísima. En Antequera nos obligaron a detenemos y nos llevaron al Círculo de Acción Republicana. Brindis, abrazos, vivas. Antequera está dominada por unas cuantas familias terratenientes monárquicas. El alcalde es radical. MEMORIAS

EL JEFE DEL GOBIERNO EN ANTEQUERA
Procedente de Málaga, con dirección a Ronda, pasó por esta, en automóvil, el presidente del Consejo de Ministros, don Manuel Azaña, acompañado, entre otros, del subsecretario de la Presidencia, don Enrique Ramos.
Los viajeros se detuvieron unos minutos en el local de Acción Republicana. Acudieron a recibidle varios amigos políticos, el alcalde de la ciudad, don Manuel Aguilar Rodríguez, y el secretario del Ayuntamiento, don Federico Villamarta Hoppe.
También estuvo en el mencionado centro, entre otros, para saludarle, el diputado socialista don Antonio García Prieto, que presentó al jefe del Gobierno a representantes de sociedades obreras, quienes reiteraron al señor Azaña las peticiones elevadas para que se emprendan trabajos que mitiguen la crisis existente. Tras una brevísima estancia, aquel continuó su viaje al mencionado pueblo.

También nos detuvieron en Campillos, pueblo enteramente socialista. Visita al Círculo, vino, salchichón, abrazos, vociferaciones. Mayor retraso. MEMORIAS

CAMPILLOS
A su paso para Ronda, se ha detenido breves momentos en esta villa el Presidente del Consejo de ministros, don Manuel Azaña. Con él venían el subsecretario de la Presidencia, don Enrique Ramos, que tan buenas amistades tiene entre nosotros, y sus distinguidas señoras.
A la carretera de Antequera, de donde venía, salieron a recibirle los señores alcalde (Pedro Velasco Olmo), juez de primera instancia, teniente de la Guardia civil, Registrador de la Propiedad, administrador de Correos, inspector veterinario, concejales y en representación de Acción Republicana don Juan Ramón Palop Casasola (asesinado en Almargen junto a tres hijos el 27 de agosto).
Por el señor alcalde y autoridades, fueron obsequiados los viajeros a un lunch en el Círculo de Artistas “La Amistad”, siendo esperados por numeroso público.19330405 011 La Unión Mercantil

En las primeras horas de la mañana de ayer, se supo en ésta (Campillos), que el presidente del Consejo, señor Azaña y el subsecretario de la Presidencia, señor Ramos, acompañados de sus respectivas señoras, pasarían por este pueblo próximamente a la una, por ser tránsito obligado en el viaje que en automóvil realizan de Antequera a Ronda.
Las autoridades locales y una representación del Consejo local de Acción Republicana, salieron a esperar a los ilustres viajeros en los límites del partido.
Conocida por el público la noticia, se congregaron numerosas personas en las calles Carlos Marx (Real), Plaza de la Libertad (Plaza de España) y Avenida de la República (Puerta Teba).
Próximamente a las dos, entraron en esta, dos autos que conducían a sus destacadas personalidades y comisiones locales, dirigiéndose al local Círculo Artístico, que fue requerido por el Ayuntamiento y cedido por su directiva, para que en él se pudiera agasajar debidamente a los que, por breves momentos, eran nuestros ilustres huéspedes.
En el local del Círculo Artístico esperaban a los viajeros la directiva de la Sociedad y numerosos socios, muchos afiliados a los partidos de Acción Republicana y Socialista, y otras personas independientes.
El alcalde de este pueblo, don Pedro Velasco Olmo, saludó y dio la bienvenida a los ilustres viajeros en nombre del pueblo de Campillos, y, seguidamente, fueron obsequiados con un vino de honor.
El presidente del Consejo local de Acción Republicana, Sr. Palop (Casasola), presentó a don Manuel Azaña y a don Enrique Ramos los directivos del partido en ésta, Sres. Royán y Casasola Pineda, presentando también al señor Azaña el libro de actas, en el cual estampó un cariñoso autógrafo.
Después de descansar unos momentos, los ilustres viajeros volvieron a ocupar sus autos y emprendieron su viaje a Ronda, siendo despedidos por las autoridades locales y numerosas personas.
19330405 012 El Popular

    Círculo “La Amistad” - MISCELÁNEA CAMPILLERA  (89) - Ildefonso Felguera

El Reglamento de la Sociedad Artística Recreativa “LA AMISTAD”, se puede ver en MISCELÁNEA CAMPILLERA (páginas 142 a 144). Dicho reglamento se presentó al Gobierno Civil para su aprobación el 7 de abril de 1924. En él se indicaba que solo podían formar partes del Círculo, “artistas mayores de quince años” (Artículo 1º), y que se prohibía “la injerencia política, la que no podrá ser objeto de trato alguno dentro de la Sociedad” (Artículo 5º)

Por estos años se constituyó en el piso alto del Café de Morillo, situado en la esquina de la calle San Sebastián y Puerta de Teba, el Círculo de Artistas, Sociedad que durante más de un lustro desarrolló una constante preocupación por la elevación cultural de sus asociados.
Pertenecían a ella la mayoría de los artesanos de nuestra villa, sin carácter político alguno. Se celebraron conferencias culturales con frecuencia. Lástima que pocos años después desapareciera tan simpática institución, que debió conservarse y aumentarse en beneficio de la cultura y de los afanes limpiamente asociativos. Baltasar Peña Hinojosa. Capítulo IX

La fundación del Círculo de Artistas se realizó en el piso alto del Café de Francisco Morillo, en el año 1933, y allí estaba su sede.


En Cuevas de Becerro, donde ya había gente de Ronda esperándonos, nos hicieron entrar en el pueblo. Total: llegamos a Ronda a las cuatro. Comimos a esa hora en el hotel. Admiramos casi todo lo que hay que admirar allí, y lamenté, para mis adentros, los destrozos que se han hecho en la parte vieja de la ciudad. A las siete tomamos el tren para Madrid y llegamos el martes a las nueve. Aquella misma mañana tuvimos Consejo de ministros. MEMORIAS

RONDA. EL PASO POR ESTA CIUDAD DEL SR. AZAÑA
A las tres y media de la tarde, llegó a esta población el Presidente del Consejo de Ministros, señor Azaña, y su distinguida esposa. A esperar al señor Azaña, salieron en automóvil al límite de la población, las autoridades y destacados elementos de Ronda. Una vez en Ronda, el señor Azaña pasó, con sus acompañantes, al Hotel Victoria, donde almorzaron y descansaron un rato. 19330404 005 El Popular

RONDA 3 (10 n.).—El presidente del Consejo, acompañado del subsecretario de la Presidencia, señor Ramos, y de D. Martín Luis Guzmán, gerente de «El Sol» y «La Voz», con sus respectivas esposas, después de almorzar en el hotel, paseó a pie por la Alameda, admirando la vista sobre el Tajo. Visitó la casa Mondragón. El presidente hizo cálidos elogios del paisaje. Más tarde, en el Ayuntamiento fueron obsequiados con un vino de honor, al que asistió la Corporación municipal en pleno, y las autoridades provinciales y locales y numerosas personalidades. A las siete de la tarde continuaron su viaje a Madrid en el tren rápido de Algeciras, siendo despedidos por las autoridades y numeroso público que les tributó una cariñosa manifestación de afecto. Fue aplaudidísimo al arrancar el tren.

EL PASO POR CÓRDOBA
CÓRDOBA 4 (1,30 m.).—En el tren rápido ascendente de Algeciras ha llegado el Sr. Azaña. Las autoridades acudieron a la estación a cumplimentar al Jefe de Gobierno, no pudiendo hacerlo porque venía descansando. El "break" de Obras públicas, en que viajaba el presidente, fue enganchado al expreso, continuando el viaje a Madrid.

LA LLEGADA A MADRID
En el expreso de Algeciras, que tiene su llegada a Madrid a las ocho y cinco de la mañana, llego hoy a Madrid el presidente del Consejo, acompañado de su esposa, de regreso de su viaje por Andalucía. En el mismo tren también viene el subsecretario de la Presidencia Sr. Ramos.

3.- PRENSA CONSULTADA

19330402 LA LIBERTAD
19330402 y 04 EL SOL
19330402, 04 y 05 EL CRONISTA
19330402, 04 y 05 LA UNIÓN MERCANTIL
19330403, 04 y 05 DIARIO DE MÁLAGA
19330404 ABC
19330404 LA PRENSA
19330404 y 05 EL POPULAR
19330404 LA VOZ

LA CONQUISTA DE RONDA

  El general Varela entrando a pie en Ronda. A su derecha el comandante Redondo y a su izquierda el comandante Corrales En las dos anteriore...